Cómo se plantan las clemátides (Clematis) para evitar el típico "marchitamiento"

En este caso he plantado una Clematis macropetala pero el sistema es el mismo para las demás variedades.

Las clemátides son trepadoras generalmente caducifolias (aunque también hay alguna variedad perennifolia). Lo que se enrolla no son los tallos, si no los peciolos foliares por lo que se hace imprescindible proporcionarles el soporte adecuado (celosía, alambrado, etc…). La mayor parte de variedades son totalmente resistentes a las heladas.
Existen variedades de floración en casi todos los meses del año. Las clemátides se dividen en TRES GRUPOS de acuerdo a  cuándo se produce esta floración y de sus hábitos de crecimiento,  se les debe aplicar un tipo u otro de podaTanto el segundo como el tercer grupo, tardan años en hacerse trepadoras frondosas y más bien son plantas de acompañamiento ya que solas resultan endebles y no cubren las paredes. No así el primero que forma en relativamente poco tiempo, grandes masas de vegetación y que hay que pensar bien el lugar dónde las ubicamos ya que precisan de mucho espacio.

Requerimientos de las clemátides

Requieren de un suelo húmedo, fresco y rico, más bien ácido.. Son plantas que precisan sol, pero no se dan bien en lugares donde reciben demasiadas horas de sol y este sol es achicharrante como el del centro de la Península. Podríamos decir que son plantas de semisombra o a pleno sol si se cultivan en el Norte de la Península.
El sol que quieren, lo quieren en "la cabeza" pero no en los pies. De ahí que sea sumamente importante plantarles por delante, en la parte baja una planta que les dé frescor y sombra en el cepellón o sencillamente ponerles una buena piedra encima para que la tierra no se recaliente y se mantenga fresquita. El lugar ideal para las clemátides es en fachadas orientadas al este o al oeste.
No sé si es un problema general pero cuando cultivaba mis clemátides en mi jardín anteiror, observé que tendían a faltarles hierro, Quizás este problema se me presentaba por del tipo de suelo que tenía en el jardín (bastante arcilloso). No lo sé. Periódicamente les echaba quelatos de hierro y con ello solucionaba el problema. En este nuevo jardín el suelo tiende a cierto grado de acidez con lo que es posible que no se me presente este problema
Sí he observado, no solo en mi jardín, sino también en los de otros foreros...que suelen ponerse feuchas tras la floración e incluso enfermar en verano. Las hojas se quedan secas, como “crujientes”. La temporada anterior, comenté con una amiga jardinera,  Rosa Hereu Altafulla que ella había probado a cortarlas muy bajas en verano tras la floracion, de modo que fomentó el rebrote y le volvieron a florecer en otoño. En mi caso observé lo mismo, que volvieron a rebrotar sanas cuando eliminé casi todas las ramas enfermizas. Lo de que vuelvan a florecer o no, no podría asegurar que sea provocado por esta poda de “urgencia” sino por las características de la propia planta. Quiero decir que no estoy segura que una clemátide que no florezca de modo natural en otoño lo haga porque la podemos en verano.

El marchitamiento de las Clemátides y cómo evitarlo.

Hay que tratar por todos los medios evitar algo que es bastante frecuente en las clemátides, una enfermedad que es algo así como una "muerte súbita", de repente la planta muere entera o algunas de sus ramas. Se trata de lo que se conoce como "el marchitamiento de las clemátides". El hongo que produce esta enfermedad absolutamente grave se llama Wilt. Actúa a nivel del suelo produciendo una necrosis en algunas o todas las ramas y provocando el marchitamiento de las mimas.
Este marchitamiento se produce por un ataque de este hongo a ras del suelo y en los 5/8 cm primeros bajo tierra, no más profundo.
Por tanto, un modo de evitar bastante este asunto, o más que evitar, "solucionar" es cuando plantamos la clemátide, hacerlo a bastante profundidad de manera que el nivel de la tierra de la maceta que hemos comprado quede como mínimo a 10 cm (mejor a 15 cm.) bajo el nivel del suelo de nuestro jardín. Al estar el punto desde dónde puede rebrotar la planta más hondo que el nivel al que puede llegar los efectos del hongo que la marchita la planta, aún cuando contraiga esta enfermedad, tendrá la posibilidad de rebrotar desde el nivel por debajo de dónde actúa la necrosis.
Así, cuando vemos afectado un tallo por el marchitamiento, ahondaremos en la tierra hasta dar con la parte con "necrosis" y cortaremos la rama por debajo de ese nivel. La tierra que hemos quitado para localizar ese punto la eliminaremos y la sustituiremos por tierra nueva y sana.
Si es toda la planta la que está afectada, quitaremos toda la tierra que rodea la zona por dónde salen los tallos del suelo hasta llegar a la base de las raíces, cortaremos todos los tallos por debajo de ese nivel necrosado y volveremos a cubrir con tierra nueva y sana. Al haber plantado a bastante profundidad habremos puesto a salvo las yemas basales de la planta, con lo que habremos dado a la planta la posibilidad de brotar por ahí.
Si queréis consultar información sobre estas preciosas plantas os pongo unos cuántos manuales que os servirán de ayuda por si alguién está interesado.
BIBLIOGRAFÍA:
  • "700 plantas trepadoras” Editorial De Vecchi
  • Arbustos y trepadoras. Manuel de identificación.Royal Horticultural Society. Editorial Blume.
  • “Árboles y arbustos de jardín. Manual de cultivo y conservación” Dr. D.G. Hessayon. Editorial Blume.
  • “Mi Hobby, el jardín” Martín Stangl. Editorial Blume
Bueno, una vez dicho esto vamos con la plantación de la clemátide.
He elegido para ella una ubicación en que recibirá el sol de la mañana y algo de la tarde pero no el del mediodía. A sus pies una una abelia y otras plantas que sombrearán la tierra que rodea su cepellón por lo que ésta zona no se recalentará.
Vamos a necesitar pala, podadora de mano, guantes, tierra ácida o un sustrato normal y de momento un par de tutores y unas bridas de plástico si no tenemos una celosía u otro tipo de soporte instalado sobre la pared que irá la clemátide.
Extraemos la planta de la maceta dónde se encuentra y medimos la profundidad del cepellón. En mi caso ya veis que tenia unos 15 cm. Aprovechamos este momento para eliminar cualquier tallo dañado o roto, hojas secas, etc.
Practicamos un buen hoyo que sea bastante superior en cuánto al diámetro al que tenga la maceta. 
Antes de comenzar a poner sustrato introducimos la planta en el hueco para comprobar que cabe ampliamente y ver a qué altura queda. 
Podéis observar en la fotografía siguiente que yo he hecho un hoyo de unos 40 cm de profundidad aproximadamente y de unos 50 de diámetro. Esto es un buen espacio suficientemente amplio para que las raíces de la clemátide tengan sitio dónde desarrollarse en un medio adecuado para ellas. 
Por lo que hace a la profundidad debemos pensar que tenemos que tener altura para poner algo de sustrato en el fondo del hoyo, sitio para el propio cepellón y al menos 15 cm por encima del nivel de éste hasta llegar al nivel del suelo de nuestro jardín.
Hay que tener en cuenta que siempre que plantemos una planta cerca de un muro o pared no es conveniente hacerlo demasiado próximo a ella porque en esta zona el suelo casi siempre es  es bastante seco y con pocos nutrientes.

Una vez tenemos seguridad de que tenemos las dimensiones adecuadas comenzamos a poner una base de sustrato antes de poner la planta en su lugar (yo he usado tierra ácida) bastante grueso para que las raíces en cuanto comiencen a extenderse lo hagan en una tierra adecuada y no directamente en el suelo del jardín.
Vamos añadiendo tierra alrededor del cepellón que iremos compactando un poco. 
Cuando tengamos medio lleno el hueco regamos un poco para que el sustrato quede húmedo en profundidad y esperamos a que el agua sea absorbida por la tierra.
Seguimos rellenando con tierra hasta llegar al nivel del suelo del jardín y compactamos bien la tierra alrededor de las planta.
A continuación regamos en profundidad y pondremos una especial atención en cuidar que la hidratación sea correcta hasta que la planta arraigue.

Y por último, una vez bien asentada la tierra clavamos un tutor y atamos con bridas la planta a él si no contamos con una celosía u otro tipo de soporte en la pared para que la planta vaya agarrándose.

Poda drástica del Philadelphus (Celindo)

Los Philadelphus (Celindo o Falso jazmín) son un todo terreno. Este mía lleva sin cuidado alguno ni se sabe desde cuándo!! Sin riego desde el año pasado, sin abono ninguno jamás...y ahí está dando una floración a mediados de mayo que no ha sido nada de despreciar!! 
En realidad es un arbusto que tiene demasiados años, está reviejo, mal formado demasiado lignificado y apenas saca ramas nuevas. Iba a deshacerme de él y aprovechar solamente los retoños que han salido a sus pies. Pensaba intentar extraerlos con algo de raíces y trasplantarlos a un lugar adecuado del jardín para que formara allí un hermoso arbusto.
Pero luego, una vez he visto su floración, me ha dado lástima y he pensado que de perdidos al río. 
A pesar de que este tipo de poda tan drástica no es conveniente hacerla con el calor del verano, sino en invierno, yo me he arriesgado a ver qué pasa. Veremos qué pasa con él.

Como digo, le han salido unos retoños a los pies que procuraré desprender con parte de raíces y los plantaré en otra parte del jardín y espero que con el tiempo forme un ejemplar al menos tan resistente como su progenitor.

No lo tengo identificado. Hay quién me ha dicho que pudiera ser Philadelphus pubescente pero no tengo ni idea de si lo es. No puede decirse que huela demasiado, al menos yo no percibo gran aroma; quiero pensar que cuando tenga riego y esté bien nutrido puede que mejore esta cuestión. En todo caso ha demostrado ser un campeón en cuanto a resistencia y estoy segura que si logro sacar adelante los retoños de la base tendré un segundo ejemplar bien hermoso.
Si consigue rebrotar, es posible que en invierno, con la actividad vegetativa parada, trate de trasladarlo a una parte más adecuada del jardín. La ubicación que tiene ahora no me convence.
Pero eso será más adelante como digo. De momento me interesaba renovarlo, rejuvenecerlo con una poda en profundidad porque está realmente envejecido. Todas sus ramas están lignificadas en exceso. 
La temporada pasada, antes de venirnos a vivir aquí, en un grupo de jardinería de Fafcebook lei a Yolanda que decía  era conveniente dejar en la base de los celindos pocas ramas, ir trenzándolas entre sí para que formaran una especie de tronco fuerte y firme que aguantara el peso del arbusto y dejar que brotaran las ramas largas arriba, no desde la base. Por eso me alegré al ver el mío, formado así sin que nadie haya intervenido en ello. Aunque pensaba eliminar el arbusto "padre" se me ocurrió que sería probable que los retoños tengan el mismo tipo de crecimiento y tengan una tendencia a brotar en la parte superior y no a sacar muchas ramas desde el nivel del suelo.
No sé si depende de la variedad el hecho de que tengan más o menos brotes basales. Tengo otros celindos que con los mismos cuidados tienen un montón de ramas desde abajo y forman matas redondeadas más que arbustos tipo arbolito. 
En todo caso me gusta el crecimiento que tiene este mío: tres ramas gruesas y fuertes desde la base desnudas hasta el metro o metro y pico de altura y de ahí salen las ramas largas y curvas que portan las flores. Al salir solo desde la parte alta del arbusto, las ramas largas portadoras de flores tienen altura suficiente para caer de forma péndula hacia el suelo sin llegar a tocarlo formando una especie de fuente. Además no ocupan tanto espacio y permite incluso plantar a sus pies alguna otra planta.
Los celindos florecen en las madera del año anterior. De estas ramas largas que brotan la temporada anterior, salen a su vez ramitas cortas en las que se forman los capullos de las flores.
De modo que conviene podarlos tras la floración eliminando todas las ramas que se ven viejas (mucho menos productivas) y dejando las jóvenes (que producen muchas más ramitas laterales que son las que portan las flores). De esta manera se fomenta que salgan nuevas ramas y que el arbusto tenga tiempo para que broten y maduren antes de que lleguen los fríos del invierno. 



Debiera haber cogido la podadora justo tras la floración pero se me ha ido un poco el tiempo. En todo caso tengo alguna esperanza de que logre rebrotar durante el verano y otoño de sacar ramas nuevas.
En las siguientes temporadas no apuraré tanto pero ahora me interesa renovarlo, fomentar que surjan nuevas ramas de las que brotará la floración la primavera que viene y eliminar esas ramas tan rígidas y que ya daban poca vegetación por la edad y la falta de cuidados.
He ido cortando bastante bajas todas las ramas a una altura que ha variado entre el metro y el metro y medio, altura desde la que nacían.
He procurado cortar sobre una yema que brotara hacia el exterior del arbusto para que las ramas nuevas no crezcan hacia su interior. Para ello he usado una herramienta bien limpia y afilada que me ha permitido cortes limpios, sin rasgaduras.


Una vez eliminadas todas las ramas había que hacer una labor de prevención aplicando inmediatamente a los cortes una capa abundante de pasta cicatrizante para impedir la penetración del agua, insectos y hongos a través de las heridas que se producen con la poda.


Y listo!! A esperar que la suerte esté de mi lado (y de la del pobre celindo) y que comiencen a brotar las ramas que florezcan la primavera que viene..

Ha dado para algunos tarros de mermelada de albaricoque

Hoy ha sido un día plácido y tranquilo a pesar de que no todo ha salido bien. Creo que comenzar el día con buen pie ayuda a que el resto de las horas transcurran más gratamente. Día de meter en tierra algunas plantas que tenía en maceta, de hacer salsa de tomate casera con unos preciosos y ricos tomates que compré ayer en el mercado del pueblo y...sorpresa!! Ni por asomo tenía pensado hacer mermelada hoy pero esto tiene los jardines, que nos sorprende y nos hacen regalos inesperados. 
Me levanté cuando despuntó el día, como casi siempre, muy temprano. Taza de café y cigarrillo en mano me di mi paseo matutino por el jardín, en busca de novedades o de volver sobre las que no son novedades pero me hacen sentir bien: las últimas flores en el Celindo, los capullos de las rosas despuntando...Llegué a la plataforma desde la que un día espero poder contemplar un estanque y ahí estaban. De un naranja lechoso, sonrosados por algunas partes, más claritos por otras. No eran muchos, la verdad...pero la rama más cuajada del Prunus armeniaca (Albaricoquero) estaba preciosa!! Yo he sentido que el día me regalaba estas frutitas y me he sentido feliz.
El otro día los toqué y aún estaban duros. Se han dado prisa, esta mañana estaban en su punto!! El primero que toqué se quedó entre mis dedos y sin lavar ni nada... lo abrí y ...ummmm estaba fresquito!! dulce y maduro. Me fui comiendo tres o cuatro mientras terminaba mi paseo y me sentaron tan bien!! 
La cosecha no puede decirse que sea para tirar las campanas al vuelo. Tampoco puede decirse que sean de un calibre importante ni siquiera que sean unos frutos perfectos, de esos de exposición en una frutería de lujo. Pero son de mi jardín. De un arbolillo que no recibió cuidados ninguno y que está bastante perjudicado. Espero que no sea su última cosecha aunque no me extrañaría que así sea, desgraciadamente.


No ha superado el kilo y cuarto jajjaja pero ha dado para hacer unos tarros de rica mermelada. 


Por si alguien se anima a prepararla aquí os dejo la receta que he usado.
  



INGREDIENTES
* 1250 grm de albaricoques
* 800 gramos de azúcar
* Una cañita de canela en rama
* Un limón
* Una pizca de agua.
Elaboración:
* Lavar a conciencia la fruta y secarla.
* Quitarles el hueso y poneerlos en un cuenco amplio
* Añadir al cuenco la canela, el limón exprimido (también la cáscara) y unas gotas de agua. Remover bien y meter en el microondas unos 10 minutos (Removiendo durante este tiempo un par de veces para que se hagan por igual)
* Sacar la fruta del microondas e incorporar el azúcar. Remover bien el conjunto y esperar un rato (una o dos horas) para que el azúcar se diluya en el jugo de la fruta antes de poner la mezcla al fuego.
* Poner la mezcla en una cacerola y comenzar a cocinarla a fuego lento removiendo de vez en cuando para que no se nos agarre.
* Dejar cocer hasta que veamos que la mermelada está en su punto. Habrá evaporado algo de líquido y poco a poco irá espesando. Hoy he tardado unos 45 minutos pero este tiempo es solo indicativo. Dependerá del punto de maduración de la fruta. Del recipiente dónde hagamos la mermelada. Del tipo de fuego que usemos... en fin, que es cuestión de ir comprobando el estado de la mermelada y apartarla del fuego cuando veamos que tiene cuerpo suficiente.
* Tendremos esterilizados algunos tarros de cristal que cierren herméticamente y tan pronto como saquemos la mermelada del fuego la envasaremos en ellos. Llenamos hasta el borde los tarros, esperamos a que la mermelada se enfríe y cerramos bien. Introduciremos los botes en el frigorífico hasta su consumo.

Notas: Tres cosas.
Podría haber pelado la fruta pero yo prefiero no hacerlo. Me gusta la mermelada con textura. 
Notar los "tropezones" en la tostada es algo que me encanta. Así que tampoco he troceado la fruta antes de cocinarla. De modo que las partes en que se ha dividido cada albaricoque al extraerles el hueso ha sido suficiente. El resto lo ha hecho el tiempo de cocinar. Lentamente la fruta va deshaciéndose y al final quedan pequeños trocitos de fruta en un mar gelatinoso y dulce. Pero como todo es cuestión de gustos... pues eso, que al que no le guste, puede pelar los albaricoques antes de hacer la mermelada y también puede trocearlos si le gusta una mermelada más homogénea.
Y por último. Me gusta esterilizar los botes antes de llenarlos de mermelada. Simplemente hervirlos en agua que los cubra durante media hora. Teniendo la precaución de poner un trapo en el fondo de la olla para que no golpeeen entre ellos y no se rompan. Con unos treinta minutos es tiempo suficiente.
Lo lógico sería volver a esterilizar cuando los botes ya tienen la mermelada dentro. Así se conservan mucho más tiempo pero la verdad... en mi caso cada vez que hago mermeladas más de la mitad las regalo a familiares y amigos y el resto... no da tiempo que se estropee: están tan ricas que no da tiempo de que se estropee. En el frigorífico se conserva perfectamente un par de meses.

Despedida de mi pequeño jardín

De camino hacia allí iba pensando si nos daría tiempo de contemplarlo con luz porque ya la tarde caía. Llevaba algunos días sin verlo. La última vez las rosas aún no habían abierto del todo pero los cientos de capullos presagiaban mucha hermosura. Al salir a la terraza y verlo...tuve una mezcla de sensaciones. Alegría por verlo tan bonito; tristeza por saber que no iba a volver a verlo así. En fin, así se despide, dando lo mejor de sí mismo. Es increíble que sin cuidado alguno, como no sea el poco de agua que Helena le echa haya dado tantas y tantas rosas. Hay pulgón por todas partes pero teniendo en cuenta que esta temporada no ha recibido mimo alguno...
Es su cuarta temporada y se nota. Los rosales se han hecho casi adultos, las rosas que producen cada vez son más grandes y bonitas. Han crecido tanto que yo, que sé que he retirado de este jardín casi todas las vivaces y algún rosal, noto la ausencia de los que he retirado, pero visto por alguien que no conozca el jardín lo seguirá viendo lleno de plantas.
En realidad el los Pierre con su gran tamaño han adquirido tanto protagonismo que ellos solitos llenan los pocos metros que tiene el jardincillo. 

Bueno, pues hasta aquí. Hasta aquí la historia que comenzamos con tanta ilusión hace cuatro años. Espero que el nuevo proyecto que nos ocupa ahora nos lleve a un puerto parecido al que llegamos con este diminuto jardín.
Rosa Mme. de Sevigne


Rosa Louise odier

Rosa Mme. de Sevigne


Rosa Mme. de Sevigne


Rosa Munstean Wood

Rosa Louise Odier

Rosa Mme. Isaac Pereire
A miles los pérfidos pulgones en un capullo de Munstead Wood !! arggggggg!!!

Rosa Perennial blue

Rosa Pierre de Ronsard

Otro Pierre de Ronsard

Rosa A SHROPSHIRE LAD 

Rosa A SHROPSHIRE LAD 

Rosa A SHROPSHIRE LAD 
e
Rosa Eric Tabarly

Más Pierre de Ronsard..

Acnistus australis 
Hosta

Crataegus laevigata " Rosea Flore Pleno".

Desde hacía tiempo estaba encaprichada con poner en mi jardín un espino navarro pero aunque hasta hoy he creído que eso era lo que había traído a mi jardín, he descubierto que la etiqueta con la que venía estaba errónea, no es un Crataegus laevigata "Paul´s Scarlet" si no un Crataegus laevigata "Rosea Flore Pleno"
El ejemplar que he elegido no es del todo pequeño pero claro, en contenedor no se ha desarrollado como por lógica lo haga cuando lleve tiempo plantado en tierra. A ver si tengo suerte con él.
Por lo visto es un arbolito caducifolio bastante resiste y no demasiado exigente en cuanto a tipo de suelo, resiste bastante la sequía y nos obsequia con unos frutitos de color rojo que deben ser una delicia para los pájaros.
No estaba muy segura de dónde ubicarlo y al final (aunque es provisional) lo he puesto de momento en el jardín lateral. No quería tenerlo demasiadas semanas en el contenedor en el que venía así que he hecho un buen hoyo en el suelo y aunque quizás lo mueva de sitio, he cubierto bien las raíces con sustrato a la espera de que en unos días esté en su sitio definitivo.
Ya venía en flor cuando llegó a casa, de modo que no he podido disfrutar demasiado de su preciosa floración. Aún se ve poco poblado de hojas y de ramas, es de esperar que el tiempo haga de él un precioso ejemplar. 
También quisiera contar con otro pariente suyo, un espino albar pero de momento no ha llegado al jardín.





Tutorial: Pomazón, cojinete, guantelino, cojín o almohadilla de dorador. Cómo hacerlo paso a paso

Son muchos los nombres por los que se conoce (guantelino, cojinete, cojín de dorador...) aunque pomazón y almohadilla de dorador son los más...