Mezcla de sustratos para plantar un Acer palmatum (Arce japonés)

Los Acer (arces) crecen de forma natural en los márgenes de los bosques al abrigo de otros árboles de mucha más envergadura que ellos que los protegen de los vientos y del sol directo. Lo hacen en suelos frescos y húmedos. Precisan para crecer en buenas condiciones de un clima frío en invierno y veranos frescos y húmedos.  Es decir, de climas templados.

En efecto, nada que ver con el clima que cuenta mi jardín en verano. Sé que no tengo las condiciones que precisa para que crezca frondoso y no sufra con la sequedad del aire y las altas temperaturas de mi verano. Pero ya sabéis lo que pasa, los vemos tan hermosos...que sí, a veces a sabiendas de que no deberías intentar cultivar plantas que no son adecuadas para tu jardín, te enamoras de ellas y lo intentas. Así que sí, es un capricho que probablemente tiene sus días contados pero ya está en mi jardín y quiero intentarlo. He sufrido la tentación de hacerme con uno dos años pero al final he caído ajjajaja 
Tengo claro que de cultivar Acer debería limitarme a especies nativas de la Península como Acer monspessulanum ( o Acer de Montpellier), Acer pseudoplatanus, Acer platanoides o Acer campestre.  que resisten la sequedad y el calor veraniego sin dificultades. De hecho tengo un pequeño Acer de Montpellier que cultivo a pleno sol y no me da problema alguno. Este primer año no ha crecido demasiado porque se está dedicando a crear un buen cepellón pero a pesar de ello las nuevas ramas presentan hojas sin quemadura alguna y mira que le da sol!! Seguramente el año que viene pegará el estirón pero en todo caso no hay que estar pendiente de él ni tiene remilgos ninguno en lo que hace al tipo de suelo. Pero bueno ya digo, a veces intentamos cultivos que presentan grandes dificultades. En fin, de fracasar en el intento tampoco me he gastado ninguna barbaridad. He encontrado este ejemplar a buen precio y eso me ha hecho animarme. 

La verdad es que no es fácil encontrar en un jardín de veranos tórridos un lugar adecuado para estos arces de otros climas. Creo que en mi jardín solo hay dos lugares en los que intentaría cultivar un arce. Uno es este bajo uno de los pinos grandes. Una zona que estoy arreglando estas semanas. El otro es en la zona central del jardín bajo la protección de una encina de buen tamaño. En esta última ubicación es dónde siempre he pensado que si tenía presupuesto  suficiente algún día quizá me dejaría tentar y plantaría uno de buen tamaño.
No tenía pensado cultivar ninguno en esta zona que muestro hoy en las fotos. Quizás porque estaba sin arreglar y no me había fijado que tiene unas horas de sol directo, las de la primera de la mañana y a eso de las once ya cae sobre esta zona una sombra moteada que podría preservar sus hojas de los rayos de sol directo. Ya veremos...

Son varias las condiciones que precisan para estar a sus anchas: como hemos dicho, veranos suaves, humedad ambiental, no recibir el sol directo en sus hojas al menos en las horas de sol más fuerte, protección del viento, protección cuando todavía es pequeño de las heladas fuertes, suelo buen drenaje, buena aireación y capacidad de retener la humedad alrededor de las raíces.

No puedo proporcionarle ni veranos suaves ni humedad ambiental. Creo que la ubicación que le he buscado es adecuada. La gran copa del pino que está sobre él lo protegerá de las heladas fuertes si se produjeran, también estará protegido de los fuertes vientos en esta zona. Las primeras horas de sol de la mañana no son las más fuertes. El aspecto que más puedo modificar es el suelo dónde crecerá. De ahí que haya hecho esta mezcla de sustratos que os muestro y que no puedo decir que vaya a funcionar ya que como digo, no he cultivado nunca un arce de este tipo en mi jardín y no puedo decir todavía sus resultados. En todo caso iré comentando su crecimiento en artículos posteriores.
He procurado hacer una mezcla que proporciones un buen drenaje y no retenga el agua alrededor de las raíces del Acer palmatum. Estos árboles no resisten tener constantemente sus raíces anegadas de agua, se pudrirían. De modo que precisamos un sustrato que permita que el agua del riego y la lluvia drene perfectamente y no produzca retenciones.
También es necesario que los materiales de los que se compone el sustrato permita pequeños espacios entre sus partículas para que el suelo esté aireado
Igualmente es preciso un suelo que absorba y retenga la humedad y no se seque rápidamente de manera que las raíces estén siempre húmedas sin estar encharcadas. Y por último, no les gusta los suelos alcalinos. Muchas de las variedades de arces crecen mejor en suelos con pH ácido.
Cabría decir que los acer emiten raíces fibrosas y bastante superficiales por lo que no les gusta demasiado la competencia de otras plantas justo al lado. Este requerimiento me ha hecho elegir justo este hueco entre las grandes piedras de esta zona del jardín.
Esta terraza, como he comentado los artículos de estos últimos días en los que os mostraba como hemos construido los bancos de traviesas y la rocalla así como la escalera que se ve en las fotos, es tierra de mala calidad procedente de hoyos de plantación. Esto me ha obligado a eliminar toda la tierra mala que he podido para proporcionar el mayor espacio posible al futuro cepellón. 

Creo que el hoyo ha quedado de buenas dimensiones.
He regado bien el contenedor antes de proceder a la plantación y por supuesto me he cerciorado del perfecto drenaje del hoyo de plantación echando una buena cantidad de agua y viendo cuánto tardaba en absorberse. No ha tardado nada, así que en ese sentido no habrá problema alguno.

Aquí están los sustratos que he usado para elaborar la mezcla: Turba rubia (con un pH entre 3/4) y tierra para acidófilas que aportarán la acidez necesaria; humus de lombriz y una generosísima cantidad de hojas de roble secas que permitirán que la mezcla esté bien aireada arena que facilitará el drenaje, y vermiculita y arcilla expandida que ayudarán a mantener húmedo el suelo. 

No he pesado ni medido las cantidades pero creo que las fotografías pueden dar una idea aproximada de las cantidades que he usado en la mezcla. Quizás lo que está más tapado es el humus de lombriz y puedo decir en este caso porque las he contado, que han sido seis paladas de las pequeñas las que he añadido a cada carretilla. De arcilla expandida ha sido la que cabe en un contenedor de los de 20 cm. De vermiculita aproximadamente igual. Más o menos lo mismo de arena. Las hojas secas de roble usadas entre las dos carretillas de mezcla que he preparado han sido las que me cupieron cuando las metí en el saco y que por cierto según iba echando en él iba prensando para que cupieran más así que en total ha sido una buena cantidad de hojas. 
La turba rubia la compro en grandes balas y viene muy prensada. Al sacarla del plástico que las envuelve sale en trozos grandes compactos y es preciso desmenuzarla previamente antes de mezclarla con otros elementos.

Una vez rotos todos los grumos se presenta como un sustrato muy esponjoso. Aquí podéis verlo en una esquina de la carretilla bajo las hojas de roble.

A continuación he añadido a la carretilla la arena, las hojas de roble, la vermiculita y el humus de lombriz. Mientras iba mezclando con las manos los elementos iba desmenuzando bien las hojas de roble. 

Cuando tenía mezclados estos elementos he añadido la tierra de castaño y a base de remover con la pala he logrado una mezcla homogénea. 

Como comprobareis es una mezcla vaporosa, ligera, con suficiente materia orgánica y que no tendrá problema alguno de compactación ni de retención de humedad excesiva. A la vez, el aporte de vermiculita y arcilla expandida ayudará a retener la humedad en la cantidad precisa sin encharcamientos.

Cuando tenía una carretilla preparada he volcado la mezcla en el hoyo y he visto que no tenía ni para empezar ajjajajaj Así que he tenido que preparar otra  carretilla con los mismos ingredientes y en las mismas proporciones para terminar de rellenar el hoyo. Buena señal porque quiere decir que mi pequeño Acer tiene de momento espacio más que suficiente para que sus raíces se expandan en un sustrato que espero sea adecuado para su crecimiento.
A continuación he sacado la planta del contenedor y he espolvoreado activador de raíces para favorecer el enraizamiento, eliminado el sobrante sacudiendo ligeramente el cepellón.

Antes de poner en el hoyo el Acer he compactado bien con las manos el suelo que lo rodea y lo he regado en profundidad. He introducido el cepellón en el sustrato dejando el nivel del cepellón muy ligeramente por debajo del nivel de sustrato de alrededor. 
Y he finalizado con un riego a conciencia para que el suelo se humedeciera en profundidad.

Mañana pondré sobre este suelo un buen acolchado que proteja las raíces del calor, del sol y que mitigue un poco la pérdida de humedad. 
Y ahora a ver qué ocurre :) Evidentemente habrá que estar muy muy al cuidado de que en ningún momento este suelo se seque. Esto es de importancia capital. Mantener las raíces de los arces de este tipo siempre húmedas es absolutamente necesario. A ver si logra pasar este agosto que es lo más duro que queda del verano y durante el otoño comienza a arraigar... eso espero. Lo que estaba en mis manos lo he hecho, a ver si él pone de su parte y se comporta :P


Las sombras en el jardín. La utilidad de guardar la información sobre ellas para el diseño.

Os ha ocurrido alguna vez el plantar un rosal, unas vivaces, etc en otoño o invierno convencidos de que la ubicación elegida estaría preservada del sol directo del mediodía y comprobar en pleno verano que se achicharran literalmente las hojas porque la planta recibía de pleno el sol en las horas centrales del día? A mí, un montón de veces!! Y precisamente porque me ha ocurrido muchas veces y me ha costado trasladar el rosal o la planta en cuestión a otra posición más adecuada provocando que vuelva a padecer un estrés innecesario con el traslado además del trabajo que supone el desplantar y volver a plantar es por lo que creo que puede ser interesante hablar en este artículo de las sombras y su importancia en el jardín.

Como sabéis los que me leéis habitualmente, hace unos días colgué un artículo en el que os mostraba una rocalla con dos bancos de piedra y traviesas de madera que forma parte de lo que en el futuro será un jardín secreto. Ahora no es el momento de hacer plantaciones pero antes de que nos demos cuenta estará aquí el otoño y será preciso comenzar a poner en tierra las variedades elegidas. 
Conozco muy bien el suelo de mi jardín, igual me pasa con el clima pero para diseñar las plantaciones de esta zona preciso conocer las luces y sombras en las distintas horas del día. De nada valdrá poner el sustrato adecuado y saber que una planta es adecuada para el clima de nuestro jardín si no la ubicamos en la situación que reciba las horas de sol directo o de sombra que la planta en cuestión precisa para desarrollarse adecuadamente.
Las sombras son un elemento absolutamente cambiante en nuestro jardín. Cambian de un día a otro y cambian de una a otra estación. 
Fijaos en las dos siguientes fotografías. Corresponden a la misma zona del jardín. Son fotografías tomadas a la misma hora exactamente, las 09:30 horas. Qué cambia? La primera corresponde al inicio de marzo. La siguiente es de mediados de mayo.
Para ello y para equivocarnos lo menos posible se hace imprescindible conocer a fondo las sombras de nuestro jardín.


Por qué cambia el largo de las sombras a lo largo del día y a través de las estaciones? El largo de las sombras viene determinado por el ángulo con el que los rayos del sol inciden sobre la tierra.
Durante el día las sombras son más largas a primera y última hora y más cortas en las horas centrales. La razón de ello es precisamente que es a mediodía el sol está en su punto más alto, los rayos del sol son más perpendiculares a la Tierra y producen lógicamente sombras más cortas.
El cambio de tamaño de las sombras durante las estaciones se debe a que la altura a la que el sol aparentemente recorre el cielo durante el verano es mayor
En el hemisferio norte la trayectoria aparente que el sol recorre en invierno es mucho más baja que en verano. Ello provoca que la inclinación de los rayos de sol sean más oblícuos que en verano y da lugar a su vez a que las sombras se alarguen en invierno y sean más cortas en verano.

El sustrato puede modificarse, la humedad puede aumentarse con el riego pero la insolación...ufff qué difícil es cambiar las condiciones de luminosidad de un rincón. Es cierto que podemos plantar un árbol o un arbusto para proyectar una sombra en un lugar que nos interese pero eso son soluciones a largo plazo. De entrada tenemos que ceñirnos a las condiciones lumínicas que tenemos en el jardín hoy por hoy.
Sí, es de suma importancia saber cuántas horas de sol y a qué horas lo recibirá un arbusto al plantarlo en el lugar concreto. De lo contrario nos arriesgamos a eso, lo que nos ha pasado a muchos. Que en invierno, cuando se proyectan sombras mucho más largas que en los meses estivales porque el sol hace su recorrido en el cielo de forma mucho más baja... nos resulta muy difícil acordarnos de que esa misma ubicación que en noviembre está en sombra a mediodía, en agosto, en pleno verano, los rayos de sol chamuscarán sus hojas. En un jardín de reducidas dimensiones quizás no es excesivamente complicado pero en un jardín grande...uffff!! 
A veces durante el verano me digo...a ver, qué me acuerde luego en invierno, aquí hay mucho sol durante mediodía...y aquí y aquí...Nada de rosales delicadas!! Pero luego llega el otoño, el jardín inicia su transformación, los árboles y arbustos comienzan a desnudarse....Y el sol comienza a entrar por entre sus ramas y zonas que en verano estaban sin iluminar, ahora reciben sol directo. Pero además es que sin darte cuenta, día a día las sombras que van produciéndose en el jardín son cambiantes se van alargando, los días se acortan y lo que cercano ya el invierno vives como un sol tibio y agradable te hace olvidar qué supone el sol de esas mismas horas seis meses más tarde. Te empiezas a olvidar de qué zona cubría de sombra los dos grandes olmos por la mañana y acabas por interiorizar la imagen del jardín como la ves en esa estación y olvidas las luces y sombras del verano. Llega el invierno y echo mano de esa imagen del jardín que tengo reciente y al final de no ser por la costumbre que tengo de guardar la mayor cantidad posible de las sombras de mi jardín...plantaría la mitad de las cosas de modo equivocado. A mí me pasa eso. No sé a los demás.
No sé si los demás jardineros tienen más memoria que yo o si utilizan otros sistemas para saber en invierno, cuando realizan plantaciones, como estará iluminada esa planta durante los meses estivales.

Leí hace años sobre la conveniencia de hacer lo que en el libro llamaba "planos de sombras". Aunque a mí no me han resultado prácticos de todos modos para quién vea la conveniencia de realizarlos debemos decir que consiste en colorear (por ejemplo en forma de trazado gris, a rayas, etc) sobre el plano completo del jardín la proyección de las sombras de árboles, arbustos, muros y edificaciones del jardín. 
Debería hacerse tres planos, uno por la mañana, otro al mediodía y el tercero por la tarde. Con ellos tendríamos una información bastante aceptable de las sombras que se dibujan en nuestro jardín a según va realizando el sol su trayectoria en el cielo.
Conviene que esta información se recoja en días próximos al solsticio de verano (21 de junio) es decir, justo en los días que el sol está más alto en el cielo.
Muchas son las plantas que dejan caer sus hojas en invierno y la mayoría están en franco letargo. Cuando hablamos de necesidades lumínicas de una planta nos referimos generalmente a las que recibe durante el verano no durante su parada vegetativa invernal porque es durante el verano cuando están en actividad y les repercutirá más las horas de sol recibidas. Además, la intensidad de los rayos solares, al ser más perpendiculares al suelo es mucho mayor en verano que en invierno e influirán de manera determinante en las condiciones de cultivo.
En la siguiente imagen vemos como cambia la inclinación de los rayos del sol del invierno al verano. En invierno caen con mayor inclinación provocando sombras más alargadas. Así el arbusto que vemos en la imagen, en invierno permanecería en sombra a una determinada hora.
El mismo arbusto en verano, recibiría luz solar a la misma hora. Si el arbusto precisa esta insolación no habrá problema. El tema es que no todos las plantas resisten la insolación del mediodía, sobretodo el climas de verano tan rigurosos como el mío.

Vemos por tanto la importancia de esta información. Las sombras en el jardín lo condicionan totalmente. No es cuestión solamente de la ubicación de una plantación es que aprovechar o generar zonas sombreadas puede convertir una zona del jardín que se hacen inhóspita al mediodía en un confortable y fresco rincón si tenemos en cuenta estos datos y hacemos crecer los árboles, trepadoras o arbustos en la posición correcta para proporcionarnos una amable sombra en las horas que más se precisan.
No sé a vosotros, a mí me resulta sumamente desagradables los jardines ardientes en verano. Prefiero jardines dentro de lo posible frescos y con zonas umbrías. No siempre es fácil en los que padece el clima del mío pero está claro que conocer las sombras existentes en el jardín y tener presente de qué manera podemos transformar los espacios puede modificar un jardín y hacerlo mucho más acogedor.
Es cierto que árboles y arbustos se toman su tiempo hasta proporcionarnos una sombra generosa pero sí, si tenemos la paciencia suficiente muchas zonas del jardín se hará mucho más agradables.
El tiempo que se emplea en la recopilación de esta información pienso que tiene una gran ventana, conocer mucho más en profundidad nuestro jardín. Cuántos de los cambios que se producen en él son apenas perceptibles para nosotros a veces? Este tipo de plano o cualquier otro sistema para recopilar la información nos hará mucho más conscientes de como es nuestro jardín en cada estación del año y en los distintos momentos del día.
Contar con este estudio en profundidad del espacio que constituye el jardín no solo es aconsejable para ubicar correctamente las plantaciones. A la hora de instalar un pérgola, un cenador, un estanque...Hacer este tipo de obras e instalaciones desconociendo las sombras de nuestro jardín puede originarnos grandes disgustos.
Por poner un ejemplo, si instalamos en invierno una pérgola buscando a mediodía la sombra para poder utilizar el espacio bajo ella para comer a mediodía, probablemente nos encontraremos de que ese espacio está inundado por un sol achicharrante en verano. Antes de decidir la ubicación de este tipo de instalaciones se hace imprescindible saber de qué modo reciben la luz en el verano.
Como comento, he realizado estos planos de sombra con gran esfuerzo y lo cierto es que no les he visto mucha utilidad. Voy a explicar por qué. Al dibujar las zonas sombreadas en un plano lo que vemos es la zona sobre la que las plantas proyectan su sombra en el suelo pero no nos da información de altura de las zonas sombreadas. Creo que la siguiente imagen explicará mejor lo que estoy diciendo.
Aparentemente lo que vemos en este plano de plantación nos permitiría plantar los dos arbustos con flor en estos dos puntos porque parece que la zona está protegida por sombra pero la realidad no es esa. En efecto a nivel del suelo hay sombra pero conforme subimos en altura esta sombra va presentando en su zona externa la misma inclinación que los rayos del sol en ese momento del día y por encima de esta inclinación incluso en un área que en el plano se representa sombreado, si el arbusto tiene suficiente altura se saldría de la protección de la sombra..
Sí, es cierto, todos sabemos que la sombra que proyectan árboles y arbustos presenta un plano inclinado pero se me hace difícil estar calculando la inclinación de los rayos de sol y saber con seguridad si no estoy plantando demasiado alejado del árbol en cuestión como para que la parte superior del arbusto que planto no reciba la luz solar a mediodía en verano.
En esta imagen se explica lo que quiero decir. Al dejar de ver el plano de sombras y ver el perfil comprobamos que en efecto, el primer arbusto, el que está más próximo al árbol estaría en sombra a esa hora del día en verano pero el segundo, el más alejado, recibiría en sus ramas superiores el sol de las horas centrales del día.
Incluso se da la paradoja de que aún más alejado del árbol que el segundo arbusto podríamos plantar una pequeña planta que precisara sombra a estas horas del día siempre y cuando su altura no superara el plano de sombra del árbol. 

Al comprobar que los planos de sombra no me resultaban lo útiles que pensé antes de realizarlos opté posteriormente por tomar notas pero esto si cabe aún era más engorroso y desistí.
Al final he optado por algo que puede parecer laborioso pero que en realidad sólo hay que hacer una vez durante el solsticio de verano a ser posible.
Tan simple como tomar fotos de todo el jardín o de la zona que nos interese. 
Aquí os muestro mi escritorio. Podréis ver dentro de la carpeta pertinente (Sombras Jardín secreto y la fecha de la toma) Dentro de esta creo tantas carpetas como horas a las que durante el día tomo las fotografías.
Sí, hoy por ejemplo, he tenido que estar todo el día cada poco tiempo pendiente de salir a hacer fotograías a esta zona pero he conseguido una información preciosa a la hora de hacer las plantaciones.
Creo que no resulta legible la imagen si no se aumenta. Si pincháis en la fotografía se abrirá en otra pestaña y podréis verla aumentada.

A la hora de consultar una ubicación en concreto dentro de esta zona no tengo más que buscar la imagen que la contenga en cada carpeta. Esta imagen contiene agrupa varias imágenes del mismo punto desde la mañana hasta el atardecer.
A mí me resulta muy práctico este sistema. Laborioso un solo día pero muy útil y fácil de consultar en cualquier momento que deba diseñar las plantaciones de los distintos espacios del jardín.
Me permite ver al evolución del sol en un punto concreto y me evita el riesgo de que cuando llegue el otoño y las sombras hayan cambiado equivoque el lugar de plantación.

Nos restaría hablar de las distintos tipos de sombra. No todas las sombras son iguales. Su intensidad también es variable. 
La sombra más densa la encontraríamos bajo árboles perennifolios y en espacial bajo coníferas. 
También las fachadas de las edificaciones proyectarán sombras espesas y profundas. A este respecto hay que recordar que la altura de las fachadas intervendrá en la duración de la sombra. A paredes más altas, más duradera será la sombra que proyecte.
Lo que llamamos sombra moteada la proyectarían arbustos y árboles poco espesos, de hojas más bien pequeñas y ramas largas con movimiento. Con ramaje poco espeso entre los que los rayos del sol se filtran sobre las plantas cultivadas bajo su copa o a los pies de ellos. Son muchos los arbustos y árboles que producen este tipo de agradable sombra. Por mencionar alguno: variedades de Euonymus como  planipes o phellomanus; los Amelanchier lamarckii
Para finalizar mencionemos un hecho que deberíamos tener en cuenta al hacer las plantaciones. Generalmente pensamos en la asociación sol-calor y sombra-fresco. Y sin duda es así. La zona a los pies de un muro orientado al norte y totalmente en sombra será en general la zona más fresca del jardín pero esto no tiene por qué ser un inconveniente por ejemplo para la resistencia de las plantas.
Está comprobado que mueren más plantas por la rapidez de la descongelación que por las bajas temperaturas. Así puede que resistan menos algunas plantas con un sol directo a primerísima hora de la mañana que producirá una rápido deshielo que algunas plantadas en zonas de sombra profunda y zonas muy frescas.
En realidad estamos demasiado mediatizados por libros, páginas web y foros de países con climas más frescos que el interior de nuestro país. Leemos constantemente como la mayoría de las plantas parece que les gusta el pleno sol y lo cierto es que cualquiera que cuide de un jardín en un clima como el de Madrid sabe que no son tantas las plantas que gozan de la inclemencia del sol a mediodía cuando el verano alcanza casi los 40º. En realidad la mayoría de las plantas que estos manuales, páginas web de viveros, etc. animan a cultivar a pleno sol, crecen mucho más felices en la semisombra o con una sombra moteada.
Precisamente por eso busco ir creando poco a poco un jardín más fresco que el que tengo. Dónde el paseo se haga agradable incluso en verano. Para ello deberé tener la paciencia de que crezcan los árboles y arbustos de gran tamaño que he ido plantando estos dos años. Por ello, porque la luz y la sombra es determinante en un jardín he escrito como decía al inicio, este artículo. Espero os haya resultado de interés. Feliz fin de semana queridos lectores!!! :)
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Un artículo que he colgado posterior a este en el que el problema que se plantea es dónde plantar un árbol para que proyecte su sombra en las horas centrales durante el verano.
En este artículo hablamos de: Una calculadora de sombras para obtener la medida de las sombras a las distintas horas del día en cualquier época del año. Un programa de diseño como SketchUp también.  Pincha AQUÍ

Rocalla con bancos de piedra y traviesas de madera en el jardín secreto.

Bueno pues el trabajo que nos habíamos propuesto esta tarde se ha terminado. Ha costado lo suyo. Un trabajo que no ha sido difícil. Es cierto, pero que ha sido tremendamente duro!!
Hoy hemos movido la tierra de la pendiente que formaba en su lateral la terraza que hay en esta esquina del jardín para consolidar la zona anclando en ella piedras grandes y traviesas de madera.



Con rocas que no pesen muchísimo y que sean muy grandes no podríamos haber asegurado esta pendiente. Precisábamos que sus dimensiones fueran respetables y si añadíamos unas traviesas y la gran mole que representa en cuanto a sujeción los propios bancos...creo que sí, que la zona está muy consolidada. De hecho llevaba año y pico así sin sujeción alguna y apenas rodaban algunas piedritas hacia abajo, hacia la zona que ahora es el camino que bordea los bancos. Pero no quita para que pueda caer una gran tormenta y....en fin, esas cosas que no son muy probables que ocurran pero que tu sensatez te dice que tienes que tener previsto y en la medida de lo posible, evitar.
Hemos tenido que traer pedrolos de unas dimensiones más que considerables!! Y moverlos por el jardín ha sido duro pero mucho más el presentarlos una y otra vez hasta que dábamos con la posición que convenía por estética o que la piedra "pedía" para quedar sólidamente anclada y que no se moviera.
Poner un pedrolo, no nos gustaba, elegíamos otro...A ver si éste!! Trae el pedrolo hasta la zona de la pendiente para luego que no te guste...vuelve a quitar el pedrusco y trae otro. Colócalo en la posición que crees que va a quedar sólido y bien asentado además de bonito y luego compruebas que no, que no queda bien o que no es posible calzarlo o que resulta demasiado pequeño y vuelta a empezar!!! jejeje
Pero bueno al final se logra dar con la piedra adecuada en la posición adecuada. Te hinchas de currar pero finalmente el pedrolo queda bien ubicado.
La parte inferior de esta ladera de tierra quedó sostenida por la estructura que forman los bancos y con las grandes piedras ubicadas bordeando el camino. Era cuestión de sostener la tierra de la parte superior que afortunadamente tiene el suelo original de la parcela a menor profundidad de manera que ha sido suficiente con anclar en este suelo de origen algunos pedrolos salpicando el terreno.

No he tenido prisa en echar el sustrato que rellenaría las zonas entre las rocas. Una vez echado es difícil ya mover las piedras de sitio así que hay que pensarse muy bien si están bien colocadas. Mirar el conjunto una y otra vez.
Es más, ya una vez definitivamente en su lugar las rocas, he retirado toda la tierra mala que he podido sin arriesgar la solidez de las rocas. Formando así huecos en los que en pueda meter sin dificultad los cepellones de las plantas que compre. Era importante dejar espacios suficientes para que las plantaciones tengan espacio dónde hacer crecer sus raíces en tierra nutritiva y saludable.
En esto, como en todo, hay gente que tiene un especial "arte" para colocar las piedras de forma natural y buscarles su mejor cara. Creo que no es mi caso. De todos modos he tratado que el resultado sea una mezcla de garantizar la seguridad del terreno y la estética. A mí no me disgusta pero claro, no hay duda de que se podrían haber puesto de modo más bonito todavía. En fin, hemos hecho lo que hemos podido :)
Es verdad que ahora se ve una especie de "pegote" de tierra muy negra al lado del tono de la tierra original del jardín pero la pinaza cuando caiga, las plantas tapado mucha parte de este sustrato, los pájaros escarbando ...en fin, en no mucho tiempo no se verá una línea de separación tan nítida ni mucho menos y el aspecto seguro que mejorará.

La ubicación de cada piedra la hemos estudiado mucho antes de dejarla definitiva. Para evitar derrumbes es importante posicionar las piedras de modo que que incluso asienten bien unas sobre otras y todas las zonas queden con puntos de sujeción.

Intentamos que entre las rocas se formaran espacios pensando en facilitar la plantación. Zonas que no presetaran mucha pendiente para evitar que la tierra corriera hacia abajo. Algo así como "islas" entre piedras.

Es primordial usar en la base de la rocalla piedras bien grandes. Pensemos que en esa zona es dónde la tierra ejerce más fuerza. Para anclarlas bien se debe compactar el suelo base muy bien pero además debe quedar una buena zona de roca hundida en el suelo para que no se mueva en ninguna dirección.

Hemos intentado que los laterales de los bancos tuvieran rocas a sus lados para que el sustrato de plantación no resbale hacia la madera. Una vez comience a plantar regaré en profundidad este sustrato así bajará de nivel y si es preciso aportar más tierra lo haré. 
También podré comprobar al echar bastante agua si por algún punto se sale la tierra, sobretodo en la zona cercana a los bancos. De ser así será cuestión de meter con calzador pequeñas piedritas que taponen los puntos de fuga hasta que las raíces de las plantas y el propio asiento del terreno impida que la tierra salga por parte alguna aunque caiga buena cantidad de lluvia o agua de riego sobre ella.


Pensé que hacer varios niveles en esta rocalla facilitaría el equilibrio y la plantación.
El otro día compré dos traviesas más de la cuenta de las que precisábamos para hacer los bancos con la idea de insertarlas en la rocalla. De haber tenido más traviesas seguramente hubiera puesto una o dos más pero no las teníamos así que así se queda!!

Ayer ya no dio tiempo de más. Hoy a ver si me da tiempo de dar una mano de lasur a los postes de madera que sostienen los respaldos de los bancos para que el tono sea lo más semejante posible a las traviesas y también aplicaré una capa generosa de aceite de linaza puro que dejaré absorber en la madera de estas traviesas para nutrirla y que se reseque menos con el aire, la lluvia y el viento
Cada año habrá que aplicar las labores de mantenimiento precisas si queremos conservar estos bancos en unas condiciones óptimas.
Por cierto, es importante comprobar antes de dar por finalizado este trabajo si hay alguna astilla o trocito de madera levantada que pueda hacer heridas al sentarse. En caso de ser así las retiraré y lijaré lo que sea preciso.

En fin, con este aspecto hemos dejado este espacio. Ahora resta que me venga alguna idea para solventar esta terraza. No es que sea enorme pero sí es muy espaciosa y de dimensiones suficientes como hacer otro punto de interés en este jardín secreto.

Estoy muy satisfecha con el resultado. Ha desaparecido la pendiente tan fuerte que había en este lateral. La zona ha quedado del todo adecentada. Ahora será posible mantenerla limpia sin grandes dificultades. Y el aporte de sustrato enriquecido permitirá que las plantas de variedades adecuadas a esta ubicación crezcan saludables. 
Pienso que ha mejorado notablemente el aspecto de toda esta zona. O eso quiero pensar porque después de la trabajera que hemos echado en ello...ajajjaja como para que hubiera empeorado. Verdad? :P
Se ve parte de estos bancos antes de llegar a este rincón y el camino allanado, la rocalla, los asientos... sí, creo que está más bonito ahora. 

En todo caso nada mejor que ver un antes y un después!! Aquí antes de afrontar reforma alguna del jardín, hace cosa de dos años y pico...

Y así esta mañana :) Qué cambio!! Verdad!!





Cuánto trabajo se echa sobre las cosas que amamos!! Transformar, mejorar, embellecer nuestro jardín es la gran satisfacción para nosotros, los jardineros. En en el proceso nos dejamos nuestro cansancio, nuestro agotamiento...sí, pero esta mañana tan pronto me he levando he ido directa a este jardín secreto que poco a poco estoy conformando; me he llevado mi café allí y he mirado al frente. Y me he sentido profundamente bien. Habiendo invertido además de un gran trabajo y esfuerzo, muchas horas de pensar, muchos paseos imaginando, muchas ideas escogidas y descartadas por mil motivos... hasta que te decides y llegar a saber qué quieres y como lo quieres. Y una vez lo decides no hay trabajo que te eche para atrás!! Porque tu jardín merece la pena tu esfuerzo!! Con la sensación del trabajo hecho y la satisfacción de unos resultados más que dignos he disfrutado un buen rato sentada en este rincón de mi jardín...Me lo digo yo todo solita jjajajaj Pues si, me lo digo porque cuándo uno trabaja tan duro te lo tienes que decir porque te lo mereces. No estáis de acuerdo? )

Tutorial: Pomazón, cojinete, guantelino, cojín o almohadilla de dorador. Cómo hacerlo paso a paso

Son muchos los nombres por los que se conoce (guantelino, cojinete, cojín de dorador...) aunque pomazón y almohadilla de dorador son los más...