Wisteria chinensis (Glicinia) por fin en flor!

Tenía una gran ilusión por ver la floración de este año. La primavera del primer año, tenía formados tres o cuatro yemas de flor cuando la traje del vivero, así que las vi abrirse pero vamos, tampoco fue para tirar cohetes. El año pasado se congeló la floración con las heladas tardías. Bueno, la floración no, las yemas florales. Porque floración no llegó a tener, claro.
Este año me he curado en salud y la he cubierto durante el tiempo de las peores heladas con una manta de protección. Esto ha permitido que a pesar de que este invierno ha helado hasta muy tarde, no se hayan dañado las yemas de flor.
Por fin, en su tercera primavera aquí están las flores!! Estoy contenta con ella. Es todavía muy muy joven pero está bien formada. Está creciendo por dónde yo quiero, está sana, no tiene ramas inútiles que solo enmarañan la planta y que no dan flores... y le falta eso, tiempo para desarrollarse. Cada año irá formando más espuelas y de ellas brotarán más yemas de flor.
A tenor del resultado seguiré aplicando las varias podas en verano (de limpieza) y la que le aplico en invierno (de floración).

Como digo, es su tercera primavera en mi jardín y creo que va por buen camino. He contenido su crecimiento porque no me interesa demasiada vegetación y sí muchas yemas florales. Como veis crece sobre la barandilla de metal que bordea la terraza grande frente a la fachada sur de la casa. Tampoco quiero que llegue a abrazar los barrotes y que éstos, con los años, se deformen por efecto de las ramas de esta trepadora que llega a hacerse de tamaño imponente.
No se si se puede ver en las fotografías (es posible que si pincháis sobre ellas, al ampliarse sí se vea) pero ninguna de sus ramas principales he dejado que anuden los barrotes metálicos. Recorren la barandilla por fuera, atadas con bridas que voy aflojando según van aumentando de tamaño las ramas principales.

Estoy pensando que esta primavera/verano dejaré crecer unas ramas principales que dirigiré sobre la derecha de esta barandilla hasta que suba hacia la fachada este de la casa. No llegará este año y quizás tampoco el siguiente pero...llegará!
Llevo días que me invento cualquier pretexto para pasear por la zona y es que su aroma es embriagador. Qué delicioso huele!!


Wisteria chinensis florece sobre las ramas desnudas. Bueno, exactamente empiezan a abrirse las flores y a los pocos días comienzan más lentamente a desarrollarse las yemas vegetativas de las que empiezan a brotar las hojas.

Las glicinias son trepadoras hermosísimas, dignas de un lienzo impresionista! Muy utilizadas en la jardinería inglesa aportan a la zona un aire muy, muy romántico. De la gama de colores no hace falta hablar. Aquí la veis, en preciosos tonos malvas, lavandas, blancos. Y en la unión entre el estandarte y las alas, unas pinceladas de amarillo aportan una gran luminosidad. Preciosas!!
Pero además, es que las inflorescencias están formadas por flores que cuelgan de finos peciolos con sépalos más o menos unidos. La corola tiene una original disposición. Son flores tan peculiares... Cinco son sus pétalos y están más o menos soldados: Uno muy desarrollado que cuando la flor está abierta se eleva (el estandarte). A continuación tiene otros dos llamados alas, y dentro de ellas otros dos que no llegan casi a abrirse (y que forman la quilla) y albergan los estambres que están soldados en parte de su largo.
Guardé unas cuantas fotografías de distintos momentos para poder mostraros como es el proceso más o menos. Cuando empieza a activarse la planta, al final del invierno, las yemas de flor empiezan a engrosar. De día en día se ve su desarrollo. 
Aquí tenéis unas fotografías en las que se muestran las yemas a mediados de mes. Cada día que pasa, estas yemas se estiran y engordan más y más apareciendo lo que luego, cuando se desarrollen, serán las inflorescencias. 
En tan apenas cinco días las yemas se han transformado ya en el inicio de las inflorescencias. Es increíble la rapidez para desarrollarse. Esta fotografía es de hace tan solo tres días: las flores más próximas a su unión con el tallo ya han empezado a abrirse permaneciendo el resto cerradas. El estandarte aún no se ha levantado y sigue envolviendo las alas y éstas a su vez guardan la quilla. Poco a poco se van abriendo una tras otra formando en dos o tres días los gajos en flor que podéis ver en las fotografías de hoy.

Vimos hace no mucho la poda de floración que practicamos al final del invierno, más bien marzo. En aquel artículo comentábamos que las glicinias florecen sobretodo en lo que llamamos "brindillas" o espuelas. Ramitas cortas que crecen sobre las principales y que se fomentan cortando todas las ramas laterales. 

Aquí podéis verlo, los racimos florales brotan fundamentalmente de estas ramitas cortas.

En esta otra vemos una brindilla ya ramificada y por tanto con más yemas florales.
Hay plantas que soportan la falta de poda. Las glicinias no son el caso. Si no las podamos se convierten en verdaderos monstruos que luego, pasados unos años, será muy difícil contener. Por eso, aprender a podarlas correctamente, es de suma importancia. Os animo a que si cultiváis una en vuestro jardín consultéis los artículos dedicados a los dos tipos de poda que practicamos sobre la glicinia a lo largo del año.
La poda del verano (que es una poda de limpieza) la podéis ver también detallada en el artículo correspondiente.
Tanto la de invierno como las varias de verano, comprobareis en estos artículos que no son nada difíciles de hacer bien. Es simplemente entender la forma que tienen de crecer y florecer estas hermosas plantas.
Hoy solo quería mostrar la floración de mi glicinia que no siendo todavía espectacular porque es un ejemplar todavía joven, ya sí que luce, formando una mancha de un color muy llamativa ahí colgada, sobre la barandilla...
Sus necesidades de cultivo, las variedades, etc, las tratamos muy extensamente en un artículo de julio del año pasado.
Sus inflorescencias, que en estas fotografías todavía no han adquirido su largo total porque aún quedan por abrir las flores inferiores y mientras lo hacen el conjunto va estirándose, ya forma grupos bastante largos, entre 20/30 cm. No está mal, no?
No he dejado crecer más ramas hacia la derecha de esta terraza porque a sus pies, en esta zona, crecen dos rosales rambler (Rosa 'Rambling Rector' y Rosa 'Albertine')  que planté al inicio del año pasado y que ya han llegado arriba. Son rosales de gran desarrollo y no quiero que lleguen a liarse las ramas de las dos trepadoras excesivamente. 
Sus floraciones nunca coincidirán pero sí habrá varios momentos de interés en esta terraza. Los pequeños capullos de los rosales ya han empezado a formarse pero para cuando se abran, la floración de la glicinia habrá terminado.
Crece mi glicinia a los pies de esta gran terraza porque no quise ponerla cerca de los cimientos de la casa y es que las raíces de esta poderosa planta pueden llegar a dañarlos así que le busqué una ubicación en la que no pudiera dañar estructuras y a la vez recibiera mucho sol. La parte fuera de la barandilla recibe el sol de la mañana y la parte interior el de la tarde.

Imagino que con los años, cuando crezca la Catalpa que hay cerca seguramente con sus ramas la proteja un poco del sol durante unas horas. Aún así seguirá bien soleada.


Mi ejemplar no es más que un proyecto de lo que puede llegar a ser. Necesita tiempo y si se lo doy, tengo la esperanza de que llegue a cubrir parte de esa estructura metálica que hay en la fachada este de mi casa. Es una plataforma sobre la que antes, se ponía un telescopio y al estar por encima de la mayoría de copas de los árboles del jardín, se podía divisar desde ella todo el firmamento. De no tener vértigo me pondría a ver las estrellas desde allí arriba así, por si tengo pocas cosas a hacer, ya tendría todas las horas del día (y de la noche) ocupadas ajajaja Es que me aburro... :P

Kerria japonica 'Pleniflora': Nada exigente, resistente, sana, florífera... el lujo de lo fácil!

Cuántas veces nos empecinamos en cultivar en el jardín plantas que por mucho que nos esforcemos no crecen en él más que como ejemplares raquíticos o claramente sufrientes, con la idea de que transformen el espacio a su alrededor en un rincón hermoso de nuestro jardín.

No logramos que prosperen, que se conviertan en arbustos hermosos y contundentes. O están siempre enfermos, o languidecen en verano con el calor o se queman en invierno por el frío, o son atacados constantemente por plagas y enfermedades...o precisan de riegos y nutrientes constantemente...Un horror!! Y encima, aún estando dispuestos a invertir agua, tiempo, abonos, jabones potásicos y demás potingues...nada! Nuestro ejemplar no se parece en absoluto a las imágenes que vemos en Internet. 
Nos ocurre muchas veces, verdad? Cada vez estoy más convencida que luchar contracorrientes es absurdo. Desperdiciamos tiempo, energía, dinero y solo ganamos en frustración. Es cierto que lo podemos intentar pero por mucha voluntad que le pongamos en ocasiones, ese rincón en el que la planta de nuestros sueños, de estar en otro clima, convertiría el espacio en un sitio hermoso, desgraciadamente no es nuestro caso. Las traemos a casa con toda la ilusión, las cuidamos, les damos teóricamente todo lo que precisan (dentro de lo que nosotros podemos darles)...pues nada! Ni crecen, ni florecen bien... pasan las temporadas y siguen sin decir nada. Ni fú ni fa! Ahí están, más o menos igual que hace un año y que hace dos...y ya no sabemos qué darles ni hacerles...solo nos falta bailar por sevillanas a ver si se animan!! jajajaja
Olvidamos algo fundamental: No crecen en el lugar adecuado, por eso no se convierten en ejemplares hermosos. No disfrutan del clima que precisan o soportan temperaturas para las que no están preparados. Sencillamente estamos luchando en una batalla perdida de antemano. Podemos aportar agua, y los nutrientes e incluso tratar de modificar el pH del suelo pero hay cosas que no están en nuestras manos modificar: el clima. Si precisan humedad atmosférica no podremos dársela si nuestro jardín no la tiene. Si no soportan las heladas, no sobrevivirá en nuestro invierno...
Creo que un jardín adaptado al suelo y clima de la zona dónde está ubicado es un jardín siempre más fácil y con posibilidades de éxito pero además y sobretodo, siempre es un jardín más hermoso.
Este no es el caso de Kerria japonica. Hay muchas otras que no dan disgustos, que no exigen de nuestra vigilancia constante. Que no son melindrosas en cuánto a suelo. Que jamás enferman. Que te olvidas de ellas y ahí están: año tras año más bonitas! En dos o tres temporadas pasan de ser una plantita chiquita que no levanta dos palmos del suelo cuando las traemos del vivero a ocupar un lugar protagonista en la zona.
No se enfadan si no reciben cantidades ingentes de agua en los veranos tórridos como los míos. Siguen impertérritas en invierno aguantado el frío por mucho que hiele. No tienes que estar aportando acidificantes al suelo cada dos por tres, ni hacer mezclas de sustratos al plantarla. Le da igual el pH del suelo!! Lucen sanas todo el año. Los pulgones ni se arriman a ellas lo cual, no deja de ser una comodidad no tener que estar siempre mochila a la espalda con el dichoso jabón potásico.
Pero además, es que su floración no es cosa de quince días como muchas otras. En absoluto. Florecen y florecen incansables incluso sin tener que ir eliminando las flores secas. 
Y ya el colmo de este tipo de plantas "simpáticas y bien humoradas" son las que florecen dos veces como esta. Sí, sí. Dos veces!! Y además esta primera floración dura de lo lindo. Pero no le parece suficiente con eso. Allá por agosto vuelve de nuevo a retomar fuerzas y nos regala una segunda floración. En parte porque ya el arbusto ya está cubierto de hojas y en parte porque el número de flores es muy inferior, esta segunda tanda de flores ya no se parece a estas imágenes en las que aparece tan llamativa. Pero sí, durante unas semanas, en pleno rigor del verano es capaz de florecer. Increíble! Una verdadera jabata!
Es cierto que algunos arbustos florecen con profusión pero con unas florinas tan chicas y tan...eso, tan poco llamativas que no es para tirar cohetes. Esta no. Kerria japonica 'Pleniflora' no puede tener una floración más llamativa! Inunda el espacio dónde crece de una masa amarilla resplandeciente. Es una masa de color y brillo.
Me encanta!! Es un arbusto tan hermoso! Tan grácil, con sus ramas largas y arqueadas brotando del suelo y que sucumben bajo el peso de tanta flor. Y qué flores!! Como preciosas rositas amarillas...Y ahora sé lo que estáis pensando. Huele? No, no huele. La perfección no existe, queridos!! ajajajjaja
Además tiene una preciosa vegetación. Un verde cálido claro que enamora. Sus hojas dentadas con nervios claramente visibles tienen una textura delgada que aparentemente nadie diría de su resistencia. No he visto nunca mis arbustos de Kerria japonica quemados por mucho sol que les de!
Bueno, ahora tendréis que preguntarme: pero alguna pega tendrá! No? Pues sí, tiene dos que en realidad a mí, en mi caso concreto, no me lo parecen.
Una es que es un arbusto grande. No debería cultivarse en espacios reducidos ya que precisa bastante "aire" a su alrededor. Ni lo intentéis si disponéis de un cachito de rincón rodeado de otras plantas. La belleza de la Kerria japonica 'Plenilora' solo se manifiesta si tiene espacio a su alrededor. Este arbusto apretujado entre otros que no le permitan arquear sus largas ramas libremente desde mi punto de vista pierde todo su gracia. Su encanto es precisamente el tipo de crecimiento que tiene. Airoso, arqueado, libre! Y eso solo lo puede conseguir si no tiene pegadas otras plantas que se lo impidan.
Así que siento decepcionaros si me estáis leyendo y no disponéis de un buen espacio dónde pueda crecer a sus anchas. Además, os aclaro que emite chupones, es decir, que cada año, van brotando ramas desde el suelo que salen de las raíces periféricas del arbuto de modo que cada temporada va ganando más envergadura. 
Mi Kerria no tiene aún ni la altura ni el ancho que tendrá cuando sea totalmente adulta. Sabiendo que se haría más alta me animé a poner al lado una mata de preciosas Euphorbia characias. Las ramas de mi rosa japonesa (nombre común por el que se la conoce) al crecer lo harán sobre la Euphorbia y creo que el efecto me gustará. Sí.
Cuando digo invasiva no me refiero a plantas tipo mimosas u olmos que son imposibles de contener. Hablo de una tendencia que si al podarla tras esta primera floración llevamos un poco de cuidado y arrancamos esos brotes que van apareciendo más allá de la zona que deseamos, no se convertirá en ningún peligro.
Segunda pega? No lo es en realidad. Es un maravilloso arbusto que si disponéis del espacio que requiere yo os animo a introducirlo en vuestros jardines pero eso sí, si no queréis que en pocos años se convierta en una maraña llena de ramas secas (cuando no muertas) que de grácil no tiene nada y que dejará de florecer al cabo de un tiempo, es absolutamente imprescindible que apliquéis una correcta poda en el momento adecuado.
Las dos primeras temporadas que crece en nuestro jardín puede pasar sin esa poda pero a partir de ahí requiere de este trabajo sin falta. 
En realidad es una poda que, como todas, si se entiende de qué manera crece el arbusto y en qué tipo de ramas florece, es absolutamente fácil de realizar.
Quien tenga interés en ver el proceso paso a paso, con todas las explicaciones y muchas fotografías verá que no es nada complicado, puede visitar el tutorial sobre su poda que colgué en este blog en junio del año pasado.
Es un arbusto que crece con rapidez. En tres años podemos tener un arbusto que destaca. Os muestro el pequeño ejemplar que traje hace ahora tres primaveras. 
Mirad esta fotografía. Justo ahora hace tres años de ella. 
En breve saca tallos largos ganando bastante en la primera temporada en altura. Luego, con los años se hará más alta pero su ritmo de altura se lentifica a partir de la segunda temporada. Eso sí, el arbusto se hace mucho más denso. Como digo, más tupiéndose que aumentando en altura.
Aquí os muestro este mismo espacio de mi jardín el año pasado en dos fotografías bastante semejantes. Podéis ver que el arbusto se ha hecho mucho más tupido. Está con diferencia mucho más cuajado de flores.
Esta primera fotografía es de la primavera pasada. La altura es aproximadamente la misma, pero tiene muchas menos ramas que en este momento.
Desde el año pasado ha emitido desde el suelo numerosos tallos formando ahora un arbusto más sólido, más denso.
Necesitaba que el jardín secreto quedara algo más oculto cuando se viene andando hacia él por el camino que recorre el seto norte. El almendro lo ocula bastante y lo hará aún más cuando crezca pero claro, lo cubre por arriba. Necesitaba de un arbusto que cerrara ese espacio a menor altura. 

Vistos los resultados me animé a elegir para este fin otro ejemplar de Kerria japonica 'Plenniflora' en el otoño de 2016. El año pasado ya floreció y este está empezando a ser un precioso ejemplar que cuanto pasen dos años destacará en ese punto de jardín y "cerrará" cuando no tardando mucho adquiera su altura y envergadura natural.


El tiempo es algo estupendo a veces, sin apreciarlo, poco a poco, vemos como se van transformando los espacios en el jardín y si sabemos elegir bien las plantas entre especies que se puedan adaptar a nuestro suelo, clima y estilo.. los rincones van ganando en belleza con cada año que pasa.
En fin, hoy quería proponeros un arbusto fácil, precioso y sin complicación alguna de cultivo. Espacio y poda adecuada, eso sí!! Pero creo que si tiene estas dos condiciones, Kerria japonica 'Pleniflora' no decepcionará a nadie que la introduzca en su jardín.
Por cierto hay otra variedad de flores simples. Para mi gusto, no es comparable. Pleniflora tiene las flores dobles. Mucho más bonitas! Así que si lo compráis sin estar en flor y es en un vivero que no etiqueta bien las plantas, llevad cuidado y preguntar qué cultivar es antes de traerla a casa.
Buenas noches, amigos.

Los grandullones del jardín: Los árboles. Algunos tardan en despertarse.

Tenía muchas cosas pendientes de hacer hoy pero en ocasiones, cuando algo te emociona, es tan fácil retrasar un poco las actividades que son obligación para dedicarse a los placeres!! Uno de ellos para mí es revisar las plantaciones. Hoy le ha tocado a los árboles.

Independizar los "hijos" de nuestras plantas. Reproducción vegetativa (asexual)

Las plantas que introducimos en el jardín dedican sus primeras temporadas a formar un gran cepellón de raíces más que a crecer o florecer. Lo observamos siempre. Verdad? Pensemos en los rosales recién plantados. Algunos incluso no llegan a florecer la primera temporada o lo hacen en forma de tres o cuatro rosas. Todo ser vivo aspira a perpetuarse y a extenderse en el espacio y en el tiempo y las plantas no son ninguna excepción. Una vez han desarrollado este gran sistema de raíces pueden dedicarse a crecer y florecer pero además, dan un paso más: algunas empiezan a intentar extenderse más allá de la zona dónde se cultivan inicialmente. Cada una lo hace mediante un sistema.
Dos son las formas fundamentales de reproducción de las plantas
1.- Una es la reproducción sexual. La hemos tratado en varias ocasiones en algunos artículos Recordemos los semilleros de hortalizas o los de vivaces o la manera de reproducir mediante semillas una Althaea rosea (Malvarrosa).
La planta nueva que surge cuando se usa este sistema de reproducción es semejante a las plantas progenitoras pero no idénticas. 
Hablamos en plural porque en algunas plantas, el fruto es el producto de la polinizacion de una flor perteneciente a un ejemplar mediante el polen de otra flor de otro ejemplar. No en todas pero sí en algunas.
Cuando el polen (componente masculina) y el pistilo (componente femenina) pertenecen a la misma flor se dice que se trata de una polinización autógama.
Por el contrario, si polen y pistilos pertenecen a flores diferentes, sean del mismo árbol o de distinto árbol, se conoce como polinización alógama.
En el caso de los frutales más comunes, es mucho más frecuente que los óvulos de las flores de un frutal sean fecundados por el polen que proviene de otros frutales.
En todo caso, la semilla que se formará en el fruto proviene del material genético de dos padres y la planta resultante de la germinación de esta semilla siendo semejante a sus progenitores (porque contiene ADN de ambos) genéticamente no será idéntica a ninguno de ellos.
La reproducción sexual da lugar a mayor variabilidad en la población de una especie, es decir, produce individuos diferentes y por tanto con más probabilidades de que, para mediante la selección natural, pueda adaptarse (o no) al entorno dado que los nuevos individuos tienen características de ambos progenitores.
Son como nuestros hijos. Se nos parecen pero no son idénticos a nosotros (Afortunadamente jajajajja). Suelen tener características de su padre y de su madre pero constituyen ejemplares únicos.
Este tipo de reproducción es mucho más compleja que la que trataremos a continuación y sobre la que versa este artículo.

2.- La segunda forma de multiplicación es la asexual o vegetativa. Se produce cuando se divide una parte de una planta (Sea tallo, rama, raíz, rizoma, etc.) y se desarrolla por separado hasta que se convierte en una nueva planta.
Es un sistema de multiplicación muy difundido y existen muchas variantes. En este tipo de reproducción solo se precisa de un progenitor en contraposición a la reproducción sexual que precisa de dos. 
Todas estas variantes producirán nuevas plantas idénticas genéticamente a la planta progenitora. Es decir, es un clon de la misma.
Este tipo de reproducción tiene, como todo, sus ventajas e inconvenientes. De una parte requiere de mucha menos energía para la reproducción de la planta y da origen en poco tiempo a gran cantidad de individuos.
Por el contrario, al originar individuos idénticos los ejemplares resultantes tienen poca variabilidad. Usando de él "echan a una carta" su capacidad de adaptación al medio dónde crecen.

Muchos de estos sistemas de reproducción vegetativa los hemos ido viendo a lo largo de estos años en muchos artículos en este blog
* Hicimos un acodo simple en un rosal 
* y otro aéreo en un Melia azedarach no hace mucho. 
* Vimos como reproducir por estolones una mata de violetas
* Sacamos nuevos ejemplares con retoños (hijuelos laterales)  de una Ajania pacifica
* Por división reprodujimos un Chrysanthemum frutescens hace ya tiempo. 
* Reprodujimos mediante esqueje un Rosa 'Charles Austin' y también unas tomateras una vez brotaron sus raíces metida un trocito de rama en agua, 

Aunque a largo plazo y cuando se analiza a nivel de la Naturaleza, este tipo de reproducción tiene sus desventajas, cuando se trata de un jardín, obtener nuevos ejemplares de plantas sin haber hecho nada o poco para que se reproduzcan es una gran satisfacción. Hablemos hoy de este tipo de "hijos" de las plantas que cultivamos en nuestro jardín y que ellas solitas (o casi) se reproducen de modo vegetativo dando lugar a plantas que pueden vivir posteriormente de modo independiente.
Algunos de los arbustos que os mostraré están cultivados en este jardín desde antaño pero otros los he introducido yo en estos últimos años. Estos últimos ya empiezan a ser maduros y han desarrollado un sistema de raíces que les permite intentar reproducirse. Alguno de ellos veremos que ya emiten largas raíces que se extienden por los alrededores; otros brotan desde ellas formando pequeñas plantas al lado de la planta madre; y en otros casos he sido yo la que he intervenido en esta reproducción acodando alguna de sus ramas. 
Cuando al inicio de la temporada incorporo al suelo el estiércol maduro y debo retirar para ello previamente el acolchado me resulta práctico "independizar" estos hijos y conseguir así plantas gratis que crecerán en otras partes del jardín sin haber hecho prácticamente ninguna inversión ni de tiempo ni de dinero.

Ventajas de estos "hijos" en relación a las plantas compradas.
  • La gratuidad es el primero que nos viene a la cabeza.
  • Pero gozan de una gran ventaja en relación a las plantas que compramos en un vivero o adquirimos en una página web: Son plantas que han crecido desde el inicio en nuestro jardín. Por tanto son totalmente resistentes en nuestra zona climática y están complemente adaptadas a la climatología, suelo y demás condiciones de crecimiento.
  • Pero además, cuentan con algo de lo que suelen carecer las plantas que traemos del vivero: Antes de independizarlas han desarrollado un magnífico sistema de raíces que les va a permitir sobrevivir una vez estén separadas de la planta madre con mucha más facilidad que las compradas.

Quiero mostraros hoy algunos de estos nuevos ejemplares que en breve crecerán en algunos rincones de mi jardín. Mientras se asientan un poco y comienzan a crecer independientes de la planta progenitora, los he metido en un contenedor y los he ubicado en una zona dónde estarán a resguardo del sol fuerte del mediodía.
Son plantas como digo, con un sistema radicular ya formado pero que hasta ahora, obtenían el agua y los nutrientes de la planta de la que provienen, así que conviene esperar a que desarrollen aún más raíces antes de ubicarlas en su lugar definitivo.

1.- En el primer caso no será un ejemplar si no varios los que habré obtenido de estos brotes de raíz de Sorbaria Sorbifolia 'Sem'. Un precioso arbustos, bello en todas las estaciones y que no presenta ningún problema de cultivo en mi jardín si está preservado del sol algunas horas del día.
La verdad es que hasta que ha empezado a brotar no me he dado cuenta de que había pequeños brotes saliendo de la tierra cercana a dónde crece la planta madre.



Al arrodillarme para levantar el acolchado del rosal que crece al lado (Rosa 'Gertrude jekyll') vi que del suelo asomaban preciosas ramillas tiernas. Como no quería que el rosal se vea invadido por esta planta simplemente tiré del brote más próximo al rosal et voilâ lo que apareció!: Una larga raíz que crecía horizontalmente al suelo y de la que cada poco brotaba hacia arriba un pequeño tallo.


Tiré con cuidado de no estropear las raicillas y corté la raíz en una zona próxima a la planta madre.
Aquí tenéis varias raíces. Cada trozo que tiene ya raíces desarrolladas constituye una planta que, en poco tiempo, podrá vivir de forma independiente. Qué gozada, no?
Como se trata de trozos de raíz que deberé poner de forma horizontal, he preferido meterlos provisionalmente en un cacharro con agua para que no se deshidraten y en unos días me pensaré si los pondré en varios contenedores o directamente en el lugar que crecerán.
2.- Segundo ejemplo de planta en la que no ha habido intervención alguna de mi parte: Las sierpes de un Philadelphus.
Llevo ya años queriendo independizar estos tallos que emergen de una zona lateral del celindo pero por unas cosas u otras nunca he encontrado el momento de hacerlo. El domingo, aprovechando que había venido a trabajar en mi jardín mi ayudante y teniendo el tiempo necesario para realizar este trabajo que requiere el uso de herramientas, me decidí a realizarlo.
Habitualmente los Philadelphus crecen en forma de arbusto compuesto por infinidad de tallos que emergen del suelo. Se pueden conducir dejando solo tres o cuatro que formen una especie de tronco y permitiendo que las ramas broten únicamente en la parte superior. El resultado es precioso:
Las ramas cuelgan desde arriba formando una especie de paraguas con sus ramas arquedas.
El mío crece así sin haber hecho yo nada. Por cierto, tengo otro celindo que estoy intentando el mismo resultado pero aunque voy arrancando los brotes que salen del suelo de alrededor de los tres o cuatro que dejé entrelazados, no hay manera, salen y salen más y más...y es un fastidio estar siempre eliminándolos.
No sé si con el tiempo lograré que no salen muchos y tengan eliminar solo alguno de vez en cuando.
Así que vienen que este pequeño que brota al lado del padre tiene la pinta de crecer con las mismas características aunque con retraso por fin ya he logrado dos ejemplares iguales!!
Aquí veis el celindo con el acolchado retirado antes de incorporar el estiércol. Este celindo está cultivado en el suelo original del jardín, es decir, que la tierra está muy compactada y requirió la intervención de mi ayudante que con una pala de punta cuadrada fue bordeando el cepellón ayudándose de la fuerza del pie sobre ella.
No fue fácil. Las raíces se extendían por la zona próxima y hubo que utilizar una azada en las proximidades para ablandar el terreno y facilitar la extracción.
Por último, con ayuda de una podadora se cortó la raíz mediante la que se unía a la planta madre.
Listo! Planta madre "liberada" del hijo que vivía a "su costa" y bien nutrida. Y yo con otro ejemplar nuevo ajjajajja
No logramos sacarlo con demasiado suelo adherido a sus raíces pero tiene un buen sistema radicular desarrollado.
Eso sí, el desarrollo de su parte aérea es excesivo así que antes de plantarlo en un contenedor lo he podado bien reduciendo muchísimo el largo de sus ramas para que tenga posibilidades de sobrevivir.
3.- Un tercer caso de "gratuidad" total: Renuevos de una Syringa vulgaris (Lila). De esta me percaté este invierno pero hasta ahora no me he puesto a independizarlo.
Ya veis, en el lateral y a cierta distancia de la lila madre, emergía un pequeño conjunto de tallos que debía llevar creciendo cierto tiempo dado que tiene la madera madura.
No me ha resultado difícil separarlo. He ido clavando alrededor del crecimiento una pala de punta recta y con la fuerza de mi pie sobre ella he ido clavándola en todo el perímetro a la mayor profundidad que me ha sido posible.
Noté con la pala la gruesa raíz que la unía de la planta madre así que tuve que usar para cortarla una podadora fuerte.
Y aquí tenéis al nuevo bebé, un pequeño lilo con un cepellón perfectamente desarrollado. Este desde luego no tiene pinta de tener problemas lejos ya de su progenitor.

Una vez extraído el joven ejemplar tuve que reponer todo el terreno y adecentar de nuevo los acolchados.
Estoy entusiasmada con su obtención porque mis lilos son muy antiguos y por los años de abandono y los nulos cuidados que recibieron durante muchísimo tiempo, están muy castigados. Están en el jardín desde hace treinta o cuarenta años y me encantará asegurarme de seguir cultivándolos. Con este "duplicado" tengo asegurada la supervivencia de ellos en mi jardín. Además, florecerá en color lavanda, como su progenitor ya que es un clon de él. Cosa que por cierto, me encanta!
4.- Por último y aunque esta vez sí ha habido intervención de mi parte al hacer un par de acodos con dos de sus ramas el verano anterior, he obtenido otro ejemplar de una planta a la que le tengo mucho cariño por ser un regalo de mi amiga Isabel. Me trajo un esqueje (no recuerdo si enraizado o no) de esta Buddleja x weyeriana 'Sungold'. Florece en amarillo lo que la hace bastante original. Pero además resiste mucho mejor que otras budleias que tengo en el jardín el calor y la sequía del suelo. Así que me interesaba obtener más ejemplares.
Igual que en los casos anteriores, aprovechando la retirada del acolchado de la Catalpa, quise comprobar si los dos acodos del verano habían enraizado.
Con muchísimo cuidado fui retirando el suelo alrededor de ellos hasta llegar a la altura que hundí las ramas. Una de ellas vi que aunque tenía raíces no eran suficientes y decidí volver a cubrirla con suelo y dejarla una temporada más.
La segunda sí, me pareció claramente enraizada. Simplemente practiqué un corte entre la rama que provenía de la budleia madre y el acodo y repuse el terreno que rodea la Catalpa aplicando el estiércol también.
Aquí está, lista para su plantación!
En fin, ayer domingo fue un día de lo más productivo!! Estoy contenta con mis nuevos ejemplares. Proceden todos de plantas preciosas y ellos, con genes idénticos a ellas, serán igualmente hermosas. Tardarán un tiempo en convertirse en ejemplares adultos y de buen tamaño pero no hay prisa... asistir al proceso será mágico y me producirá una gran alegría lograr que con mis cuidados, lleguen a convertirse en magníficos ejemplares.
Que tengáis buen lunes, queridos lectores. Gracias, gracias, siempre por vuestro apoyo, por vuestro cariño hacia mí que tantas veces demostráis en vuestros correos y comentarios y por la amistad que tengo con muchos de vosotros.

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