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Cómo podar rosales: consejos generales

El otro día hablábamos sobre la conveniencia de no mitificar el asunto de las podas. Y es así, pensemos que lo hagamos bien o mal es difícil que causemos daños irreparables a nuestros rosales. Leer manuales sobre poda, consultar páginas web especializadas, evidentemente nos va a ayudar pero en última instancia, será con nuestra propia experiencia con la que aprendamos realmente a podar. 
Con el tiempo comprobaremos que estos sencillos consejos que damos en algunos blogs o que vemos en libros, etc, no dejan de ser de pura lógica, técnicas en definitiva que se aplican teniendo en cuenta de qué forma crecen nuestros rosales.
No obstante unas nociones generales sobre poda parece conveniente tener y para quienes comienzan puede servir de cierta ayuda su lectura. No es la pretensión de este artículo tratar de forma pormenorizada las diferentes podas que se deberían aplicar dependiendo de la variedad de los rosales de nuestro jardín. 
Más bien es dar una idea general que nos permita tener unas nociones sobre la poda de rosales y que sean de aplicación con independencia de las variedades. Así mismo nos parece importante ampliar un poco la idea que solemos tener de poda y que suele reducirse a la que en nuestros climas se practica al final del invierno o inicios de la primavera.

Pero antes de empezar parece lógico que sepamos por qué es conveniente podar. No? :)
  • ¿Por qué o para qué podar los rosales? 
Empecemos por aclarar algo.No siempre es necesario podar. Más incluso, hay quienes preferimos no podar las primeras temporadas tras la plantación de los rosales. Y sólo pasado un tiempo, cuando el rosal se esté desarrollando un poco a su "aire" empezar a conformarlo y a aplicar un poco de poda.
Pero tarde o temprano la poda será necesaria si queremos que el rosal se mantenga sano y crezca de manera adecuada. No podar conduce a la larga a ejemplares enmarañados, con crecimientos desorbitados mucho más allá de la zona que se les tiene asignada y propensos a plagas y enfermedades que terminarán por menguar su salud y la vida del rosal al final.
La poda ayuda a mantener la salud del rosal porque permite formar un arbusto sin congestiones de ramas en su centro. Esto permite que el aire circule por dentro. Un rosal demasiado poblado de ramas en su interior es un rosal con una ventilación e iluminación deficientes. La lluvia o la propia humedad atmosférica permanecerán sobre sus hojas y ramas demasiado tiempo favoreciendo con ello las enfermedades fúngicas y el desarrollo de plagas.
No siempre se cuenta con el espacio para que un rosal se desarrolle todo lo que puede desarrollarse. La poda ayuda a contener este crecimiento y a conducirlo a veces como el caso de los trepadores que crecen sobre pérgolas, arcos o celosías. "Pero además aunque contenemos con mucho espacio para su desarrollo quizás deseamos acotarlo o modificar su crecimiento. 
La eliminación de ramas muertas, enfermas, débiles o demasiado viejas e improductivas permite que el rosal se regenere emitiendo nuevas ramas sanas y vigorosas que sustituyan las que vamos eliminando paulatinamente en la poda de cada temporada. 
Una poda adecuada ayuda y fomenta las floraciones e incluso en algunos casos puede condicionar el tamaño de las rosas según se pode más o menos severamente.
En climas suaves, la poda y tras ella el defoliado de las hojas que queden una vez se han cortado las ramas, ayuda a que el rosal entre en una especie de "latencia" que aunque breve es muy beneficiosa.
  • Antes de comenzar a podar: El equipo. 
Conviene revisar nuestras herramientas y comprobar si contamos con las precisas. No hace demasiado colgamos un artículo que trata con bastante detalle todo lo referente al equipamiento, útiles y herramientas para la poda de nuestros rosales. Unas buenas tijeras afiladas y limpias, unos guantes adecuados son siempre imprescindibles!!
  • ¿Cuándo podar? 
Generalmente será al final del invierno el momento mejor para realizar estas tareas.
Pero esto, como casi todo en jardinería, no es más que una afirmación general que tiene sus excepciones. Los rosales de una sola floración es mejor podarlos justo cuándo esta termina. Y en los climas extremadamente fríos, con heladas muy, muy profundas, es conveniente aplazar un poco la poda y hacerla ya comenzada la primavera. Colgué no hace mucho un artículo sobre cómo elegir el momento para la poda de nuestros rosales
  • La poda de los rosales por estaciones.
Aclaremos algo, cuando pensamos en poda tendemos equivocadamente a pensar exclusivamente en la que practicamos en climas como los nuestros al final del invierno o comienzos de primavera. pero hay otras prácticas que también pueden considerarse podas y que se realizan a lo largo del año, todas ellas encaminadas a lograr una mejor salud del rosal. Añadamos también que cualquier trabajo de limpieza, poda o recorte se hace siempre teniendo en cuenta como crecen los rosales. De ahí que la altura de los cortes, su inclinación, el tipo de madera que se elimina, etc. se deban hacer de la forma y en los puntos adecuados teniendo en cuenta siempre el modo que tiene de crecer el rosal.
Verano: Lo que se conoce con el término inglés como "Deadheading" no deja de ser otro tipo de poda. Consiste en la eliminación de las flores marchitas con el fin de evitar que el rosal dedique su energía a la formación de semillas si la rosa es polinizada. De este modo fomentamos nuevas floraciones ya que la planta en su afán de perpetuación será más fácil que vuelva a florecer (está claro que esto no ocurrirá en los rosales no reflorecientes) La limpieza de las rosas tan pronto se ajen permite al rosal reconducir su energías a la emisión de nuevas floraciones y no a la formación de semillas.
Evidentemente esta limpieza de flores marchitas deberá practicarse a rosales de los que se esperan nuevas floraciones y podrá realizarse durante toda la temporada hasta que esté próximo el momento de entrar en parada vegetativa.
Como regla general y para producir un nuevo rebrote, las flores marchitas no deberán cortarse por encima de una hoja inmadura (tres folíolos) si no que el corte se practicará por encima de la primera hoja completa de cinco o siete folíolos que mire hacia fuera del arbusto (El número de folíolos de las hojas maduras depende del tipo de rosal. Las de tres siempre son inmaduras).
Tras la floración, además de eliminar las flores pasadas es muy habitual realizar una poda ligera de verano o de mantenimiento. Para no alargar en exceso este artículo postergamos hablar de ella para hacerlo en un artículo aparte que intentaremos publicar más adelante.
Digamos de momento únicamente sobre esta poda que en rosales con flores de gran peso hay que tener presente que si los cortes los practicamos demasiado arriba de la rama, el brote que se producirá no será vigoroso, doblándose finalmente por el peso de las rosas en su extremo al no tener fuerza para sustentarlo.
El final del otoño o ya comenzado el invierno también es un momento adecuado para cortar las ramas excesivamente largas de los trepadores para evitarnos disgustos cuando en invierno se producen los temporales y el viento y la nieve pueden con su fuerza y su peso quebrar algunas ramas. Es el momento de sujetar firmemente estos rosales a las estructuras sobre las que crecen (celosías, pérgolas, arcos, etc)
Estos movimientos bruscos de las ramas largas que se producen en días muy ventosos pueden desestabilizar el rosal moviéndolo desde su base y aflojando con este movimiento las raíces que lo unen al suelo produciéndose a veces una gran desestabilización del arbusto.
A pesar de lo dicho sobre la limpieza de las flores marchitas, cuando llega el final del otoño y tratándose de rosales que producen hermosos escaramujos debemos tener presente que si en nuestro afán de mantener "acicalados" los rosales,  eliminamos estas últimas rosas estaremos eliminando con ellas la posibilidad de disfrutar también de los bonitos escaramujos.
Conviene permitir que el rosal cierre su ciclo natural posibilitándole la formación de escaramujos. En general, no deberíamos eliminar la última tanda de flores que se producen en la temporada. Permitiendo que el rosal forme semillas y escaramujos estaremos ayudándole a entrar en parada vegetativa y con ellos a un descansos que le resultarán muy beneficiosos. Seguir cortando las flores pasadas es animar a los rosales a que sigan intentando aquello para lo que están preparados genéticamente: para perpetuarse y por tanto a seguir emitiendo brotes y flores con el anhelo de formar semillas. Estos rebrotes en un momento del año en el que hay peligros ya de heladas puede ser muy perjudicial para los rosales. 
Momento de plantación: Como sabemos es el final del otoño o comienzos de invierno cuando suelen llegar nuestros rosales a raíz desnuda. Antes de plantarlos conviene hacer un ligero recorte de raíces, con ello fomentaremos que broten nuevas raicillas que ayudarán a que el rosal arraigue.
De igual modo deberían eliminarse antes de su plantación cualquier rama excesivamente débil y delgada, enferma o muerta e incluso acortar muy ligeramente las ramas principales para fomentar el surgimiento de brotes vigorosos.
Final del invierno: 
Tras las primeras temporadas de crecimiento y una vez el rosal ya está asentado se realizan las primeras podas invernales que son las de formación del arbusto
Antes de que comience de nuevo la actividad vegetativa con fuerza y siempre tras haber pasado el riesgo de heladas fuertes. Se trata de recortes que mantendrán el rosal con una estructura joven eliminando madera muerta o demasiado lignificada para seguir siendo productiva, ramas enfermas, etc. Es una poda que ayudará en algunos casos a limitar de alguna manera el tamaño del rosal y a conformar su estructura de manera que la parte interior del arbusto tenga una ventilación adecuada para no enfermar. Será más o menos intensa dependiendo de las variedades de rosales y del espacio que disponemos para el rosal en cuestión e incluso de nuestros gustos particulares.
  • Veamos a continuación algunas directrices generales sobre la poda de rosales que pueden aplicarse a cualquier rosal con independencia de la variedad o grupo al que pertenezcan
Como decíamos más arriba cualquier corte que practiquemos debe ser teniendo en cuenta como crecen los rosales.
No he tenido de momento en mi jardín problemas de barrenadores en los rosales así que no suelo aplicar sobre los cortes ningún tipo de producto. No obstante quienes tengan peligro de este tipo de plagas pueden poner sobre los cortes de ramas de cierto calibre productos cicatrizantes específico.
Debemos decir que hemos visto como muchos jardineros aplican cola blanca sobre ellos. Sinceramente, yo no puedo asegurar la conveniencia de su uso porque no he usado este producto pero por la frecuencia con la que hemos leído sobre el tema parece que no va mal este producto barato y de fácil aplicación.
*Recordemos aquí un tema importante. La capacidad que tienen los rosales de emitir nuevas ramas incluso en la madera vieja. Esta capacidad facilita muchísimo que podamos mantener arbustos jóvenes. 
Las yemas que existen a lo largo de una rama ya vieja están latentes y apenas son perceptibles, pero si cortamos por encima de ellas eliminando buena parte de esta rama vieja, fomentaremos la activación de estas yemas latentes y con ello la emisión de una nueva rama vigorosa, joven y productiva.
A pesar de que a veces resulta difícil llegar a ver las yemas latentes si nos fijamos bien, las hojas dejan una cicatriz en forma de media luna bajo las yemas. Es sobre estas yemas latentes sobre las que, si llega el caso, podemos cortar eliminando así las partes excesivamente viejas del rosal permitiendo el rejuvenecimiento del rosal.

Cortes por encima de una yema que crezca hacia fuera del arbusto. Nunca hacia dentro. Esta de la siguiente fotografía es una buena yema. 
En este corte, la yema que tomará más fuerza será la que se encuentre inmediatamente por debajo de la sección. El predominio apical hace que la yema que tiene el "liderazgo" en la rama sea la situada en el extremo final. Cortando las ramas, es decir, podándolas, favorecemos, sí, esta yema cercana al corte como decíamos pero también propiciaremos el desarrollo de algunas de las que se encuentran por debajo. 

* Corte en dirección contraria a la yema y a aproximadamente 0,5 cm. sobre ella. Sin obsesiones y sin ir con una regla para medir eh!! jejejje Los cortes deberían hacerse inclinados en dirección contraria a la yema para evitar acumulaciones de agua y por tanto de zonas propensas a hongos e insectos en el punto en que está la yema. En lo que hace a la distancia: ni muy próximo a la yema evitando el peligro de dañar al cortar; ni demasiado alejado para que no se formen los tocones de los que hablaremos a continuación.

* Eliminación de chupones.  Cuando lo que cultivamos en nuestro jardín son rosales injertados puede darse el caso que desde el portainjertos broten ramas que aparecen por encima del nivel del suelo. Generalmente se distinguen de las ramas emitidas por la variedad del rosal. Muchos portainjertos emiten ramas con foliolos de color mucho más claro, con hojas más pequeñas, etc.
Estos chupones no debemos cortarlos a nivel del suelo puesto que con ello lo que haremos es favorecer que rebroten más. Por el contrario deberemos retirar todo el suelo que los rodea hasta llegar al punto del injerto desde el que brotan y desde ahí, arrancarlos literalmente, tirando con fuerza. Cuesta un poco, pero salen al final!!
* Eliminación de tocones. Toda la parte de una rama desde la última yema hasta su extremo tarde o temprano morirá porque la savia no llegará más arriba de la yema. Por tanto si en podas anteriores hemos dejado tocones sin cortar, aunque no estén muertos, convendría eliminarlos. 

 

Eliminación de madera muerta.


Eliminación de ramas dañadas y/o enfermas. La madera con heridas, golpes, rasgaduras es una puerta abierta a plagas y enfermedades, de ahí la conveniencia de eliminarla. Igualmente una rama enferma provocará mayor facilidad para su propagación.

 

Eliminación de ramas débiles y poco vigorosas.

* Eliminaremos las ramas que crecen hacia el interior del arbusto.

* Las que crecen cruzadas ya que los aguijones al rozar una rama contra otra terminan por dañarse. Igualmente eliminaremos o acortaremos las ramas que claramente desequilibren la estructura general del rosal. Así, ramas que sobresalgan demasiado o que crezcan en dirección a la que no nos convenga.
Eliminación de madera vieja y poco productiva. Cuando veamos que una de las ramas ya no produce rosas e incluso pocos brotes es el momento de eliminarla. Esta práctica nos ayudará a mantener arbustos jóvenes. No hay que tener miedo de eliminarlas!! Cortar una rama vieja por abajo, junto al suelo, fomenta el surgimiento de otras nuevas que la sustituirán y que producirán rosas en abundancia.

Tratar de mantener despejado el centro del arbusto para permitir una ventilación adecuada. Un centro con demasiadas ramas no permite que el aire circule entre ellas, de manera que la lluvia, el agua del riego o la humedad permanecen sobre las hojas demasiado tiempo, fomentando con ello como hemos repetido, enfermedades fúngicas y la proliferación de plagas. 
Fijaos en este centro, está lleno de ramas débil, surgen en exceso y una vez broten las hojas llenarán en exceso la base y el centro del rosal y el aire no podrá circular entre ellas.

Así pues, conviene eliminar algunas ramas sobrantes y dejar bien despejado el centro del rosal. Vemos a continuación dos fotografías con el antes y el después de la poda.


Aquí tenemos ya el rosal una vez se han eliminado los tocones,  la madera muerta, débil, cruzada, y se ha despejado el centro del arbusto.

* Voy a aconsejar algo a sabiendas de que no siempre es practicable: defoliar el rosal una vez podado. Sí, ya sé que hacerlo lleva su buen tiempo. Si, como es mi caso, tenemos en el jardín setenta y tantos rosales...la verdad, este año los he defoliado todos pero no tengo nada claro que una vez se hagan arbustos grandes esté en disposición de seguir haciéndolo. Pero en fin, aconsejar, siempre se debe aconsejar lo conveniente otro tema es que podamos llevarlo a término :) 
Las hojas viejas de la temporada anterior no aportan nada al rosal. Al contrario, se convierten en la guarida perfecta de plagas y hongos en distintos estados de desarrollo que favorecerán más adelante, cuando el rosal comienza a brotar que estas plagas y enfermedades hagan enfermar al rosal. 
Una limpieza escrupulosa de hojas y cualquier material de poda una vez terminemos el trabajo nos ahorrará problemas. Las hojas viejas, muchas veces enfermas o con larvas y hongos, los trozos de ramas enfermas, etc, son un poco de infección. Dejemos bien limpia el suelo que rodea la base de nuestros rosales!!

Una generosa capa de acolchado alrededor del suelo que rodea al rosal, a base de compost, corteza triturada o estiércol bien fermentado terminará por dejar nuestros rosales en perfecto estado para comenzar la nueva temporada.

  • Quiero por último hacer mención de algunos términos muy frecuentemente usados cuando se nos habla de las podas
* En muchos manuales y páginas web veremos que al hablar de la poda utilizan términos como "madera nueva" y "madera madura". Casi todos nosotros sabemos perfectamente diferenciarlas pero los jardineros nuevos en el cuidado de las rosas puede que tengan a veces alguna dificultad para ver las diferencias.
En la parte superior vemos una rama joven. Se trata de un vástago que brotó durante la última temporada. No tiene ramillas laterales, su exterior es de color verde, es una madera claramente joven y tierna. Incluso los aguijones que hay sobre ellas suelen verse tiernos, frecuentemente más rojos que cuando se trata de una rama vieja. Y si practicamos un corte y observamos su interior, el centro es esponjoso y blanco, rodeado de un círculo de color verde bajo la corteza.
Por el contrario, las ramas maduras tienen ramas laterales, su exterior se va lignificando con los años y ya no es de color uniformente liso y verde si no que presenta rayas, hendiduras y distintos tonos de marrones más oscuros. Sus aguijones vemos que han cambiado de color  y suelen presentarse como más grisáceos, oscuros y de material más seco. Su interior ya no es blanco y esponjoso si no que al igual que su exterior se va lignificando y endureciendo.
Estas ramas, pasadas algunas temporadas hay que eliminarlas porque según transcurre el tiempo cada vez producen menos flores. 

Tener claro cual es una rama madura (que es lo que se menciona normalmente como "rama principal" con sus ramas laterales ("Ramas secundarias") es importante en la poda de muchos rosales, sobretodo trepadores porque es en estas ramillas laterales dónde se producen las rosas.
Creo que estas dos imágenes puede ayudar. Primero vemos una rama madura, con sus ramas laterales. Estas son las que (siempre que no sean demasiado viejas y haya que eliminarlas) hay que recortar. 
En la siguiente foto se ve una rama principal con sus ramillas laterales ya podadas.

 

  • Y tras la poda. Qué?
Bien, tenemos podados ya nuestros rosales. Y ahora qué hacemos? Justo ahora, inmediatamente tras la poda y sin dar tiempo al desarrollo de insectos y hongos, es un buen momento para hacer la última aplicación de aceite mineral. Este tipo de productos actúa extendiéndose sobre el cuerpo del insecto tapando sus espiráculos (son las aberturas exteriores de las tráqueas de los insectos) o los estigmas de los ácaros y matándolos por asfixia.
Los aceites insecticidas actúan también sobre los huevos, las larvas y sobre los insectos en estado de hibernación. Son por tanto productos de actuación preventiva y que nos ayudarán a mitigar los efectos de las plagas sobre nuestras plantas cuando vuelvan a estar en actividad vegetativa.
Como ventajas sobre los insecticidas “normales” se puede mencionar: son su baja toxicidad para las personas y para el medio ambiente, el amplio abanico de insectos sobre los que actúan y que son efectivos sobre estados de los insectos que los otros insecticidas no lo son, por ejemplo sobre huevos y ninfas. La efectividad sobre fases hibernantes de los insectos es una gran ventaja de estos aceites.
* Ojo!! Si pensamos aplicar azufre a nuestros rosales o lo hemos aplicado recientemente, deberemos esperar entre 30/40 días desde la aplicación del aceite para aplicar el azufre y viceversa. Es importantísimo saber que azufre y aceite mineral son totalmente incompatibles!!
Aconsejo la lectura del artículo que el año pasado sobre el uso de este tipo de aceites

* También conviene hacer aplicaciones de fungicidas de contacto como preventivo de enfermedades fúngicas, éste es también el momento de hacerlo. En este caso, podemos mezclar el aceite y el cobre sin problema. 
Igualmente en este caso, recomendamos que antes de su aplicación nos informemos muy bien de su uso. Propondría la lectura del artículo sobre el uso de preparados a base de cobre y azufre que colgamos en diciembre de 2014

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* Hasta que los rosales no comienzan claramente a brotar no conviene proporcionarles abonos. Es mejor esperar tres o cuatro semanas para la aplicación de los fertilizantes. Trataremos del tema en posteriores artículos para quienes les interese este tema.
De momento esto es todo. Tenemos ya listos nuestros rosales para comenzar la temporada y darnos las ansiadas rosas!! :)

4 comentarios:

  1. Fantástica explicación!!! Como siempre, es un gustazo leerte.

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  2. Genial María! Justo ayer estuve en una charla sobre poda de rosales que dio una viverista valenciana (rosales Ferrer) y coincidía en todo contigo. Vamos, tu exposición ha sido aún mejor, con fotos muy ilustrativas. Muchas gracias!

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  3. Gracias, María. Como siempre un buen artículo y explicado con claridad. A ver si empieza el buen tiempo y comienzan las brotaciones.
    Un bico.

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  4. María has hecho un trabajo excelente en todas y cada una de las entradas sobre la poda de rosales, este resumen es la guinda del pastel. Sigo tus consejos de poda y de cuidados a ver si esta primavera logro tener rosas más sanas y bonitas!
    Un beso enorme y gracias por explicarlo tan bien.

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