Cómo y cuándo podar las lavandas (Lavandula angustifolia)

Lavandula angustifolia o lavanda (también conocida como espliego y lavándula), es un arbusto de tamaño no demasiado grande, de hoja agrisada perenne y aroma delicioso al frotarlas. Pero son sus flores (en todas las gamas de malvas incluso algunas en blanco) en forma de espigas las que tienen más aroma y llenan de perfume la zona dónde se cultiva.

Es muy frecuente ver lavandas en los jardines, en las partes frontales de los arriates y a los bordes de los caminos porque son de fácil cultivo. Amantes de los suelos con buen drenaje, arenosos, incluso no excesivamente ricos en nutrientes, pero sobretodo, detestan un riego en exceso.
Este exceso de riego debemos saber que provoca fuertes crecimientos pero baja la intensidad del aroma de la floración.
Florecen en verano cubriéndose de espigas terminales en la parte superior de largos tallos sobresaliendo del arbusto que puede alcanzar tranquilamente el metro de altura y diámetro. Existe no obstante variedades algo de crecimiento algo más limitado como esta que os muestro en las fotografías, Se trata de Lavandula angustifolia 'Hidcote' que crece algo más compacta y no alcanza el tamaño tan grande.

El caballo de batalla de estas plantas es su tipo de crecimiento. Son arbustos con una gran tendencia a tornarse leñoso y hay que saber que la madera lignificada y vieja no brota de manera que es frecuente ver en los jardines matas de lavandas con los pies despoblados y un crecimiento bastante desgarbado.
Esta tendencia hay que tenerla muy presente a la hora del mantenimiento con las podas. De todos modos mentalicémonos, tarde o temprano las lavandas hay que renovarlas tras unos cuantos años en el jardín porque es inevitable que el arbusto envejezca. Podemos, mediante la poda retrasar este envejecimiento pero a la larga se lignificarán, crecerán en exceso y se despoblarán brotando mayormente en la zona superior del arbusto dejando desnuda la parte inferior y adoptando formas no demasiado bonitas.
Si observamos dentro del arbusto, aún siendo jóvenes, veremos que la vegetación interna está como seca presentándose las hojas verdes y tiernas en el exterior del arbusto.

Como digo, con la poda retrasaremos el envejecimiento aunque no podamos lamentablemente evitarlo con el tiempo.
Es muy importante tener en cuenta su crecimiento para, mediante la poda procurar mantener el arbuto lo más brotado posible, es decir, que emita muchas ramitas que tapen la zona interna que suele ser seca y despoblada. Estas ramificaciones que favorecemos con las podas además de cubrir el interior permitirán que la floración sea muy abundante.

¿Cuándo debemos podar las lavandas? Es conveniente hacerlo dos veces al año:
Primera poda: Final invierno/inicio primavera: Al final del invierno o, en climas fríos como el mío, al inicio de la temporada, tan pronto como comienza el crecimiento efectuaremos la primera poda de la temporada. en este momento le suelo aplicar una poda bastante severa. Eso sí, sin llegar a cortar la zona lignificada porque esta madera ya no rebrota como he comentado.
Este año he aplicado un pequeño truco que leí el otro día no recuerdo en qué libro de poda y que me ha ido bien. Se trata comenzar la poda recortando con las tijeras dos especies de "franjas" que crucen el arbusto de punta a punta en los dos sentidos. Estas franjas me han servido de "orientación" al proporcionarme ya el contorno que tendría finalmente la esfera.

No sé si se aprecia bien en esta foto. En esta segunda he coloreado estas dos franjas para tratar de hacerme entender mejor. A partir de hacer estas dos franjas ya solo quedaba ir recortando las cuatro partes que aún quedaban sin podar procurando darle una forma lo más redondeada posible.


Segunda poda: Tras la floración del verano. La segunda poda la realizo tras la floración para eliminar las espigas florales una vez secas. Me permite limpiar la planta de ramas muertas, con crecimientos excesivos u orientaciones que afeen la forma general del arbusto. Además esta segunda poda favorecerá que ramifique más con lo que estaremos ayudando también a mantener el arbusto más compacto y tupido.
Siendo tras el verano y antes de que lleguen las heladas, pueden efectuarse ligeras podas para mantener la forma del arbusto a nuestro gusto o limitar un poco el crecimiento si el espacio del que disponemos para él vemos que está siendo sobrepasado.

En mi opinión es importante no  podar una vez inicia bien el crecimiento de primavera porque haciéndolo estaríamos renunciando a su floración.
Aquí tenemos ya la lavanda podada.

Empezamos a cosechar rabanitos!!

Qué bonitos!! Acaso tienen algo que envidiar a otras plantas de flor? Llevaban unos días asomando sobre el nivel del sustrato así que se veía el tamaño que desde que los planté han adquirido. Están en su punto, ni demasiado chicos ni tan grandes que se tornen duros y picantes.

Acompañados de una matitas de achicoria simplemente con un chorreón de aceite de oliva virgen extra y sal resultan una ensalada deliciosa!!

Me hace ilusión cocinar con las primeras hortalizas que cosecho...:)
Lo mismo no están ni mejor ni peor que los comprados en una verdulería pero una sabe que están cultivados de forma absolutamente natural. Que no llevan química, que han sido regados exclusivamente con agua y madurados con el sol del huerto en una tierra preparada con cariño y con esmero.

Seguramente cuando lleva varias cosechas no me llamará tanto la atención pero reconozco que estoy como una niña chica hoy con mi ensalada natural sacada de los bancales de mi huerto y producto de mi trabajo jeje



Acolchado de madera triturada entre los bancales del huerto y en el camino

Para mí es importante el aspecto que tenga el huerto. No deseo que sea un espacio menos bello que el resto del jardín, más bien que sea una zona más de él y se incorpore visualmente sin una transición brusca. Con hortalizas, sí, pero dónde éstas crezcan junto a rosales y al lado de pequeños frutales las hierbas aromáticas se mezclen con algunas flores. 
Esta diversidad no solo la busco a nivel estético si no también práctico. Las flores llaman a los insectos y éstos contribuyen a las polinizaciones además de resultar ser unos estupendos ayudantes en cuanto a plagas de otros insectos no deseados.
El suelo sobre el que están asentados los bancales de mi pequeño huerto es de la peor calidad. Como he explicado en otros artículos está formado por los restos que hemos ido sacando de otros lugares del jardín según hemos ido plantado.
No me gustaba el aspecto que tenía tan seco, tan como sin vida, de un color tan claro. Se compacta tanto que probablemente hubiera sido difícil que salieran demasiadas malas hierbas pero a pesar de ello creo que con este acolchado de madera triturada entre los bancales y sobre el mismo camino que lo recorre hace que la zona esté mucho más bonita.
Es un acolchado mullido y agradable de pisar y sobre el que se hace mucho más cómodo cuando te tienes que arrodillar al cuidar de las hortalizas de los bancales.
Traje unos cuantos sacos para probar a ver qué tal quedaba así que no he tenido cantidad suficiente para cubrir toda la zona que me gustaría. Quisiera llegar a tapar con él incluso el espacio dónde tengo plantadas uvas crispas (Ribes crispa 'Hinnonmaki Grum' y Ribes crispa 'Captivator') y un grosellero negro (Ribes nigrum)
Había pensado hacer este acolchado con pinaza de la que voy sacando de mis pinos. También pensé mezclar esta madera triturada con la pinaza, pero al final me he decidido a hacerlo con este material. 
Creo que aporta un "fondo" en unos tonos neutros sobre los que las hortalizas, hierbas aromáticas y flores que crecen en tiestos de barro, se ven mucho más bonitas.
Es de suponer que según pase el tiempo esta madera irá degradándose y tendré que ir reponiéndola. Ni siquiera he tenido que triturarla. Resulta que en las carreteras que recorren la zona cercana a dónde vivo cuando podan los árboles y matorrales que las bordean se ve que se acompañan de una trituradora y dejan los montones allí mismo. Así que no hay más que ir con el coche a por unos sacos. Incluso estoy pensando ir a hacer un par de viajes para preparar el acolchado de los rosales de cara a la subida de temperaturas que lógicamente se irán produciendo durante la primavera.

Una temporada más para mi membrillero (Cydonia oblonga)

Este año han venido los buenos días de repente y de repente han aparecido sobre el membrillero (Cydonia oblonga) las flores. En el estado tan lamentable en que se encuentra este viejo y deteriorado frutal bien creí que la primavera del año pasado sería la última floración que de él disfrutaría. Pero afortunadamente me equivoqué. Aquí están de nuevo, las flores que me parecen más hermosas de todos los frutales. 

Hace unos días le hice una poda de limpieza y seguramente me anime a podarlo tras la floración. Tiene demasiados años encima y demasiado abandono padecido durante mucho tiempo como para tener esperazas de que viva demasiado. Pero en vista de mi error de pronóstico del año pasado, disfrutaré mientras siga ahí regalándome un año más sus preciosas flores y si este otoño puedo volver a hacer compota con sus frutos me daré por satisfecha.




Coronilla emerus (Carolina de los montes) otro todoterreno

Rústica, de larga floración, preciosas y aromáticas flores amarillas que cuajan la planta de color, prácticamente sin necesidad de riego una vez arraigada, pocos nutrientes en el suelo...quién da más? Coronilla emerus, conocida como Carolina de los montes, es un arbusto que puede alcanzar entre el metro y medio y que en mi jardín ha conservado la hoja durante todo el invierno sin inmutarse aunque en otros climas o ubicaciones pudiera perder en parte las hojas. 
Me gusta mucho esta planta, no solamente por sus pequeñas flores que forman puntos de luz en el jardín; también sus follaje me resulta bonito con ese verde de color tan jugoso.
Aún es chiquita la mía pero viendo lo que creció al final el año pasado a pesar de haberla cambiado de ubicación dos veces...estoy segura que durante esta temporada empezará a tomar cuerpo.



Tutorial: Pomazón, cojinete, guantelino, cojín o almohadilla de dorador. Cómo hacerlo paso a paso

Son muchos los nombres por los que se conoce (guantelino, cojinete, cojín de dorador...) aunque pomazón y almohadilla de dorador son los más...