Otoño...frutos. Colores para que siga la vida...

Estoy cambiando de parecer. Hace unos años, si me hubieran preguntado cual era el período que un jardinero podía considerar como su premio en el jardín, sin duda hubiera contestado que la primavera. Con sus colores, con sus flores perfectas, con su vigor…su energía incansable, con la fuerza imparable de la juventud, de lo que nace y está por hacerse.

Acabo de dar un paseo por mi jardín y andaba yo pensando en esta pregunta cuando me la he vuelto a formular. No, hoy no contesto lo de antaño. El gran premio para un jardinero es el otoño. Con su templanza, con sus colores encendidos, con solera…como los buenos vinos!! Sin tanta estridencia, sin tanto “colorín”, o mejor…como un buen cuadro, con los colores ajustados, envueltos en  una pátina que lo abarca todo y hace que todo tenga sentido. Me he emocionado!! He ido tocando todos esos pequeños premios que mis árboles y mis plantas me están regalando en su primer año conmigo y he dado gracias a la vida por la vida que llevan dentro y por tener la oportunidad de emocionarme mirándolos.
Como si antes de echarse a dormir quisieran las plantas dejar su última llamada de atención, para que vengan a visitarlos la fauna que los rodea y como pidiéndoles ayuda se muestran esplendorosos, llamativos…seguramente deliciosos para los pájaros (y algunos también para mí, claro jajajaja). En su interior guardan la vida que vendrá, me gusta pensar que llevan las flores que serán y las plantas que nacerán…para que continúe la vida!!! Esto me parece sencillamente mágico.
Qué hermoso es el otoño!!  Una palabra que lo define, el color. Todos los colores de un jardín jamás cabrían en la paleta de un pintor…
Los Euonymus phellomanus, planipes, alatus y europaeus 'Red cascade'  con sus frutos colore cereza 


los AMELANCHIER Lamarckii con sus hojas teñidas de carmesí están tan preciosos!!  
Y las Hydrangeas Quercifolia “Snow Queen”, con todos los verdes posibles y que se van invadiendo por el amaranto. Las Piracantas con sus frutos escarlata.


No falta ni un color…los violetas también están presente. Cómo no!!! Qué deliciosas me parecen esas perlitas brillantes de las callicarpas y los morados de los frutos del Prunus Spinosa. Tanto como los pequeños frutos del Viburnum Tinus de color azul metálico.


Hasta los caquis y grises están presentes en los enebros. Cuántos tonos de verde en ellos!! Tantos como en las bellotas de la encina y en las aceitunas de mi pequeño olivo.
Todos los colores!! La gama de rojos y vinos viene de la mano de de los frutos aún sin madurar de la Nandina Domestica y de los escaramujos del rosal silvestre brillantes como si tuvieran cera...del rojo al rosa tierno de los SYMPHORICARPOS DOORENBOSII Mother of Pearl


Los membrillos preñados ya de los colores que vendrán en breve van perdiendo su pelusa grisácea y pronto aparecerán  los amarillos dorados en su lugar. Como brotarán los rojos de las protuberancias de las bayas del madroño, todavía teñidos de verde musgo.


El último color que ha llegado a mis ojos ha sido el borgoña oscuro de los pétalos de una rosa Munstead Wood caídos en el suelo. Hermoso mes éste de octubre…

Cómo plantar un rododendro (Rhododendron)

Me he llevado una buena parte de la mañana en preparar el lugar dónde he decidido plantarlo y las raíces del propio rododendro. Pero son labores en las que merece la pena esmerarse porque redundará en las condiciones en las que vivirá nuestra planta y debemos de procurar que se ajusten lo más posible a sus necesidades.
En la entrada anterior hemos hablado de las condiciones de cultivo de los rododendros. Estas necesidades determinan completamente la forma correcta de plantación en nuestro jardín si queremos tener éxito con ellos. Aunque es una entrada con un contenido un poco árido, es preciso conocer las necesidades de estas plantas para no cometer errores que pueden ser graves.
Me he animado a poner estas dos entradas porque yo misma estuve hace unos años en la situación de plantar uno con un éxito aparente durante los tres primeros años pero con un total fracaso tras este período en el que el rododendro finalmente murió. Claro, sabía lo típico: que son plantas acidófilas y de poco sol y bastante humedad. Así que como soy tan enamoradiza mi corazón se colgó de uno precioso (sin idetificar) que vi en un vivero. Mi jardín anterior tenía demasiado sol y una tierra totalmente inadecuada para estas plantas pero no lo puedo remediar, me chiflan las acidófilas y siempre me ha resultado imposible vencer la tentación que me supone verlas en los viveros y no traerme alguna para casa siempre que voy.
De hecho he llegado a límites casi ridículos tratando de cultivar hortensias en un jardincillo con un sol de justicia y he probado todos los sistemas que se me han ocurrido para proteger las pobres hortensias de los rayos abrasadores...telas de sombreo por encima, plantación de un manzano cuya sombra en el futuro mi esperanza me decía que podría solucionar el problema del sol del mediodía... hasta andar todo el día para arriba y para abajo con sombrillas de playa según se movían las sombras ajjajajaj No quiero preguntarme qué dirían mis vecinos viendo sombrillas pinchadas por un jardín dónde solo había una diminuta mesa y dos sillitas... Tampoco voy a preguntárselo. Mejor que quede en el olvido no sea que la respuesta no me guste mucho!!
Me enrollo!!! jajajjaja A lo que iba... que en marzo de aquel año (2011) planté el rododendro en un buen hoyo, situado en la zona con menor sol posible (mucho porque en todo el jardín había demasiado), llegué el hoyo con tierra ácida y cuidé siempre muy bien la hidratación. Y a finales de aquel año me premió con una preciosa floración.

Durante el siguiente año siguió creciendo aparentemente sin problema alguno. La floración de la primavera de 2012 también fue hermosa.



Y siguió así hasta la primavera del año pasado (2013) en la que dió lo mejor de sí mismo.


Aquí podéis verlo engullido casi por las plantas que lo rodean. Y es que mi jardín era demasiado pequeño para mi deseo de tener todo tipo de plantas y lo cierto es que casi las metía con calzador ajajjaja


Es cierto que durante tres años el rododendro, para mis sorpresa floreció y creció de maravilla. Me parecía imposible que con el calorazo que soportaba y las horas de sol directo que recibía pudiera estar tan bonito. Eso sí, agua, agua y más agua...
Ya este verano comenzó a tener mal aspecto y en muy poco tiempo se murió. En las hojas comenzaron a aparecer manchas pero creí que eran quemaduras del sol y puede que lo fueran pero no me dio tiempo de más...la siguiente vez que lo vi al cabo de unos días estaba absolutamente seco y muerto. Así, casi sin previo aviso. 

Sentí mucho que el pobre rododendo finalmente muriera porque me había proporcionado mucha alegría verlo durante tres años cada día más bonito a pesar de las condiciones adversas con las que crecía.
Ahora me he dado cuenta de qué errores cometí. Y fueron varios. Muchos rododendros prosperan durante dos o tres años para finalmente morir si a la hora de su plantación no hemos tenido en cuenta las necesidades de la planta.
He confeccionado el pequeño dibujo de arriba en el que se incluyen muchos de los factores que tendremos que tener en cuenta a la hora de plantar nuestro rododendro en tierra. Creo que puede ser de utilidad a quién no lo ha hecho nunca.e impedir así fracasos que pueden evitarse.


Venga, vamos por pasos.
Empezamos por poner la planta en "remojo" dentro de un cubo con agua, sin retirar de momento el contenedor de plástico en el que viene.
Mientras el cepellón se humedece en profundidad, podemos preparar las herramientas y productos que vamos a utilizar.
Precisaremos lógicamente  de las herramientas necesarias para limpiar el terreno:escoba metálica, azada, palas, una pequeña hacha si plantamos en zona dónde pudiera haber raíces gruesas de arbustos o árboles próximos, un par de podadoras para eliminar tallos muertos o mal colocados, un par de tenedores normales de cocina, un cubo para remojar la planta, unos buenos guantes de jardinería y si os parecen cómodas, unas buenas rodilleras.

En cuanto a los productos que es conveniente tener a mano están los siguientes: Tierra de castaño o tierra para plantas acidófilas, humus de lombriz, fungicida, pulverizador para aplicar el fungicida, activador de raíces, madera triturada más bien pequeñita
Ahora que ya tenemos todo preparado sacaremos la planta del cubo con agua. El cepellón estará a estas alturas bien empapado  lo que facilitará la extracción del contenedor de plástico en el que se suelen adquirir.
Fijaos en las raíces finísimas que rodean el cepellón, han formado una especie de fieltro alrededor del mismo. Esta capa debe abrirse con sumo cuidado para romper el menor número de raíces posibles. Cuando una planta está en estas condiciones está claro que lleva en el contenedor demasiado tiempo y plantarla tal cual está no favorecería en absoluto que el rododendro arraigue en el suelo del jardín cuando lo plantemos.
Preparar las raíces antes de plantar el rododendro es algo absolutamente necesario si queremos cultivar con éxito nuestro rododendro. Y esto es más verdad aún en los casos en que el rododendro ha sido cultivado en contenedores pequeños y lleva mucho tiempo en él.
Ahuecar las raíces tratando de que es garantizar en buena medida que las pequeñas raicillas lo tengan más fácil para adentrarse en el nuevo sustrato que lo rodeará una vez lo plantemos.
Lo contrario, plantar un rododendro con las raíces pegadas al cepellón, hechas una bola compacta y sin ahuecar favorece en muchos casos la muerte de la planta pasado un tiempo ya que las raicillas tendrán dificultades para salir del cepellón y adentrarse en el sustrato que lo rodea..
De hecho muchos rododendros cultivados en condiciones adecuadas prosperan bien durante los dos primeros años y en el transcurso del tercero o cuarto mueren.
Merece la pena por tanto que nos tomemos nuestro tiempo para hacer este ahuecado de las raíces dañando lo menos posible las raíces. Es un trabajo laborioso que llevará un buen rato realizar, no lo voy a negar.
Lo más dificultoso es salvar esa primera capa de raíces adheridas al interior del contenedor de plástico y lograr alguna abertura por la que penetrar hacia el interior del cepellón.  Estas raicillas externas forman como una especie de fieltro que rodea el cepellón y que parece como un tejido muy tupido. Nos podemos ayudar de un tenedor o cualquier otro instrumento un poco punzante que se os ocurra. Hacedlo poco a poco, con cuidado. No tengáis prisa. Cortar parte de estas raíces externas favorece el crecimiento de nuevas raíces en el sustrato que lo rodea.
También ayuda el golpear el cepellón con firmeza sobre una base sólida. Con cuidado lógicamente de no romper el tallo de la planta por dónde deberemos sostenerla para golpear. Al hacer esto, el cepellón se afloja un poco facilitando luego las cosas.
Una vez hemos abierto algún hueco ya tenemos el camino más arduo recorrido. Ahora, con la manguera en la posición en la que el chorro del agua salga a mayor presión, dirigiremos el agua hacia el cepellón. La presión del agua facilitará que las raíces comiencen a soltarse un poco y se aflojen y queden más sueltas, liberándose parte del sustrato que las rodea en el proceso.
Con el tenedor, o con los dedos, poquito a poco ir separando lo que podáis las raíces alternando este trabajo con el chorro a presión de la manguera.
Tener las raíces de los primeros centímetros de cepellón sueltas, facilitará muchísimo que una vez en el sustrato se adentren sin dificultad en él. Esto favorecerá no solamente el arraigo de la planta si no también que desde el primer momento las raíces puedan tener el nivel de hidratación que precisan tomando la humedad del sustrato en dónde lo plantemos.

Ahora limpiaremos y prepararemos el terreno dónde vamos a plantar el rododendro. En mi caso se trata de un arriate  que apenas tiene sol. Si acaso un poco de mañana y quizás una pizca al atardecer en verano. Está bajo un gran enebro y un par de pinos del vecino que están situados tras la valla divisoria y que tengo cubierta de hiedra con lo que el sol cuando llega lo hace de forma moteada y a mediodía la zona está totalmente protegida de la insolación.
Esta era una zona que hace unos meses, durante los que ya tenía la idea de plantar aquí acidófilas, preparé a conciencia. Retiré todas las raíces de arbustos muertos y también de la gran mimosa que hubo en su día y que a primeros de este año un día al levantarnos vimos que estaba tumbada en el suelo. Una lástima!!
He labrado el terreno a bastante profundidas, como unos 30 o 40 cm. Aporté muchísima materia orgánica a todo el arriate que tomé de otra zona del jardín. Tengo un par de pinos piñoneros enormes, bajo ellos hay una capa tremenda de hojas compostándose de manera natural durante todos estos años en que la parcela ha estado sin cuidado alguno y bajo las hojas....ummmm un sustrato rico, suelto, ligero, nutritivo. Una tierra negra como la noche!!
Así que juego con algo de ventaja ya que todo el arriate es de tierra bastante ácida (a lo que contribuye también los pinos del vecino con las hojas que caen sobre esta zona)
 La tierra está suelta, mullida, libre de raíces y está muy enriquecida.
 Vale, ya tenemos la zona preparada.
El suelo adecuado: Estas plantas necesitan mucho aire, humedad y alimento constantemente en sus raíces. Estas condiciones son imprescindibles para cultivar de modo saludable los rododendros.También precisan un perfecto drenaje y por último, un sustrato con un ph ácido. Lo ideal es tener en nuestro sustrato un ph entre 3 y 6. Yo no sé lo que tiene exactamente el mío pero estoy segura que es ácido. No obstante, he usado tierra de castaño en la mezcla.
Teniendo en cuenta estas necesidades he elaborado una mezcla rica en materia orgánica, con un ph bajo. Por ello he utilizado tierra de castaño y humus de lombriz. Es preciso que permita la aireación necesaria, que ayude a mantener hidratadas las raíces y que facilite el crecimiento de raicillas posibilitando con ello que éstas tomen el alimento del sustrato circundante. Por ello he incorporado materia orgánica en forma de trocitos muy pequeños de corteza que además de materia orgánica favorecerá un buen drenaje. Como podéis ver en esta fotografía, en la parte de abajo del capazo he echado una buena capa de corteza en trocitos bastante pequeños.. Encima he agregado una buena cantidad de tierra de castaño
Por último he añadido humus de lombriz con generosidad. El humus aporta mucha materia orgánica a la mezcla, ayuda a mantener el sustrato hidratado y por supuesto lo enriquece.
 Me he ayudado de una pala para obtener una mezcla homogénea.
 Y éste es el resultado. El medio en el que nuestro rododendro crecerá feliz como una perdiz: Un sustrato rico, suelto y desmenuzable, ácido, con mucha materia orgánica; que no se compacta, lo que hace que las raíces puedan tener el oxígenos que precisan; que drena perfectamente y que facilita el crecimiento de las raíces desde el cepellón de nuestro rododendro hacia ella favoreciendo así su arraigo, su correcta hidratación y su crecimiento.
Hacer el hueco para la plantación. Nos toca cavar. Se siente...es imprescindible ajjajaja Bueno, vale, en una tierra como la de mi arriate no me ha costado trabajo alguno hacer el agujero. Ya quisiera que todo el jardín fuera así ajajjaja. Bien, ahora en serio... Los rododendros tienen un sistema radicular poco profundo formado por un sistema de raíces muy finas que crecen formando una masa muy cerca del suelo circundante (entre 60 y 90 cm aproximadamente alrededor del tronco central). Las raíces crecen mucho más a lo ancho que en profundad así que precisamos una cavidad bastante más ancha que profunda. 
Compruebo con el contenedor en el que venía el rododendro que la altura es de unos 15 cm más que la altura del contenedor para que debajo de las raíces inferiores del rododendro haya una buena capa de sustrato adecuado dónde desarrollarse adecuadamente. En cuanto a su anchura, como podéis ver es de tres veces la del contenedor. Yo creo que este hoyo tiene unas dimensiones suficientemente amplias.
Comprobaremos algo fundamental y una de las condiciones imprescindibles para estas plantas: que el sustrato tenga un perfecto drenaje. Pensemos que los rododendros son plantas de montaña dónde la propia pendiente del terreno favorece un drenaje adecuado. Lleno con agua el hoy oque acabo de hacer y compruebo que  el agua no se queda estancada.
Antes de comenzar todo este proceso de plantado preparé un litro de agua con la dosis correspondiente de fungicida. Con este preparado he rociado a conciencia todas las raíces y la parte inferior de los troncos, incluso he girado la planta bocabajo para que el preparado llegase a zonas a las que habría dificultad en llegar una vez esté plantado.
A continuación he puesto como base una buena capa del sustrato que preparé, de manera una vez situado el cepellón sobre ella la parte superior de las raíces quedara a la altura del suelo de mi jardín 
Podéis ver que he rociado bien el cepellón con un activador de raíces que estimulará y acelerará el crecimiento de las raicillas, lo que a la larga redundará en un más rápido arraigo de la planta.
He compactado un poco la primera capa de sustrato preparado que he echado en la base del hoyo y he regado en profundidad. Como el sustrato se ha asentado un poco con el agua y ha bajado su nivel he tenido que añadir un poco más de sustrato para que la planta no quedara demasiado hundida.
He terminado de llenar el hoyo con más mezcla preparada asegurándome de que el nivel de las raíces superiores del cepellón del rododendro quedaran ligeramente por encima del nivel del suelo del jardín.
 Compactaremos ligeramente el sustrato pero sin utilizar el típico "método" de pisar con la suela de las botas sobre él ya una presión excesiva podría dañar el cepellón.
Ya estamos próximos a terminar. Cansados? ajjajaja Ahora regamos en profundidad. Suelo dirigir el chorro de agua de la manguera con cierta presión sobre el sustrato recien añadido para que éste se mezcle bien con las raíces de la planta. Incluso he esperado a que el nivel del agua bajara para volver a añadir más agua. De este modo nos aseguramos de la perfecta hidratación de todo el sustrato que rodea la planta.
Cuando planto arbusto suelo hacerles un alcorque que impide que el agua del riego se aleje de la planta sin penetrar en el suelo.
Continuamos fumigando la parte aérea del rododendro con el fungicida que hemos preparado.
Ya únicamente nos resta poner sobre la zona una buena capa de acolchado. Con unos 8/10 cm será suficiente
El acolchado tiene múltiples ventajas: conserva la humedad del sustrato porqrue retarda la evaporación, dificulta el crecimiento de malas hierbas, protegerá las raíces de los fríos invernales pero también del calor del verano a la vez que actúa de protección frente al viento que deshidrata tanto el sustrato. 
He utilizado corteza de madera de encina. Yo creo que le vendrá bien. Es un acolchado que no impide la penetración del aire que precisan las raíces, que no se compacta y que con el tiempo se va descomponiendo incorporando materia orgánica al suelo. Podría haber utilizado astillas, agujas de pino, hojas secas u otro tipo de cortezas. Este material es el que tenía y me ha parecido adecuado utilizarlo.

No queda bonito así, verdad? Ya, ya lo sé. Pero llegaba la hora de comer y prefería hacer las fotografías necesarias para esta entrada. Como tenía que hacer otra plantación en el mismo arriate he preferido no poner toda la capa de acolchado hasta terminar las plantaciones.
Un último asunto de absoluta importancia: el acolchado no debe tocar la zona inferior del tallo  ya que produciría en esta zona un exceso de humedad que podría favorecer el crecimiento de hongos además de impedir una correcta aireación de la corona de la planta. Dejamos por tanto un poquito de espacio entre el acolchado y el tronco.

Si nos fijamos de nuevo en el dibujillo que he incluído más arriba podemos ver algunos de los puntos importantes que hemos tenido en cuenta: 


Hasta aquí sería el proceso para plantar un rododendro en un jardín con un suelo no arcilloso ni con problemas de compactación, sin problemas de drenaje, con un sustrato que tiende a la acidez.
¿No podemos plantar rododendros si nuestro jardín está situado en una zona con terrenos inadecuados? Evidentemente hay que desistir de intentar que crezca un rododendro en un sustrato con elevado ph. No sobrevivirá en un suelo arcilloso ni pesado pero todo problema puede paliarse.
Si nuestro suelo contiene gran cantidad de arcilla es aconsejable plantar sobre el nivel del suelo del jardín formando un arriate elevado.. Unos 50 cm es una altura adecuada.
Lo ideal sería hacerlo sobre un terreno que presente algo de pendiente. Primero deberemos retirar los 10/20 cm superiores del suelo de nuestro jardín y sobre este nuevo nivel una vez retirados estos centímetros de suelo formaremos el arriate elevado. La tierra puede contenerse con troncos, piedras, etc...
Deberemos asegurar una altura suficiente para que el sistema radicular de los rododendros, una vez crezcan, no bajen hasta el nivel de tierra arcillosa de nuestro jardín
La mezcla con la que tendremos que rellenar este arriate y que rodeará las raíces del rododendro deberá contener mucha materia orgánica. 
La siguiente foto corresponde a otro rincón de mi jardín donde también he plantado otro rododendro, es un arriate lleno de tierra con muchísima materia orgánica que procede de la caída de hojas y frutos de unas mimosas que hay a algunos metros y del material que tira el enebro que hay en él. 
El arriate está ubicado sobre un terreno que presenta una pendiente que facilita el drenaje y aunque no es el caso porque se trata de un arriate que se hizo hace ya muchísimos años en esta foto se puede ver muy bien como podría haber plantado un rododendro si la tierra de mi jardín hubiera sido arcillosa. 


En fin, esta vez he tenido en cuenta bastantes más aspectos a la hora de plantar los tres rododendros que tengo ahora en mi jardín. Espero tener mejor suerte con ellos que con el primero.
Los errores en jardinería tienen esto, que al final te hacen investigar en qué te has equivocado y te ayudan al menos a mejorar la siguiente vez que haces las cosas.
De nuevo me ha salido tremendamente larga la entrada. Perdonadme :)
Gracias por vuestras visitas.

AGREGO este último COMENTARIO porque me parece importante: Anoche colgué esta entrada que estáis leyendo y esta mañana una amiga jardinera, Yolanda Mira (Bemi), ha mencionado en mi perfil de facebook algo que yo desconocía y que agrego ahora a última hora porque me parece interesante decir que existen variedades de rododendros que son más tolerantes a cierta alcalinidad
Por lo visto se utiliza "inkarho" como portainjerto que permite el cultivo de estas plantas en suelos arcillosos-neutros hasta un nivel de ph7. Este patrón está pantentado en Alemania.
Imagino que no será fácil adquirir un rododendro de este tipo en los viveros españoles de momento y que tendremos que recurrir a páginas web para hacernos con uno de ellos pero está bien saber de esta posibilidad. Muchas gracias, Bemi.

Cómo cultivar rododendros (Rhododendron)

Mi primera idea fue crear una entrada para hablar de la forma correcta de plantar un rododendro y también de sus necesidades para cultivarlo con éxito. Pero la verdad, hubiera resultado demasiado larga así que vamos a comenzar por las necesidades que tienen estas plantas y en otra entrada veremos cual es la forma de plantarlos.
Pensemos que los rododendros cuando crecen de forma natural a campo abierto, presentan una masa de raíces muy finas y espesa cercana a la superficie del suelo que rodea la planta. Estas raíces suelen extenderse entre 60 y 90 cm alrededor del tallo central. este hecho es determinante y deberemos tenerlo siempre en cuenta cuando cultivemos estas plantas. Para que un rododendro crezca saludable precisa que se crezca con unas condiciones adecuadas. Vamos a ver algunas de ellas.

Determinaremos la ubicación dónde plantaremos nuestro rododendro. No es conveniente plantarlos cerca de árboles, arbustos o setos. Hay que tener en cuenta que no se aconseja plantarlos a menos de dos metros de los árboles que tengan raíces superficiales porque éstas tomarían todo el alimento y los aportes de agua que hagamos al rododendro. También hay que asegurarse un buen drenaje en invierno de ahí que no sea conveniente plantarlos demasiado cerca de un muro o en lugares dónde estén anegados.
Trataremos de elegir un lugar protegido del viento que deseca el follaje y de los rayos solares directos ubicándolos bajo la sombra moteada preferiblemente de árboles de hoja perenne

De ahí que el siguiente asunto fundamental es considerar las características del suelo dónde vamos a plantar el rododendro. Estas plantas requieren un suelo ácido, suelto, con muchísima materia orgánica, con partículas grandes que pueden albergar mucha cantidad de aire, que retienen la humedad pero al mismo tiempo facilitan un drenaje perfecto. 

Si el suelo en el que vamos a plantar no tiene la acidez adecuada deberemos hacer la rectificaciones precisas con aportes de azufre, turba o de sulfato de hierro hasta lograr un suelo ácido, con un ph no superior a 6. No es conveniente utilizar sulfato de aluminio porque aunque algunas plantas lo toleran como por ejemplo las hortensias, en general resulta venenoso para las plantas.

En caso de que nuestro terreno tenga un ph superior a 6 podemos podemos hacer rectificaciones mezclando a partes iguales el sustrato del jardín, turba gruesa u otra materia orgánica de grano grueso y compost.

El suelo adecuadoEl oxigeno es vital en el sistema radicular de los rododendros para que se mantengan saludables. Estas plantas necesitan mucho aire, humedad y alimento constantemente en sus raíces. .También precisan un perfecto drenaje y por último, un sustrato con un ph ácido. Lo ideal es tener en nuestro sustrato un ph entre 3 y 6.

Por lo que hace a la iluminación los rododendros no son plantas que aguanten el sol directo especialmente en las horas centrales del día. Un lugar con sombra moteada es ideal. Un poco de sol de la mañana o al menos luz brillante es necesaria para fomentar la formación de las yemas y permitir que el rododendro crezca de forma compacta evitando arbustos larguiruchos y poco tupidos.
Humedad constante. Las raíces de los rododendros son muy finas y tardan más tiempo que las de otros arbustos en crecer en el terreno que los rodea. Por eso, para los rododendros recien plantados, llegar a la humedad de esa zona le cuesta bastante en tanto las raíces del cepellón inicial no han tenido tiempo de crecer hacia la zona que lo rodea donde lo hemos plantado. Esto es importante saberlo porque la humedad del cepellón inicial que plantamos debe conservar la humedad constantemente ya que si se seca es difícil de hidratar después. Incluso puede que el terreno que lo rodea esté húmedo pero en cambio no lo esté el propio cepellón. De ahí que sea tan importante no permitir que la zona central de raíces se seque.
La caída de alguna hoja es normal especialmente en verano pero si vemos que las hojas están mustias a primera hora de la mañana no hay duda de que nuestro rododendro precisa urgentemente un buen riego a fondo. 
Lo mejor en este caso es un riego despacio, gota a gota durante mucho tiempo para que la bola central de raíces pueda absorber el agua y empaparse a fondo.
En verano, durante los días de más calor o en días de fuerte viento, para evitar al desecación del follaje,  nuestro rododendro agradecerá que nebulicemos sobre él con la manguera.
El suelo debe estar húmedo pero no empapado por eso el sustrato en el que plantamos un rododendro debe favorecer que las raíces no pierdan humedad pero a la vez debe permitir un perfecto drenaje. De hecho, los rododendros pueden contraer  la Phytophthora ramorum tanto por sequía como por exceso de agua.
Aunque no toleran el suelo con agua estancada hay que tener presente que sus raíces, al ser superficiales, se secan con facilidad. Por ello, tener bien hidratados nuestros rododendros en verano incluso aunque la planta esté arraigada pero especialmente este asunto es prioritario durante el priemr año después de plantarlo ya que las raíces aún no han crecido del cepellón inicial hacia la zona circundante dónde lo hemos plantado. Tener el suelo constantemente hidratado (no encharcado) ayudará a que la planta se establezca.
Un asunto a tener en cuenta cuando el rododendro se encuentre con cierta proximidad a un árbol o arbusto es que el riego superficial provocará que las raíces del arbusto o árbol próximo tiendan a crecer cerca de la superficie y por tanto cerca de las raíces de nuestro rododendro dónde evidentemente no se desean como competidoras de nutrientes y agua.
Una capa de unos 8/10 cm de acolchado de materiales gruesos sobre la zona de plantación permiten que el agua penetre en el sustrato, favorece la aireación de la zona, evita que el viento deshidrate rápidamente el sustrato y al proporcionar sombra sobre él reducirá la evaporación de agua al mantenerlo fresco. Evidentemente un acolchado adecuado limita el surgimiento de malas hierbas.
Este acolchado además de que ayudará a conservar la humedad, también eliminará la necesidad de remover la tierra al limitar el crecimiento de malas hierbas. El mantillo de hojas, las agujas de pino, las astillas y cortezas son materiales orgánicos adecuados para usar como acolchado.
Uno de los acolchado más adecuados es el compuesto por trozos de corteza de pino  porque finalmente se descompone en una sustancia grumosa y suave aportando nutrientes al suelo.

En todo caso no debe hacerse cultivo alguno alrededor de los rododendros para evitar dañar sus raíces superficialesEn caso de que brotaran hierbas las debemos eliminar a mano.

Es imprescindible un buen drenaje del suelo. Insuficiencias en este aspecto quizás no provoca la muerte directa de la planta pero sí favorece el desarrollo de enfermedades que pueden provocar la pudrición de las raíces así como la proliferación de insectos.
De hecho, en sus lugares de origen, los rododendros crecen en laderas de montañas dónde la propia pendiente del terreno facilita que el agua drene hacia las zonas más bajas.

Fertilización: Debemos comenzar a alimentar nuestros rododendros en marzo. No es aconsejable utilizar harina de huesos que aporta un exceso de calcio. Desde la primavera hasta mediados del verano es aconsejable abonar con compuestos eseciales para acidófilas que tienen nitrógeno en forma de urea revestida con azufre o sulfato amónico.
Si lo vemos necesario un aporte de quelatos de hierro les vendrá bien si vemos algún síntoma de carencia de hierro.
En concreto, durante la floración un abono líquido puede venirles bien cada quince días.
Hay que evitar proporcionar fertilizantes a partir de mediados de junio ya que aplicaciones posteriores pueden provocar el crecimiento de tallos que podrían no tener tiempo de madurar antes del invierno.

Mantenimiento:  Al principio de la primavera debemos comprobar que las hojas caídas durante el invierno no se han agrupado alrededor de las coronas de las plantas. Pensemos que cualquier acumulación en esta zona que favorezca la falta de aireación es contraproducente.
En otoño, añadir como decimos arriba, un acolchado que ayuda a atrapar y retener la capa de nieve si se produjera y algo de sombra y protección contra el viento.
Es conveniente aplicar tratamiento preventivo con fungicidas adecuados. Podemos usar por ejemplo, Daconil es eficaz contra las enfermedades de las hojas. Es fundamental no fumigar mientras los rayos de sol incidan sobre el rododendro ya que puede quemarse. tengamos en cuenta que no es necesario fumigar cuando las temperaturas nocturnas desciendan de los 10 grados.

Tutorial: Pomazón, cojinete, guantelino, cojín o almohadilla de dorador. Cómo hacerlo paso a paso

Son muchos los nombres por los que se conoce (guantelino, cojinete, cojín de dorador...) aunque pomazón y almohadilla de dorador son los más...