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Las plagas de los rosales (I) Los pulgones...esos encantadores bichitos!!

Quienes son estos “queridos” visitantes de nuestros rosales?
Constituyen una de las plagas más frecuentes en nuestros jardines y los podemos ver atacando a muchísimas de nuestras plantas. Son insectos pertenecientes a la familia de los Aphidae (del que viene el nombre común por el que se los conoce, “afidios”), orden Homópteros. Existen pulgones de muchísimas especies.
Por lo general los pulgones son muy polífagos, es decir, atacan plantas de distintas especies. Pero también existen especies mucho más “especializadas” y se les suele ver en un determinado huésped (monófagas), por ejemplo Macrosiphum rosae L que tiene preferencia por los rosales.
Capullo de Mme. Isaac Pereire plagadito  plagadito, durante esta primavera en el anterior jardín que no podía cuidar. Se aprovecharon bien de mi ausencia jajajaja
Poseen un aparato bucal chupador en forma de largo pico que clavan en los brotes tiernos de los rosales y succionan con él la savia. Tienen un tamaño entre 1,5  y 3 mm y dos antenas. Pueden tener distintos colores, desde el parduzcos como el Macrosiphum rosae L, verdes, negros (como Aphis fabae Scop) e incluso rojizos. Hay infinidad de tipos de pulgones, los hay áptero (sin alas) y sin separación entre el tórax y el abdomen; otros poseen cuatro alas y separación entre el tórax y el abdomen.
Tienen dos sifones en la parte final del abdomen que en realidad son dos tubitos distintos en tamaño y forma según las distintas especies y por los que excretan melaza, sustancia que ensucia las distintas partes de los rosales dándoles un aspecto brillante. Se trata de una sustancia azucarada muy del gusto de las hormigas y que luego veremos hasta qué punto es perjudicial para nuestros rosales. Sobre esta sustancia segregada suele producirse el hongo de la negrilla
Ciclos biológico de los pulgones
Los pulgones presentan un ciclo de vida complicado porque pasan por distintas fases y durante ellas adoptan distintas formas.
En cuanto a su forma de reproducción pueden ser vivíparos, es decir que dar lugar a crías vivas. U ovíparos, los pulgones que se reproducen por huevos.
Al iniciarse la actividad vegetativa del rosal al inicio de la primavera los huevos que estaban invernando y que están fecundados eclosionan dando lugar a la primera generación de pulgones produciéndose varias de ellas durante el verano.
Durante el mes de mayo las hembras aladas difunden la plaga a otras plantas. En otoño aparece una generación de machos y hembras que en invierno darán lugar a los huevos fecundados y depositados en los troncos que son los que eclosionarán a la llegada de nuevo de las temperaturas agradables de la primavera.
Algunas especies viven sobre la misma planta y sobre ella se reproducen y completan todo su ciclo. Por el contrario, otros pulgones (como Macrosiphum rosae L.) habitan en el rosal (huésped primario) las primeras generaciones  y darán lugar a distintas generaciones, más tarde, algunas hembras aladas se trasladan a otras especies vegetales distintas de la anterior (huésped secundario) dónde se reproducirán dando lugar a otras hembras ápteras que a su vez producirán una nueva plaga a veces de forma muy distinta de la anterior y que de nuevo volverán a la planta que fue el huésped primario.
Los pulgones tardan unos siete días en alcanzar el estado adulto y poder reproducirse pudiendo dar lugar a 150 larvas!!!

Daños ocasionados por los pulgones
Atacan principalmente los brotes tiernos de los rosales así como los capullos y succionan la savia del rosal a la vez que introducen toxinas en la planta produciendo el típico enrollamiento de las hojas, y la atrofia de las partes afectadas con lo que producen a la larga un debilitamiento de la planta. Transmiten virus fitopatógenos contagiando enfermedades de una a otra planta. En concreto son muy eficaces transmitiendo virosis (efectuada por las formas aladas de los pulgones)
Causan daños directamente en el rosal ya que tanto las ninfas como los adultos succionan la savia de la planta provocando alteraciones en el balance hormonal de crecimiento que generalmente se detiene si el ataque es importante.
Pero además dañan al rosal en más sentidos y es que al ser la savia muy rica en azúcares y muy pobre en proteínas estos áfidos se ven “obligados” a succionar gran cantidad de savia para llegar a conseguir la cantidad de proteínas que precisan. El “sobrante” de azúcares lo excretan en forma de melaza que depositan en las hojas y el exceso de esta melaza propiciará la aparición del hongo de la Negrilla que a su vez reducirá la actividad fotosintética del rosal.
Síntomas por los que podemos detectar su presencia.
Además de la observación directa como es obvio también hay una serie de indicios que nos pueden delatar su presencia en nuestros rosales:
  • Diminutos puntos en la vegetación que son señales de las picaduras y que tienen un color amarillento o verde pálido.
  • Presencia en la vegetación del rosal de “Fumaginas” comúnmente llamado hongo Negrilla, hollín, negreo, etc. De color oscuro casi negro. Se trata de una especie de polvo u hollín, seco que cubre en ocasiones las partes afectadas por los insectos y sobre las que los pulgones han depositado la melaza que segregan. En sí misma no es perjudicial en el sentido de que no contagia nada pero sí lo es en la medida en que impide el normal funcionamiento a nivel de fotosíntesis de las hojas. Podemos frotar con los dedos las hojas y veremos que debajo aparece de nuevo el verde propio de la hoja. 
  • Presencia de hormigas sobre la negrilla o la melaza que segregan los pulgones sobre las hojas.
  • Hojas del rosal pegajosas y enrolladas especialmente en los brotes tiernos.
  • Residuos de color blanquecino en las zonas atacadas que son restos de las distintas mudas que estos insectos efectúan y que no debemos confundir con otros insectos nocivos.


Evitar el desarrollo de pulgones:
  • Efectuar tratamientos preventivos con aceites insecticidas durante los meses de otoño e invierno, antes de que los rosales se activen vegetativamente en primavera, así ayudaremos a eliminar los pulgones en estados larvarios escondidos en las hojas y ramas del rosal.
  • No esperar a que la plaga sea abundante. Eliminarlos manualmente si es posible y si no, eliminar los brotes afectados destruyendo la vegetación retirada.
  • Efectuar tratamientos precoces, tan pronto como aparezcan los primeros síntomas de que el rosal está siendo atacado por esta plaga.
  • Observar frecuente y detenidamente nuestros rosales, sobre todo en primavera y especialmente la vegetación nueva de los brotes.
  • Usar fertilizantes adecuados. Los que contienen demasiado nitrógeno propician el desarrollo de demasiados brotes tiernos y débiles.
  • Nutrir y aportar materia orgánica al suelo con abonos orgánicos durante el otoño o invierno y acolchados a base de restos vegetales triturados o con estiércoles o humus.
  • El aroma que exhalan algunas plantas aromáticas como el romero, el ajo, la melisa, la menta o la albahaca y algunas como las caléndulas, son repelente para los pulgones. Intercalar entre nuestros rosales algunas de ellas es una buena idea.
  • La cercanía de plantas como los altramuces (Lupinos), las dedaleras o las ortigas es beneficiosa para este fin porque son plantas que repelentes de estos insectos.
  • Los pulgones se ven favorecidos en su proliferación en ambientes secos y con temperaturas no muy altas. El estar atentos al riego se hace por tanto imprescindible y por tanto deberemos cuidar la hidratación de los rosales especialmente en tiempo seco.
  • Siempre he leído que un rociado con la manguera ayuda a eliminar los pulgones de los brotes pero me pregunto si durante este proceso lo único que estamos haciendo es cambiarlos de lugar. Desconozco la efectividad de estos rociados. Quizás en el proceso se matan algunos pero no sé si los que caen vivos al suelo tienen la posibilidad de volver de nuevo al rosal.
  • Controlar en la medida de lo posible las hormigas dado que ya sabemos que los cuidan porque son devoradoras de la melaza que estos bichos sueltan.
  • Eliminación de las partes afectadas especialmente las que tienen negrilla.
  • Eliminación de malas hierbas y restos de hojas secas o ramillas procedentes de podas manteniendo en un buen nivel de higiene la zona de suelo alrededor de dónde crece el rosal.


Control una vez establecidos en nuestros rosales
  • Aceiteinsecticida de forma preventiva siempre que no haya mucho calor, heladas o la planta le falte agua.
  • Control biológico con sus depredadores naturales: Todos conocemos unos preciosos insectos y todos deseamos su presencia en nuestro jardín, son las mariquitas (Coccinella septempunctata).
    Mariquita sobre unan hoja del acolchado que puse a los arbustos este otoño. Qué alegría da verlas cerca de nuestras plantas!!! Por cierto, las gotas que hay sobre ella son simplemente del riego que he hecho hoy!!
    Otros depredadores naturales de los pulgones son
     las crisopas (esos insectos con una peculiar forma de "dejar" los huevos colgados de un hilo que pende de las hojas)
    Crisopa. Imagen de Wikipedia:  http://es.wikipedia.org/wiki/Chrysopidae#mediaviewer/File:Chrysopa_perla01.jpg
    Huevo de Crisopa de Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Chrysopidae#mediaviewer/File:Mombach_fg49.jpg
    y las 
     las tijeretas son depredadores naturales de los pulgones. Favorecer que estos insectos vengan a nuestro jardín es un modo natural de limitar el desarrollo de los pulgones.
  • Piretrinas: que obtienen de los crisantemos. Contaminan menos pero igualmente afectan no solo a los pulgones si no también al resto de la fauna beneficiosa.
  • Jabón negro (también llamado potásico): Menos efectivo pero menos contaminante porque es biodegradable y respetar a los insectos beneficiosos. Con el podemos hacer un insecticida casero fácilmente.
  • Aceite de nem.
  • Insecticidas ecológicos como el purín de ortigas:
  • Uso de insecticidas sistémicos cuando la planta presente ya hojas deformadas
  • En todo caso, pensemos que cuando en un jardín hay un equilibrio adecuado, es normal la existencia de algo de pulgón y en general de cualquier insecto pero que no representará problemas graves al coexistir con otros insectos para los que sirven de alimento como son los depredadores que hemos mencionado anteriormente.
El problema de un uso abusivo e indiscriminado de insecticidas es que en el intento de eliminar las plagas también eliminamos a los insectos competidores de ellas provocando a la larga una agravación de problema.
De otra parte, si eliminamos del todo el alimento de estos competidores eliminando totalmente los pulgones, estamos provocando la desaparición de estos depredadores con lo que cuando vuelvan a aparecer las plagas no tendrán competencia natural en el jardín con lo que su propagación se verá favorecida .


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