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Plantación de Acer palmatum 'Katsura' en zona climática poco adecuada.

Soy consciente de lo poco acogedor que debe ser mi jardín para la mayoría de acer. A pesar de ello, es tanto lo que me gustan que me dejo tentar algunas veces. Cultivo en mi jardín varios de ellos, dos ejemplares de los "todo terreno" y dos de los más delicados y exigentes. Unos más adecuados que otros a mi climatología.
Entre los que no son tan exigentes con la humedad atmosférica tengo desde mayo del año pasado un Acer x freemanii 'Autumn Blaze' que ahora está empezando a brotar. Veremos como evoluciona.
El segundo acer que no presenta ningún problema de adaptación a mis condiciones es Acer de Montpellier o Acer monspessulanum (Acer menor). Se trata quizás del acer que mejor soporta la sequedad del ambiente. Esta variedad de acer es totalmente distinta a las otras que son más conocidas y más propias de climas suaves dónde no tienen los veranos tan tórridos como los míos. Aguanta la sequía bastante bien incluso bastante sombra. No es exigente en cuanto a suelo, soporta un frío intenso... Este acer sí es propio de las condiciones del centro de nuestro país. De hecho lo veo crecer de forma espontánea en muchas zonas de Madrid. Una lástima que sea de tan lento crecimiento.
Pero como decía, a veces nos dejamos tentar y traemos plantas que son de difícil adaptación a las condiciones de nuestros jardines. Durante el verano de 2016 introduje en el jardín secreto un Acer palmatum (Arce japonés) sobre el que no tenía demasiadas esperanzas de que prosperara siquiera. Hice una buena mezcla de sustratos que permitiera que el sustrato mantuviese la humedad que precisan las raíces de estos árboles y a la vez no tuviera problemas de drenaje alguno. Parece que tanto el lugar como el sustrato que le preparé para que desarrollara las raíces le está gustando. Si bien es verdad que durante el verano, algunas de sus hojas se secan un poco y no luce en todo su esplendor, lo cierto es que pasó el verano pasado mejor de lo que yo esperaba y lució espléndido durante el la primavera y aún mejor en el otoño durante el que adquiere preciosas tonalidades sus hojas.
1.- LA ELECCIÓN DEL LUGAR DE PLANTACIÓN (Plano de sombras)
En mi jardín no es fácil encontrar un lugar en el que este tipo de acer delicados puedan crecer felices. Solo he encontrado dos. Así que como en uno de ellos planté el acer palmatum que os comentaba, me quedaba únicamente un espacio a la derecha de la escalera que atraviesa la zona central del jardín. Junto a la barandilla de madera que la recorre. Es una zona con muy poco sol, protegida bajo las copas de una encina y varios grandes enebros. No me inquietan las raíces de los enebros porque tengo comprobado que crecen sin molestar las plantaciones próximas. Tampoco las de una encina añosa que hay próxima.
La competencia de las raíces de los dos grandes olmos que crecen también en el centro del jardín, aquí ya pilla algo más lejos a sus raíces. así que espero que no invadan el suelo dónde me he decidido a plantar una segunda variedad, Acer palmatum 'Katsura'. Creo que no, que a los olmos ya les pilla este punto demasiado lejos. Solo temo la proximidad de una mimosa que crece a la derecha, bajo una de las terrazas. Espero que no llegue a detectar la zona húmeda y nutrida del acer y se "acerque" hasta allí a "hacerle compañía". De ellas solo me temo lo peor ajjajaja Menudas son!!
Hubiera preferido encontrar a buen precio un ejemplar de este acer más crecido porque ya, con mi edad, no me apetece tener que esperar años y años para ver un ejemplar medianamente digno en tamaño pero bueno, el que había era este que como podéis comprobar es bastante chiquito.
Cabría decir que los acer emiten raíces fibrosas y bastante superficiales por lo que no les gusta demasiado la competencia de otras plantas justo al lado. Este requerimiento me ha hecho elegir justo este lugar.
en el que os hablaba de lo práctico que resulta tener hecho un "plano de sombras" del jardín. Yo intenté hacer uno en papel pero con cientos y cientos de plantaciones me resulto absolutamente engorroso y de resultados poco claro, de manera que esta información tan imprescindible a la hora de decidir los lugares en los que nos conviene plantar, la he sustituído por otro sistema: las fotografías. En un jardín grande como el mío, es muy difícil recordar de memoria a qué horas y en qué zonas da el sol y de qué manera en todos los rincones. Durante el solsticio de verano de hace dos años hice un buen surtido de fotografías de todos los rincones en varias horas del día. Guardé toda esta información en carpetas en el ordenador y ahora el asunto del sol/sombra me resulta muy fácil de comprobar. Tan simple como abrir la carpeta de la hora que estoy interesada de saber si incide o no en verano el sol en ella y listo.
Así que eso he hecho antes de empezar a cavar el hoyo. Una vez he visto que este punto solo recibe un poco de sol en las primeras horas de la mañana y que durante el mediodía y las primeras horas de la tarde está resguardado, ya me he quedado tranquila.
Se trata de un pequeño arbolito que no creo que en mi clima alcance mucho más allá de los dos metros o algo más. En todo caso me he asegurado de, por si las moscas, creciera muy bien, que tuviera espacio suficiente por arriba para llegar a la altura que pueda (No caerá esa breva!! jajajaja). Iba a plantarlo un poco más abajo pero pensé que la copa del enebro y de la encina "taponarían" su crecimiento por arriba, así que he optado por, justo este punto, dónde tiene más de tres metros y medio hasta llegar a las ramas que hay ahora sobre este espacio.
2.- ELABORACIÓN DE LA MEZCLA DE SUSTRATOS PARA LA PLANTACIÓN.
Tal como cuando planté el otro Acer palmatumhice esta vez también una mezcla que se adaptara lo mejor posible a sus necesidades de cultivo.
He procurado hacer una mezcla que proporciones un buen drenaje y no retenga el agua alrededor de las raíces del Acer palmatum. Estos árboles no resisten tener constantemente sus raíces anegadas de agua, se pudrirían. De modo que precisamos un sustrato que permita que el agua del riego y la lluvia drene perfectamente y no produzca retenciones.
También es necesario que los materiales de los que se compone el sustrato permita pequeños espacios entre sus partículas para que el suelo esté aireado
Igualmente es preciso un suelo que absorba y retenga la humedad y no se seque rápidamente de manera que las raíces estén siempre húmedas sin estar encharcadas. Y por último, no les gusta los suelos alcalinos. Muchas de las variedades de arces crecen mejor en suelos con pH ácido.
Así pues, a comienzos de este mes con el acer en caso me dispuse a elaborar una mezcla de sustratos intentando que fuera adecuada a sus necesidades. No tenía turba rubia que es lo que habría incorporado pero usé tierra ácida.
Un componente fundamental en la mezcla que he elaborado para plantar este Acer palmatum 'katsura' ha sido el compost de hojas de roble perfectamente maduro ya.
Eso sí, para su elaboración hay que armarse de paciencia porque el proceso para su maduración es absolutamente lento. En el huerto tengo una compostera de malla plástica para este fin (Podéis consultar el proceso de construccion en el enlace). Cuatro postes finos de madera clavados directamente en el suelo formando un cuadrado y bordeados con tela de malla plástica. 
Para hacer el compost de hojas, en enero del año pasado me fui a recoger unos sacos de hojas de roble secas de los alrededores de la zona dónde vivo y las metí en ella. Inicialmente pensé en compostar las hojas directamente allí pero comprobé que al ser un lugar excesivamente ventilados, se secaban con extrema facilidad por lo que finalmente las metí en bolsas de plástico negras, de las normales de jardín y las he mantenido constantemente húmedas comprobando de vez en cuando el estado y agregando un poco de agua (poca) cuando veía que se secaban en exceso.
En mayo del año pasado vi que el compost iba madurando bien y la mezcla presentaba un aspecto cada vez más negro. Aún así estaba claro que le quedaban muchos meses para terminar de compostarse. Podéis ver los trozos de algunas hojas todavía sin degradarse en mayo.
Una vez pasado un año, podéis ver en qué se han convertido aquellas hojas: una mezcla negra, ligera, mullida, suelta...un magnífico sustrato ácido que aligerará cualquier mezcla en la que participe. Así estaba este compost de hojas de roble en diciembre del año pasado cuando lo usé como componente en una mezcla que hice para plantar los rosales a raíz desnuda que me vinieron del pedido que hice el invierno pasado.
 
No aporta demasiados nutrientes pero retiene bastante el agua de los hoyos de plantación evitando en parte la deshidratación del rosal (Sin que esta retención de humedad llegue al encharcamiento porque no produce problemas de drenaje)
El compost de hojas no aporta muchos nutrientes como os digo pero da esponjosidad a la mezcla, convierte el sustrato en un medio poroso, bien aireado donde las raíces crecerán con menos dificultad.

Incorporé más materia orgánica en forma pellets de madera para facilitar la aireación y para que el sustrato no se me compactara al tener bastante turba.
Como os comentaba en el artículo anterior en el que os mostraba como preparé unas cestas colgantes con petunias para poner en la fachada norte de la casa es importantísimo saber que solo valen pellets clase A1 esto es fundamental! Los pellets de este tipo se fabrican con maderas vírgenes y residuos de madera sin tratar químicamente y tienen bajo contenido en ceniza, cloro y nitrógeno.
En esta ocasión no los he humedecido previamente a plantar el acer. Más abajo explico por qué.
Tenía que nutrir esta mezcla y nada mejor que incorporar a ella una buena cantidad de humus de lombriz.
Yo uso mucho este producto. Es un magnífico nutriente orgánico para el suelo. Lo enriquece, mantienen la humedad, es materia orgánica, es muy difícil quemar una plantar con él si nos pasamos en la cantidad. En definitiva, además del estiércol creo que el humus es de los mejores productos tanto para incorporar en las plantaciones como incluso para usarlo como acolchado de los rosales.
El conjunto forma una mezcla bien mullida, esponjosa, ligera... la vermiculita que agregué, la tierra de castaño (tierra ácida), el serrín de los pellets y el compost de hojas ayudarán en los dos sentidos en los que estoy interesada, de una parte aportarán algo de acidez y de la otra favorecerá la conservación de la humedad.
Como comprobareis es una mezcla vaporosa, ligera, con suficiente materia orgánica y que no tendrá problema alguno de compactación ni de retención de humedad excesiva. A la vez, el aporte de vermiculita ayudará a retener la humedad en la cantidad precisa sin encharcamientos.
3.- UN ASUNTO IMPORTANTE: EL RIEGO
Decidido el lugar de plantación, y teniendo en cuenta cuan importante es para este tipo de árboles la humedad del suelo, dejé previsto ya el riego. En la tubería de riego por goteo que ya estaba instalada y que recorre desde la parte superior de esta escalera las plantaciones que hay a sus pies, instalé un "aro" de tubería. Simplemente corté la tubería que bajaba y con las piezas correspondientes metí en medio el aro uniéndolo a la tubería por dos de sus puntos para que el agua pudiera entrar y descender al resto de plantaciones que hay más abajo. De esta manera, teniendo varios puntos de goteo me aseguro que el sustrato que rodea las raíces del acer se humedece bien cuando reciba riego y así no dependerá de que yo tenga que regarlo con la manguera.
Este asunto es importante. No sé si a vosotros os pasa, a mí en alguna ocasión me ha dado pereza preparar las tuberías de riego para dejarlas listas cuando he plantado algunos ejemplares pensando que no importaba, que en tanto no pudiera poner las tuberías las regaría a mano con la manguera. Pero la verdad es que a veces no te viene bien o incluso te olvidas, y la planta recién puesta en su lugar sufre innecesariamente por falta de hidratación. Prefiero hacerlo así aunque me lleve más tiempo. Debemos ser conscientes de que todas las plantas sufren un estrés inevitable cuando se las coloca en su lugar y hay que procurar que esta situación se facilite lo más posible no haciendo sufrir al árbol de falta de hidración. Así estaremos facilitando que arraigue más fácilmente. 
4.- LA PLANTACIÓN:
Elaborada la mezcla de plantación y teniendo ya preparado el riego, el proceso es el de siempre: Practicar un buen hoyo de dimensiones generosas. En este caso, teniendo en cuenta que los acer desarrollan bastante superficialmente sus raíces, es más importante el ancho que la profundidad del hoyo.
Como repetimos siempre, antes de introducir una planta en el lugar dónde crecerá conviene comprobar que el drenaje es perfecto. Un buen riego el hoyo para asegurarnos de que el agua se drena bien y podemos proseguir estando seguros de que las raíces no se pudrirán con agua retenida.
Y lo lógico, rellenar el espacio entre el cepellón y el hoyo con la mezcla elaborada compactando muy ligeramente según se va rellenando. 
Antes de depositar el cepellón de la planta sobre el hoyo conviene comprobar que la altura del cuello del Acer está al nivel correcto. De ser necesario como veis en esta fotografía, hay que agregar sustrato por debajo para que la planta levante hasta la altura correcta. 
Yo prefiero ir haciendo riegos según voy rellenando para que las posibles bolsas de aire desaparezcan.
Terminamos de rellenar. Como había incorporado pellets, dejé pasar un buen rato para que se hidrataran con el riego y aumentaran su volumen hasta comprobar que el nivel de suelo era el correcto.
Este Acer crecerá en un terreno inclinado por lo que al regar, si no tiene hecho un buen alcorque, se desperdiciaría el agua que caiga de la manguera que iría a parar hacia la zona más baja del jardín. Por eso, como hago siempre en todas las plantaciones, dejé formado el acorque que ya sabéis que facilita muchísimo el riego cuando se hace con manguera.
Por último, con una buena capa de acolchado compuesto de corteza troceada que como siempre os digo, paliará los problemas de deshidratación ahorrando en agua, impedirá en buena medida el crecimiento de malas hierbas que compitan con nuestra plantación y, al estar compuesta por materia orgánica, poco a poco irá degradándose e incorporándose al suelo aportándole la tan necesaria materia orgánica. Evidentemente esta capa de acolchado hay que ir reponiéndola periódicamente ya que lentamente va desapareciendo al compostarse.
Y ya tenemos nuestro Acer palmatum 'katsura' plantado!! A ver qué tal se comporta.
Qué belleza! Verdad? Cuando lo planté, el día uno aún no había comenzado a desplegar sus hojas. Sus yemas estaban empezando a abrirse de forma incipiente. Ya este fin de semana sus pequeñas hojitas, aún muy pequeñas, ya muestran las preciosas tonalidades aunque todavía no se han desarrollado totalmente.
Me encantan los tallos rojizos de este Acer. Sus hojas, verde amarillento con bordes rosáceos oscuros ahora al inicio de la primavera, se tornarán verdes en verano para luego, ya en otoño, adquirir un intenso color rojo. Ay el otoño! Cuánto me enamora...
 
Esta zona del jardín siempre está fresquita. Incluso en las horas centrales del verano. Bajo la copa de los enebros espero que mi acer crezca feliz. O al menos lo intente y sea considerado conmigo jajajaja y que piense en la de cosas que he tenido en cuenta y he preparado para recibirle como se merece en mi jardín! :)
En todo caso, si no lo hace, no le culparé. Cuando lo he plantado no desconocía los problemas que puede tener, así que solo yo seré la responsable del fracaso si se produce y que es mucho más inteligente adaptar el jardín a la climatología que esperar que las plantas de zonas climáticas que no son las nuestras se adapten a nuestras peculiares circunstancias. En definitiva sé que los caprichos jardineros son eso, caprichos. Pero como somos humanos...pues eso, que la belleza del "lujo asiático" nos tienta y es lícito intentarlo, verdad? :)

Cómo propagar por acodo aéreo un árbol: Melia azedarach (Árbol del paraíso o Cinamomo)

El jardín trasero de la casa es un espacio con los dos extremos en lo que hace a su orientación. El lado derecho es la fachada norte de la casa por lo que recibe muy poco sol y eso si acaso en verano. El lado opuesto, con orientación sur está soleado todo el día y sobre él cultivo bastantes rosales. Necesitaba que este jardín lateral estuviera algo más sombreado en verano para proteger los rosales de las horas centrales del día pero que dejara pasar los rayos de sol en invierno y al inicio de la primavera. 

Fue difícil decidirse porque los árboles elegidos debían reunir varias características. No tener raíces invasivas, ser caducifolios, no tener un gran desarrollo ya que este jardín no es ancho, tener una bonita vegetación...y ya por pedir, que tuviera una floración aromática!
Yo no conocía este árbol. Descubrí un precioso ejemplar de Melia azedarach a principios de 2016. Estaba allí, al final de uno de los caminos de un vivero muy conocido de aquí de Madrid, 'Los Peñotes'. Me pareció precioso!! Desnudo de hojas y cuajado de pequeños frutos amarillentos colgando de sus ramas como diminutas manzanitas... 
Me informé sobre él y al comprobar que reunía los requisitos que yo pedía, quise comprar allí uno pero no me resultó fácil dar con un lugar dónde lo vendieran. Finalmente, en mayo de aquel año encontré uno y lo planté en mi jardín. Pregunté por su nombre común: Resultó ser cinamomo y también Árbol del Paraíso.
Es un árbol de crecimiento bastante rápido. Que no es exigente en lo que hace al suelo, que resiste bien cierto grado de falta de humedad en sus raíces, que no suele desarrollarse en nuestro clima mucho más allá de los 10/12 metros. Aquí os muestro mi pequeño arbolito al poco de plantarse. Apenas si se ven las ramillas que formaban entonces su diminuta copa!!

Y aquí lo tenéis tan solo un año después. Como veis desarrolla una frondosa y bonita copa con unas preciosas hojas.

Aunque la primavera pasada ya floreció lógicamente al ser todavía un arbolito poco desarrollado no llegó a producir una cantidad ingente de flores. A pesar de ello, las que se abrieron me parecen preciosas. De un color violeta muy bonito y de un aroma delicado y agradable que me encantó. Espero que aunque la copa vaya ganando en altura y por tanto la floración estará situada muy por encima de la cabeza al pasar bajo él, aún así se note su fragancia ya que son miles de flores las que llega a producir.

Y aquí lo tenéis a fecha de hoy. Se ha desarrollado ya una buena copa que mediante las podas precisas trataré de subir un poco para que el paso bajo ella sea cómodo. 

El año pasado puse a enraizar una de las ramas que emitió y tuve la suerte de que prendiera sin dificultad pero como no sé si fue el factor suerte el que me hizo tener éxito (ya crece en el seto sur) y quiero tener algún ejemplar más de este bonito árbol en mi jardín, decidí acodarlo.
He colgado ya cuatro artículos sobre los acodos en este blog. Traté en uno de ellos la forma de efectuar el acodo simple y en otro el acodo aéreo. Los otros dos los dediqué a la manera de independizar los dos acodos.
La información que os ofrezco en ellos no solo vale para rosales, es de aplicación a cualquier otra planta leñosa. Estos artículos tienen una información detallada sobre los acodos y podéis consultarla si tenéis curiosidad. Pero al ser los cuatro artículos sobre acodos practicados sobre estos arbustos, he querido mostraros hoy como el acodo también puede aplicarse en muchas plantas leñosas y constituye una fácil y estupenda forma de reproducir algunos árboles de nuestro jardín.
Ya sabéis que soy poco de esquejes, no porque no sean un estupendo sistema de reproducción, sencillamente es porque suelo olvidarme de regarlos y aunque a veces empiezan a prosperar, también me ha pasado que al poco, por olvidos en su hidratación, me han fracasado.
El acodo me parece un sistema de reproducción para jardineros "olvidadizos del riego" como yo jajajaja
Se trata de un sistema de reproducción vegetativo (el sexual es por semillas) con el que se obtiene un clon (duplicado exacto) del ejemplar del que se extrae.
Técnicamente no tiene complicación alguna. Sencillamente se trata de eliminar la corteza exterior de una pequeña porción de un tallo
Lo que queremos fomentar cuando practicamos un acodo es que esta zona a la que le extraemos la corteza, emita raicillas antes de llegar a independizar la rama de la planta madre
De esta manera, aunque al igual que los esquejes, hay que cuidar su hidratación el riego es mucho menos frecuente y la factor de las condiciones atmosféricas como la humedad que tanto interviene en los esquejes, aquí no tiene repercusión. 
Mientras las raíces se desarrollan, el agua y el alimento que nutre nuestra rama sigue viniendo de la planta madre y en tanto no lo independicemos, seguirá dependiendo y protegido por él.
Podéis creerlo. La mayoría de las veces tendréis éxito al reproducir vuestros ejemplares usando este sistema si seguís estos pocos pasos y, por supuesto, no se descuida la hidratación.
Podemos practicar esta forma de reproducción en primavera en los tallos ya maduros de la estación anterior o también a finales de verano usando ramas fuertes crecidas durante el mismo año.
Una vez se ha establecido el sistema radicular podremos "independizarlo" de ésta simplemente cortando por abajo la rama sobre la que practicamos el acodo. A partir de ahí constituirá un ejemplar individual.

Bien, vamos al acodo!! Tijeras de mano de podar y navaja de injertos como siempre, perfectamente limpias!!
Para empezar elegimos una rama fuerte, vigorosa, pero sobre todo sana!! En este caso yo he elegido dos, de manera que si tengo éxito tendré otros dos ejemplares de mi cinamomo.

Ahora viene un trabajo algo delicado pero no os preocupéis que no es imposible :) se trata de practicar tres cortes en la porción de la rama elegida. Como indica siguiente fotografía que aunque corresponde a los cortes practicados en un rosal vale igual para el acodo de cualquier otro arbusto o árbol.
Primero haremos un corte alrededor de toda la rama. Deberá no ser tan superficial que luego no podamos quitar la madera exterior pero tampoco tan profunda que seccionemos la rama y la rompamos.
A continuación volvemos a realizar el mismo tipo de corte pero unos centímetros más abajo.
Ya solo resta unir los dos cortes anteriores mediante una incisión recta.
Os aconsejo que si no lo habéis hecho nunca toméis antes un par de ramas y hagáis unas pruebas. No es cosa de estropear la rama elegida. No es que sea nada difícil pero es mejor practicar un poquito antes. Ya veréis como enseguida os familiarizaréis con la navaja (también vale un cutter si no tenéis navaja de injertar). Es cuestión solo de un poquito de práctica. Cuando hayáis hecho unos cuantos cortes y descortezado el fragmento hacerlo ya en la rama elegida.
El siguiente paso será empezar a levantar la corteza con mucho cuidado, para ello nos valdremos de la uña de la navaja. Primero metiendo la cuña en el corte vertical. Comprobaréis como la capa exterior de la rama se levanta con toda facilidad. Despacito. Con cuidado...seguimos presionando levemente con la uña de la navaja hasta ir "pelando" del todo el punto del acodo.

Así hasta que la capa externa se separa totalmente de la rama.
Es el momento de humedecer el acodo muy ligeramente con agua. A continuación espolvorearemos esta zona con hormonas de enraizamiento en polvo y eliminaremos el sobrante.

Debemos insistir en un aspecto importante: Debemos limitarnos a retirar la capa externa únicamente y llevar buen cuidado de no eliminar la capa llamada Cambium. Esta capa es capaz de emitir raíces. Si llegamos a eliminarla nos quedaremos con una porción de tallo con el xilema a la vista y debemos saber que éste no emitirá raíces.
Si queréis ver qué ocurre cuando eliminamos el cambium visitad el artículo publicado en noviembre y en el que explicamos las razones por las que en alguna ocasión puede fracasar un acodo aéreo precisamente por eliminar el cambium.
Qué sustrato o material usamos para envolver la zona del acodo?
Lo idóneo es el musgo húmedo pero también nos va a funcionar utilizar un sustrato muy ligero dónde las raicillas no tenga problema de crecer y que retenga la humedad. No nos valdría un sustrato que se compacte, que se encharque o que no drene perfectamente. Cualquier sustrato de jardinería al que incorporemos algo de perlita o materia orgánica como humus, madera muy triturada o turba puede valernos.
Si tenemos musgo, pues estupendo...si no, el sustrato que tengamos pero que retenga lo más posible la humedad. Una mezcla de turba, fibra de coco y un puñado de vermiculita puede que constituya una buena mezcla que mantendrá la humedad durante bastante tiempo.

Bien, el siguiente factor en el que debemos pensar es cómo cubriremos nuestro acodo. Pensemos que deberemos protegerlo tanto de la luz como de la deshidratación lo más posible.
Aunque tradicionalmente los acodos suelen envolverse simplemente en plástico, a mí me resulta mucho más fácil que estén "metidos" en algún tipo de contenedor. Esta pequeña macetita de fibra de coco me parece idónea.

He practicado un pequeño orificio en su base para meter a través de él la rama acodada. La he situado a una altura en la rama que permita que la zona descortezada quede en el medio.

A continuación y para facilitar el relleno del contenedor, la he envuelto con plástico de cocina transparente y que he sujetado a la base del contenedor con una brida.

A partir de aquí simplemente es cuestión de ir metiendo el musgo húmedo en el contenedor haciendo cierta presión con los dedos para que toda la zona de la rama a la que le hemos retirado la corteza exterior esté en contacto con él.

Ya lo tenemos!! Ahora tenemos que cerrar el plástico por arriba. Con el mismo sistema, una brida.

Otra condición imprescindible es que se prive a la porción de tallo que acodamos de luz. Esto fomentará que broten raíces. Para ello de nuevo envolvemos el conjunto esta vez con un plástico negro que ajustamos tanto en su parte inferior como superior con bridas.

El siguiente aspecto importante: Facilitar el mantenimiento de la hidratación.
A partir de aquí es cuestión de esperar unos meses hidratando de vez en cuando el acodo para que el sustrato o el musgo que hemos utilizado no llegue a secarse nunca. Hay que pensar que al estar envuelto todo el conjunto en plástico, el nivel de evaporación es bajo y nos dará muchos problemas que cuando reproducimos por esquejes. Aún así, es preciso hidratarlo de vez en cuando y no podemos olvidarnos de él totalmente.
Desenvolver todo el conjunto cada vez que queremos hidratar sería tedioso, hay que buscar algún sistema que facilite las cosas. 
Para mantener un buen nivel de hidratación podemos utilizar simplemente una jeringuilla de las de tamaño grande que se venden en farmacias.

Como no sé si me ausentaré unos días en los meses próximos se me ha ocurrido dejar "clavado" en la parte superior del acodo una simple pieza de unión de tuberías de riego por goteo.
Si se da el caso de que no esté durante un tiempo en casa, dirigiré hasta ahí un gotero y tendré solucionado el asunto de la hidratación incluso en mi ausencia.

Esta será breve si es que se produce, de manera que como el riego no se efectuará por esa época todos los días, no pasará nada porque el acodo reciba algo más de húmeda de la cuenta. En realidad he observado antes de dejar esta pieza, que el agua "sobrante" escurre fácilmente por la parte inferior del envoltorio ya que las bridas no las he ajustado apretadas para no dañar la rama.

El secreto para tener éxito con los acodos no es más que asegurar la hidratación en todo momento y hacer las hendiduras que permitirán retirar la corteza exterior a la profundidad correcta. NO hay más!!
Quiero insistir en que al descortezar el pequeño fragmento de rama se haga con cuidado. Si al hacer los cortes apretamos en exceso con la navaja la capa que retiraremos será demasiado gruesa y "nos llevaremos" con ella la capa que tiene posibilidad de emitir raíces: el cambium. De manera que vayamos con cuidado en este proceso si queremos tener éxito con nuestro acodo.
Esta fotografía creo que muestra claramente las capas de las que se componen las plantas leñosas y con sus anotaciones entenderemos sin dificultad esto que os comento. Ofrezco este enlace para los que queráis ver algunas fotografías en las que no se ha tenido éxito con un acodo en el caso de un rosal: Independizar un acodo aéreo en un rosal. Por qué en ocasiones los acodos fracasan.
Como habéis podido ver, es un sistema sumamente fácil de aumentar nuestras existencia de algunas plantas. Ahora a esperar un tiempito. Cada planta tiene su ritmo de emitir raíces y no sé con exactitud cuando estará listo el acodo para independizarlo. Dentro de un par de meses abriré la parte superior de los dos plásticos y miraré qué tal va la emisión de raicillas.

Por cierto, sé que algunos os preguntaréis qué pinta esa pelota de tenis en la parte superior del tutor que mantienen vertical el tronco del árbol y que impide que el viento lo tumbe cuando sopla. El tutor como veis es bastante grueso y el borde superior vi que dañaba al rozar sobre el tronco. Se me ocurrió que la pelota podría protegerlo de estas heridas. Así de fácil!! jejeje
Buen lunes, queridos amigos jardineros!! ;)

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Cómo se podan las glicinias (Wisteria) en invierno. Tutorial.

La mayoría de plantaciones precisan solamente de una poda anual. En el caso de la Glicinia o Wisteria es necesario hacer dos podas anuales. Una en invierno y la segunda en verano.
Hablamos hoy de la primera poda que durante el año se aplica a las Glicinias. Se llama poda de floración.
De la segunda hablamos en julio del año pasado. Es la poda de limpieza y como allí explicamos, se realiza varias veces a lo largo del verano o incluso si crece demasiado, alguna en otoño.
Veamos en primer lugar qué habíamos hecho durante el verano pasado. Decíamos en aquel artículo que había que ser muy perseverante cortando a unos 30/40 cm todas las ramas laterales que durante la estación cálida crecen a un ritmo vertiginoso. Es la forma de contener su crecimiento y evitar que nuestra Glicinia se convierta en un verdadero monstruo.
Así pues, este era el estado en que nos dejamos nuestras Glicinia tras la última poda de limpieza del año
Cuando llega el final del otoño/inicio del invierno, la coloración del follaje comienza a tornarse amarillo, creando una zona dorada de gran hermosura allí dónde crece.
Una vez pierde la hoja, la planta, como todas las caducifolias se "echa a dormir" y no comenzará su actividad hasta el final del invierno. Momento en que notaremos este inicio de la temporada viendo como sus yemas florales (se abren las flores antes que broten las hojas) comienzan a engrosar.
Este sería el mejor momento para podar. Evidentemente este proceso ocurrirá en nuestros jardines dependiendo de dónde esté ubicado. En zonas más cálidas que la mía, a mediados de invierno ya se pueden ver engrosadas estas yemas. En mi caso,  se produce algo más tarde, en marzo aproximadamente. Y esto se retrasa más en años con inviernos como este último que hemos tenido durante el que ha habido unas temperaturas bastante bajas hasta bien avanzado el invierno e incluso todavía se produce alguna helada aunque no sean ni intensas ni prolongadas.
Aunque es hoy cuando cuelgo este artículo, ha sido hace un mes cuando practiqué esta poda de floración. El estar liada con tramitaciones y papeleo me ha impedido colgarlo en su momento pero he pensado que aunque esta poda ya debería estar hecha hace un mes, dado que este año está siendo tan especial y no termina de entrar la primavera, es posible que os pase a algunos de vosotros lo que a mí en mi jardín: que la floración de las glicinias este año se retrasará un poco de hecho la activación de las yemas florales se ha producido este año bastante más tarde que suele hacerlo. De ahí que si vuestra trepadora tiene todavía los capullos de flor sin abrir, podéis sin problema practicar esta primera poda de la temporada.
Os muestro el estado de las yemas de flor cuando yo la podé en marzo.

Si os fijáis en el estado de madurez vemos que recién comenzaron a despegar esa especie de "escamas" que cubren y protegen sus yemas. Si las comparamos con el estado actual claramente en este mes han engrosado muchísimo y empieza a estar próximo el momento de la floración.

No hay prisa en aplicar esta poda de invierno mientras no observemos con claridad que comienza la actividad vegetativa de nuevo.
Dado que hemos ido conteniendo nuestra glicinia durante el verano y otoño, no tendremos ahora una planta excesivamente crecida ni con ramas liadas ya que las eliminamos durante el anterior período vegetativo cortando las ramitas laterales a unos 30/40 cm.
Bien, entremos de lleno en el modo de hacer esta primera poda o poda de floración.
Qué tenemos que hacer ahora, en esta poda de floración? Muy simple. Sencillamente volver a acortar estas ramas laterales que cortamos durante el verano y otoño pasado.

Estos cortes fomentarán el desarrollo de las yemas que hay en el inicio de estas ramitas laterales (en la zona más alejadas a su unión con las principales). Recordemos que lo que nos interesa es tener muchas ramitas secundarias cortas y por tanto cortarlas hará que las propias de la rama secundaria se desarrolle y a la vez, las yemas latentes de las ramas principales también se animen a brotar formando con ello más ramitas laterales.
Miremos un poco más de cerca estos cortes. Comprobaremos antes de volver a cortar las ramitas laterales que a lo largo de ellas se han desarrollado yemas de hoja y yemas de flor.
Permitidme un inciso para los que no leyeron el artículo sobre la poda de limpieza que hicimos en verano: vamos a diferenciar los dos tipos de yemas. Yemas vegetativas (que producirán hojas): Vemos que en este momento del año están sin activar. Todavía permanece en su exterior la capa endurecida que las cubre y protege de las bajas temperaturas. Y es que ya sabemos que las hojas no brotarán en la glicinia en tanto no se produzca la floración. De ahí que no veamos la actividad vegetativa en ellas.

Comparemos las yemas anteriores con estas yemas de flor. Mucho más gruesas, mucho más grandes. Fijaos, las escamitas externas que las cubren están empezando a abrirse para permitir que las flores que guarda en su interior empiecen a desarrollarse. Son aterciopeladas, blanditas... 
Ahora sí distinguimos las yemas vegetativas de las yemas de flor. A que sí? Es fácil porque son absolutamente distintas las unas de las otras!!

Volvamos de nuevo a nuestras ramillas laterales tal como nos las encontraremos justo antes de la poda de invierno.

Y ahora, mis queridos lectores, sabiendo que sois todos muy, muy observadores me diréis "pero si practico los cortes por dónde indicas las rayitas fucsia, estaré perdiendo algunas flores". 

Pues sí, practicando estos cortes perdemos algunos gajos florales. Es cierto. Pero quisiera explicar algo que desde mi punto de vista justifica que los cortes se hagan de manera que al menos se reduzcan a la mitad las ramas laterales que teníamos de la temporada anterior:
Lo primero, considero necesario aclarar que mi glicinia es joven, en realidad hasta que pasan unos cuantos años no estará formada del todoAsí pues, estas primeras temporadas lo que estoy intentando es favorecer el nacimiento de muchas brindillas pero además que estas brindillas empiecen a ramificarse no muy alejadas de la planta.
Aquí podéis observar las pequeñas ramillas ya cortadas y que están empezando a cuajar esa rama principal que recorre la parte superior de la baranda.


Qué ocurría cuando por ejemplo en un rosal trepador practicamos un corte en una rama laterales? Pues que precisamente por la tendencia que todas las plantas tienen, tienden a desarrollar las yemas más próximas al corte y por tanto lo más probable es que las siguientes ramificaciones que surjan de ellas se produzca también en su final. 
Qué pasaría si no cortamos ahora estas ramas y las dejamos a los 30/40 cm del verano? Pues que estaríamos de alguna manera favoreciendo que todo el desarrollo vegetativo se produjera muy alejado de la planta. Es decir, que estaríamos fomentando que nuestra planta engrosara excesivamente. Si nos gusta una gran masa vegetativa hueca, muy separada de las ramas principales no hay problema pero yo personalmente, no quiero que de mi baranda cuelgue un grueso esqueleto de ramas que van a aumentar el peso que soportará la propia baranda y que me separará los racimos florales en los siguientes años cada vez más lejos del esqueleto de la glicinia.
Y por último, cortes más próximos a su unión con las ramas principales, darán lugar a "brindillas" o "espuelas" más ramificadas desde abajo, más cortas. Con los años, lógicamente, como cada vez saldrán más ramillas de estas espuelas, poco a poco se irá formando unas estructuras más largas y alejadas de la planta pero de momento, como mi glicinia es muy joven, aún no las ha desarrollado del todo.
Os muestro una espuela: Podéis ver como poco a poco, año a año, se van ramificando. Si observáis, como he ido cortando bien apuradas las ramillas que han ido surgiendo de sus yemas, se está produciendo una ramificación bastante densa.
Cuando pasen unos años podré mostrar mi propia glicinia ya adulta y bien formada, de momento solo puedo invitaros a que me acompañéis en su formación pero no quiero dejaros sin la oportunidad de observar el resultado que se produciría en el caso de unan glicinia adulta.
Por cierto, olvidaba ya casi mencionar que esta poda hay que hacerla con sumo cuidado. Las yemas florales están empezando a engrosar y son muy delicadas así que manipulemos con cuidado los tallos al cortarlos porque las yemas se desprenden con suma facilidad si no andamos con ojo.
Como soy de la opinión que una imagen vale más que mil palabras, os muestro unas fotografías de unas preciosas glicinias que tienen muchos, muchos años a sus espaldas. No hay que ver más que los gruesos troncos que ascienden sobre los pilares que sostienen el pórtico. Se trata de una planta que crece en un vivero de Madrid que es el que más me gusta de todos!! Y constituye además un claro ejemplo de un perfecto trabajo de poda.

Fijaos en la infinidad de ramas laterales que brotan de las principales que recorren horizontalmente el tejadillo:

Evidentemente esta cantidad de espuelas no se logra en un año ni en dos ni en tres. Es cosa de practicar perfectas podas, a su tiempo y de manera sistemática durante varias temporadas hasta llegar a tener una planta bien formada
Perfectamente conducida. Creciendo por dónde el jardinero quiere que crezca y con tal cantidad de brotes laterales que luego produce una floración digna de pasarse ante ella muchos, muchos minutos y por supuesto, de gozar del magnifico aroma que desprenden tal cantidad de gajos florales a la vez.

Los jardineros que cultivan jardines sin heladas no tendrán el problema del que voy a hablar a continuación. Los que vivimos en las zonas más frías de nuestro país tenemos que llevar algo de cuidado con las bajas temperaturas una vez se empiezan a engrosar las yemas florales.
Las heladas primaverales pueden provocar la desecación de las yemas florales antes de que se produzca la floración. Aunque la planta soporta heladas muy profundas sin perturbación alguna, con las yemas florales no ocurre lo mismo. Heladas profundas pueden provocar incluso que las yemas empezando a abrirse se lacien y caigan antes de abrirse.
Esto pasó la primavera pasada. La mayoría de capullos amanecieron lánguidos y apagados para secarse en pocos días y caer sin llegar a ver las flores.
Aquí los tenéis!! Ya estaban empezando a alargarse...quince días y hubiera florecido espectacularmente. Pues no, veintitantos de marzo y heló...
De manera que la mejor manera, una vez iniciado el engrosamiento de los capullos, para evitar esto es cubrir las ramas con algún tipo de protección que los proteja. Yo he usado una manta térmica.

Cuando practicamos la poda puede ser un buen momento para afrontar la nutrición de nuestra glicinia.
Yo estoy muy interesada en no permitir un desarrollo gigantesco de la planta, de manera que creo que tienen suficiente nitrógeno en el suelo para abastecer de sobra a la glicinia para su crecimiento. Me interesa más bien aportar potasio y fósforo.
Uso por ello como abono el Fosfato monopotásico NPK (0-52-34)

Es frecuente que esta planta sufra de algo de clorosis, de ahí que junto con el fosfato incorpore al suelo quelatos de hierro precisamente para prevenir problema de asimilacion de hierro que menciono.
Como la incorporación de una buena capa de estiércol a todas las plantaciones la hago algo mas avanzada la temporada. Concretamente ahora a finales de marzo o principios de este mes. Es después cuando bajo el acolchado he puesto una generosa capa de estiércol bien maduro que aporta buena cantidad de materia orgánica al suelo, nutriéndolo y llenándolo de vida. Así no se alimenta solamente la planta, sino que se nutre el suelo y se enriquece.
Hace un par de semanas que estoy echado el estiércol al suelo de todas las plantaciones así que metida en faena no recordé hacer fotografía cuando se lo incorporé a la Glicinia. Mis disculpas! 
Bueno, pues podada, protegida de las heladas, nutrida con fosfato de monopotasio, quelatos incorporados y un profundo riego después para, pasados unas semanas más, recibir el estiercol... y esta glicinia está lista para afrontar su próxima floración dentro de muy, muy poco.

Podéis visitar este artículo si queréis información sobre el cultivo de las glicinias: Wisteria (Glicinias). Necesidades y elección de la variedad.
Para consultar de qué manera efectuar la poda de verano (poda de limpieza) este es el vínculo: Cómo se podan las glicinias (Wisteria) en verano. Tutorial.

Feliz lunes, queridos amigos. Un abrazo a todos!! :)
María.

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