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Polinización, fecundación y cuajado del fruto en los árboles frutales

Como os decía el otro día tengo pensado plantar una serie de frutales en mi jardín. Comer fruta fresca que has cultivado tú misma es una delicia pero debo de reconocer también que la introducción de estas plantaciones constituyen un reto que estoy deseosa de afrontar. Siempre está bien recibir novedades en nuestro jardín. Verdad? Nuevas plantaciones que nos obliguen a aprender, a descubrir y en definitiva a seguir aprendiendo a ser jardinero...
Me ilusiona muchísimo la idea de acercarme a este tipo de plantaciones sobre las que hasta ahora nada sabía. Estoy haciendo con los frutales lo que suelo hacer cuando tengo pensado con antelación una nueva plantación cuyas necesidades y funcionamiento no conozco: Informarme para que los nuevos inquilinos cuando lleguen se sienta felices en mi jardín jajaja!! :-P
Ponerme a leer libros, consultar páginas web, dar la murga a los amigos con mil preguntas, agotar a los pacientes y generosos participantes de Foros especializados con las mil cuestiones que se me plantean...visitar viveros, hacer pedidos en la web jajaja Qué trajín tan motivador!! Es algo que me entusiasma porque generalmente cuando nos asomamos a una nueva ventana, y los frutales lo son para mí, lo que descubrimos al abrirla nos sorprende, nos asombra y constata por enésima vez cuan maravillosa es la naturaleza!! :)
Estas últimas semanas de comenzar a zambullirme en estos temas me han llevado a la conclusión de que es todo un mundo esto de los frutales. Afortunadamente estoy contando, como siempre, con un gran apoyo en mi aprendizaje. La de compañeros foreros con gran experiencia y sabiduría sobre este tema, gente como J.Nadal, Jose-Albacete (pobre mío, lo tengo achicharrado a preguntas jajajaja), Vindio, Txulem, gongonan (perdonad si me falta alguno :) De nuevo debo dar mil gracias por la ayuda que ofrecen generosamente, por la gran cantidad de información que transmiten en cada consulta y porque en definitiva hacen posible y facilitan que gente como yo, me pueda acercar a un mundo totalmente desconocido para mí sabiendo que cometeré errores pero que siempre habrá alguien que me eche una mano para enmendarlos. Desde aquí, gracias, amigos!!! ;)
Con vosotros quiero compartir hoy las cosas que voy descubriendo. Seguramente no serán nuevas para la mayoría de vosotros pero también sé, que como yo, habrá lectores que les parezca lo interesante que me parece a mí artículos como el de hoy en el que me gustaría trasladar aquí lo que voy aprendiendo sobre la polinización, fertilización y cuajado de frutos, y como los que tengo pensado ir colgando sobre distintos aspecto del cultivo, poda, etc, de los árboles frutales más comunes en nuestros huertos y jardines.
El camino que transcurre desde que se forman  las yemas de flor en un árbol frutal hasta que se puede recolectar sus frutos puede ser muy azaroso. Este camino se recorre con éxito y el árbol puede producir una abundante cosecha de calidad únicamente si cada estadio, cada proceso, puede producirse en el momento preciso y de la forma adecuada. Únicamente así se producirán sabrosos frutos.
Imagen de Wikipedia

Una exhibición floral como ésta, llena de belleza y poesía, la de un frutal cuajado de flores no es la garantía de que dentro de unos meses podamos recolectar sus dulces frutos (almendras en este caso). Para que ocurra tendrán que confluir una serie de condiciones, unas dependientes de las propias flores, pero otras de insectos, de temperaturas, de humedad, de heladas, de coincidencias en el tiempo de determinados acontecimientos, incluso del viento...
En general y salvo casos concretos las flores deberán ser polinizadas, tras ello (salvo excepciones) tendrá que producirse la fecundación de los óvulos que en la mayoría de los casos se transforman en semilla con el consiguiente aumento del grosor de los carpelos para proteger la semilla en su interior y cuyo final del proceso es el fruto maduro. Toda una odisea!!
En el artículo de hoy describiremos exclusivamente el proceso que va desde la floración a la fructificación y dejaremos para próximas entradas el acercarnos a los distintos factores que intervienen en todo este proceso y que pueden hacerlo más o menos exitoso.
Empecemos por la floración. La mayoría de frutales que solemos ver en nuestros huertos pertenecen a la familia de las rosáceas (manzanos, cerezos, perales...) Estos frutales tienen flores perfectas (Las que en la misa flor tienen órganos femeninos y masculinos).
Imagen de Wikipedia




En el momento de la floración, al abrirse los pétalos, la parte femenina emite el óvulo y a la espera de que se produzca la polinización va preparándolo en el saco embrionario que se encuentra en su interior; en paralelo el estigma se torna receptivo emitiendo un líquido pegajoso, que facilitará la adherencia de los granos de polen cuando lleguen a él. En los órganos masculinos, los filamentos se hacen más largos y sus extremos, los estambres, liberan gránulos de polen (que contienen los gametos masculinos) guardados hasta ese momento en su interior.
La maduración de las dos partes de la flor, masculina y femenina, no necesariamente se produce en el mismo momento. La polinización consiste en el transporte del grano de polen desde las anteras al estigma de la flor durante la floración.
Este proceso permite que polen y óvulo entren en contacto fertilizándose éste último y transformándose en semilla. 
Este transporte del polen puede realizarse desde una flor a otra (del mismo árbol o de otro diferente) o a la misma flor que emite el polen.
Cuando el polen (componente masculina) y el pistilo (componente femenina) pertenecen a la misma flor se dice que se trata de una polinización autógama.
Por el contrario, si polen y pistilos pertenecen a flores diferentes, sean del mismo árbol o de distinto árbol, se conoce como polinización alógama.
En el caso de los frutales más comunes, es mucho más frecuente que los óvulos de las flores de un frutal sean fecundados por el polen que proviene de otros frutales.
En la mayoría de frutales habituales en nuestras huertas, la polinización es imprescindible para que sea posible el cuajado, crecimiento y maduración de los frutos.
No obstante existe alguna excepción, son los frutales partenoárpicos: frutales que pueden formar fruto sin que se produzca la fecundación de los óvulos. Estos frutales producirán frutos sin semillas. Sería el caso de algunos variedades de cítricos, de la higuera y de alguna variedad de uva. En ellos puede formarse los frutos sin que se produzca previamente polinización y fecundación. Este tipo de fructificación sin polinización se llama partenocárpica.
No ahondaremos en otros tipos de polinización "intermedia" pero sí mencionaremos la partenocarpia estimulativa que sería la formación de frutos en los que sí existe la polinización pero sin que haya fecundación y la estenospermocarpia  que permite la formación de frutos con semillas parcialmente desarrolladas. En este caso ha habido una fecundación inicial pero se ha producido un aborto de los embriones tras ella y el fruto que se desarrolla contiene unos "rudimentos" de semillas sin formar.



Bien, una vez mencionadas estas pocas excepciones, sigamos con el proceso de la polinización. 
El traslado del polen: Agentes polinizadores
Decíamos que el grano de polen llega desde las anteras al extremo del pistilo, el estigma y que este transporte no siempre se produce dentro de la misma flor. Cuando el polen se transporta de una flor a otra (polinización alógama) necesitamos un transportista!! jejeje :) No hay problema, la Naturaleza lo tiene todo previsto!!
La evolución de las plantas ha posibilitado que éstas puedan llegar a tener flores con caracteres que permite la atracción del agente polinizador o que contribuyen a la efectividad del proceso. A estas características, producto de la evolución, se le llama "Síndrome floral". 
Este comportamiento de las plantas, cuya finalidad es la polinización, les permite producir floraciones con los unos colores, formas, momentos de apertura e incluso peso, cantidad y tamaño adaptados totalmente al agente por el que es polinizado.
Dependiendo del agente que trasporte el polen la polinización que se lleva a cabo recibirá un nombre u otro. 
Dos son los agentes polinizadores más frecuentes: el viento (polinización anemófila) y los insectos (polinización entomófila).
Así, vemos que frecuentemente las plantas con polinización anemófila (en las que el agente polinizador es el viento) poseen flores poco llamativas. No las necesitan!! Son más bien, para ser efectivas, flores pequeñas y de poco peso, Producen grandes cantidades de polen con granos muy pequeños y poco pesados para ser más fácilmente transportados en el aire. Ejemplos de esta polinización anemófila sería el avellano y el castaño.
La mayoría de frutales habituales en nuestros huertos presentan otro tipo de polinización en la que no suele intervenir el viento, sino los insectos. Es la llamada polinización entomófila. 
Habitualmente poseen flores llamativas con polen y néctar no siempre en las mismas cantidades. Muchas veces poseen guías de néctar ultravioleta (no visibles para nosotros) que indican dónde se halla a los insectos. Suelen ser de colores llamativos, amarillas, azules..y presentan formas vistosas.
Sus granos de polen son mucho más pesados que en las anemófilas y por tanto de difícil transporte a través del viento. En cambio les permite que se adhiera al cuerpo y patas de los insectos y ser así transportadas a otra flor en el vuelo del animal.
Tiene flores con néctar para atraer a los insectos y este nectar contiene gran cantidad de azúcar que lo hace sumamente goloso para las abejas.
La mayoría de las plantas con flores y en concreto los frutales son polinizados por las abejas de ahí que debamos ser conscientes de la importancia que tiene no aplicar prácticas en jardinería que dañen su población.
Desde aquí, no nos cansaremos de insistir en la importancia de tomar conciencia del gran peligro en el que se halla la supervivencia de estos insectos y de las catastróficas consecuencias que tendría para los humanos y para el planeta, su desaparición.
El uso de insecticidas, herbicidas, los monocultivos, eliminación de setos como divisiones entre parcelas, la agricultura intensiva y otras prácticas agrícolas invasivas,  desequilibran los ecosistemas y en definitiva llegan a poner en peligro las poblaciones de un insecto tan imprescindible para nosotros como son las abejas.


Os invitaría a que la próxima vez que llenemos nuestras mochilas pensemos si realmente es imprescindible aplicar estos productos químicos en nuestro jardín, en lo que estamos provocando con su aplicación y en las consecuencias catastróficas en las que estamos contribuyendo.
Nuestras rosas, por ejemplo, pueden vivir con algo de pulgón... el planeta no podrá vivir sin abejas y por tanto tampoco nosotros!! :) 
Perdonadme la extensión y énfasis de esta llamada de atención pero no quiero desaprovechar la posibilidad de difusión que da un blog para ayudar a difundir la necesidad de tomar concienciar de la responsabilidad que todos tenemos en cuidar del medio ambiente y evitar cualquier práctica que pueda dañarlo si puede evitarse aplicando otras técnicas no agresivas.
Sigamos! :D Es tan maravilloso el proceso de adaptación que por ejemplo, en las plantas con polinización psicofílica (en las que el agente polinizador son las mariposas) que las flores suelen ser tubulares, erectas, alargadas... adaptadas en definitiva a la morfología de las mariposas con larga lengua que les permite llegar hasta el néctar ubicado normalmente en la parte profunda del tubo floral. Qué maravilloso. Verdad!!! :)


La fecundación. Bien, habíamos dejado el grano de polen justo sobre el estigma. 
El siguiente paso será la germinación de este grano de polen favorecido por el líquido que segrega el estigma. El grano de polen depositado el estigma, desarrolla a través del estilo una especie de tubo fino, alargado y hueco que lo atraviesa y que a modo de "pipeta" de laboratorio constituye un canal a través del cual los gametos masculinos del grano de polen podrán llegar al saco embrionario dónde está ubicado el óvulo . Cuando descarga su contenido comienza su fusión entre el óvulo y éste queda fecundado!!
Cuando se trata de frutos con varias semillas como peras o manzanas, se precisará que cada óvulo sea fertilizado por varios granos de polen.
Imagen de Wikipedia


La fructificación. A partir de la fertilización del óvulo, el ovario comienza a proteger la o las semillas recién formadas en su interior. Sus pareces comienzan a engrosar formando lo que luego en el fruto se denominará pericarpio. 
Comienzo de esta transformación de ovario a fruto es lo que comunmente se llama "cuajado del fruto". 
Los frutos pueden comenzar a engrosar pero por diversos motivos que trataremos en otros artículos es posible que no prosperen, que aborten y que sencillamente caigan no llegando a formar el fruto final.
Si todo el proceso continúa de forma adecuada, el crecimiento progresivo de esta pared del óvulo dará lugar finalmente al fruto conservándose en él algunas de las partes de la flor, como lo hace muy frecuentemente el cáliz o el estilo.
Imagen de http://www.biomedcentral.com/1471-2229/8/16

En función de la morfología de la flor y de su gineceo, el fruto resultante será de un tipo u otro. La variedad es increíble, desde frutos simples (procedentes de flores con un solo pistilo) como las naranjas, el melón, la manzana), frutos agregados (como las fresas), frutos múltiples procedentes no de una flor si no de una inflorescencia como por ejemplo las moras.
En el caso de los frutales más habituales de nuestros huertos, y que producen la mayoría frutos simples, sus paredes se tornan carnosas llamándose en este caso al fruto simple,  drupas, como son las cerezas, melocotones, nectarinas o el olivo (frutos con hueso); hesperidios (como los cítricos) o pomos (como la manaza o la pera (frutales con semillas).
Imagen de Wikipedia



Imagen de Wikipedia
También aquí la Naturaleza "programa" todo para que el ciclo vuelva a repetirse. Los frutos tienen una función de protección de las semillas. No en vano son su "garantía" para la perpetuación de la especie pero estas semillas deberán brotar suficientemente alejadas de la planta madre y entre ellas mismas como para no representar una competencia que impidera su desarrollo, de manera que el frutal además debe desarrollar de nuevo, igual que lo hizo con la flor, estrategias para la diseminación de estas semillas que guarda en su interior.
Y cada uno de ellos tiene sus propias "armas", desde presentarse atrayentes con su dulce y apetitoso sabor a los animales que las ingieren y que luego con sus deposiciones las diseminan, a presentar morfologías que facilitan su transporte con el viento, etc. 
Como vemos, el camino que se ha recorrido es largo desde que se produce la floración hasta que el fruto está maduro pero además de largo, como decíamos al comienzo de este artículo, puede presentarse muy azaroso. En esta entrada hemos descrito los pasos pero no hemos mencionado qué factores pueden intervenir positiva o negativamente en la fructificación. La existencia o no de polinizadores, las variedades, las heladas tardías, la nutrición correcta del frutal, la poda adecuada, la proximidad de otro frutal compatible para polinizarlo, la lluvia, el viento, el momento concreto en que madura la parte femenina y masculina de la flor, que el polen del frutal próximo sea o no compatible..,son tantas las cosas que pueden ayudar, entorpecer e incluso impedir que todo llegue a buen puerto!!!
De momento lo dejamos aquí ;)


NOTAS: Invito, por lo interesante, a la lectura de una nota técnica de la Unidad Científica de Greenpeace, revisada en 2013 "El declive de las abejas. Peligros para los polinizadores y la agricultura de Europa"

Morfología de la rosa

Un día de abril te percatas de su presencia. Apenas es un botón pero ahí está!! No hay duda, ves los sépalos protegiendo su interior en el que la Reina del jardín está preparando su traje de gala antes de mostrarse públicamente...Y no hay una si no muchas!! A partir de ese día es un no parar, la de visitas que podemos hacer al rosal! Parece que no llegará nunca finales de mes o principios de mayo para que podamos disfrutar de ellas...pasan los días y por fin se abren las primeras!! No pueden ser más hermosas!!! Son danza de ballet en el movimiento airoso de sus pétalos con el escorzo más bello; tan bellas como una catedral gótica hecha de material dúctil  y suave; son un estallido de colores con tonalidades exquisitas... te acercas a ellas y te inunda su aroma y sus pétalos, cual imán para tus dedos, se te antoja irresistible la tentación de pasar las yemas suavemente por el borde de sus sedosos pétalos con una caricia temiendo dañar lo que presientes frágil y delicado... La rosa  Tu rosa!! La belleza!!

MORFOLOGÍA DE LA ROSA
Esta es una cara de la moneda, la otra tan cierta, tan real como la anterior,  es su interior, su forma, de qué modo están articuladas, cómo están formadas... Lo primero no sería posible sin lo segundo. En realidad su finalidad es la perpetuación de la especie. No nos engañemos. Podemos ver y sentir toda la poesía en ellas pero no nacen para nosotros por mucho que, pretenciosos jardineros, digamos a veces aquello de que los rosales "nos premian" nuestros desvelos con sus rosas...Son así para poder atraer a insectos y pájaros, para producir semillas que prosperen y el proceso de la vida llegue a buen puerto. Para que la lluvia, un pájaro o un golpe de viento transporten las semillas nacidas en el interior de sus escaramujos y las hagan caen en un momento propicio en un suelo adecuado...y un día otro rosal nazca. 
Descubrir todo este mundo interno maravilloso y complejo, como son por dentro para que sean así por fuera, a mis ojos, no las hace menos hermosas. Al contrario, si cabe, ver la perfección de su funcionamiento me hace valorarlas más aún :)
El otro día nos acercábamos a la morfología del rosal, vamos hoy con la morfología de la rosa? :)

Vamos con la morfología de la rosa? :)
Los rosales, como angiospermas que son, cuentan con órganos especializados en la producción de semillas, las flores, la rosa en este caso. Así pues las rosas son los órganos sexuales de la planta y están formadas por hojas modificadas de distintos tipos dispuestos al mismo nivel, en torno a un eje central que sería el pedúnculo o pedicelo de la flor.
Las rosas se consideran flores verticiladas en las que los diferentes tipos de piezas (hojas modificadas) se insertan consecutivamente alternando las del ciclo exterior con las del siguiente situado dentro del anterior. 
La flor propiamente dicha comienza en el pedicelo o pedúnculo (según sostenga una flor única o un racimo compuesto de varias rosas) que es un tallo modificado.
En ´la parte superior del pedúnculo se presenta un engrosamiento del mismo al que llamamos tálamo floral, receptáculo o eje floral y es el que sostiene la flor. Esta es la parte que una vez marchita la flor y según vaya madurando dará lugar al fruto llamado escaramujo que guarda las semillas en su interior.
En el receptáculo están insertas las demás piezas florales. Están dispuestas de tal manera que envuelven la parte central y protegen los órganos sexuales de la rosa.
Fotografía de Wikipedia
La rosa es una flor completa dado que cuenta con cuatro verticilos, a diferencia de las flores incompletas en las que puede faltar uno de ellos.. Desde el exterior de la flor hacia el interior ésta sería la disposición: Cáliz, corola, estambres y pistilos.

Al conjunto de cáliz y corola se conoce como Perianto o periantio. Es la parte no reproductiva de la rosa y lo conforman los dos verticilos estériles de la rosa: el cáliz y la corola.
PRIMER VERTICILO: EL CÁLIZ. Es la parte más externa de la flor, el primer verticilo, constituido por cinco piezas, los sépalos, que protegen la gema floral. Según la variedad de la rosa los sépalos tienen distintas formas y pueden presentar distintas "barbas".

A propósito de la ubicación de estas "barbas" o pequeños filamentos en el borde de algunos de los sépalos ya hace  algunos siglos se difundió una especie de pequeña adivinanza o leyenda a modo de recordatorio sobre esta curiosa característica del cáliz de la Rosa canina que incluso llegó a publicarse en latín con distintas variantes y que al irse transmitiendo por tradición existen de ella distintas versiones no pudiéndose tener seguridad en cuanto a su origen. Es la "leyenda de los cinco hermanos". Constaba así:
"Quinque sumus fratres, et eodem tempore nati. Sunt duo barbati, duo sunt barba absque creatini. Unus et e quinque non est barbatus utrinque "
También la encontramos en otras publicaciones de este modo:
"Quinque erant fratres. Duo barbati. Duo sine barba nati. Et alter, qui remane batdimidiam barbam habebat¨
La traducción de esta leyenda vendría a ser aproximadamente ésta:
"Eran cinco hermanos dos barbados, dos sin barba nacidos y el otro, el que quedaba, media barba llevaba¨
Ahora ya hay pocas rosas, siento no poder realizar una fotografía en la que se vea mejor esta diferenciación en el borde de los sépalos de algunas variedades de rosas. Esta diferenciación ni siquiera siempre se da en todas las rosas del mismo rosal, cosa curiosa por cierto...Cuando ocurre, dos de ellos tienen una especie de filamentos en ambos lados, dos en cambio presentan su borde liso y el quinto solo tiene barbas en uno de su lados.

SEGUNDO VERTICILO: Dentro del cáliz, está LA COROLA, el segundo verticilo, formado también por hojas modificadas llamadas pétalos. De brillante y variado colorido según la variedad del rosal tienen como función atraer a los polinizadores con sus brillantes colores. La rosa es una flor dialipétala, tiene sus pétalos sin unir.
El número y forma de los pétalos es absolutamente variable dependiendo de la variedad de rosal. Así hay rosas llamadas simples, semidobles, dobles, etc. Estas diferencias son de gran ayuda a la hora de identificar las distintas variedades de rosas.
Rosas simples: Cuando la rosa tiene menos de 8 pétalos.
Rosas semidobles: Entre 8 y 20 pétalos.
Rosas moderadamente llenas: Entre 21 y 29 pétalos.
Rosas llenas: Cuando la rosa tiene entre 30 y 39 pétalos.
Rosas muy llenas: Se trata de rosas con más de 40 pétalos.

Pero no solamente el número de pétalos que componen la corola pueden echarnos una mano en la identificación de una variedad, también la forma de la corola que da a su vez forma a la flor es un elemento a tener en cuenta. De esta manera podemos clasificar las rosas según su forma: globular, abierta, plana, cuarteada, en forma de roseta, pompón, etc. Evidentemente estos términos no son exactos y constituyen únicamente descripciones aproximadas.


En el interior de los pétalos se encuentran los órganos sexuales de la rosa. Se trata de los dos verticilos fértiles de la planta: los estambres y los pistilos. Por tanto la rosa es una flor hermafrodita al contar con órganos masculinos y femeninos.
Por tanto, las rosas son flores perfectas que son las que cuentan con androceo y gineceo a la vez (Con independencia de que tenga o no los demás verticilos florales)
Así, dentro de los pétalos se halla el TERCER VERTICILO constituido por LOS ESTAMBRES encargados de la producción de polen. 
Los estambres se componen de dos partes: los filamentos estaminales, que sostienen en su parte superior una especie de diminuto saco que contiene el polén y las anteras en cuyas cavidades se produce el polen.
El conjunto de estambres se conoce constituyen el androceo, es decir, los órganos masculinos de la rosa. Como curiosidad diremos que el número de estambres suele ser múltiplo de 5 que es el número de sépalos que tiene una rosa.



El CUARTO VERTICILO está constituido por los pistilos. Los pistilos se ubican en la zona central de la flor, rodeados de los estambres. Es el conjunto de los carpelos de la rosa que está especializado en la producción de los óvulos. Son por tanto los órganos femeninos de la flor.
En el caso de la rosa el conjunto de carpelos está formados por varios pistilos.
Los pistilos se componen también de tres partes:
El estigma es la parte terminal de los pistilos, presenta un pequeño orificio en el que se depositan los granos de polen para iniciar sus descenso hacia el ovario. El estigma segrega un líquido de textura viscosa que favorece la adhesión del grano de polen a él.
El estilo tiene forma tubular y alargada y conecta el estigma con el ovario.
El estilo en su parte inferior se ensancha formando una cavidad hueca, el ovario, dónde se alojan los óvulos.
Los óvulos son los rudimentos seminales y nacen sobre las placentas ubicadas en las paredes internas de esta cavidad hueca que es el ovario.
El conjunto de pistilos constituye el gineceo, es decir, los órganos femeninos de la rosa.
Por último y como resumen podríamos utilizar lo que se llama un esquema floral. Viene a ser una representación esquemática en la que se ubican las distintas piezas florales que componen cada verticilo. Este esquema floral correspondería a la representación de un corte transversal a la altura del ovario. Así pues el esquema floral de una rosa vendría a ser aproximadamente éste:

Morfología del rosal

Pétalos, sépalos, estambres... de sobras sabemos qué son. Pero y "peciólulo", "raquis", "Aúricula" o "Estípula"? Quizás estos términos son algo menos conocidos.
A base de leer sobre nuestros queridos rosales, de consultar libros y páginas de Internet o simplemente charlando con nuestros amigos jardineros terminamos por conocer bastante sobre la morfología de los rosales y de las rosas.
Es verdad, pero también es cierto que un repasito a unos pocos conceptos sobre la forma de las distintas partes de que se compone un rosal nos puede venir bien a muchos, a mí la primera. Conocer las distintas partes nos puede ayudar a entender mejor las descripciones que de las distintas variedades aparecen en catálogos, libros y páginas web especializadas. Conocer la ubicación de las distintas yemas y ramas nos puede facilitar la labor a la hora de entender unas explicaciones sobre poda. Está bien admirar el gran regalo que es una rosa pero conocer la forma de las distintas partes de esa maravillosa planta que es un rosal siempre nos ayudará a entender mejor su funcionamiento.. En última instancia conocer lo que se ama ayuda a cuidarlo más y mejor. No es cierto?
MORFOLOGÍA DEL ROSAL (Aplazaremos la morfología de la rosa para un siguiente artículo)

MORFOLOGÍA DE LOS TALLOS
Los rosales tienen uno o más tallos (o ramas) principales. Cuando estos tallos envejece se lignifica su cubierta exterior tornándose más oscuros. De las ramas principales brotan las secundarias.
A lo largo de los tallos se disponen los nudos que son unos engrosamientos en los que se ubican yemas de las que, una vez desarrolladas, brotan las hojas y ramas. El espacio entre nudo y nudo se denomina entrenudos.
Las yemas son otro de los órganos existentes en los tallos. Hay varios tipos de yemas según sea su posición en las ramas y su función. Así existen yemas foliares que darán lugar a hojas y yemas florales que producirán al desarrollarse una rosa.
Según estén ubicadas en la rama la yema recibe distintos nombres. La yema apical es la que se encuentra en el extremo de las ramas y es la encargada del crecimiento vertical de la planta.
Yemas axilares, ubicadas entre las hojas y el tallo dan lugar a ramas y hojas.

A lo largo tanto de ramas primaveras como secundarias se desarrollan los acúleos o aguijones del rosal. Los rosales no tienen espinas, lo que tienen son púas que carecen de tejido vascular a diferencia de aquella. Esta es la razón por la que los aguijones son fácil de arrancar del tallo y no así las espinas.
Por último me gustaría hablar sobre los términos "pedúnculo" y "pedicelo". Ambos términos son válidos para designar al tallo que une la flor (única) al resto de la planta, pero si se trata de un racimo de flores, cada rosa tiene su propio pedicelo y el racimo completo se une al tallo mediante el pedúnculo.
MORFOLOGÍA DE LA HOJA
Las hojas de los rosales son compuestas. Esto quiere decir que el limbo (zona plana) está dividido en varias porciones. La parte superior del limbo se denomina haz de la hoja y su cara inferior se conoce como envés.
Imagen de Wikipedia
Cada porción en las que está dividido el limbo se denomina folíolo y aunque parece una sola hoja en realidad la hoja del rosal está formada por el conjunto de folíolos. Que pueden ser en número variable (impar) y suelen ir de 3 a 7 aunque hay variedades que tienen mayor número de folíolos.
Las hojas de los rosales son pinnadas, es decir, todos los folíolos parten de un mismo eje central.. El nervio central al que se unen cada uno de los folíolos se denomina raquis. Cada folíolo está unido al raquis por un peciólulo.
Son hojas imparipinnadas. Esto quiere decir que los folíolos se distribuyen a lo largo de un eje central en el extremo del cual existe un último folíolo. Por tanto, el número de folíolos que componen una hoja de rosal es impar, está entre 3 y 7 aunque hay variedades de rosales que pueden tener hojas de un mayor número de folíolos.
Cada foliolo se une al raquis mediante un peciólulo.
Las hojas completas se unen por su parte inferior al tallo a través del pecíolo. en cuya base y a ambos lados se sitúan unas estructuras que pueden ser muy variables en su forma denominadas estipulas y que muchas veces tienen en sus márgenes glándulas de bonitas coloraciones. Los extremos de las estípulas  tienen dos proyecciones más o menos largas dependiendo de la variedad de rosal denominadas aurículas.

Las hojas de los rosales tienen una venación pinnada, es decir, tienen una vena central que recorre la hoja longitudinalmente y venas secundarias a ambos lados de esta central de forma alterna
La disposición de las hojas en el tallo es alterna, o lo que es lo mismo, no nacen en el mismo punto las de un lado que las del otro si no si no que de cada nudo del tallo brota una hoja y cada vez lo hace en uno de sus lados.
LA RAÍZ (PORTAINJERTO O PATRÓN)
La parte que proporciona el anclaje al suelo dónde crece un rosal y la absorción de agua y nutrientes es la raíz.
La mayoría de variedades que cultivamos no crecen sobre sus propias raíces si no que están injertadas en lo que llamamos un patrón (también conocido como portainjerto o pie).
Habitualmente se utilizan como patrones variedades de rosales silvestres que (en opinión de muchos) proporciona al rosal mayor resistencia y capacidad de floración.
Sobre este patrón se injertan varias yemas correspondientes a la variedad de rosal que se quiere cultivar dando lugar a ambos a una planta que se compone de dos miembros. Así pues aunque ambas partes (aérea, injerto o variedad) y subterránea (patrón) forman una unidad como planta, al ser patrón e injerto genéticamente distintos por pertenecer a variedades diferentes y aunque mutuamente se influyen, constituirán una unidad formada por dos partes con características diferentes que mantendrán su individualidad. Ocupándose de suministrar el agua y los nutrientes el injerto y de proporcionar hojas, ramas, flores y frutos la variedad.
Dejamos para el próximo artículo la morfología de la rosa para no hacer este demasiado extenso.

Taxonomía. Cómo se nombran las plantas: Nombre botánico y nombre común



Os propongo una búsqueda en Google (imágenes): Teclead “campanilla azul”. Acabo de hacerlo. Estoy viendo imágenes de una gran diversidad de plantas con forma más o menos de campana y de color azul. Desde Ipomea, Campanula persicifolia, Gentiana asclepiadea,  Convulvulus sabatius, Mertensia ciliata hasta Aquilegia. Qué tienen que ver las unas con las otras? Nada.
Probemos a hacer otra búsqueda en Google (en imágenes) con el término “Lirio”. Esto es lo que aparece, una colección de plantas absolutamente distintas entre sí. Normal, con el término "lirio" se designan a muchas plantas diferentes dependiendo del país y de la zona.
He propuesto estas búsquedas para reflexionar sobre el uso del nombre común y el nombre botánico.
El nombre común es aquel por el que en nuestra zona o región se conoce una planta. Cambia de un país a otro e incluso en zonas próximas se designa a una misma planta o  de distintas formas
Con lo cual nos encontramos con que una misma planta recibe distintos nombres comunes dependiendo de que la nombre, por ejemplo, alguien chileno o alguien español porque en sus países se usan distintos nombres. Es verdad que los nombres comunes son mucho más fáciles de recordar pero me pregunto  si no habría que plantearse si su uso entre jardineros provoca muchos más inconvenientes y confusiones que ventajas.
Como curiosidad está bien saber de qué distintas formas se nombra a una planta en distintos lugares pero poco más…Si lo pensamos bien, decir que uno cultiva “campanillas azules” es como no decir nada porque por campanillas azules se conoce en distintas zonas geográficas a multitud de plantas que nada tienen que ver las unas con las otras. 
Vemos por tanto que se hace evidente que el uso del nombre común no nos dice con seguridad de qué plantas estamos tratando y que si no se menciona el nombre botánico de la planta en cuestión es difícil que no haya confusiones. 
En este sentido yo animaría al uso del nombre botánico. Es decir, el nombre científico con el que se conoce esa planta universalmente. Este nombre no cambia aunque cambiemos de zona o de país. Está aceptado por toda la comunidad científica porque debe regirse por determinadas normas, estar publicados de forma conveniente, cumplir una serie de requisitos y estar recogidos en el Código Internacional de Nomenclatura Botánica o en el Código Internacional de Nomenclatura para Plantas Cultivadas
Así, si decimos que cultivamos Campanula persicifolia por ejemplo, no puede haber confusión. Porque con este nombre botánico no hay más que una planta que lo tenga y es aceptado por todos.
A todos nos ha pasado. Cuando comenzamos en esto de la jardinería hablamos de de hortensias pero según va pasando el tiempo, según vamos leyendo, informándonos y viendo que hortensias hay muchas se nos acaba por hacer familiar términos como Hydrangea macrophilla o Hydrangea paniculata. Es cuestión de costumbre, al final vamos aprendiendo los nombre botánicos de las plantas sin apenas darnos cuenta. Pero merece la pena saber escribirlos bien. No? :)
Es sobre este asunto de los nombres sobre el que quería reflexionar un poco en este artículo. Este tema de hoy es de esos que aunque pueda parecer algo “rollo” considero que es importante tener al menos una ligera idea sobre él o al menos sobre algunos de sus términos.
Os imagináis a dos médicos hablando de un paciente que tiene una “especie de manchitas en la cara” o que padece “dolorcillo debajo del estómago”? Yo no!! Jejeje Es más, no quisiera ser atendida por estos médicos si hablan así :) 
En jardinería también tenemos nuestra terminología, clara y concreta para referirnos a las cosas sin dar lugar a confusiones y equívocos.
Conocer ciertos términos nos ayudará a comprender de qué modo se establece el nombre botánico de las plantas. Son términos que veremos en cualquier libro de jardinería, blog, páginas de Internet y en general en cualquier medio que trate de botánica. Conocer el nombre botánico de una planta sobre la que queramos consultar sus necesidades de cultivo por ejemplo, hará la tarea mucho más fácil porque en general en cualquier medio en el que busquemos información las plantas están nombradas con su nombre botánico dejando el común o vulgar a la mera curiosidad.
Yo no suelo escribir correctamente los nombres de las plantas de ahí que me haya parecido interesante indagar un poco sobre qué normas rigen la forma de mencionarlas botánicamente así como el modo correcto de escribirlo. Es verdad que a todos se nos escapa en uno u otro momento incorrecciones en este sentido (a mí en muchos ajjajaj y seguirá pasándome, fijo!!) pero al menos conocer ciertos términos y cuales son estas reglas de escritura, siempre está bien y en un momento dado siempre podemos consultar si tenemos dudas.
Empecemos por el término “taxonomía”. La taxonomía es la rama de la botánica que se encarga de la clasificación de los seres vivos en categorías jerarquizadas y sistemáticas. Dentro de cada una de ellas habrá una serie de “taxones” (comunidad de organismos) agrupados por las semejanzas entre ellos de orden genético, evolutivo, morfológico, anatómico, fisiológicos, etc. Como en casi todo, también aquí hay varias “escuelas” y opiniones de los sistemas por los que debiera regirse esta clasificación en categorías jerarquizadas.
En buena medida fue el botánico y zoólogo sueco Carlos Linneo (1707 – 1778) quien estableció las bases que la taxonomía moderna. El sistema que utilizamos hoy en día llamado nomenclatura binomial está basado precisamente en las propuestas de Linneo.
Pero el  intento de organizar y ordenar los seres vivos en grupos o categorías viene de lejos. Ya Aristóteles dividió los seres vivos en dos grandes “reinos” (Primera categoría): los animales y las plantas. Posteriormente Linneo añadió un nuevo reino: los minerales. Una de las metodologías más conocidas y utilizada es precisamente ésta, la taxonomía linneana que agrupa los seres vivos en categorías que van de lo  general a lo particular. 
El desarrollo de la ciencia y del conocimiento de los siglos posteriores fue introduciendo más niveles jerárquicos y acontecimientos como el invento del microscopio dieron lugar a cambios en estas agrupaciones estableciéndose varios “Reinos” más. Incluso actualmente ya no es considerado el Reino como el nivel de superior categoría si no que lo es el “Imperio”. 
Estas categorías serían como una especie de conjuntos dentro de los cuales hay unos subconjuntos de elementos y a su vez dentro de éstos últimos otros subconjuntos más, así hasta ir cada vez a mayor detalle.
Estas clasificaciones que agruparían a los seres vivos según características irían siempre de lo general a lo particular. Vendría  a ser algo así como un árbol con sus ramas. Del tronco principal que sería “El reino” (antes primera categoría) saldrían varias ramas principales (Filo, segunda categoría); de cada una de estas rama secundarias brotarían a su vez más ramas dando lugar a la siguiente categoría agrupada en la anterior. Es decir, los seres vivos se agruparían en categorías definidas desde lo general a lo particular
Cada categoría reúne los elementos que tienen características semejantes entre sí dividiéndose a su vez en otras categoría que agruparían a individuos también con características comunes entre ellos y que los diferenciarían de las otras categorías incluidas en el nivel superior. 
En fin, se puede hilar muy fino en cuanto a divisiones y subdivisiones de todas estas categorías pero para los fines que nos ocupan podríamos centrarnos en las categorías que los jardineros más usamos.
Puede decirse que las categorías taxonómicas (niveles o taxones) más importantes actualmente son
Dominio – Reino – División o Filo – Clase – Familia – Género - Especie
Es decir que un reino se compone de varios filos, a su vez, dentro de cada filo habría varias clases que contendrían varias familias y a su vez éstas tendrían distintos géneros con diversas especies.  Lo que decíamos, un conjunto dentro de otros conjuntos. De lo general a lo particular. 
Tomemos unos cuantos ejemplos. Son plantas muy conocidas por todos por ser frecuentes en nuestros jardines.
Así vemos que  lo que conocemos por calas en algunos países (en otros son llamadas lirios), es decir, Zantedeschia aethiopica es una especie, la Zantedeschia aethiopica, del género Zantedeschia que pertenece a la familia de las Araeae, incluida en el orden de las Alismatales, que a su vez es una monocotiledónea y por tanto una angiosperma….englobada lógicamente en el reino de las plantas. 
Complicado? No tanto!! En realidad los jardineros aunque deberíamos conocer estas categorías las que más usamos son el género y la especie.  Centrémonos en estas dos categorías y en algunos términos de uso muy frecuente en la bibliografía y lugares de consulta sobre temas de jardinería.
Las especies. 
El siguiente cuadro creo que ayudará. El nombre de las especies, que es el lo que más abunda en jardinería, se compone de dos/tres partes y son indivisibles
La primera parte del nombre de la especie corresponde al género al que pertenece la especie en cuestión, siempre comenzado con mayúsculas.
La segunda la constituirá el epíteto específico (de la especie) escrito en minúscula. (Este epíteto no es el nombre de la especie, si no solo una parte de él)
Tanto el género como el epíteto se escriben en letra distinta del resto del texto, generalmente en letra cursiva.
La tercera parte que deberíamos escribir pero que normalmente casi nadie lo hace es la inicial del botánico, descubridor o el primero que la estudió la especie de la que se trate.

Tras la publicación de este artículo invité a leerlo a dos amigos botánicos, Jorge y Fernando solicitándoles que me hicieran cuántas rectificaciones o comentarios les pareciera oportuno.
He editado este artículo para introducir un par de pequeñas correcciones que me han hecho pero sobretodo para aclarar algo que muchas veces genera confusión en este tema del nombre de las especies. A ver si lo logro!! :)
Ambos me han convencido que es importante hacer entender que según la nomenclatura binomial (la que empleamos actualmente gracias a Linneo) el nombre de la especie tiene dos partes que son indivibles. 
No es que Sorbus sea el género y acuparia sea la especie. Es decir, el nombre de la especie es "Sorbus aucuparia"  (ya que aucuparia es tan solo el epíteto de la especie y no tiene tiene uso en solitario). Nunca diremos "la especie aucuparia".
El nombre de la especie está compuesta por las dos palabras, la una tiene su origen como decíamos en el género y la segunda parte (llamada epíteto de la especie) es el nombre específico de la especie. Pero el nombre completo de la especie es "Sorbus aucuparia" y no es "aucuparia" solamente. El epíteto de la especie, es decir, el nombre de la especie nunca va solo, no tiene uso útil. En el ejemplo del cuadro anterior hablaríamos de un género, los Sorbus,  pero en concreto nos estaríamos refiriendo a uno con determinadas características, el de la especie Sorbus aucuparia  L.(descrita por primera vez por Linneo, de ahí la L.).
A riesgo de insistir demasiado:
Género: Sorbus
Especie: Sorbus aucuparia
Y la abreviaturas “sp.” qué significa?  Cuando aparece el nombre de un género seguido de la abreviatura sp. quiere decir que se está hablando de una planta perteneciente a él que no sabemos la  especie concreta a la que pertenece. 
Así si decimos Lavandula sp. es que estamos seguros de que la planta pertenece al género de las lavandas pero tenemos dudas de la especie a la que pertenece.
Cuando hablamos de muchas especies de un género usamos la abreviatura "sp. pl." (Species plures, varias especies). Veamos un ejemplo de su uso:
Podemos decir: Muchas aromáticas tienen flores azules, por ejemplo Lavandula sp. pl y Salvia sp. pl.
Las variedades.
Cuando en la naturaleza, de modo natural (Sin intervención humana), algunos individuos de una misma especie presentan características propias y que los diferencia de alguna manera al resto de plantas de la misma especie decimos que estamos frente a una “variedad”. No se trata de plantas totalmente distintas de las de su especie, tan solo son algunas características las que las distinguen.
Este cuadro nos muestra como se escriben los nombres de las variedades. El género y la especie se regirían por los mismos criterios que anteriormente y solo agregaríamos la abreviatura “var.” (de variedad) en minúscula y sin cursiva, antes del epíteto (nombre) de la variedad en cuestión (Comenzada por mayúscula y también en cursiva). 
Un ejemplo: Lavandula angustifolia var. delphinensis
Es frecuente que viveristas e investigadores partiendo de una especie natural  y mediante diversos tipos de manipulación (genética, a través de esquejes, etc.) logren cambios, modificaciones o mejoras de esta variedad dando lugar a un grupo de plantas dentro de la misma especie pero con características propias mejoradas o transformadas (Plantas con flores de un color determinado, con hojas variegadas, más resistentes, etc).  Es lo que llamamos un cultivar (distinto de la variedad en que el proceso por el que se llega a él no es natural si no con intervención humana)
Sigamos con el mismo género, la lavanda. Todo sabemos que Lavandula angustifolia es una planta que a la larga tiende a lignificarse y a hacerse demasiado grande, precisando de podas si no queremos que el arbusto se vuelva desgarbado en muy poco tiempo. Bien, mediante manipulación de la especie Lavanda angustifolia los viveristas, hibriditas, etc han logrado crear el cultivar ‘Hidcote`que es un grupo de lavandas de crecimiento más contenido y contacto que la Lavandula angustifolia mitigando de alguna manera alguno de los inconvenientes de ésta.
En realidad los cultivares son mucho más frecuentes en jardinería que las variedades. Aunque lo cierto es que solemos utilizar el término variedad (que se produce siempre de modo natural) cuando en realidad deberíamos usar el de cultivar. 
Vemos que los cultivares, es decir, las variaciones o modificaciones que el hombre (generalmente por intereses comerciales) logra sobre una especie para mejorarla o transformarla de alguna manera se nombran con las mismas normas en cuanto a género y especie pero antes del epíteto de la variedad (nombre) podemos añadir la abreviatura “cv.” (del inglés “cultivated variety”) o no intercalarla y escribir el nombre de la variedad entre comillas simples. Ambos sistemas son correctos.
Los híbridos.
Pero vamos a complicar un poquito más las cosas. Puede darse el caso y de hecho se da con muchísima frecuencia, que dos especies diferentes se “crucen” genéticamente dando lugar a un “híbrido” si el resultado de este cruce son plantas que logran la reproducción por ellas mismas reproduciendo en sus descendientes las mismas características.
Cuando este cruce se produce de manera natural, de forma espontánea en la naturaleza, las normas que rigen su nombre son las del Código Internacional de Nomenclatura Botánica.  
Pero también puede producirse este cruce entre dos especies diferentes en el laboratorio con fines comerciales. En este caso la nomenclatura del híbrido se regulará por el Código Internacional de Nomenclatura para Plantas Cultivadas. Este código reúne las normas a aplicar  evitando duplicidades y se usa a la hora de aplicar leyes referentes a patentes y marcas. 
La forma de escribir el nombre de estos híbridos trata de explicarlo estos dos cuadros. 
Hay que decir también que los híbridos pueden producirse tanto entre plantas que del mismo género (Interespecífios) como entre plantas pertenecientes a distintos géneros (Intergenéricos)
Este primer cuadro corresponde al caso de nombrar un híbrido que se ha producido entre dos especies del mismo género (Interespecífico). Como muestra este cuadro hay dos formas correctas de escribir este tipo de híbridos: 
  • Una es escribir los nombres botánicos de los dos géneros que forman el híbrido separados por el signo de multiplicar. El segundo género puede abreviarse simplemente con su inicial porque se tratan del mismo género. El híbrido de este cuadro es el producto del cruce entre Laburnum anagyroides con Laburnum alpinum, al repetirse el género se puede escribir L. alpinum
  • La segunda forma de escribir estos híbridos entre géneros iguales es escribir el género al que pertenece el hibrido y el epíteto (o nombre) que se le ha asignado, separados ambos por el signo de multiplicar. Laburnum (género) x watereri que es el nombre que recibe este híbrido.
Este segundo cuadro es el del caso de un híbrido que se ha producido entre especies de distinto género (intergenérico). También en este caso hay dos formas de escribirlos como muestra este último cuadro.
  • La primera sería los dos nombres botánicos que conforman el híbrido separados por el signo de multiplicar.
  • La segunda sería comenzar el nombre del híbrido por el signo de multiplicar seguido de una forma “condensada” entre los dos géneros de los que es producto. El ejemplo que hemos tomado es un cruce entre Rhodohypoxis baurii con Hypoxis párvula dando lugar al híbrido denominado x Rhodoxis hybrida, que es un nombre condensado entre los dos géneros.
Bueno, creo que ya hemos complicado bastante el asunto jejeje Seguiremos sin escribir correctamente los nombres botánicos a veces porque se nos olvida, por pereza de cambiar los tipos de letras o simplemente porque no nos acordamos  pero al menos ya habrá algunos términos que nos suenen y seguramente al leer estos nombres entendamos algo mejor qué significan.
No hemos tratado conceptos como forma (que se abrevia f.) o subespecie (su abreviatura es subsp.) ambas escritas siempre en minúscula y sin cursiva. Pero estos  ya los dejamos para otra ocasión ;)
Es mucha y bastante compleja toda la normativa que regula la nomenclatura de las plantas como para intentar recogerla en el artículo de un blog de estas características. Mi intención no era superar lo que no fuera un pequeño resumen de los términos de uso más frecuente en jardinería. Para quienes tengan curiosidad y ganas de ahondar en esta materia puede consultar los códigos de los que hemos hablado en este artículo. 
El resto, al menos yo, seguiremos teniendo que hacer algún esfuerzo para recordar algunas de las normas y vencer la pereza de cambiar el tipo de la letra a cursiva cuando corresponda!! jejeje

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