Reproducir rosales (I) Cómo realizar un acodo simple. Paso a paso

Hoy os propongo aprender a reproducir un rosal realizando un acodo simple. Esta es una forma de reproducción vegetativa (recordemos que la sexual es mediante semillas). 
Hay variedades francamente difíciles de que arraiguen los típicos esquejes que todos conocemos y este sistema es un método con mucho más índice de acierto.
Además, me parece un sistema divertido de hacer así que, venga, animaos a reproducir esos rosales de los que no habéis logrado sacar esquejes adelante. 
Se trata de una de las técnicas de reproducción más antiguas que puede usarse en plantas leñosas. Lo que hacemos al acodar la rama de un rosal es provocar que este tallo emita raíces antes de separarla de la planta madre. Se trata de un proceso que se produce de un modo espontáneo en la naturaleza. Seguramente habréis visto como una rama larga de un arbusto ha caído al suelo y la zona de contacto se ha cubierto fortuitamente por algo de suelo. De esa zona de contacto con el suelo en unos meses y a veces en menos tiempo, habrán brotado raíces que con el tiempo permitirán que la porción extrema de la rama termine siendo un nuevo ejemplar de la misma variedad de la que surgió.
Lo que hacemos los jardineros no deja de ser imitar en parte lo que hace la Naturaleza.
Podéis creerlo. La mayoría de las veces tendréis éxito al reproducir vuestros rosales usando este sistema si seguís estos pocos pasos y, por supuesto, no se descuida la hidratación.
Podemos practicar esta forma de reproducción en primavera en los tallos ya maduros de la estación anterior o también a finales de verano usando ramas fuertes crecidas durante el mismo año.
Con esta técnica no solo podréis reproducir rosales, si no también muchos de los arbustos leñosos. No precisamos de un equipo que no esté compuesto por cosas que siempre tenemos en casa y además; no causamos trastornos a la planta madres. No es preciso ofrecer ningún control de las condiciones ambientes por ejemplo en cuanto a humedad como cuando esquejamos los rosales cubriéndolos con bolsas de plástico o ubicándolos en invernaderos con temperatura y humedad adecuadas. Pero lo mejor, el acodo en tanto no eche raíces se abastecerá de agua y nutrientes a través de la planta madre con lo que será mucho más fácil que prospere que los esquejes. 
Una vez se a establecido el sistema radicular podremos "independizarlo" de ésta simplemente cortando por abajo la rama sobre la que practicamos el acodo. A partir de ahí constituirá un ejemplar individual.
Cuando viene la parte más delicada de este proceso es durante el establecimiento del acodo. Lo ideal es utilizar sustrato de semillero. Una vez separado de la planta madre retiraremos el recipiente o plástico que lo cubría y lo introduciremos en el sustrato en un contenedor apretando ligeramente pero no en exceso para no romper las raíces que en este momento son todavía muy tiernas y frágiles. Ubicaremos el acodo en un lugar protegido durante unos meses durante los cuales terminará de formar un cepellón de raíces fuertes que le permitirán la siguiente temporada ser plantado en su lugar definitivo.
Algunas condiciones son imprescindibles para asegurar el éxito en los acodos. A saber:
1.- Las ramas a acodar deben ser fuertes, vigorosas y por supuesto sanas.
2.- el suelo esté cálido y en buenas condiciones de cultivo. A finales de invierno o inicio de primavera es un buen momento. 3.- Pero nada logrará las condiciones de calidez del suelo si no presenta en todo momento unas condiciones de humedad adecuadas. En terrenos cálidos y secos un acodo no prosperará. Por ello deberemos cuidar constantemente la hidratación de nuestro acodo no permitiendo en ningún momento que el suelo que lo rodea se seque.
4.- Para que la rama acodada tenga éxito es imprescindible que el suelo tenga capacidad de retención de agua, aireación y drenaje.
Lo idóneo sería utilizar un sustrato muy ligero dónde las raícillas no tenga problema de crecer y que retenga la humedad. No nos valdría un sustrato que se compacte, que se encharque o que no drene perfectamente. Cualquier sustrato de jardinería al que incorporemos algo de perlita o materia orgánica como humus, madera muy triturada o turba puede valernos.
5.- También es imprescindible mermar la nutrición y actividad de los tejidos del tallo. Ello se consigue simplemente doblando el tallo en ángulo recto. Probablemente con ello conseguiríamos que se emitieran raíces en ese punto de la rama del rosal pero es preferible "ayudar" al proceso y ello puede hacerse de tres modos distintos:
  • Realizando un pequeño corte longitudinal en el tallo.
  • Eliminando la corteza que cubre una pequeña sección del tallo mediante un corte muy superficial con una navaja de injertos con lo que la capa exterior del tallo saldrá con toda facilidad o 
  • Rodeando el tallo con un alambre fino y apretando a su alrededor con fuerza.
Esta detención parcial de la savia que fluye a través del vástago Lo que se provoca con ello es que los nutrientes y la actividad hormonal de la rama se concentre en ese punto del acodo y que estimulará el surgimiento de raíces.
6.- La profundidad a la que se realiza el acodo no debe ser excesiva. Al contrario, conviene que el acodo esté próximo a la superficie del suelo.
7.- Otra condición imprescindible es que se prive a la porción de tallo que acodamos de luz. Esto fomentará que broten raíces.
Separación del acodo de la planta madre:
Tan pronto como la rama acodada haya desarrollado un buen sistema de raíces podrá separarse de la planta madre. Este proceso podrá ser más o menos largo en función de la variedad de rosal. Pero en general puede durar desde 4 semanas a varios meses.
De todos modos hay arbustos y en concreto algunas variedades de rosales que son algo más reticentes a la emisión de raíces. En este caso no conviene independizar el acodo de la planta madre hasta la siguiente temporada de este modo tendremos la seguridad de que está bien establecido antes de separarlo de la planta madre.
El trasplante del acodo ya independizado se realizará como cuando se hace el trasplante de cualquier planta normal. Realizando un hoyo de plantación de dimensiones superiores al pan de tierra del acodo, rellenando con sustrato que se presionará ligeramente y regando a continuación.
En nuestro caso, será aún más fácil. No dañaremos las pequeñas raicillas desarrolladas al trasplantar dado que se habrá desarrollado todas dentro del contenedor. Simplemente tendremos que cortar la unión del acodo a la planta madre y trasplantar el acodo a otro contenedor más grande o a un hoyo de plantación en el suelo del jardín.
Tras plantar el acodo es preferible recortar el ápice. Con ello fomentaremos que se acaben de establecer las raíces desarrollándose más fuertes y en mayor cantidad. 
Qué necesitaremos?

  • Un contenedor no demasiado grande
  • Sustrato de semillero o cualquier otro que mantenga bien la humedad, que drene y que sea "vaporoso" y ligero.
  • Polvos de enraizamiento
  • Pequeño pincelito
  • Cinta adhesiva ancha
  • Tutor
  • Bridas
  • Un barreño para hacer la mezcla de sustratos si es el caso.

Y por supuesto:

  • Guantes
  • Tijeras normales
  • Tijeras de mano de podar
  • Navaja de hacer injertos.
Bien, una vez explicado en qué consiste este sistema de reproducción fácil, rápido y con un altísimo porcentaje de éxito voy a compartir con vosotros todo el proceso que he seguido haciendo un acodo en una rama de un Rosa 'Guirlande d´Amour' que tengo en el jardín. Se trata de un rosal precioso, floríferos como pocos y prometí enviar unas estacas a una amiga para que ella misma intentara unos esquejes pero me he decidido a usar este sistema y cuando se lo envíe esté ya arraigado y no tenga más que plantarlo en su jardín.

El acodo simple requiere usar una rama larga del rosal ( o de cualquier arbusto) que se suficientemente flexible como para llegar al suelo y poder hundirse en él. 
Aunque lo habitual es hacer el acodo simple directamente en el suelo sin necesidad de contenedor yo he preferido hacer un par de pequeños cambios. En este caso he ubicado el acodo en un arriate que tengo al lado algo elevado con relación a la ubicación de la planta madre. Es cómodo, no me supone ninguna molestia para las plantaciones cercanas y justo al lado pasa una tubería de riego que vendrá de maravilla si algún dí ame olvido de su hidratación.

He escogido una rama fuerte, sana, vigorosa. Se trata de una rama brotada el año anterior así que es madera madura.

Los acodos simples suelen hacerse como digo en el mismo suelo pero yo prefiero usar un contenedor que tiene muchas ventajas a mi modo de ver. Sobretodo que las raíces se desarrollarán exclusivamente dentro de él lo que supondrá mucha facilidad a la hora de extraerlo ya que dañaré menos las pequeñas raicillas y además, la rama, en mi opinión, queda más sujeta y con menos peligro de que se levante y se salga del sustrato.
Como veis he retirado el acolchado y he hecho un hoyo suficientemente grande dónde quepa el contenedor con holgura.

A continuación con unas tijeras le he practicado los cortes que se ven en la fotografía. Para qué? Podría haber usado un orificio de drenaje de la parte inferior de la maceta pero en ese caso me hubiera obligado a doblar la rama por debajo del nivel de ella y era posible que las raíces salieran en esa doblez y quizás (no lo sé pero soy muy prevenida jajajaj) hubiera malogrado el acodo.
Hacerlo así me permite introducir la rama en el contenedor sin doblarla hasta que llegue el punto del acodo.
Como puede verse el orificio que me servirá para meter la rama está aproximadamente a la altura a la que realizaré el doblado en angulo recto del tallo.

La hendidura vertical me sirve para facilitar el meter la rama sin dañar las yemas laterales que tiene o el propio vástago. Simplemente se abre un poco y con toda facilidad se mete la rama en el orificio cuadrado practicado al efecto.


Ahora toca establecer cual será el punto exacto en el que deberemos hacer el pequeño corte a la rama. Para ello introducimos provisionalmente el contenedor con la rama en su interior y lo "presentamos" en el hueco de plantación.

Deberemos cerciorarnos de que el trozo de ramita que salga por encima del nivel del sustrato no es demasiado larga pero tampoco excesivamente pequeña. Que la rama se acomoda bien en su recorrido desde la planta madre hasta volver a surgir por el sustrato. 
Debo decir durante el ratín que se tarda en hacer estas comprobaciones y decidir la mejor "postura" de la rama, me ha facilitado mucho las cosas para que no se moviera y me pinchara el sujetar la rama con un fijador de  mangueras de riego que tenía cerca.

Tendremos preparado el material que precisaremos. Tanto las tijeras de mano como la navaja de injertos no hace falta decir que estarán escrupulosamente limpias y desinfectadas!! Pensemos que estamos practicando un corte en una rama y por tanto abriendo una hendidura que puede ser un foco de infección.
Extraeremos de nuevo la rama del contenedor cosa realmente sencilla al estar cortado en su lateral y dispondremos todo lo necesario para hacer el acodo.


Con las tijeras de podar retiraremos todas los brotes (o ramitas si las hubiera) y los aguijones en el trozo de rama dónde haremos el acodo (unos 10/12 cm).
Bueno, ahora toca realizar el pequeño corte con la navaja de hacer injertos.
A continuación practicaremos un pequeño corte limpio en diagonal, con sumo cuidado de no llegar a fraccionar la rama cosa que la haría inservible para el fin que nos ocupa.

Con un pincel pequeño humedeceremos muy ligeramente la zona del corte.

Aplicaremos hormonas de enraizamiento en polvo en ambas caras del corte que mantendremos separadas mediante un palillo o cualquier utensilio pequeño y delgado.

A continuación hay que elaborar el sustrato con el que rellenaremos el contenedor. Un simple sustrato de semillero que mantendrá muy bien la humedad nos podrá valer.
He mezclado sustrato de semillero, algo de humus de lombriz y un poco de madera muy, muy triturada y compostada con la idea de lograr una mezcla esponjosa en la que pudiera circular el aire, que mantuviera la humedad y en la que no tuvieran dificultades para que las futuras raicillas crezcan.

Es el momento de volver a introducir la rama de nuestro rosal en el contenedor ubicado ya en su sitio definitivo y con algo de sustrato en su parte inferior para que la rama descanse en él. 

No eliminaremos el palillo que mantiene separadas las dos partes de la hendidura que hemos practicado en la rama.
Dado que se trata de un contenedor bastante pequeño y que el sustrato que hemos usado es muy liviano y por tanto no pesa nada he preferido curarme en salud y sujetar el contenedor al suelo del arriate dónde está con el mismo fijado de tuberías de riego que usé antes. Esto evitará que en el caso de que accidentalmente tire de la rama "madre" no llegue a moverse el contenedor.

Para impedir que las raíces crezcan fuera del contenedor y que al extraerlo las rompa he cerrado el corte vertical que practiqué antes con un poco de cinta adhesiva ancha. Esto es opcional, claro :)

Finalmente he clavado firmemente un tutor junto al borde exterior del contenedor del lado dónde estaba el acodo y he terminado de rellenar el contenedor un par de centímetros más con el resto del sustrato que hice (lo he llenado hasta llegar a tapar el borde del contenedor pero para que vierais como ubicado el contenedor en el arriate he tomado la foto antes de terminar de llenar.
Con un par de bridas he sujetado el extremo de la rama que sobresalía del sustrato al tutor.

He regado en profundidad y he vuelto a tapar la zona con el acolchado que retiré al iniciar el proceso.

Una etiqueta indicando la fecha en que hemos realizado nuestro acodo y con otros datos como la variedad de rosal o la persona para la que lo habéis preparado nos será de ayuda cuando pasen unas semanas para los desmemoriados como yo :P

Y eso es todo. Yo me lo he pasado estupendamente bien haciendo este acodo que me parece de lo más fácil y sobretodo que casi, casi, tenemos seguridad de que va a prosperar. Sin la agonía que supone a veces el cuidado de los esquejes.
En el momento en que lo "independice" de la planta madre os pondré por supuesto todo el proceso. Espero no tarde demasiado y pueda enviarlo a mi amiga para que este otoño pueda plantarlo directamente en su jardín. Eso espero!! ;)

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Colocación peldaños de madera en rampa escalonada en la zona central del jardín

Son muchos los jardines que como el mío presentan pendientes importantes. Escaleras y rampas escalonadas hacen mucho más practicables las zonas dónde el desnivel del terreno es fuerte.
Hoy hemos comenzado a colocar una valla lateral a esta escalera. El tiempo y con él el uso del jardín te hace ir viendo las necesidades. Aunque estos peldaños facilitaron mucho subir la pendiente que presenta esta zona central del jardín la verdad es que será más cómodo y seguro, además de estéticamente mucho más bonito, tener una baranda lateral. Estaba segura de que había colgado un post sobre este trabajo pero mi sorpresa ha sido al comprobar hoy que no, que o me olvidé o era tanto el curro que teníamos en aquellos meses que ni tiempo tuve de escribir un artículo sobre este trabajo así que aprovechando que tengo unos minutos voy a colgar unas cuántas fotografías para que se vea el proceso que usamos.
Salvar el desnivel que hay entre la parte superior de esta zona y la inferior con una escalera hubiera supuesto realizar una escalera con un número de peldaños demasiado grande.
Creo que no me hubiera gustado nada ver el centro de jardín inferior atravesado por una escalera que más hubiera parecido la de una pirámide inca!! jajajjaa
La idea por tanto no era hacer escalones todos iguales si no más bien introducir algún escalón de vez en cuando para facilitar la subida de esta pendiente. En definitiva, una especie de rampa escalonada más que una escalera.

Este fue uno de los primeros proyectos que afrontamos en el jardín. La verdad es que se hacía incomodísimo subir una pendiente de ese calibre sin peldaño alguno y si llovía y el suelo estaba resbaladizo ya no hace falta que os diga más!!
La fijación de las traviesas de ferrocarril que compramos para hacer las veces de escalones estando como estarían ubicadas en una pendiente tan pronunciada requería una perfecta fijación. El agua en caso de caer en abundancia correría en hacia abajo de la parcela y si los peldaños no estuvieran bien sujetos había el riesgo de que se desprendieran o peor, tener un accidente al subir o bajar esta rampa así que decidimos usar cemento para su fijación al suelo.
Lo primero fue "presentar" los peldaños aproximadamente en su ubicación definitiva para ver qué tal quedaba. Hacer alguna prueba subiendo y bajando sobre ellos para ver si era cómodo y moverlos según vimos que se necesitaba el peldaño más o menos arriba.
A continuación vaciamos de tierra el área dónde iría cada peldaño con la idea de que el cemento la rellenara posteriormente una vez se colocaran los peldaños.
Para que quedaran perfectamente fijados y no hubiera riesgos de que con el trasiego se movieran les clavamos un par de clavos en forma de cruz en cada extremo en la parte inferior. Estos clavos una vez colocado el peldaño quedarían hundidos en el cemento fresco y una vez fraguado quedarían perfectamente sólidos.
Con la idea de evitar que brotaran malas hierba antes de comenzar a poner el cemento extendimos sobre toda la rampa una capa de geotextil antihierbas. Por cierto, el tiempo ha demostrado que no ha sido efectiva en absoluto. Al tener que cubrirla con tierra las semillas caen sobre la superficie y las hierbas siguen brotando por doquier así que nos podíamos haber ahorrado el trabajo!! Al final me toca eliminarlas a mano de vez en cuando y la malla además, llega a verse porque le perro se sienta a tomar el sol entre escalón y escalón, mueve la tierra que tapa la malla y la deja al descubierto así que no aconsejaría a nadie el uso de este material en una zona como esta.
El siguiente paso fue rellenar el hueco de tierra que habíamos hecho bajo cada escalón con una buena capa de cemento, colocar el peldaño con las puntas clavadas previamente hacia bajo y nivelarlo perfectamente en las dos direcciones.

A continuación  para que las zonas entre peldaños quedaran niveladas y ayudándonos de una barra de albañil colocada desde la parte inferior de un escalón hasta la superior de inmediatamente inferior fuimos tapando el geotextil antihierbas con tierra. Por último la apisonamos todo lo bien que pudimos.

Y este fue el resultado. Lo cierto es que fue muchísimo más cómodo atravesar el jardín por esta zona desde que pusimos los peldaños. No obstante el tiempo ha demostrado que también nos equivocamos en el número de ellos y de hecho tenemos pensando poner un peldaño entre cada uno de los que colocamos y es que hay demasiada separación entre ellos y la tierra, no queda bien fijada de manera que deja a la vista el cemento de la parte inferior de los peldaños.
Una vez que metamos un escalón más entre cada uno de los que hay cada nivel tendrá muchísima menos inclinación y será más fácil que la tierra entre escalones no se mueva.
En fin, siempre se aprende de los errores. Verdad?  :) Afortunadamente este tiene muy fácil arreglo.
Por cierto, ahora que miro estas fotografías me hace gracia ver el jardín casi sin plantas. en algunas con las macetas ubicadas en los lugares que luego serían plantadas...siempre digo que no crecen pero sí, sí crece y el jardín poquito a poco se va transformando con el tiempo :)
Hoy hemos empezado un nuevo proyecto: la colocación de una valla de madera en el lateral derecho de esta escalera. En cuanto lo terminemos colocaré fotografías para que veáis el resultado.

Cómo podar rosales: consejos generales

El otro día hablábamos sobre la conveniencia de no mitificar el asunto de las podas. Y es así, pensemos que lo hagamos bien o mal es difícil que causemos daños irreparables a nuestros rosales. Leer manuales sobre poda, consultar páginas web especializadas, evidentemente nos va a ayudar pero en última instancia, será con nuestra propia experiencia con la que aprendamos realmente a podar. 
Con el tiempo comprobaremos que estos sencillos consejos que damos en algunos blogs o que vemos en libros, etc, no dejan de ser de pura lógica, técnicas en definitiva que se aplican teniendo en cuenta de qué forma crecen nuestros rosales.
No obstante unas nociones generales sobre poda parece conveniente tener y para quienes comienzan puede servir de cierta ayuda su lectura. No es la pretensión de este artículo tratar de forma pormenorizada las diferentes podas que se deberían aplicar dependiendo de la variedad de los rosales de nuestro jardín. 
Más bien es dar una idea general que nos permita tener unas nociones sobre la poda de rosales y que sean de aplicación con independencia de las variedades. Así mismo nos parece importante ampliar un poco la idea que solemos tener de poda y que suele reducirse a la que en nuestros climas se practica al final del invierno o inicios de la primavera.

Pero antes de empezar parece lógico que sepamos por qué es conveniente podar. No? :)
  • ¿Por qué o para qué podar los rosales? 
Empecemos por aclarar algo.No siempre es necesario podar. Más incluso, hay quienes preferimos no podar las primeras temporadas tras la plantación de los rosales. Y sólo pasado un tiempo, cuando el rosal se esté desarrollando un poco a su "aire" empezar a conformarlo y a aplicar un poco de poda.
Pero tarde o temprano la poda será necesaria si queremos que el rosal se mantenga sano y crezca de manera adecuada. No podar conduce a la larga a ejemplares enmarañados, con crecimientos desorbitados mucho más allá de la zona que se les tiene asignada y propensos a plagas y enfermedades que terminarán por menguar su salud y la vida del rosal al final.
La poda ayuda a mantener la salud del rosal porque permite formar un arbusto sin congestiones de ramas en su centro. Esto permite que el aire circule por dentro. Un rosal demasiado poblado de ramas en su interior es un rosal con una ventilación e iluminación deficientes. La lluvia o la propia humedad atmosférica permanecerán sobre sus hojas y ramas demasiado tiempo favoreciendo con ello las enfermedades fúngicas y el desarrollo de plagas.
No siempre se cuenta con el espacio para que un rosal se desarrolle todo lo que puede desarrollarse. La poda ayuda a contener este crecimiento y a conducirlo a veces como el caso de los trepadores que crecen sobre pérgolas, arcos o celosías. "Pero además aunque contenemos con mucho espacio para su desarrollo quizás deseamos acotarlo o modificar su crecimiento. 
La eliminación de ramas muertas, enfermas, débiles o demasiado viejas e improductivas permite que el rosal se regenere emitiendo nuevas ramas sanas y vigorosas que sustituyan las que vamos eliminando paulatinamente en la poda de cada temporada. 
Una poda adecuada ayuda y fomenta las floraciones e incluso en algunos casos puede condicionar el tamaño de las rosas según se pode más o menos severamente.
En climas suaves, la poda y tras ella el defoliado de las hojas que queden una vez se han cortado las ramas, ayuda a que el rosal entre en una especie de "latencia" que aunque breve es muy beneficiosa.
  • Antes de comenzar a podar: El equipo. 
Conviene revisar nuestras herramientas y comprobar si contamos con las precisas. No hace demasiado colgamos un artículo que trata con bastante detalle todo lo referente al equipamiento, útiles y herramientas para la poda de nuestros rosales. Unas buenas tijeras afiladas y limpias, unos guantes adecuados son siempre imprescindibles!!
  • ¿Cuándo podar? 
Generalmente será al final del invierno el momento mejor para realizar estas tareas.
Pero esto, como casi todo en jardinería, no es más que una afirmación general que tiene sus excepciones. Los rosales de una sola floración es mejor podarlos justo cuándo esta termina. Y en los climas extremadamente fríos, con heladas muy, muy profundas, es conveniente aplazar un poco la poda y hacerla ya comenzada la primavera. Colgué no hace mucho un artículo sobre cómo elegir el momento para la poda de nuestros rosales
  • La poda de los rosales por estaciones.
Aclaremos algo, cuando pensamos en poda tendemos equivocadamente a pensar exclusivamente en la que practicamos en climas como los nuestros al final del invierno o comienzos de primavera. pero hay otras prácticas que también pueden considerarse podas y que se realizan a lo largo del año, todas ellas encaminadas a lograr una mejor salud del rosal. Añadamos también que cualquier trabajo de limpieza, poda o recorte se hace siempre teniendo en cuenta como crecen los rosales. De ahí que la altura de los cortes, su inclinación, el tipo de madera que se elimina, etc. se deban hacer de la forma y en los puntos adecuados teniendo en cuenta siempre el modo que tiene de crecer el rosal.
Verano: Lo que se conoce con el término inglés como "Deadheading" no deja de ser otro tipo de poda. Consiste en la eliminación de las flores marchitas con el fin de evitar que el rosal dedique su energía a la formación de semillas si la rosa es polinizada. De este modo fomentamos nuevas floraciones ya que la planta en su afán de perpetuación será más fácil que vuelva a florecer (está claro que esto no ocurrirá en los rosales no reflorecientes) La limpieza de las rosas tan pronto se ajen permite al rosal reconducir su energías a la emisión de nuevas floraciones y no a la formación de semillas.
Evidentemente esta limpieza de flores marchitas deberá practicarse a rosales de los que se esperan nuevas floraciones y podrá realizarse durante toda la temporada hasta que esté próximo el momento de entrar en parada vegetativa.
Como regla general y para producir un nuevo rebrote, las flores marchitas no deberán cortarse por encima de una hoja inmadura (tres folíolos) si no que el corte se practicará por encima de la primera hoja completa de cinco o siete folíolos que mire hacia fuera del arbusto (El número de folíolos de las hojas maduras depende del tipo de rosal. Las de tres siempre son inmaduras).
Tras la floración, además de eliminar las flores pasadas es muy habitual realizar una poda ligera de verano o de mantenimiento. Para no alargar en exceso este artículo postergamos hablar de ella para hacerlo en un artículo aparte que intentaremos publicar más adelante.
Digamos de momento únicamente sobre esta poda que en rosales con flores de gran peso hay que tener presente que si los cortes los practicamos demasiado arriba de la rama, el brote que se producirá no será vigoroso, doblándose finalmente por el peso de las rosas en su extremo al no tener fuerza para sustentarlo.
El final del otoño o ya comenzado el invierno también es un momento adecuado para cortar las ramas excesivamente largas de los trepadores para evitarnos disgustos cuando en invierno se producen los temporales y el viento y la nieve pueden con su fuerza y su peso quebrar algunas ramas. Es el momento de sujetar firmemente estos rosales a las estructuras sobre las que crecen (celosías, pérgolas, arcos, etc)
Estos movimientos bruscos de las ramas largas que se producen en días muy ventosos pueden desestabilizar el rosal moviéndolo desde su base y aflojando con este movimiento las raíces que lo unen al suelo produciéndose a veces una gran desestabilización del arbusto.
A pesar de lo dicho sobre la limpieza de las flores marchitas, cuando llega el final del otoño y tratándose de rosales que producen hermosos escaramujos debemos tener presente que si en nuestro afán de mantener "acicalados" los rosales,  eliminamos estas últimas rosas estaremos eliminando con ellas la posibilidad de disfrutar también de los bonitos escaramujos.
Conviene permitir que el rosal cierre su ciclo natural posibilitándole la formación de escaramujos. En general, no deberíamos eliminar la última tanda de flores que se producen en la temporada. Permitiendo que el rosal forme semillas y escaramujos estaremos ayudándole a entrar en parada vegetativa y con ellos a un descansos que le resultarán muy beneficiosos. Seguir cortando las flores pasadas es animar a los rosales a que sigan intentando aquello para lo que están preparados genéticamente: para perpetuarse y por tanto a seguir emitiendo brotes y flores con el anhelo de formar semillas. Estos rebrotes en un momento del año en el que hay peligros ya de heladas puede ser muy perjudicial para los rosales. 
Momento de plantación: Como sabemos es el final del otoño o comienzos de invierno cuando suelen llegar nuestros rosales a raíz desnuda. Antes de plantarlos conviene hacer un ligero recorte de raíces, con ello fomentaremos que broten nuevas raicillas que ayudarán a que el rosal arraigue.
De igual modo deberían eliminarse antes de su plantación cualquier rama excesivamente débil y delgada, enferma o muerta e incluso acortar muy ligeramente las ramas principales para fomentar el surgimiento de brotes vigorosos.
Final del invierno: 
Tras las primeras temporadas de crecimiento y una vez el rosal ya está asentado se realizan las primeras podas invernales que son las de formación del arbusto
Antes de que comience de nuevo la actividad vegetativa con fuerza y siempre tras haber pasado el riesgo de heladas fuertes. Se trata de recortes que mantendrán el rosal con una estructura joven eliminando madera muerta o demasiado lignificada para seguir siendo productiva, ramas enfermas, etc. Es una poda que ayudará en algunos casos a limitar de alguna manera el tamaño del rosal y a conformar su estructura de manera que la parte interior del arbusto tenga una ventilación adecuada para no enfermar. Será más o menos intensa dependiendo de las variedades de rosales y del espacio que disponemos para el rosal en cuestión e incluso de nuestros gustos particulares.
  • Veamos a continuación algunas directrices generales sobre la poda de rosales que pueden aplicarse a cualquier rosal con independencia de la variedad o grupo al que pertenezcan
Como decíamos más arriba cualquier corte que practiquemos debe ser teniendo en cuenta como crecen los rosales.
No he tenido de momento en mi jardín problemas de barrenadores en los rosales así que no suelo aplicar sobre los cortes ningún tipo de producto. No obstante quienes tengan peligro de este tipo de plagas pueden poner sobre los cortes de ramas de cierto calibre productos cicatrizantes específico.
Debemos decir que hemos visto como muchos jardineros aplican cola blanca sobre ellos. Sinceramente, yo no puedo asegurar la conveniencia de su uso porque no he usado este producto pero por la frecuencia con la que hemos leído sobre el tema parece que no va mal este producto barato y de fácil aplicación.
*Recordemos aquí un tema importante. La capacidad que tienen los rosales de emitir nuevas ramas incluso en la madera vieja. Esta capacidad facilita muchísimo que podamos mantener arbustos jóvenes. 
Las yemas que existen a lo largo de una rama ya vieja están latentes y apenas son perceptibles, pero si cortamos por encima de ellas eliminando buena parte de esta rama vieja, fomentaremos la activación de estas yemas latentes y con ello la emisión de una nueva rama vigorosa, joven y productiva.
A pesar de que a veces resulta difícil llegar a ver las yemas latentes si nos fijamos bien, las hojas dejan una cicatriz en forma de media luna bajo las yemas. Es sobre estas yemas latentes sobre las que, si llega el caso, podemos cortar eliminando así las partes excesivamente viejas del rosal permitiendo el rejuvenecimiento del rosal.

Cortes por encima de una yema que crezca hacia fuera del arbusto. Nunca hacia dentro. Esta de la siguiente fotografía es una buena yema. 
En este corte, la yema que tomará más fuerza será la que se encuentre inmediatamente por debajo de la sección. El predominio apical hace que la yema que tiene el "liderazgo" en la rama sea la situada en el extremo final. Cortando las ramas, es decir, podándolas, favorecemos, sí, esta yema cercana al corte como decíamos pero también propiciaremos el desarrollo de algunas de las que se encuentran por debajo. 

* Corte en dirección contraria a la yema y a aproximadamente 0,5 cm. sobre ella. Sin obsesiones y sin ir con una regla para medir eh!! jejejje Los cortes deberían hacerse inclinados en dirección contraria a la yema para evitar acumulaciones de agua y por tanto de zonas propensas a hongos e insectos en el punto en que está la yema. En lo que hace a la distancia: ni muy próximo a la yema evitando el peligro de dañar al cortar; ni demasiado alejado para que no se formen los tocones de los que hablaremos a continuación.

* Eliminación de chupones.  Cuando lo que cultivamos en nuestro jardín son rosales injertados puede darse el caso que desde el portainjertos broten ramas que aparecen por encima del nivel del suelo. Generalmente se distinguen de las ramas emitidas por la variedad del rosal. Muchos portainjertos emiten ramas con foliolos de color mucho más claro, con hojas más pequeñas, etc.
Estos chupones no debemos cortarlos a nivel del suelo puesto que con ello lo que haremos es favorecer que rebroten más. Por el contrario deberemos retirar todo el suelo que los rodea hasta llegar al punto del injerto desde el que brotan y desde ahí, arrancarlos literalmente, tirando con fuerza. Cuesta un poco, pero salen al final!!
* Eliminación de tocones. Toda la parte de una rama desde la última yema hasta su extremo tarde o temprano morirá porque la savia no llegará más arriba de la yema. Por tanto si en podas anteriores hemos dejado tocones sin cortar, aunque no estén muertos, convendría eliminarlos. 

 

Eliminación de madera muerta.


Eliminación de ramas dañadas y/o enfermas. La madera con heridas, golpes, rasgaduras es una puerta abierta a plagas y enfermedades, de ahí la conveniencia de eliminarla. Igualmente una rama enferma provocará mayor facilidad para su propagación.

 

Eliminación de ramas débiles y poco vigorosas.

* Eliminaremos las ramas que crecen hacia el interior del arbusto.

* Las que crecen cruzadas ya que los aguijones al rozar una rama contra otra terminan por dañarse. Igualmente eliminaremos o acortaremos las ramas que claramente desequilibren la estructura general del rosal. Así, ramas que sobresalgan demasiado o que crezcan en dirección a la que no nos convenga.
Eliminación de madera vieja y poco productiva. Cuando veamos que una de las ramas ya no produce rosas e incluso pocos brotes es el momento de eliminarla. Esta práctica nos ayudará a mantener arbustos jóvenes. No hay que tener miedo de eliminarlas!! Cortar una rama vieja por abajo, junto al suelo, fomenta el surgimiento de otras nuevas que la sustituirán y que producirán rosas en abundancia.

Tratar de mantener despejado el centro del arbusto para permitir una ventilación adecuada. Un centro con demasiadas ramas no permite que el aire circule entre ellas, de manera que la lluvia, el agua del riego o la humedad permanecen sobre las hojas demasiado tiempo, fomentando con ello como hemos repetido, enfermedades fúngicas y la proliferación de plagas. 
Fijaos en este centro, está lleno de ramas débil, surgen en exceso y una vez broten las hojas llenarán en exceso la base y el centro del rosal y el aire no podrá circular entre ellas.

Así pues, conviene eliminar algunas ramas sobrantes y dejar bien despejado el centro del rosal. Vemos a continuación dos fotografías con el antes y el después de la poda.


Aquí tenemos ya el rosal una vez se han eliminado los tocones,  la madera muerta, débil, cruzada, y se ha despejado el centro del arbusto.

* Voy a aconsejar algo a sabiendas de que no siempre es practicable: defoliar el rosal una vez podado. Sí, ya sé que hacerlo lleva su buen tiempo. Si, como es mi caso, tenemos en el jardín setenta y tantos rosales...la verdad, este año los he defoliado todos pero no tengo nada claro que una vez se hagan arbustos grandes esté en disposición de seguir haciéndolo. Pero en fin, aconsejar, siempre se debe aconsejar lo conveniente otro tema es que podamos llevarlo a término :) 
Las hojas viejas de la temporada anterior no aportan nada al rosal. Al contrario, se convierten en la guarida perfecta de plagas y hongos en distintos estados de desarrollo que favorecerán más adelante, cuando el rosal comienza a brotar que estas plagas y enfermedades hagan enfermar al rosal. 
Una limpieza escrupulosa de hojas y cualquier material de poda una vez terminemos el trabajo nos ahorrará problemas. Las hojas viejas, muchas veces enfermas o con larvas y hongos, los trozos de ramas enfermas, etc, son un poco de infección. Dejemos bien limpia el suelo que rodea la base de nuestros rosales!!

Una generosa capa de acolchado alrededor del suelo que rodea al rosal, a base de compost, corteza triturada o estiércol bien fermentado terminará por dejar nuestros rosales en perfecto estado para comenzar la nueva temporada.

  • Quiero por último hacer mención de algunos términos muy frecuentemente usados cuando se nos habla de las podas
* En muchos manuales y páginas web veremos que al hablar de la poda utilizan términos como "madera nueva" y "madera madura". Casi todos nosotros sabemos perfectamente diferenciarlas pero los jardineros nuevos en el cuidado de las rosas puede que tengan a veces alguna dificultad para ver las diferencias.
En la parte superior vemos una rama joven. Se trata de un vástago que brotó durante la última temporada. No tiene ramillas laterales, su exterior es de color verde, es una madera claramente joven y tierna. Incluso los aguijones que hay sobre ellas suelen verse tiernos, frecuentemente más rojos que cuando se trata de una rama vieja. Y si practicamos un corte y observamos su interior, el centro es esponjoso y blanco, rodeado de un círculo de color verde bajo la corteza.
Por el contrario, las ramas maduras tienen ramas laterales, su exterior se va lignificando con los años y ya no es de color uniformente liso y verde si no que presenta rayas, hendiduras y distintos tonos de marrones más oscuros. Sus aguijones vemos que han cambiado de color  y suelen presentarse como más grisáceos, oscuros y de material más seco. Su interior ya no es blanco y esponjoso si no que al igual que su exterior se va lignificando y endureciendo.
Estas ramas, pasadas algunas temporadas hay que eliminarlas porque según transcurre el tiempo cada vez producen menos flores. 

Tener claro cual es una rama madura (que es lo que se menciona normalmente como "rama principal" con sus ramas laterales ("Ramas secundarias") es importante en la poda de muchos rosales, sobretodo trepadores porque es en estas ramillas laterales dónde se producen las rosas.
Creo que estas dos imágenes puede ayudar. Primero vemos una rama madura, con sus ramas laterales. Estas son las que (siempre que no sean demasiado viejas y haya que eliminarlas) hay que recortar. 
En la siguiente foto se ve una rama principal con sus ramillas laterales ya podadas.

 

  • Y tras la poda. Qué?
Bien, tenemos podados ya nuestros rosales. Y ahora qué hacemos? Justo ahora, inmediatamente tras la poda y sin dar tiempo al desarrollo de insectos y hongos, es un buen momento para hacer la última aplicación de aceite mineral. Este tipo de productos actúa extendiéndose sobre el cuerpo del insecto tapando sus espiráculos (son las aberturas exteriores de las tráqueas de los insectos) o los estigmas de los ácaros y matándolos por asfixia.
Los aceites insecticidas actúan también sobre los huevos, las larvas y sobre los insectos en estado de hibernación. Son por tanto productos de actuación preventiva y que nos ayudarán a mitigar los efectos de las plagas sobre nuestras plantas cuando vuelvan a estar en actividad vegetativa.
Como ventajas sobre los insecticidas “normales” se puede mencionar: son su baja toxicidad para las personas y para el medio ambiente, el amplio abanico de insectos sobre los que actúan y que son efectivos sobre estados de los insectos que los otros insecticidas no lo son, por ejemplo sobre huevos y ninfas. La efectividad sobre fases hibernantes de los insectos es una gran ventaja de estos aceites.
* Ojo!! Si pensamos aplicar azufre a nuestros rosales o lo hemos aplicado recientemente, deberemos esperar entre 30/40 días desde la aplicación del aceite para aplicar el azufre y viceversa. Es importantísimo saber que azufre y aceite mineral son totalmente incompatibles!!
Aconsejo la lectura del artículo que el año pasado sobre el uso de este tipo de aceites

* También conviene hacer aplicaciones de fungicidas de contacto como preventivo de enfermedades fúngicas, éste es también el momento de hacerlo. En este caso, podemos mezclar el aceite y el cobre sin problema. 
Igualmente en este caso, recomendamos que antes de su aplicación nos informemos muy bien de su uso. Propondría la lectura del artículo sobre el uso de preparados a base de cobre y azufre que colgamos en diciembre de 2014

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* Hasta que los rosales no comienzan claramente a brotar no conviene proporcionarles abonos. Es mejor esperar tres o cuatro semanas para la aplicación de los fertilizantes. Trataremos del tema en posteriores artículos para quienes les interese este tema.
De momento esto es todo. Tenemos ya listos nuestros rosales para comenzar la temporada y darnos las ansiadas rosas!! :)

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