Abono orgánico (estiércol y humus de lombriz) como acolchado de los rosales de cara al invierno

Ya estamos a mitad de diciembre. Hace ya días que están cayendo heladas y aunque éstas no son excesivamente profundas en mi zona, el frío y las pocas horas de luz en los días cada vez más cortos del otoño, diríase que cantan una nana para que los rosales comiencen a dormir hasta que las temperaturas vuelvan a aumentar.
Pero como algunos bebés con dificultades para dormir, este año algunos de mis rosales les cuesta conciliar el sueño y no acaban de parar su actividad vegetativa. Quizás porque el otoño aunque muy lluvioso no ha sido nada frío.

Es curioso porque precisamente son los que trasladé al inicio del verano desde el otro jardín en el que los cultivaba. Y mira que sufrieron los pobres en el proceso!! 
Están en el jardín trasero, una franja de terreno que recorre la fachada norte de la casa y que en invierno, cuando sopla el viento, las corrientes de aire lo recorren sin piedad. Pero ellos han decidido no tener una temporada tan corta y quieren robarle al invierno lo que no pudieron desarrollar recién trasplantados.
Alguno de ellos como, Blue for You incluso tienen ahora capullos en el extremo de sus ramas que entre el frío, la lluvia y el hecho de que el sol calienta poco y cada día durante menos tiempo, no llegan a abrirse y se está formando moho sobre alguno de ellos. Es un problema conocido como apelotonamiento o encapsulado de capullos (también como “balling”) los pétalos externos se ablandan y con los rayos del sol de las horas más cálidas de algunos días forman una especie de coraza que impide que el capullo llegue a desplegarse.

Tener esos capullos encapsulados cuyo interior poco a poco va pudriéndose y formando moho por encima no me apetece nada. Creo que son un foco de enfermedades y que no les hace ningún bien a los rosales, así que los he eliminado todos.

Los demás trasplantados están incluso con bonitas hojas pero ya me fijé la semana pasada cuando hice la segunda aplicación de aceite mineral de la temporada (La primera la hice a primeros de noviembre) que aunque A. Shropshire Lad parece en perfectas condiciones a primera vista, fijándome con detenimiento vi que muchas de sus hojas estaban agujereadas por alguna plaga y en el reverso de alguna de ellas tenía unas coloraciones que no eran fáciles de distinguir bien  pero que no me gustaron demasiado así que he decidido desfoliar este rosal.

Así evitaré peligros permitiendo que las plagas se escondan en unas hojas ya algo deterioradas por las inclemencias del tiempo. Para los demás esperaré algo más, a que estén completamente parados y probablemente al iniciarse enero, cuando les tocará una aplicación de azufre ya habrán perdido una buena proporción de su follaje y el que no, lo eliminaré  manualmente antes del aplicarles este fungicida.


Salvo estos dos casos, para el resto de rosales, lo que me interesa en este momento de la temporada es proporcionarles una buena capa de abono orgánico, en este caso, estiércol bien fermentado más unos buenos puñados de humus de lombriz.
Servirán a la vez de acolchando aportando materia orgánica al suelo, mejorando su estructura y nutriéndolo. Como sabéis ésta ha sido la primera temporada en mi jardín, espero el próximo año tener la oportunidad de compostar y si es así, probablemente este acolchado lo haga la próxima temporada con compost.

Ya sabemos que el acolchado podemos realizarlo con distintos materiales, a poder ser orgánicos. También podemos hacerlo con hojas, madera triturada pequeñita, etc. A mí me gusta hacerlo en el resto de arbustos y árboles con estiércol mezclado con hojas caídas del otoño pero en los rosales prefiero no poner hojas y que esta capa esté lo más limpia posible de hojas o cualquier material que tenga peligro de provocar enfermedades posteriormente.
Además de los nutrientes que aportan al suelo proporcionan esponjosidad, humus, capacidad para retener humedad y lo protegen de las heladas del invierno, del viento y de la erosión.
El otoño o el inicio del invierno es el momento más adecuado para incorporar este manjar para nuestros rosales. Ahora con el frío, el estiércol no es problemático, no quema las raíces y como la actividad vegetativa va a cesar en breve, el nitrógeno que precisa para terminar de madurar no será perjudicial que lo tome del sustrato ya que ahora los rosales, en parada, no lo precisarán.
Para que el estiércol pueda ser aprovechado por las plantas es preciso que se mineralice y se humidifique. En el proceso intervienen desde microorganismos (Bacterias, hongos, etc.) hasta macroorganismos (Lombrices, insectos…) En todo este proceso se utiliza grandes cantidades de nitrógeno por parte de las bacterias y éste nitrógeno inicialmente se le resta a las plantas aunque posteriormente, tras meses de estar el estiércol en tierra, el nitrógeno es revertido al sustrato. De ahí que sea en el momento en que las plantas no precisan este nitrógeno cuando es mejor la incorporación de estos abonos orgánicos.
No es aconsejable abonar con estiércol en verano o al menos no en cantidad abundante ni tocando las raíces del rosal mezclado con el sustrato que las rodea. El calor del verano activa y favorece a fermentación del estiércol recalentando el sustrato que rodea la base de los rosales y si éste está mezclado con la tierra puede llegar incluso a producir quemaduras en las raíces.
A propósito de este problema quisiera comentar algo sobre el desarrollo anómalo esta primavera pasada. Este año por causas que no vienen al caso me vi obligada a retrasar en exceso la plantación de los rosales a raíz desnuda y cuando los puse en tierra ya eran mediados de febrero. Cuando hice la plantación mezcle el suelo del jardín con una buena proporción de estiércol en el hoyo de plantación. Tendría que haber tenido en cuenta que era febrero y que apenas en unas semanas los rosales comenzarían a brotar. Tiempo insuficiente para que los nutrientes del estiércol estuvieran disponibles para los rosales cuándo éstos los precisaran. Pero además, de otra parte, no tuve en cuenta la competencia por el nitrógeno que se produciría cuando a los rosales les tocara empezar su actividad.
La cosa es que bastante de ellos tardaron una barbaridad en echar a andar como es debido. Estaban lentos, sin brío… En estos años he plantado ya muchos rosales y nunca se han pasado la primavera con un crecimiento tan reducido, lo habitual es que hayan crecido vigorosamente. Es verdad que este es otro jardín, otro suelo… pero algo me hace pensar que puede que el estiércol que aporté en la plantación no estaba lo maduro que dijeron en el vivero dónde lo adquirí. Tenía que madurar todavía un poco más y al hacerlo durante el tiempo en que a los rosales les tocaba comenzar a crecer en primavera, el nitrógeno que precisaba el estiércol para madurar e ir descomponiéndose se lo restaba a los rosales, de ahí que no arrancaran hasta el verano. 
Lo que sí tengo seguro es que es peligroso aportar estiércol en un momento avanzado de la temporada.  
Como podéis ver he limpiado en profundidad el rosal eliminando todas las hojas. En mi clima aún no corresponde podarlo así que lo he dejado así, limpito. He eliminado cualquier hoja o resto que hubiera caído al sustrato durante el proceso de limpieza para evitar que las plagas o posibles hongos pudieran permanecer en el suelo.

Al hacerlo me he dado cuenta que de la base del rosal salía un brote bastante fuerte sin hojas aún que me permitiera saber si era o no un chupón. A pesar de que muchos entendidos aseguran que no hay que cubrir el injerto y que el suelo alrededor debe quedar a su atura, yo siempre planto mis rosales de modo que el injerto quede un par o tres centímetros enterrado. No sé si lo haría en otros climas pero sí en el mío dónde hay buenas heladas, creo que se protege el punto de injerto de frío.

Así que con sumo cuidado he retirado el sustrato alrededor del injerto para comprobar desde dónde brotaba. He podido comprobar que el brote no se trata de una rama incipiente del propio rosal y no del patrón o portainjerto y que la próxima primavera se desarrollará ya que de haberse tratado de un  chupón este brote hubiera partido del nivel por debajo del nudo del injerto.

Con el mismo cuidado lo he vuelvo a cubrir para que no se quebrara, dejando una piedra por debajo de él que me haga recordar que está ahí y al limpiar la zona que rodea el rosal no la rompa en un descuido.

He aprovechado la ocasión para rehacer el alcorque, agrandarlo un poco y nivelarlo. Tengo por costumbre hacer alcorques alrededor de todos los arbustos y árboles. Facilitan el riego, incluso si el acolchado es de hojas parece que es más fácil que a pesar del viento, las hojas se retengan mejor dentro del alcorque que sobre una superficie plana.
Hoy me sentía con ganas de trabajar de modo  que aproveché para poner un par de tutores al rosal. Veo que se ha desarrollado mucho esta temporada y que la inclinación de alguno de sus brotes más fuertes hacen presagiar que se descompense cuando estas ramas se carguen de más vegetación y de las rosas y peligre la estabilidad del arbusto. Así que he clavado unos tutores y he atado con bridas a ellos alguna de las ramas con cuidado de no apretar tanto con ellas que estrangulara el crecimiento.

Antes de poner esta capa de acolchado es muy importe regar en profundidad.

A continuación un par de paladas generosas del abono orgánico que durante estos meses de invierno terminará de descomponerse y que cuando llegue febrero, el momento en que comenzará de nuevo la actividad vegetativa de los rosales y por tanto el comienzo también de las necesidades nutritivas, tendrá en el sustrato que los rodea el alimento proporcionado por este estiércol

El estiércol es un abono lento, precisa un tiempo para biodegradarse y  sus nutrientes no se incorporan al suelo de forma inmediata como otro tipo de abono sino que lo hacen poco a poco según va degradándose por la actuación de los microorganismos del suelo. Durante los meses de invierno la lluvia, la humedad y algún esporádico riego, favorecerán que este estiércol vaya liberando sus nutrientes y que éstos estén dispuestos en el sustrato cuando el rosal los precise al iniciarse de nuevo la actividad irá diluyendo los  disposición.
Antes de extender el estiércol alrededor de la base del rosa he añadido cuatro o cinco puñados muy abundantes de humus de lombriz (lo que me daban las dos manos juntas formando un cuenco).

El humus de lombriz son los excrementos de las lombrices. Se trates de uno de los mejores abonos orgánicos que podemos aportar a nuestras plantas. La cantidad de bacterias existentes en un gramo de humus es extraordinaria de ahí la efectividad que tiene este abono a la hora de mejorar las propiedades biológicas del suelo.

En esta fotografía puede verse el tono distinto del humus de lombriz antes de mezclarlo un poquito con el estiércol. Tras todo el proceso haremos un nuevo riego no tan abundante como el que hicimos antes de abonar.
Con este abonado que es acolchado a la vez, los rosales estarán resguardados y nutridos cuando llegue su momento al inicio de la temporada. Hasta entonces resta todavía bastante trabajo para los que amamos las rosas: aplicación de azufre el mes que viene (el año pasado tuve algo de oídio y no quiero arriesgar esta próxima temporada); tras la poda que seguramente haré en febrero efectuaré la última aplicación del aceite insecticida (preventivo de distintas plagas) y ya a partir de mediados de febrero, las aplicaciones preventivas de fungicida antiofídico. Paso a paso iré explicando todos estos trabajos según los realice.
Seguiré esperando que mis niños se duerman del todo y que lo hagan en óptimas condiciones tras este cuidado que hoy les he dado.

Trabajos de otoño. Enriquecer el suelo con estiércol y prepararlo para el invierno con un acolchado

Como decía en la entrada anterior en la que he explicado el diseño de este seto, hace ya algo más de dos meses que comencé a preparar el terreno. 
En un suelo aún sin cubrir por plantas grandes que impidan la llegada de la luz a él y se lo pongan algo más difícil a las malas hierbas, el resultado en un breve espacio de tiempo es este: habían vuelto a brotar por todas partes.
Así que lo primero que he tenido que hacer es eliminar todas las malas hierbas que he podido.
Estos días han coincidido con la caída de las hojas de dos grandes olmos que tengo en la zona y me ha venido de perlas las hojas que han tirado para utilizarlas en el acolchado.
El otoño es un buen momento para plantar los rosales a raíz desnuda y los arbustos. El tiempo aún no es lo frío que será cuando venga el invierno y los arbustos tienen tiempo de enraizar antes de que lleguen las heladas. Tampoco hace ya el calor del verano y las plantas superar mucho mejor el stres del trasplante que cuando se hace con temperaturas más altas.
La mayoría ya los tengo plantados hace bastante pero con esta zona se me ha echado el tiempo encima y aunque hubiera sido preferible plantarlos antes pero la cuestión es que no lo he hecho porque he tenido más trabajos de los que han podido hacer mis brazos :)
Una vez plantados en su lugar he repasado las zonas de alrededor de sus troncos, formando unos buenos alcorques allí dónde no había o rectificando su diámetro y profundidad dónde ha sido preciso.

Me parece fundamental crear alrededor de árboles y arbustos una zona que pueda retener el agua del riego o de la lluvia y así permitir que las raíces se humedezcan en profundidad. Máxime tratándose de un arriate que presenta cierta inclinación.
Hoy era un día soleado, con unas temperaturas suaves y no había indicios de que fuera a caer ninguna helada así que antes de cubrir el suelo con el estiércol y el acolchado, he hecho un riego en profundidad, seguramente ya no será preciso regar más hasta que vuelvan a subir las temperaturas al final del invierno.
El otoño también es un buen momento para nutrir el suelo con aportaciones de materia orgánica como por ejemplo el estiércol. El estiércol ahora no perjudica a las plantas porque no se recaliente al no hacer calor. Una buena capa sobre la base de la planta protegerá sus raíces de las heladas del invierno a la vez que nutrirá el suelo.
Cuando esparzo el estiércol en los alcorques me cercioro de que no se acumule ni llegue a tocar los troncos porque podría llegar a quemarlos.
Me gusta mojar el estiércol una vez extendido en el alcorque. Aquí puede verse como la zona alrededor de los troncos queda libre de él.
He ido trayendo carretillas del abono natural para luego extenderlas sobre todo el terreno creando una capa de unos 2 cm (Quizás algo menos).
Qué bonita se ve la tierra así tan negra. Verdad?  :) 
Encargué unos metros cúbicos de estiércol hace unos días en el vivero de mi localidad. Me gusta la calidad que tiene y el hecho de que siempre te lo venden bastante fermentado. De todos modos si aún siguen compostándose un poco, a estas alturas del año no es tan importante en lo referente al peligro de quemar raíces. De aquí a que llegue la primavera las lombrices y demás organismos del suelo se habrán encargado de nutrir con él las zonas más bajas de las raíces e ir incorporando este abono creando poco a poco un medio mucho más amigable para las plantas que se cultivan en él. 
El estiércol es poco efectivo a la hora de impedir que broten las malas hierbas. Yo creo que incluso las favorece.
Por eso prefiero cubrir todo con una buena capa de acolchado. Todos sabemos lo interesante que es proveer al suelo de una protección frente a los cambios de temperatura. Los efectos beneficios que tiene sobre el suelo al ir incorporándose poco a poco a él si usamos materiales orgánicos como las hojas o trocitos de madera son también muy importes.
Pasado un tiempo, aunque tratándose de hojas tardan bastante pero llegan a compostarse y al final, a formar parte del suelo, nutriéndolo y aportando materia que aumentará su la aireación benefiando a las raíces y formando un suelo con mayor capacidad de retención de agua, evitando evaporaciones y resecamientos innecesarios con el ahorro en agua que ello conlleva. Además tambien protege el suelo de la erosión y a las raíces de la desecación que produce el viento. En fin, que casi todo son ventajas.
En mi jardín no hay todavía suficientes árboles de hoja caduca pero he solucionado el problema proponiendo a la dueña del vivero el barrerlo yo misma si me permitía traerme en sacos las hojas que recogiera. Se trata de una chica muy amable y ha estado encantada con la idea de verse libre de las hojas que llenaban su establecimiento en el que hay una cantidad tremenda de árboles caducifolios.
Cuando los arbustos sean grandes creo que el acolchado quedará más bonito. Ahora la verdad es que casi los ocultan ajjajaj Pero pienso que no me desagradará ver la superficie del suelo cubierta por hojas que cambian de tonalidad por zonas, según voy utilizando para el acolchado las de un tipo de árbol u otro.
Me gusta comenzar los acolchados empezando por colocar las hojas sobre los alcorques. Allí ando con más cuidado que entre plantas. No me gusta que las hojas se amontonen sobre los arbustos al ser ahora tan pequeños ni tampoco que asfixien la base de la planta. Prefiero apartar un poco las hojas de la base de sus tallos para permitirles respirar y que no haya problema de hongos o de putrefacción de las hojas sobre ellos. 
Una vez tengo cubiertas las bases de las plantas ya ha sido cuestión de ir extendido el contenido de los muchísimos sacos con hojas que me he traído.
Para que el acolchado sea efectivo debe ser una capa bastante gruesa, de lo contrario, las malas hierbas se las arreglan para entre hoja y hoja, al menor resquicio de luz que dejamos, salir a través de él. 
De todos modos lo que hoy parece muy grueso, en unas semanas, al ir compostándose baja bastante de nivel y el aspecto con los días cambia bastante.
Y con esta capa de acolchado he dado por finalizado el trabajo de la zona. El suelo ha quedado bien nutrido y protegido con esta estupenda capa protectora. Quizás otros materiales queden más bonitos pero la verdad, las hojas me parecen un estupendo aporte de materia orgánica, no hay que retirarlas luego porque se van incorporando poco a poco al mismo suelo y además...son gratis!! Asunto que no deja de ser importante jajajaj


Seto en la divisoria norte del jardín. Diseño, preparación del terreno y plantación.

Comencé hace varios meses esta zona del jardín. Se trata de un espacio alargado, orientado al sur y que forma parte de la divisoria entre la parcela contigua y mi jardín.
Antes de venir a vivir aquí en el margen derecho había una caseta de herramientas y una...no sabría como calificarlo. "Construcción"? jajaja Así estaba la zona que he estado trabajando estos días hace un año
En fin, aquí puede verse a lo que me refería con "construcción", uno de esos apaños que a veces se hacen para cubrir un poco herramientas y cubos.  Como puede verse en estas fotografías atractivo tenía poco, pero bueno, imagino que en su día fue útil para quién la necesitó.
El espacio ocupado por la antigua caseta de herramientas resultaba claramente insuficiente para ubicar en él el lavadero que teníamos decidido montar. Una preciosa caseta de madera de unos tres metros y medio de larga. Nos vimos obligados a alargar la plataforma en la que se encontraba asentada la caseta para dar cabida al lavadero que ahora ocupa también el lugar dónde estaba la "construcción".
Puede verse en las fotografías que esta zona presenta una inclinación bastante acusada, lo que dificultaba un poco el ajardinamiento. También condicionaba su planteamiento los árboles con los que contaba la parcela: una mimosa que ha sobrevivido por los pelos ya que la plataforma ha tenido que llegar prácticamente a su tronco; una encina de un tamaño medio, un almendro muy jovencito; pero sobretodo un pino de una gran envergadura. Las sombras que proyectan, como digo, han condicionado el proyecto.
A la hora de hacer las plantaciones en un terreno con una pendiente así se hace dificultoso no solo el poder acceder a las plantas para su poda y cuidado,  si no sobretodo el riego ya que el agua tiende a correr hacia abajo sin llegar a hidratar las raíces de las plantas.
No se me ocurrió mejor idea que tratar de "matar" esa inclinación del terreno formando una especie de "meseta" más horizontal dónde fuera más fácil plantar. Así que no quedaba otra, pico y pala!! Coger tierra de un lado y ponerla en otro.
El límite de este arriate estará transitado por un camino que servirá para unir la zona de la casa y lavadero con la parte baja del jardín.
El camino está retirado de la valla de separación de la parcela contigua en varios metros y por tanto hubiera sido preciso añadir demasiado volumen de tierra para "rellenar" horizontalmente el ancho de todo este arriate.
De momento y mientras van creciendo los rosales y arbustos que he plantado he puesto algún pedrusco para que contenga un poco la tierra añadida y poco a poco, según vea de qué manera se desarrollan iré añadiendo desde el borde del arriate que hay ahora hasta el borde del camino, más piedras formando una especie de rocalla a base de matas bajas tipo lavandas, romeros, salvias con plantaciones de bulbos entre ellas para adelantar el tiempo de interés al final del invierno.

Inicialmente, ante la idea de un ancho continuado del seto, no me gustaba la ubicación de la encina en medio, rodeada de plantaciones pero luego le di la vuelta al tema pensando que podría convertir lo que era un problema en un pretexto para estrechar en ese punto el seto formando alrededor de su tronco un pequeño murete bordeándolo

Estoy satisfecha con la opción que he decido. Creo que es sencilla y coordina con el resto del jardín. Pero además no ha tenido más dificultad de realización que buscar las piedras adecuadas y sobretodo ubicarlas para que asienten perfectamente sin usar cementos u otras mezclas de unión.

La preparación del terreno para este seto, como decía antes, la comencé hace ya un par de meses al menos. Desde entonces he hecho algún cambio
Quería plantar una Fothergilla Major y para ello precisaba una zona sombreada al mediodía. Así que después de pensármelo bien he reubicado el Pittosporum Tobira que me traje de la zona oeste y que llevaba años plantado dónde ahora está el jardín trasero y lo he trasplantado al final del seto.

Nuestro trabajo nos costó traernos hasta aquí un ejemplar tan añoso pero logramos sacarlo con un cepellón enorme que ha garantizado su arraigo. Espero no haberme equivocado al cambiarlo de nuevo de lugar, aunque creo que no, lleva ya un tiempo en lo que creo será su definitivo lugar y no parece haber reaccionado mal. Sí es verdad que he cuidado escrupulosamente su hidratación  e imagino que esto ha ayudado.
También había plantado sin mucho convencimiento en este seto un Elaeagnus "Ebbingei" pero la verdad es que en ningún momento estuve segura del acierto incluso sin tener entonces idea de qué iría alrededor y ahora, que me he decidido por algunos rosales, definitivamente no, no me gustaba la combinación del de este arbusto con su hojas tomentosas y las de los rosales. 
Os pongo un pequeño planito para que os podáis hacer algo más idea de como ha quedado al final.

Me gusta como he planteado los volúmenes del terreno pero no estoy nada satisfecha de la elección de las plantaciones y sospecho que el año que viene voy a tener que cambiar alguna de ellasNo sé, puede que incluso incorpore algún arbusto perennifolio sustituyendo algún rosal. De momento el terreno está terminado y las plantaciones hechas, a la espera de nutrir bien ese suelo y de poner el acolchado del invierno para protegerlo (Este será el tema de la próxima entrada).
Conociéndome como me conozco no descarto la idea de que antes de que lleguen las heladas haga algún cambio. Detesto esta sensación de dejar sin terminar, sin arreglar, algo que no te convence como ha quedado. 
No me convence la elección actual porque quizás hay demasiado rosal. Uno de ellos, Perennial Blue, casi no lo había terminado de plantar cuando ya he visto que no me convencía ese lugar. 
También me he visto condicionada por el hecho de que dos de los rosales que he elegido para esta zona no son rosales de demasiada insolación. Agradecen estar protegidos a mediodía y las únicas zonas protegidas del sol a estas horas son las que he elegido. Son Buff Beauty y Ghislaine de Féligonde. Ambos pueden conducirse como trepadores pero me apetecía mucho cultivar estos dos rosales sin estar adosados a ninguna pared o valla. Tengo la idea de permitir que crezcan bastante libremente y como hay espacio de sobras hasta llegar al camino, quiero pensar que sus ramas puedan crecen arqueadas cayendo sobre el margen del camino. Veremos si tengo la destreza suficiente para, mediante la poda, lograr lo que deseo de ellos.
Las coloraciones brillantes otoñales vienen de la mano de la Fothergilla Major y de un Viburnum Plicatum "Shasta". Son dos arbustos hermosísimos. Quizás mi error ha sido ponerlos juntos, demasiada intensidad una al lado del otro. O quizás no... no sé, ya veremos!!

Sí me gusta el lugar que he elegido para el Corylus Maxima Purpurea. Me encantan sus oscuros tonos y la forma y textura de sus hojas. Aún es chiquito pero ya crecerá!! Cuando lo compré lo hice junto con otro de un tamaño similar y probablemente este segundo lo plantaré justo enfrente, al sur.
Y es que estoy pensando crear una especie de "jardín secreto" en la zona que hay tras este Corylus. Con esa idea he plantado en medio un rosal que he cultivado durnate años, Jude the Obscure (en el lugar del diminuto frutal que se ve en la foto anterior). Siempre digo que este rosal, para mí, raya casi la perfección. Robusto, sano, vigoroso... con unas rosas que no pueden ser más hermosas: llenas, grandes, de colores elegantes y románticos. Y si esto pareciera poco, tiene un aroma de los de embriagar!!
Sabemos que la perfección no existe ajajja Le ponemos una pega? Tiene, al menos en mi clima y en mi jardín, una cierta tendencia al "balling" (apelotonamiento o encapsulado de capullos) y una segunda que no lo es tanto o al menos no tan grave, sus tonos se tornan muy pálidos demasiado fácilmente con el sol fuerte de mi clima. 
Por eso he elegido esta ubicación, porque estará a cubierto bajo las ramas del pino durante el mediodía de la incidencia del calor más fuerte. 
Por esta razón y porque el diseño va encaminado a formar un seto a la derecha del camino y que según se vaya andando por él se vea en su final un par de Corylus formando la entrada de ese "jardín secreto que decía antes, y tras de ellos, al fondo, en el medio de los dos corylus que se vea este hermoso rosal. 
Estoy segura que creará un contraste precioso el oscuro de los Corylus con los tonos melocotón del Jude the Obscure.

Si pusiera el otro como pareja, a la derecha según se va desde el lavadero hacia el fondo del jardín, formaría como digo la entrada a este jardín proyectado en mi imaginación y sería un buen fondo la copa de los dos pinos de grandes dimensiones y que aparecerían muchos metros atrás,  por encima del nivel de los corylus.
Me decidí por estos arbustos un día en que estaba sentada bajo el pino pensando que esa zona sería estupenda para formar ese jardín un poco oculto, un poco retirado que decía más arriba... poner ahí un lugar de lectura que permitiera algo de aislamiento y de tranquilidad. Al atardecer tienen una vista preciosa cuando se divisan las luces del pueblo al sur...
En fin, en estas cavilaciones estaba yo cuando vi como los rayos del sol de la tarde, desde el oeste, atravesaban sus hojas produciendo una especie de "encendido" que me cautivó. Al ver como el arbusto, con los rayos del sol a contraluz se iluminaba y se transformaban sus colores...ya no tuve duda de qué tenía que plantar ahí para formar la entrada del jardín secreto ajjaja 
Así es la jardinería, en ocasiones mucha planificación, en otras... un detalle, una luz, un color intenso parece y entonces logras la solución, la idea que estabas buscando..
Por eso siempre digo que los jardines hay que vivirlos, hay que pasearlos, hay que estar en ellos muchos días y muchos meses para lograr tener una idea de cual es el conjunto, de como es tu jardín y en qué quieres convertirlo... El tiempo dirá!!!





Mi pedido de rosales a raíz desnuda de este otoño 2014 ya está en casa!!!

Es todo un ritual. Para mí lo es.  Se termina el verano, el ajetreo, el trajín sin parar, el día entero sin entrar en casa herramientas de jardín abajo y arriba... quitando flores, tutorando, eliminando malas hierbas... son los días agotadores de trabajo en el jardín de la plena temporada.
Todo el día con el traje de faena sin soltar las tijeras de podar en una mano y una bolsa para recoger los restos en la otra.
Pero luego llega el otoño y comienzan las tardes frescas y el olor del jardín cambia, el aire cambia, los colores cambian...poco a poco el trabajo es menos, lo que te permite recogerte  un poco más en casa, te posibilita tener algo de tiempo libre, algo de tiempo para pensar y dejar de hacer. El otoño es el tiempo de la reflexión y de los proyectos!! 
Es el tiempo de las lecturas, de reflexionar sobre lo hecho, de volver a mirar con algo más se sosiego, de ver dónde te has equivocado con la benevolencia que se tiene cuando sabes que aún puedes rectificar...es el tiempo de leer los libros que compraste en verano pero que no has tenido ni un día para echarles un ligero vistazo... son los días de poderte tomar un café tranquila, sentada a la  mesa leyendo el correo electrónico o curioseando qué novedades traen los catálogos que acaba de meter el cartero en tu buzón.
Los catálogos!! Para mí representan el cambio de ritmo, de estación, de actitud, representan el límite entre el frenesí del trabajo agotador del verano y la calma de los meses otoñales. Es el momento de imprimir algo más de lentitud a los días..las coloraciones de las hojas de los arbustos comienzan a cambiar casi imperceptiblemente virando a los naranjas, amarillos y rojos...Los catálogos en mi buzón son el punto de inflexión. Marcan una línea entre lo que se ha hecho y lo que puede hacerse. Son para mí como una nueva oportunidad  con sus preciosas imágenes de rosales. 

Y sueñas...cómo no soñar con las rosas que te proponen? Casi las imaginas, casi las tocas...casi las hueles!! Y las sueñas en tu jardín. Las anhelas con tanta pasión!!
Es el tiempo de hacer los pedidos de los rosales a raíz desnuda. Yo hice el mío a primeros de este mes de noviembre. Como siempre... Te paseas por tu jardín, te paras, miras... contemplas posibilidades, espacios, texturas. Te preguntas qué tal aquí aquel o aquel otro rosal. Te cuestionas si combinará con este o con aquel arbusto. Consultas en tu base de datos la coincidencia en el tiempo en floraciones. Compruebas el espacio que ocuparía si fuera adulto... Siempre es igual,, una mezcla entre angustia por equivocarte pero un anhelo irrefrenable de probar suerte a ver si no te equivocas!! Empiezan los primeros listados. Yo los hago manuscritos en un folio en el que transcribo nombres de variedades que tacho y elimino según voy teniendo en cuenta una u otra variable (espacio, texturas, floraciones, coincidencias con las floraciones de los arbustos próximos, colores, aromas, escaramujos, atracción para los pájaros e insectos...) añado, quito, vuelvo a agregar...Voy y vengo al jardín para no dejar demasiado a la imaginación y ver el espacio real en directo..Borro. De nuevo sentada a la mesa me viene de una página web otra información que me ilusiona sobre esta o aquella variedad..,y vuelvo al jardín a comprobar el espacio, a imaginarlo!!! No es suficiente o lo es en exceso.... Borro de nuevo. Añado...ajajjajaj Qué trajín tan emocionante!!! y te dices..qué tal aquí este rosal cuya imagen acabas de ver en el catálogo o acabas de leer sus bondades en un libro o de escuchar a una amiga que lo cultiva?
Pasan los días lentos mientras las tardes se acortan y tú disfrutas tu proceso de elaboración del pedido. No tienes prisa. Al menos yo no la tengo. Sé que es un proceso que durará semanas en las que me deleitaré con el proceso y lo disfrutaré intensamente.
Por fin lo tienes casi perfilado con todo, altura, anchura máxima, refloreciente, no refloreciente...peculiaridades, virtudes, defectos... imágenes de los nuevos huéspedes para tu jardín. Lo tienes todos o eso crees pero de pronto lees una pagina web o la de un libro y ves un detalle que desconocías y que te hace cuestionarte todo..."Propenso al oidio" lees en el blog de un amigo jardinero. Uffffffff, ni hablar!! Lo borras del pedido y ya que te creías que tenías el listado de los candidatos completo sabes que debes comenzar de nuevo la búsqueda de un nuevo candidato que lo complete.
La terminé a principios de este mes. Repleta de mis sueños para la próxima primavera...
Algunos son ya conocidos en mi jardín, como  Guirlande d´amour... tan incansable en su floración!! Pero otros son simples presagios de hermosura.
El  miércoles 19 un aviso en mi correo me informaba de que el pedido se había enviado ya desde Holanda. Como si fuera una película de policías comienza la persecución. Visitas la página de seguimiento de tu paquete varias veces al día. Ha salido de Holada. Está en transito. Llegó a España... suspiras aliviada porque ya te los imaginas más cerca jajajaj  Ay!!! Cómo somos jardineros apasionados por las rosas!! Llamé como una pesada absoluta dos veces a la cartera de mi localidad (Que todo sea dicho de paso es una encantadora señora o señorita, para preguntarle si ya estaba la caja que contenía mis rosales en la Oficina). La mañana del 25  por fin llegó y puntualmente fui informada de que había sido entregada a un vecino tal como acordamos por teléfono.
Me pasé la mañana en el trabajo pensando en qué estado me los encontraría una vez abriera la caja cuando a mediodía llegara a casa. Probablemente nadie que no esté enamorado de las rosas como yo pueda entenderme pero estoy segura que los muchos que  se emociona cultivando rosales saben de qué estoy hablando...a que sí?
Por fin la caja en mi poder.

Ainssss!!! Rota un poquito en uno de sus laterales. Cachissssss!!! Mi naturaleza previsora me ayuda a frenarme ante mi impaciencia por abrir la caja. Sé que tengo que hacer una fotografía por si los rosales en su interior vienen mal para enviársela al vivero que me hace la venta y poder reclamar.

La abro y ahí están!! Parecen sanos. Ahora hay que contarlos. Puntear el pedido con las variedades que realmente vienen y comprobar la coincidencia. Están todos.
Tienen bonito hasta los nombres..."Ghislaine de Feligonde"....No me digáis que no es para morirse el nombre? O no? jajaja
Ni uno más ni uno menos, el pedido está completo!! Mirar uno por uno, comprobar el estado, la robustez de las raíces.

Están bien, parecen bien. Y te tranquilizas, te alivias... recortas sus raíces para fomentar el surgimiento de otras nuevas y los metes en un cubo con agua a la espera del fin de semana en que tendrás tiempo para plantarlos.
Los hoyos llevan hechos hace días. También están preparados los sustratos, abonos, enraizantes,.. todo está preparado antes de su llegada, con y con pausa para que todo resulte bien!!
Hoy por fin es sábado y la mayoría están ya en el lugar que les tenía asignado. Me tranquiliza!! Ya están en su sito plantados con todo el mimo del que he sido capaz. Sé que los rosales son de una robustez increíble y que aguantan mucho más de lo que a primera vista alguién pueda creer pero yo siempre actúo con ellos como si fueran fragiles...Ya sé que no lo son pero yo los trato como si lo fuera..
No me acostumbro...y mira que llevo rosales plantados!! Cada vez que meto uno en un hoyo siento la misma ilusión y la misma responsabilidad sobre su futuro...Miras ese pequeño rosal injertado sobre unas raíces que acabas de recortar y si no entendieras algo de rosales te parecería imposible que en tres o cuatro años pudiera convertirse en un ejemplar de una belleza que emociona!!


Pero lo es...vaya que si es capaz!! Por eso te afanas en hacerlo bien, todo lo bien que sabes, con todo el cuidado que puedes!! Porque eres consciente de que el modo, la forma, el momento de plantarlos será determinante para su futuro...
Un hoyo de buenas dimensiones dónde sus raíces crezcan sin agobios, un lugar dónde el sol los bañe, un sustrato que les dé nutrientes pero que también les de el aire que precisan, recorte de ramas y raíces demasiado largas, espolvorear estimulador de raíces, humus de lombriz, un par de puñados de harina de sangre...y más sustrato enriquecido hasta llenar el hoyo, del mejor que has podido adquirir...y terminas con una capita de estiércol bien fermentado cubierta con un acolchado de hojas que protegerá sus raíces de las heladas del invierno. No escatimas mimos para tus rosales porque ellos no escatimarán belleza para ti cuando llegue mayo y te premien con la hermosura de sus rosas que te dejan sin aliento cuando las contemplas...No te tienta la tacañería en sus cuidados porque siempre es mucho más lo que te regalan que lo que tú les das...
Jude the obscure


Jude the obscure

Tutorial: Pomazón, cojinete, guantelino, cojín o almohadilla de dorador. Cómo hacerlo paso a paso

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