Sauquillo, Mundillo (Viburnum opulus)

Cómo se nota el paso del tiempo.. Miro fotografías de hace dos años y me asombro del tamaño que va adquiriendo el Viburnum opulus!!
Muchos de los arbustos que planté en el jardín cuando comencé a crearlo están empezando a coger cuerpo. Ya están dejando de ser meros testimonios liliputienses de las especies plantadas en un mar de acolchado que los rodeaba y que hacía que parecieran perdidos en la nada...Qué chiquitos eran y qué hermosos se están poniendo.
Fijaos en esta fotografía que corresponde a mayo de 2015, de esa guisa empezó en el jardín. Diminuto!! Bueno, lo cierto es que también los rosales eran diminutos. Todo era pequeño :) Y distinto...No habíamos instalado el portón que cierra por uno de sus lados el huerto ni estaba bordeado el arriate de plantación dónde coloqué los rosales rugosas y este viburno con las piedras y traviesas que hay ahora. Desgraciadamente el viejo membrillero (Cydonia oblonga) murió y ahora en su lugar crece uno nuevo desde el año pasado.


Esta otra imagen aparece la misma zona con el aspecto actual. Qué cambiado todo. Verdad?

Hoy quería mostraros de nuevo este precioso arbusto que tiene interés a lo largo de muchos meses en el año.


Comienza con su floración ahora, en abril/mayo, a finales del verano se forman sus preciosos frutos rojos que aunque son tóxicos para las personas, resultan una delicia para los pájaros; y finalmente, durante el otoño, vuelve a transformarse de una manera maravillosa. Sus hojas adoptan precioso tonos cobrizos/naranjas.
Tengo algunas variedades de viburno  en el jardín porque me encantan!! Tan distintos todos y tan adaptables a cualquier rincón del jardín. Desde los ejemplares que crecen a sus anchas con sombra moteada, a los que prefieren el pleno sol pasando por los que necesitan la semisombra. Algunos con preciosos frutos rojos, negros, amarillos o azules; de hoja perenne o caducifolios. Hay viburnos para todos los gustos.


Con el tiempo tengo que hacerme con más variedades porque me enamoran, por ahora en el jardín cultivo V. Tinus, V Rhytidophyllum, V. plicatum 'Shasta', y dos Viburnum opulus uno de ellos es el cultivar V. opulus 'Roseum' que por cierto, no hay que confundir con el que tratamos hoy.
El cultivar 'Roseum' también llamado Viburnum opulus 'Sterile' es quizás el de floración más espectacular, sin embargo aquellos de nosotros que buscamos arbustos con frutos debemos tener en cuenta que sus flores son estériles de manera que no fructifica.
Para mí este es un aspecto importante y en realidad he llegado a comprar alguno no por decisión propia si no por confusión o mejor, falta de exactitud en el etiquetado. De hecho el primero que adquirí me llevé la sorpresa de que a pesar de que en la etiqueta indicaba un dato que sin ser erróneo no era completo, ponía V. opulus pero no indicaba que se trataba del cultivar 'Roseum' con lo que me encontré con un arbusto como digo, que no fructificaba. Cosa que yo no deseaba. 
He comprobado varias veces en algunos viveros esta falta de información en el etiquetado de esta variedad. Lo malo es que es difícil distinguir entre el uno y el otro hasta que florece. Las hojas son bastante semejantes incluso.

De todos modos es tan bonito cuando está en flor que merece la pena tener más de una variedad e incluir entre ellas este Bola de nieve.
La humedad en las raíces es importante en todas las plantaciones hasta que arraigan eso todos los jardineros lo sabemos pero hay arbustos especialmente delicados en este sentido en tanto no han desarrollado raicillas en el terreno circundante. Viburnum tinus aunque tiene la fama de ser un arbusto de fácil cultivo y lo es, sin duda, es especialmente delicado y aguanta mal la falta de agua durante los dos primeros años. Cuando digo que aguanta mal, estoy refiriéndome incluso a llegar a perder un arbusto que lleva poco tiempo plantado por faltarle el agua y no es preciso olvidarse de regarlo durante muchos días para que esto ocurra. Estoy hablando lógicamente en mi clima con veranos muy secos y calurosos. Seguramente en el norte de España estos problemas no se plantean. Luego sí, cuando V. tinus llega a arraigar bien es verdad que hace honor a su nombre de "durillo" pero en tanto sus raíces no se han expandido en el suelo circundante del hoyo de plantación hay que estar muy, muy pendiente de que siempre esté hidratado el suelo.En dos ocasiones, V. tinus plantados en primavera, cuando ha llegado el rigor del verano, si me he descuidado tan sólo un poco, no han resistido y los he perdido.

Con Viburnum opulus 'Roseum' no hay tanto peligro de llegar a perderlo pero sí he notado que especialmente el primer año, en mi clima, languidece fácilmente durante los días de más calor del verano y me he visto obligada a proporcionarle casi a diario una buena cantidad de agua para mantenerlo turgente. Y la verdad es que el agua parecía milagrosa en poco tiempo. Enseguida es capaz de absorber la humedad del suelo y los problemas de languidez desaparecen rápidamente.
La segunda temporada esta variedad soporta mucho mejor el calor. El verano pasado V. opulus 'Roseum' ya no languidecía en las horas centrales del día.
Por eso digo que de los que yo cultivo, es Viburnum opulus el menos problemático en sus primeras temporadas. Aguanta el pleno solazo, aunque, como todos los viburnos precisa hidratación en el suelo soporta muchísimo mejor la sequedad que los otros, incluso recién plantado.



No tiene la floración tan llamativa como el anterior aun así me parece muy hermosa. Semejante a las hortensias de encaje (Hydrangea lacecap) las umbelas florales tienen flores grandes en su periferia, que son estériles y flores muy pequeñas en su centro que son las que producen semillas. Sin embargo tengo la impresión de que son más duraderas que su hermano estéril. 

Por supuesto para mí, personalmente, creo que su capacidad para formar preciosos frutos al final del verano/otoño, compensa con creces la diferencia en la floración.
En estos dos años que lleva en el jardín todavía no lo he podado. Ni siquiera una poda de formación. Ya sabéis que no soy dada a podar desde el inicio casi nada. Prefiero observar como crecen las plantas, dejarlas crecer a su aire durante dos o tres años, comprobar qué tendencias tienen de forma natural y cuando ya se han desarrollado durante dos o tres temporadas afrontar la poda.
Una vez se pase la floración lo recortaré un poco pero muy ligeramente. Se tratará más de una poda de limpieza que otra cosa. Ya el año que viene sí, empezaré a pensar en podar.
No es que sean de los arbustos que precisan menos riego pero con cierta humedad en el suelo tiene suficiente. Aconsejaría una buena capa de acolchado para preservar la frescura del terreno y ahorrar en riegos.
En fin, se nota que me gustan este género de arbustos verdad? Así es, pienso que si se precisa de un arbusto de fácil cultivo, con distintos momentos de interés a lo largo de la temporada, con una floración preciosa, con frutos llamativos y que proporcionan un estupendo alimento para las aves de nuestro jardín y que además nos regale un otoño maravilloso con la transformación del color de sus hojas en la gama de amarillos y naranjas vibrantes...ese es un viburno!! Y hay tantas variedades para elegir... ;)

Acer palmatum, empieza estupendo la temporada. Ya veremos como la termina...

Al comenzar agosto del año pasado no pude sufrir la tentación de traerme para casa un Acer palmatum (Arce japonés) y plantarlo en mi jardín. Evidentemente era consciente de que mi clima  es todo lo contrario de lo que este precioso árbol precisa pero a pesar de ello, ya digo, no pude dejar de intentarlo.


Busqué y miré y sopesé y volví a considerar cual sería el lugar (si es que había alguno) adecuado en mi jardín y tan sólo encontré dos.
Puestos a intentarlo mejor en el lugar más bonito para mi gusto, el jardín secreto. Una zona que como sabéis quienes leéis este blog con asiduidad abarca la esquina NE del jardín y todo él está bajo la protección de dos enormes pinos.


Estos grandes y añosos árboles sombrean la mayor parte del día esta zona proporcionando un fresco (si es que en agosto en la Sierra Oeste de Madrid puede hablarse de algo que se parezca a frescor ajajjaja) que no goza el resto del jardín. En este jardín cultivo hostas, helechos, calas y en general aquellos arbustos que precisan de sombra. El suelo contaba inicialmente con una pendiente muy acusada pero artificialmente (con el suelo que fui sacando de las plantaciones de todo el jardín) fui haciendo una "meseta" que ahora permite disfrutar de un buen espacio llano y sin pendiente. Esta acumulación de tierra la sostuvimos construyendo una especie de rocalla con un par de banco hechos de traviesas de madera. Entre las grandes rocas llenas de verdín y musgo y los bancos rellenamos con sustrato nuevo y rico que está permitiendo que las plantas crezcan por encima del nivel de las raíces de uno de los pinos.

En fin, que se trata de un rincón de los más agradables de mi jardín y en el que paso largas horas leyendo, disfrutando de las vistas que tiene del pueblo a lo lejos y no sé por qué este lugar parece que en mí produce muchas veces la inspiración para resolver algunos problemas del jardín. Sentada aquí, tranquilamente pensando y buscando soluciones, se han forjado en mi mente muchas de las soluciones que luego he aplicado en otros espacios del jardín.

Me gusta este sitio. Es fresquito, tranquilo, lleno de vegetación y aunque le faltan algunos detalles como una fuente, quitar el horroroso banco blanco (que no se me ocurre dónde esconderlo ajajjja pero que odio su visión porque es como una bofetada en los ojos cada vez que lo miro)...sin embargo tiene algo que me atrae y en él me siento muy muy a gusto!!

A lo que vamos, que hay que ver cómo me enrollo!! :) Como digo, no las tenía todas conmigo con este Acer y sin muchas esperanzas, una vez encontrado la ubicación menos mala (porque buena no hay ninguna) decidí proporcionarle el mejor suelo que pude. Mezclé varios sustratos y creo que logré una mezcla esponjosa, que no tiene problema alguno de drenaje, que no se encharca y que a la vez guarda la humedad bastante tiempo.
Para elaborar esta mezcla utilicé turba rubia (con un pH entre 3/4) y tierra para acidófilas que aportarían la acidez necesaria; humus de lombriz y una generosísima cantidad de hojas de roble secas que permiten que la mezcla esté bien aireada, arena para facilitar el drenaje, y vermiculita y arcilla expandida para ayudar a mantener húmedo el suelo. 
Si el clima no acompañaba, al menos que el sustrato en el que crecieran las raíces fuera del gusto del precioso arce japonés...Habría que añadir que tampoco era buen momento para plantarlo porque agosto, con el calorazo que hace aquí...En fin, que me empeñé en traérmelo y me lo traje!!
No hay que decir que hasta que entró en latencia cuidé su hidratación con mimo y no permití que en ningún momento el sustrato se secara. Aporté agua muy frecuentemente para que las raíces tuvieran siempre algo de humedad y esperé que llegara el frío del invierno deseando que mientras tanto el árbol emitiera suficientes raíces en el sustrato que le proporcioné para que la primavera siguiente (esta) empezara a tirar con fuerza.
Afortunadamente así ha sido (cruzo los dedos!!) No fue de los árboles que empezó a brotar primero pero cuando ha dicho a hacerlo, caramba!! Lo está haciendo con fuerza y está poniéndose precioso!!
Así estaba el año pasado:

Viendo como está creciendo, de momento está claro que el sitio le gusta porque el crecimiento es grande.

Sé que tiene que venir el temido verano con su aire seco y tórrido y que ahí es cuando de verdad sufrirá. Veremos como afronta el calor. Sin duda no estará como ahora de bonito pero al menos, el hecho de que el año pasado hubiera arraigado estupendamente, ha permitido que comience la temporada con un magnífico crecimiento y ha aumentado considerablemente su tamaño. No parece el mismo!!
Sin duda a partir de mayo que comienzan ya a subir bastante las temperaturas seguiré cuidando su riego y su nutrición. Al inicio de la temporada le puse una buena capa de humus de lombriz y ahora cuando comience el verano haré igual. Es una forma de aportar materia orgánica y a la vez de mantener la zona que rodea las raíces húmeda y más fresca que de tener el suelo al descubierto.
Aunque no puedo cantar victoria ni muchísimo menos porque la prueba de fuego la deberá pasar en verano, esta tarde estaba sentada frente a él. Me fijé en sus hojas, sin manchas, frescas, sanas, sin signos de sequedad....y me gustó tanto verlo tan bonito que he querido mostrároslo.

Feliz tarde de domingo queridos lectores. Muchísimas gracias por leerme!! :)

Cola adhesiva como barrera contra las hormigas en los troncos de los árboles. Este sistema no me gusta!!

Ya sabéis que generalmente traigo aquí las técnicas, productos, trabajos o ideas que considero que funcionan, que me han ido bien en mi jardín, que me gustan o que creo positivas para las plantas. Hoy es todo lo contrario. Os muestro un sistema que he probado y que estoy totalmente arrepentida de haberlo usado.

Empecemos por el problema. Ya conocéis a nuestras queridas y laboriosas amigas, las hormigas. Tan prestas ellas a "ayudarnos" a distribuir sobre los brotes tiernos y a subir a la copa de los árboles a otros "entrañables" amigos de los jardineros, los pulgones!!
Tengo una Tilia cordata que me encanta y que no hace demasiadas semanas ha comenzado a brotar. Tiene las hojas ahora recién formadas y están preciosas!! Verde claro y absolutamente tiernas. 

Evidentemente son pura atracción para los pulgones así que ellas, las incesantes trabajadoras y siempre solícitas están encantadas de subirlos a la copa del árbol. Vi el otro día como las hormigas formaban un camino en el tronco del árbol en el que mantenían un trajín incesante arriba y abajo recorriéndolo. Me dije que estas criaturas deberían descansar un poco así que para ayudarlas decidí que tenía que usar algún sistema para impedir que subieran al tronco y con ello evitar que la Tilia cordata se me llenara de pulgón.
No sé ahora dónde leí que la cola adhesiva contra roedores e insectos era un buen sistema para este fin. Y efectivo lo es, sin duda. Un sistema puede ser muy efectivo pero tener otros inconvenientes que superan la efectividad.
Bueno, os cuento, como no lo había usado nunca y aunque las instrucciones del producto indicaban que se aplicara directamente sobre el tronco del árbol formando un aro paralelo al suelo sobre su corteza la idea de manchar el tronco con algo pringoso no me hacía ninguna gracia y se me ocurrió otro sistema.
Fui tomando trozo de cinta de carrocero que era la única cinta adhesiva que tenía a mano y solapándolos y poniendo la parte adhesiva hacia abajo formé una franja de seis o siete centímetros de ancha con un largo igual al perímetro del tronco.

Sobre ella extendí con una etiqueta de madera de las que uso para los planteles la cola adhesiva que vi que era como un especie de gel transparente. Para evitar que al coger la cinta se me quedaran pegados los dedos puse en los extremos un par de trozos de cinta verticalmente dónde no puse cola y así poder agarrar el conjunto.
Comprobé desde el inicio que era demasiado fluida pero como las instrucciones del producto indicaban que debía dejarse actuar unos minutos creí que durante este tiempo "espesaría" y que al ponerla vertical sobre el tronco no resbalaría. Craso error!!!

Me fui hacia el árbol y rodee su tronco con una de las cintas. La misma cola me sirvió para adherir los dos extremos. Desde el minuto uno la cola comenzó a resbalar hacia abajo y con la espátula intenté subirla y distribuirla en la parte central de la cinta. No las tenía todas conmigo pero bueno, lo dejé así.
Observé a las hormigas. Bajaban y tan pronto se acercaban a la cola se retiraban tronco arriba. Ni una se llegó a meter en la cinta. Es decir que adheridas no se quedaban porque las muy ladinas debían detectar la cola por el olor. Mi nariz sin duda es mucho menos fina que la suya porque a mí la cola no me olía absolutamente a nada. Casi a ras del suelo puse otra cinta rodeando el tronco.

A los minutos vi que la cola había descendido y que ya manchaba el tronco en algunas partes. En fin, ya no había remedio. Lo de manchar el tronco lo cierto es que me dio una rabia tremenda pero no había solución. Mi esperanza es que no bajara mucho más.

Al día siguiente no sólo había bajado un poco, que literalmente había chorreado por todo el tronco formando regueros de cola horribles.

El aspecto es desastroso como veis. Ya no solo por el hecho de que aunque el producto no es tóxico y a decir del fabricante no daña la corteza, si no por el hecho de que lógicamente se quedan adheridos a la cola otros insectos menos perspicaces que las hormigas, como moscas y desgraciadamente incluso una mariposa.
Edito este artículo tras darme una vuelta por un precioso blog, el de Margó de "El jardín de Margarita" y ver de casualidad que uno de sus post habla precisamente de esta mariposa que quedó pegada al tronco de mi Tilia cordata. Se trata de la mariposa Vanessa atalanta, una hermosa mariposa. Qué pena!! :)


La escena me pareció de una parte repugnante y de otra ver allí pegada a la mariposa me desagradó profundamente.
Parece ser que esta cola puede retirarse de la corteza del árbol cuando se seca pero sin duda andar limpiando ahora todo los chorretones que se han formado es un trabajo que no me apetece en absoluto hacer y no estoy demasiado convencida de que la corteza quede del todo limpia. Ya os contaré cuando pasen una semanas y limpie el tronco de cola, a ver cómo queda...
Está claro que este sistema es muy efectivo contra las hormigas pero yo desde luego no voy a volver a usarlo en ninguno de mis árboles. Primero porque como he dicho pringar su corteza con productos pegajosos no me gusta en absoluto pero además es que cada vez que paso al lado de un árbol tener que ver ese amasijo de insectos allí muertos...puffffffff!! No, este sistema no me gusta!! Y me temo que las cintas que venden con el adhesivo ya puesto quizás no tendrán el problema de esta cola en el sentido de que probablemente no chorreará tronco abajo pero tendrán el problema de la visión de los insectos allí pegados así que miraré a ver qué otra forma intento para proteger a los árboles de los dichosos pulgones. Está claro que esta que he usado desde luego que no.

Aclareo y repicado del semillero de flores

Hoy, a algunas variedades de los semilleros de flores les ha tocado un aclareo y a otras que ya se podían manipular con los dedos, las he repicado.

Han pasado casi dos semanas desde que hice unos semilleros de flores para cultivar junto a las hortalizas del huerto.
La verdad es que es cierto que dan su trabajo porque hay que estar muy pendiente de ellos. Los primeros días hasta que empezaron a brotar los mantuve en la casita de madera junto a la ventana que tiene orientación sur. 
Tan pronto empezaron a brotar vi que en su búsqueda desesperada por la luz las pequeñas plántulas tendían a inclinarse levemente hacia ella. No quise dejarlas en el interior más días por temor a que se me ahilaran (sus tallos se hicieran demasiado finos y largos) así que, como las temperaturas en el exterior durante el día ya eran suaves saqué los semilleros al jardín para que recibieran buena luz todo el día y durante la noche los resguardaba del posible frío.
Ya estos últimos días han estado tanto de noche como de día en el exterior.

En estos días han ido brotando las semillas de las distintas variedades. Los primeros en hacerlo fueron los Alhelíes de Virginia. A continuación les han seguido Ipomeas, Caléndulas, Capuchinas...y así hasta siete de las diez variedades que puse. Desgraciadamente creo que hay tres que ya no tengo muchas esperanzas de que broten porque si no lo han hecho en quince días...o quizás sí, no lo sé. De momento ahí están y no veo asomo de brote alguno. Aunque también es verdad que eso pensaba de los Digitalis y hoy he visto que están apareciendo unas casi microscópicas hojitas. Puede que cobeas, guisantes de olor y espuelas sean más tardonas en esto de brotar. No lo sé porque es la primera vez que pongo semilleros.

Hoy he comprobado que algunas variedades crecían demasiado apretadas. Ha sido preciso practicar un aclareo en algunas variedades. Demasiadas plántulas en un sólo alvéolo. De no haberlo hecho, habrían competido por el agua y los nutrientes todas ellas llegando a tal competencia que al final ninguna crecería bien. Mejor eliminar las más débiles y dejar únicamente las plántulas de mayor vigor y en una cantidad en cada alvéolo que permita que sigan creciendo.

Las semillas de los Alhelíes de Virginia eran demasiado pequeñas y creo que puse demasiadas en cada alvéolo de manera que han brotado plántulas en exceso.

He intentado repicarlas pero aún son demasiado pequeñas y no puedo manipularlas con los dedos. De todos modos no precisaré tantas plantas así que finalmente lo que he hecho es un aclareo. Es decir, he eliminado las suficientes como para que no se hagan competencia unas a otras por los nutrientes. He dejado tan sólo tres o cuatro en cada alvéolo y cuando crezcan un poco más las repicaré.

El aclareo me ha sido imposible hacerlo tirando con los dedos de las plántulas más pequeñas y peor desarrolladas porque al intentar tomar solo una entre los dedos me llevaba más de las que quería, así que me he valido de unas pinzas.


En otras variedades en cambio al desarrollar tallos y raíces más fuertes y vigorosos ha sido posible hacer hoy el repicado.

Con sumo cuidado he clavado una pequeña espátula metálica tratando de aflojar un poco la tierra del alvéolo tratando en todo momento de no dañar las delicadas raíces.

Al haber hecho una mezcla de sustratos para el semillero muy esponjosa no ha costado nada extraer las plántulas con sus raíz intacta. 


En algunos casos ha salido la plántula con sus raíces solamente en otros en cambio, como en el caso de las ipomeas, he podido extraer la plántula con un pequeño cepellón de tierra adherido a las raicillas.
Qué impresionante!! Algo tan minúsculo y con todas esas raicillas ya formadas. Lista para luchar por sobrevivir... como un bebé que aunque diminuto, lo tiene todo para la vida y solo precisa de nuestros cuidados y atenciones para crecer feliz! :D
En vasos de plástico a los que previamente he practicado varios orificios en su base para que drenara bien el agua de riego, le he añadido en el fondo algo de sustrato elaborado con las mismas proporciones del de siembra, después he depositado con sumo cuidado cada plántula extraída del semillero y por último he rellenado con sustrato.

He asentado muy mínimamente la superficie del sustrato con las yemas de mis dedos para no apelmazarlo y no dañar con la presión las delicadas raíces y por último un buen riego también con cuidado de no descalzar las plantas y para ello he usado la regadera casera hecha con una botella grande de plástico en cuyo tapón hice bastantes agujeritos de manera que el agua cayera en finos chorros y no en forma de gotas gordas que pudieran dañar las pequeñas plántulas.
Dejaré estas pequeñas plantas recién repicadas que ya crecen en recipientes individuales, un par de días sin que les dé el sol directo pero sí la luz. Creo que aunque en todo momento he tratado de trabajar con delicadeza, inevitablemente para las finas y pequeñas raíces puede que genere algo de estrés así que mejor eso, un par de días de sombra antes de ponerlas luego al sol y a esperar a que tengan un tamaño para volver a trasplantarlas a otro contenedor algo más pequeño antes de su traslado definitivo al huerto.

Creí que me iba a resultar más pesado cuidar de los semilleros y aunque es verdad que hay que estar muy pendiente de la hidratación la verdad es que cuando pasaron unos días ya tenía calibrada más o menos las necesidades hídricas que tenían los semilleros. Los regaba bien por la mañana para que aguantaran estar a pleno sol como los he tenido y hacía una nueva revisión por la tarde para ver si precisaban de nuevo agua. 
Me ha resultado bonito e interesante asistir a la germinación de cada semilla. Sí, tiene su magia el proceso! Es como asistir al nacimiento de la vida...
Un día ibas a echar un vistazo y veías como dos pequeños cotiledones pugnaban por salir del sustrato y al día siguiente ya tenían tallo. Algunos, qué graciosos, como la Ipomea, levantaban sus pequeñas hojitas juntas sosteniendo la piel de la semilla sobre sus puntas hasta que al abrirse la soltaban. Cada semilla se comportaba de un modo y en pocos días lo que eran pequeñas hojitas irreconocibles, se transformaban en hojas en los que no costaba trabajo ver ya la forma que tendrán las hojas de la planta adulta. Qué graciosas las capuchinas!! Tan minúsculas y con una forma tan reconocible...Incluso las caléndulas que hasta hace tres o cuatro días eran imposibles de identificar, ahora ya han adquirido el característico aspecto velloso que tienen las hojas de las plantas adultas. 



Todavía están en un proceso muy temprano. Algunas variedades habrá que esperar a que tengan el tamaño para poderlas manipular con los dedos y seguirán en el semillero. Otras en unos días las repicaré como he hecho hoy con ipomeas, caléndulas, capuchinas y alhelíes de Virginia.

Pero aunque el proceso no ha tocado a su fin sí puedo decir ya que me ha gustado este proceso de germinación. Aún no han llegado a su estado de madurez y tendrán que pasar varias semanas, algunas pasarán meses, antes de que comiencen a florecer y puede que en todo este camino alguna yo no sea capaz de llevarla a buen puerto pero sin duda otras terminaran por florecer y contribuirán con la alegría de sus colores y el aroma de sus flores a que mi huerto sea más hermoso y atraerán más insectos a él ayudando con ello a la polinización de las flores de mis hortalizas. Sin duda he disfrutado mucho cuidando de mis semilleros!!
Que paséis una feliz Semana Santa, queridos lectores y amigos!!

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