Reproducir un rosal haciendo un acodo aéreo. Paso a paso (II)

Ayer trajimos a este blog un artículo sobre el acodo simple practicado en un rosal trepador. Este de hoy, el acodo aéreo no deja de ser una variante de aquella y lo aplicaremos en un rosal arbustivo.
El acodo simple precisa que el rosal (o arbusto leñoso) tenga ramas flexibles y de una longitud suficiente para que puedan arquearse en dirección al suelo y hundirse en él y que todavía haya una pequeña porción del tallo que vuelva a sobresalir de la tierra.
Siendo así, el acodo simple no nos serviría para muchas de las variedades de rosales que tenemos en nuestros jardines. Muchos tienen las ramas cortas o rígidas y sería impensable que pudieran arquearse hasta tocar el suelo y poder hundirlas en él sacando todavía parte de la rama hacia arriba. 
En este caso, cuando lo que queremos acodar son rosales con ramas demasiado cortas o rígidas tenemos la posibilidad de practicar el acodo que explicamos hoy, el acodo aéreo.

No volveremos a repetir aquí la base de los acodos que son la misma tanto en el caso del acodo simple como de éste, el aéreo. Quién tenga interés en leer algo más de información sobre el proceso y las condiciones favorables para que los acodos prosperen puede visitar el enlace que mencionamos al inicio de este artículo.
No difiere demasiado la forma de realizarlo. En este caso en lugar de hacer un pequeño corte en diagonal en la rama, descortezaremos unos centímetros de la corteza. Y en lugar de enterrar este punto lo que haremos es envolver esta zona ubicada en mitad de una rama con sustrato y a su vez lo cubriremos todo con plástico o con un recipiente de poliespán como yo he hecho en esta ocasión. 
Se trata de un recipiente de unos 20 cm alargado y dividido en dos partes con lo que creo que se facilita muchísimo el tema.


Sustrato con el que cubrir el acodo. Lo idóneo sería utilizar musgo de sphagnum para rodear el acodo pero en caso de no contar con él un sustrato muy ligero dónde las raicillas no tenga problema de crecer y que retenga la humedad será más que suficiente para tener éxito en el acodo aéreo.
Así pues, dadas en el artículo anterior las explicaciones previas que se requieren desde nuestro punto de vista antes de enfrentarse por primera vez a realizar un acodo hoy nos limitaremos a visualizar mediante fotografías todo el proceso de este acodo aéreo.
Este acodo lo hice ayer sobre un Rosa 'A Shropshire Lad' (AUSled) y quiero regalárselo a mi amiga Isabel para que lo cultive en su preciosa finca gallega. Así, cuando lo huela se acordará de mí :) Está ahora recién brotado y lo está haciendo con fuerza. Qué bonitas hojas nuevas tiene!! Tan rojas!!
Y con esas rosas tan hermosas!! :)
 
Como veremos es realmente fácil realizar este tipo de acodo que nos garantizarán casi al 100% el éxito a la hora de reproducir nuestros rosales.
Vamos a estar un rato manipulando dentro de las ramas del rosal así que parece prudente usar los guantes largos de podar para evitar pinchazos. Tijeras de mano de podar y navaja de injertos como siempre, perfectamente limpias!!

preparado todo el material necesario (lo podéis ver en el otro artículo sobre el acodo simple) nos ponemos manos a la obra!!
Para empezar elegimos una rama fuerte, vigorosa, pero sobre todo sana!! No he querido elegir una rama exterior que se viera por fuera porque, tener este artilugio sea con la cajita o forrado de plástico, la verdad, bonito no es :) Pero bueno, he cogido una rama bastante interior que cuando se desarrolle del todo la vegetación quedará cubierta o apenas se verá.

Eliminamos las espinas y brotes que pueda haber en la zona en la que haremos el injerto.

Ahora viene un trabajo algo delicado pero no os preocupéis que no es imposible :) se trata de practicar tres cortes en la porción de la rama elegida. Como indica esta fotografía. Primero haremos un corte alrededor de toda la rama. Deberá no ser tan superficial que luego no podamos quitar la madera exterior pero tampoco tan profunda que seccionemos la rama y la rompamos.
A continuación volvemos a realizar el mismo tipo de corte pero unos centímetros más abajo.
Ya solo resta unir los dos cortes anteriores mediante una incisión recta.

Os aconsejo que si no lo habéis hecho nunca toméis antes un par de ramas de rosal y hagáis unas pruebas. No es cosa de estropear la rama elegida. No es que sea nada difícil pero es mejor practicar un poquito antes. Ya veréis como enseguida os familiarizaréis con la navaja (también vale un cutter si no tenéis navaja de injertar). Es cuestión solo de un poquito de práctica. Cuando hayáis hecho unos cuantos cortes y descortezado el fragmento hacerlo ya en la rama elegida.
El siguiente paso será empezar a levantar la corteza con mucho cuidado, para ello nos valdremos de la uña de la navaja. Primero metiendo la cuña en el corte vertical. 

Comprobaréis como la capa exterior de la rama se levanta con toda facilidad. Despacito. Con cuidado...seguimos presionando levemente con la uña de la navaja hasta ir "pelando" del todo el punto del acodo.
Así hasta que la capa externa se separa totalmente de la rama.
Es el momento de humedecer el acodo muy ligeramente con agua. Acontinuación espolvorearemos esta zona con hormonas de enraizamiento en polvo y eliminaremos el sobrante.
Debemos insistir en un aspecto importante: Debemos limitarnos a retirar la capa externa únicamente y llevar buen cuidado de no eliminar la capa llamada Cambium. Esta capa es capaz de emitir raíces. Si llegamos a eliminarla nos quedaremos con una porción de tallo con el Xilema a la vista y debemos saber que éste no emitirá raíces.
Si queréis ver qué ocurre cuando eliminamos el cambium visitad el artículo publicado en noviembre en el que independizamos este y otros acodos aéreos y podemos ver los resultados. 

Si tenemos musgo, pues estupendo...si no, el sustrato que tengamos de las características que comentábamos antes. Tan fácil como humedecer bien el sustrato e introducirlo en este caso en ambos lados del recipiente.
Tomamos el sustrato que tengamos bien húmedo (tampoco tan chorreando que no podamos manipularlo eh! jejejej) y rellenamos con él ambos lados del recipiente.
Tan solo tenemos que posicionar ahora la rama descortezada y con las hormonas de enraizamiento aplicadas sobre una de sus mitades tratando de que la zona del acodo queda más o menos en el medio.
A continuación cerramos la cajita con un par de bridas.
Para evitar que se deshidrate el sustrato podemos poner alrededor de la unión de ambas caras del recipiente un poco de cinta adhesiva con lo que lo convertiremos en más hermético.
Una etiqueta con los datos que consideremos (fecha del acodo, variedad del rosal, etc...) puede sernos de utilidad.
Y un tema para mí importante!! La sujeción del acodo. Depende de la fortaleza de la rama que usemos y de la posición de ésta, el peso del acodo con su sustrato puede hacer vencerse la rama. 
Para evitar esto yo he clavado un tutor cerca de la rama usado con la idea de que una vez bien cerrada la cajita simplemente con una brida lo he prendido al tutor. De esta manera el peso no lo sujeta la rama si no el tutor con lo que la rama no sufre con el peso y no se expone a una fractura cuando el viento sople y la mueva.
Aquí está el rosal con su "paquetito" colgando...si hubiera varios parecería un árbol de Navidad ajjajaja
Diferentes modos de envolver el acodo. 
Tradicionalmente lo que se usa en el acodo aéreo es un simple plástico y da iguales resultados. Sencillamente se sujeta este plástico por la parte inferior del acodo, rodeando con él la zona del corte y tras llenarlo de sustrato cerrarlo bien por arriba. Es decir, se forma una especie de "bolsa" que se rellena de sustrato y que se intenta que esté cerrada por arriba y por abajo lo mejor posible. Es cuestión de gustos y de habilidad.
Habrá para quién le resulte más fácil el plástico que se ha usado de siempre. No hay problema ninguno. A mí me ha resultado muy cómodo el uso de este recipiente de poliespán pero estoy segura que es cuestión de algo de ingenio y encontraríamos muchísimas otras cosas que nos podrían valer.
Por cierto, fijaos en las fotografías, le he hecho una especie de muescas en ambos lados para que cupiese la rama al ser introducida dentro de la cajita y poder cerrarla.
Debo decir que de casualidad encontré el otro día en la red unos "recipientes" especiales para acodos aéreos que me parecieron muy interesantes y prácticos. Lástima que desconozca si están a la venta en algún lugar en España. Sin duda adquiriría algunos si algún vivero o  página web con los que trabajo lo ofrecieran. Es esto, qué os parece? La verdad es que luego, mirando el artilugio me quedan dudas sobre el tipo de cierre que tiene y si será suficientemente hermético como para no ser necesario cubrirlo con cinta adhesiva. De otra parte no sé si habrá modelos con distintos diámetros para distintas ramas para evitar que el orificio de arriba y de abajo no sea un lugar de fuga del sustrato y de la humedad. 
Es cuestión de aguzar el ingenio. De todos modos voy a probar a ir a un chino a ver si encuentro unas bolas de plástico de esas típicas que hay en esas máquinas que tras meter una moneda sale una bola con un regalo dentro. Miraré si hay del tamaño necesario y quizás podrían constituir también otro tipo de recipiente válido.

Imagen de Pinterest
Estos que os enseño ahora que son los recipientes que te suelen dar en los establecimientos de comidas precocinadas también podrían valer. 
En fin, estoy segura que a vosotros se os ocurrirán un montón de ideas. Cuánto más fuerte sea el cierre del recipiente que se use, mejor ;) y si es hermético del todo nos evitaríamos tener que cubrirlo con cinta adhesiva.

Reproducir rosales (I) Cómo realizar un acodo simple. Paso a paso

Hoy os propongo aprender a reproducir un rosal realizando un acodo simple. Esta es una forma de reproducción vegetativa (recordemos que la sexual es mediante semillas). 
Hay variedades francamente difíciles de que arraiguen los típicos esquejes que todos conocemos y este sistema es un método con mucho más índice de acierto.
Además, me parece un sistema divertido de hacer así que, venga, animaos a reproducir esos rosales de los que no habéis logrado sacar esquejes adelante. 
Se trata de una de las técnicas de reproducción más antiguas que puede usarse en plantas leñosas. Lo que hacemos al acodar la rama de un rosal es provocar que este tallo emita raíces antes de separarla de la planta madre. Se trata de un proceso que se produce de un modo espontáneo en la naturaleza. Seguramente habréis visto como una rama larga de un arbusto ha caído al suelo y la zona de contacto se ha cubierto fortuitamente por algo de suelo. De esa zona de contacto con el suelo en unos meses y a veces en menos tiempo, habrán brotado raíces que con el tiempo permitirán que la porción extrema de la rama termine siendo un nuevo ejemplar de la misma variedad de la que surgió.
Lo que hacemos los jardineros no deja de ser imitar en parte lo que hace la Naturaleza.
Podéis creerlo. La mayoría de las veces tendréis éxito al reproducir vuestros rosales usando este sistema si seguís estos pocos pasos y, por supuesto, no se descuida la hidratación.
Podemos practicar esta forma de reproducción en primavera en los tallos ya maduros de la estación anterior o también a finales de verano usando ramas fuertes crecidas durante el mismo año.
Con esta técnica no solo podréis reproducir rosales, si no también muchos de los arbustos leñosos. No precisamos de un equipo que no esté compuesto por cosas que siempre tenemos en casa y además; no causamos trastornos a la planta madres. No es preciso ofrecer ningún control de las condiciones ambientes por ejemplo en cuanto a humedad como cuando esquejamos los rosales cubriéndolos con bolsas de plástico o ubicándolos en invernaderos con temperatura y humedad adecuadas. Pero lo mejor, el acodo en tanto no eche raíces se abastecerá de agua y nutrientes a través de la planta madre con lo que será mucho más fácil que prospere que los esquejes. 
Una vez se a establecido el sistema radicular podremos "independizarlo" de ésta simplemente cortando por abajo la rama sobre la que practicamos el acodo. A partir de ahí constituirá un ejemplar individual.
Cuando viene la parte más delicada de este proceso es durante el establecimiento del acodo. Lo ideal es utilizar sustrato de semillero. Una vez separado de la planta madre retiraremos el recipiente o plástico que lo cubría y lo introduciremos en el sustrato en un contenedor apretando ligeramente pero no en exceso para no romper las raíces que en este momento son todavía muy tiernas y frágiles. Ubicaremos el acodo en un lugar protegido durante unos meses durante los cuales terminará de formar un cepellón de raíces fuertes que le permitirán la siguiente temporada ser plantado en su lugar definitivo.
Algunas condiciones son imprescindibles para asegurar el éxito en los acodos. A saber:
1.- Las ramas a acodar deben ser fuertes, vigorosas y por supuesto sanas.
2.- el suelo esté cálido y en buenas condiciones de cultivo. A finales de invierno o inicio de primavera es un buen momento. 3.- Pero nada logrará las condiciones de calidez del suelo si no presenta en todo momento unas condiciones de humedad adecuadas. En terrenos cálidos y secos un acodo no prosperará. Por ello deberemos cuidar constantemente la hidratación de nuestro acodo no permitiendo en ningún momento que el suelo que lo rodea se seque.
4.- Para que la rama acodada tenga éxito es imprescindible que el suelo tenga capacidad de retención de agua, aireación y drenaje.
Lo idóneo sería utilizar un sustrato muy ligero dónde las raícillas no tenga problema de crecer y que retenga la humedad. No nos valdría un sustrato que se compacte, que se encharque o que no drene perfectamente. Cualquier sustrato de jardinería al que incorporemos algo de perlita o materia orgánica como humus, madera muy triturada o turba puede valernos.
5.- También es imprescindible mermar la nutrición y actividad de los tejidos del tallo. Ello se consigue simplemente doblando el tallo en ángulo recto. Probablemente con ello conseguiríamos que se emitieran raíces en ese punto de la rama del rosal pero es preferible "ayudar" al proceso y ello puede hacerse de tres modos distintos:
  • Realizando un pequeño corte longitudinal en el tallo.
  • Eliminando la corteza que cubre una pequeña sección del tallo mediante un corte muy superficial con una navaja de injertos con lo que la capa exterior del tallo saldrá con toda facilidad o 
  • Rodeando el tallo con un alambre fino y apretando a su alrededor con fuerza.
Esta detención parcial de la savia que fluye a través del vástago Lo que se provoca con ello es que los nutrientes y la actividad hormonal de la rama se concentre en ese punto del acodo y que estimulará el surgimiento de raíces.
6.- La profundidad a la que se realiza el acodo no debe ser excesiva. Al contrario, conviene que el acodo esté próximo a la superficie del suelo.
7.- Otra condición imprescindible es que se prive a la porción de tallo que acodamos de luz. Esto fomentará que broten raíces.
Separación del acodo de la planta madre:
Tan pronto como la rama acodada haya desarrollado un buen sistema de raíces podrá separarse de la planta madre. Este proceso podrá ser más o menos largo en función de la variedad de rosal. Pero en general puede durar desde 4 semanas a varios meses.
De todos modos hay arbustos y en concreto algunas variedades de rosales que son algo más reticentes a la emisión de raíces. En este caso no conviene independizar el acodo de la planta madre hasta la siguiente temporada de este modo tendremos la seguridad de que está bien establecido antes de separarlo de la planta madre.
El trasplante del acodo ya independizado se realizará como cuando se hace el trasplante de cualquier planta normal. Realizando un hoyo de plantación de dimensiones superiores al pan de tierra del acodo, rellenando con sustrato que se presionará ligeramente y regando a continuación.
En nuestro caso, será aún más fácil. No dañaremos las pequeñas raicillas desarrolladas al trasplantar dado que se habrá desarrollado todas dentro del contenedor. Simplemente tendremos que cortar la unión del acodo a la planta madre y trasplantar el acodo a otro contenedor más grande o a un hoyo de plantación en el suelo del jardín.
Tras plantar el acodo es preferible recortar el ápice. Con ello fomentaremos que se acaben de establecer las raíces desarrollándose más fuertes y en mayor cantidad. 
Qué necesitaremos?

  • Un contenedor no demasiado grande
  • Sustrato de semillero o cualquier otro que mantenga bien la humedad, que drene y que sea "vaporoso" y ligero.
  • Polvos de enraizamiento
  • Pequeño pincelito
  • Cinta adhesiva ancha
  • Tutor
  • Bridas
  • Un barreño para hacer la mezcla de sustratos si es el caso.

Y por supuesto:

  • Guantes
  • Tijeras normales
  • Tijeras de mano de podar
  • Navaja de hacer injertos.
Bien, una vez explicado en qué consiste este sistema de reproducción fácil, rápido y con un altísimo porcentaje de éxito voy a compartir con vosotros todo el proceso que he seguido haciendo un acodo en una rama de un Rosa 'Guirlande d´Amour' que tengo en el jardín. Se trata de un rosal precioso, floríferos como pocos y prometí enviar unas estacas a una amiga para que ella misma intentara unos esquejes pero me he decidido a usar este sistema y cuando se lo envíe esté ya arraigado y no tenga más que plantarlo en su jardín.

El acodo simple requiere usar una rama larga del rosal ( o de cualquier arbusto) que se suficientemente flexible como para llegar al suelo y poder hundirse en él. 
Aunque lo habitual es hacer el acodo simple directamente en el suelo sin necesidad de contenedor yo he preferido hacer un par de pequeños cambios. En este caso he ubicado el acodo en un arriate que tengo al lado algo elevado con relación a la ubicación de la planta madre. Es cómodo, no me supone ninguna molestia para las plantaciones cercanas y justo al lado pasa una tubería de riego que vendrá de maravilla si algún dí ame olvido de su hidratación.

He escogido una rama fuerte, sana, vigorosa. Se trata de una rama brotada el año anterior así que es madera madura.

Los acodos simples suelen hacerse como digo en el mismo suelo pero yo prefiero usar un contenedor que tiene muchas ventajas a mi modo de ver. Sobretodo que las raíces se desarrollarán exclusivamente dentro de él lo que supondrá mucha facilidad a la hora de extraerlo ya que dañaré menos las pequeñas raicillas y además, la rama, en mi opinión, queda más sujeta y con menos peligro de que se levante y se salga del sustrato.
Como veis he retirado el acolchado y he hecho un hoyo suficientemente grande dónde quepa el contenedor con holgura.

A continuación con unas tijeras le he practicado los cortes que se ven en la fotografía. Para qué? Podría haber usado un orificio de drenaje de la parte inferior de la maceta pero en ese caso me hubiera obligado a doblar la rama por debajo del nivel de ella y era posible que las raíces salieran en esa doblez y quizás (no lo sé pero soy muy prevenida jajajaj) hubiera malogrado el acodo.
Hacerlo así me permite introducir la rama en el contenedor sin doblarla hasta que llegue el punto del acodo.
Como puede verse el orificio que me servirá para meter la rama está aproximadamente a la altura a la que realizaré el doblado en angulo recto del tallo.

La hendidura vertical me sirve para facilitar el meter la rama sin dañar las yemas laterales que tiene o el propio vástago. Simplemente se abre un poco y con toda facilidad se mete la rama en el orificio cuadrado practicado al efecto.


Ahora toca establecer cual será el punto exacto en el que deberemos hacer el pequeño corte a la rama. Para ello introducimos provisionalmente el contenedor con la rama en su interior y lo "presentamos" en el hueco de plantación.

Deberemos cerciorarnos de que el trozo de ramita que salga por encima del nivel del sustrato no es demasiado larga pero tampoco excesivamente pequeña. Que la rama se acomoda bien en su recorrido desde la planta madre hasta volver a surgir por el sustrato. 
Debo decir durante el ratín que se tarda en hacer estas comprobaciones y decidir la mejor "postura" de la rama, me ha facilitado mucho las cosas para que no se moviera y me pinchara el sujetar la rama con un fijador de  mangueras de riego que tenía cerca.

Tendremos preparado el material que precisaremos. Tanto las tijeras de mano como la navaja de injertos no hace falta decir que estarán escrupulosamente limpias y desinfectadas!! Pensemos que estamos practicando un corte en una rama y por tanto abriendo una hendidura que puede ser un foco de infección.
Extraeremos de nuevo la rama del contenedor cosa realmente sencilla al estar cortado en su lateral y dispondremos todo lo necesario para hacer el acodo.


Con las tijeras de podar retiraremos todas los brotes (o ramitas si las hubiera) y los aguijones en el trozo de rama dónde haremos el acodo (unos 10/12 cm).
Bueno, ahora toca realizar el pequeño corte con la navaja de hacer injertos.
A continuación practicaremos un pequeño corte limpio en diagonal, con sumo cuidado de no llegar a fraccionar la rama cosa que la haría inservible para el fin que nos ocupa.

Con un pincel pequeño humedeceremos muy ligeramente la zona del corte.

Aplicaremos hormonas de enraizamiento en polvo en ambas caras del corte que mantendremos separadas mediante un palillo o cualquier utensilio pequeño y delgado.

A continuación hay que elaborar el sustrato con el que rellenaremos el contenedor. Un simple sustrato de semillero que mantendrá muy bien la humedad nos podrá valer.
He mezclado sustrato de semillero, algo de humus de lombriz y un poco de madera muy, muy triturada y compostada con la idea de lograr una mezcla esponjosa en la que pudiera circular el aire, que mantuviera la humedad y en la que no tuvieran dificultades para que las futuras raicillas crezcan.

Es el momento de volver a introducir la rama de nuestro rosal en el contenedor ubicado ya en su sitio definitivo y con algo de sustrato en su parte inferior para que la rama descanse en él. 

No eliminaremos el palillo que mantiene separadas las dos partes de la hendidura que hemos practicado en la rama.
Dado que se trata de un contenedor bastante pequeño y que el sustrato que hemos usado es muy liviano y por tanto no pesa nada he preferido curarme en salud y sujetar el contenedor al suelo del arriate dónde está con el mismo fijado de tuberías de riego que usé antes. Esto evitará que en el caso de que accidentalmente tire de la rama "madre" no llegue a moverse el contenedor.

Para impedir que las raíces crezcan fuera del contenedor y que al extraerlo las rompa he cerrado el corte vertical que practiqué antes con un poco de cinta adhesiva ancha. Esto es opcional, claro :)

Finalmente he clavado firmemente un tutor junto al borde exterior del contenedor del lado dónde estaba el acodo y he terminado de rellenar el contenedor un par de centímetros más con el resto del sustrato que hice (lo he llenado hasta llegar a tapar el borde del contenedor pero para que vierais como ubicado el contenedor en el arriate he tomado la foto antes de terminar de llenar.
Con un par de bridas he sujetado el extremo de la rama que sobresalía del sustrato al tutor.

He regado en profundidad y he vuelto a tapar la zona con el acolchado que retiré al iniciar el proceso.

Una etiqueta indicando la fecha en que hemos realizado nuestro acodo y con otros datos como la variedad de rosal o la persona para la que lo habéis preparado nos será de ayuda cuando pasen unas semanas para los desmemoriados como yo :P

Y eso es todo. Yo me lo he pasado estupendamente bien haciendo este acodo que me parece de lo más fácil y sobretodo que casi, casi, tenemos seguridad de que va a prosperar. Sin la agonía que supone a veces el cuidado de los esquejes.
En el momento en que lo "independice" de la planta madre os pondré por supuesto todo el proceso. Espero no tarde demasiado y pueda enviarlo a mi amiga para que este otoño pueda plantarlo directamente en su jardín. Eso espero!! ;)

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Colocación peldaños de madera en rampa escalonada en la zona central del jardín

Son muchos los jardines que como el mío presentan pendientes importantes. Escaleras y rampas escalonadas hacen mucho más practicables las zonas dónde el desnivel del terreno es fuerte.
Hoy hemos comenzado a colocar una valla lateral a esta escalera. El tiempo y con él el uso del jardín te hace ir viendo las necesidades. Aunque estos peldaños facilitaron mucho subir la pendiente que presenta esta zona central del jardín la verdad es que será más cómodo y seguro, además de estéticamente mucho más bonito, tener una baranda lateral. Estaba segura de que había colgado un post sobre este trabajo pero mi sorpresa ha sido al comprobar hoy que no, que o me olvidé o era tanto el curro que teníamos en aquellos meses que ni tiempo tuve de escribir un artículo sobre este trabajo así que aprovechando que tengo unos minutos voy a colgar unas cuántas fotografías para que se vea el proceso que usamos.
Salvar el desnivel que hay entre la parte superior de esta zona y la inferior con una escalera hubiera supuesto realizar una escalera con un número de peldaños demasiado grande.
Creo que no me hubiera gustado nada ver el centro de jardín inferior atravesado por una escalera que más hubiera parecido la de una pirámide inca!! jajajjaa
La idea por tanto no era hacer escalones todos iguales si no más bien introducir algún escalón de vez en cuando para facilitar la subida de esta pendiente. En definitiva, una especie de rampa escalonada más que una escalera.

Este fue uno de los primeros proyectos que afrontamos en el jardín. La verdad es que se hacía incomodísimo subir una pendiente de ese calibre sin peldaño alguno y si llovía y el suelo estaba resbaladizo ya no hace falta que os diga más!!
La fijación de las traviesas de ferrocarril que compramos para hacer las veces de escalones estando como estarían ubicadas en una pendiente tan pronunciada requería una perfecta fijación. El agua en caso de caer en abundancia correría en hacia abajo de la parcela y si los peldaños no estuvieran bien sujetos había el riesgo de que se desprendieran o peor, tener un accidente al subir o bajar esta rampa así que decidimos usar cemento para su fijación al suelo.
Lo primero fue "presentar" los peldaños aproximadamente en su ubicación definitiva para ver qué tal quedaba. Hacer alguna prueba subiendo y bajando sobre ellos para ver si era cómodo y moverlos según vimos que se necesitaba el peldaño más o menos arriba.
A continuación vaciamos de tierra el área dónde iría cada peldaño con la idea de que el cemento la rellenara posteriormente una vez se colocaran los peldaños.
Para que quedaran perfectamente fijados y no hubiera riesgos de que con el trasiego se movieran les clavamos un par de clavos en forma de cruz en cada extremo en la parte inferior. Estos clavos una vez colocado el peldaño quedarían hundidos en el cemento fresco y una vez fraguado quedarían perfectamente sólidos.
Con la idea de evitar que brotaran malas hierba antes de comenzar a poner el cemento extendimos sobre toda la rampa una capa de geotextil antihierbas. Por cierto, el tiempo ha demostrado que no ha sido efectiva en absoluto. Al tener que cubrirla con tierra las semillas caen sobre la superficie y las hierbas siguen brotando por doquier así que nos podíamos haber ahorrado el trabajo!! Al final me toca eliminarlas a mano de vez en cuando y la malla además, llega a verse porque le perro se sienta a tomar el sol entre escalón y escalón, mueve la tierra que tapa la malla y la deja al descubierto así que no aconsejaría a nadie el uso de este material en una zona como esta.
El siguiente paso fue rellenar el hueco de tierra que habíamos hecho bajo cada escalón con una buena capa de cemento, colocar el peldaño con las puntas clavadas previamente hacia bajo y nivelarlo perfectamente en las dos direcciones.

A continuación  para que las zonas entre peldaños quedaran niveladas y ayudándonos de una barra de albañil colocada desde la parte inferior de un escalón hasta la superior de inmediatamente inferior fuimos tapando el geotextil antihierbas con tierra. Por último la apisonamos todo lo bien que pudimos.

Y este fue el resultado. Lo cierto es que fue muchísimo más cómodo atravesar el jardín por esta zona desde que pusimos los peldaños. No obstante el tiempo ha demostrado que también nos equivocamos en el número de ellos y de hecho tenemos pensando poner un peldaño entre cada uno de los que colocamos y es que hay demasiada separación entre ellos y la tierra, no queda bien fijada de manera que deja a la vista el cemento de la parte inferior de los peldaños.
Una vez que metamos un escalón más entre cada uno de los que hay cada nivel tendrá muchísima menos inclinación y será más fácil que la tierra entre escalones no se mueva.
En fin, siempre se aprende de los errores. Verdad?  :) Afortunadamente este tiene muy fácil arreglo.
Por cierto, ahora que miro estas fotografías me hace gracia ver el jardín casi sin plantas. en algunas con las macetas ubicadas en los lugares que luego serían plantadas...siempre digo que no crecen pero sí, sí crece y el jardín poquito a poco se va transformando con el tiempo :)
Hoy hemos empezado un nuevo proyecto: la colocación de una valla de madera en el lateral derecho de esta escalera. En cuanto lo terminemos colocaré fotografías para que veáis el resultado.

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Son muchos los nombres por los que se conoce (guantelino, cojinete, cojín de dorador...) aunque pomazón y almohadilla de dorador son los más...