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La importancia de las raíces en las rosas.

Evidentemente las raíces  servirán al rosal para su anclaje al suelo y para sostenerse verticalmente. Pero para entender verdaderamente la importancia que en el saludable desarrollo de los rosales tienen las raíces, solo tenemos que pensar que  salvo el dióxido de carbono, oxígeno y energía solar, todo el resto del conjunto de sustancias que precisa el rosal para vivir y que se encuentran en el suelo deberán ser absorbidas por las raíces que de su sistema radicular se extienden bajo la tierra buscando agua y nutrientes.
Pero además, de esta función como "captadoras" de humedad y nutrientes, también son órganos de almacenaje de reservas y serán utilizadas por el rosal para transportarlas hasta el cuello de la raíz (unión de raíz  y tallo) y desde ahí hasta el tallo estos elementos que capturan las raíces.
Lo primero que brota de una semilla al germinar es la radícula. Ésta será el origen de la futura raíz que pronto comenzará a tener pelitos absorbentes y se ramificará dando lugar a raíces secundarias a la par que la planta va creciendo.



Fotografía cedida generosamente por Hoober Boo del blog 'Piece of Eden'
Puede decirse que en general se dan dos tipos de sistemas radiculares:
En las plantas de sistema radicular alorrizo esta raíz que se forma a partir de la radícula  crece en grosor y profundidad y se vuelve dominante formando un centro del que salen otras raíces laterales y se denomina raíz principal (Axonomorfa o pivotante).
Es el caso del precioso Cercis siliquastrum (Árbol del amor) o del Quercus robur (Roble)
Por el contrario, en las plantas de sistema radicular fibroso (u homorrizo), la raíz principal pronto se pudre o da origen a otras raíces secundarias entre las que no puede distinguirse en grosor y forma.




Unas imágenes en las que podamos ver la morfología de las raíces nos vendrá bien para comprender mejor como crecen y se desarrollan nuestras rosas.
El sistema radicular tiene dos tipos de raíces: 
La mayor parte de las raíces están formadas por corteza, sobretodo tejido parenquimático. Si nos fijamos en las raíces de nuestros rosales vemos que la mayoría son raíces leñosas y que se parecen bastante a las ramas lignificadas del rosal.
La función principal de estas raíces leñosas es, además del sostén del rosal, servir de conexión entre la infinidad de pequeñas y finas raíces. Estas raíces se ramifican dando lugar a raíces secundarias o laterales y en éstas, a su vez, en sus extremos se formarán las raíces más finas.
Estas raíces más finas solo están cubiertas por la epidermis radicular o rizodermis y de ellas brotan los pelos radicales.
Si seccionamos una raíz horizontalmente podemos ver que su interior está formado por una serie de anillos concéntricos. Son los haces vasculares del xilema y el floema.
Imagen de http://es.slideshare.net/
Las raíces tienen dos partes, una es el ápice o zona de crecimiento de la misma situada en su extremo, es muy corto, apenas unos centímetros y que permite por ello crecer oponiéndose a la resistencia que ejerce el suelo. Este extremo está protegido por una especie de caperuza llamada caliptra (o cofia) que ayuda a la raíz a penetrar en la tierra.
La otra parte es la zona pilífera. Se trata de la zona más joven de la raíz y está provista de pelos radicales. Esta zona de la raíz es muy corta también.
Los pelos radicales (también llamados pelos absorbentes) aumentan la superficie que la raíz tiene para absorber nutrientes y agua del suelo. Apenas viven unos días, no tardan en secarse y desprenderse y son sustituídos por otros nuevos que se crean próximos al ápice. A través de la fina membrana que los recubre las sustancias disueltas en el suelo pueden penetrar en las raíces y ser transportadas hasta las hojas a través de los haces vasculares que recorren las raíces.ddddd
Teniendo en cuenta esta estructura de las raíces podremos valorar mejor los peligros del trasplante. Se entiende así mejor la necesidad de llevar sumo cuidado cuando trasplantamos un rosal de lugar. Si en esta operación rompemos demasiada cantidad de pelos radicales o dañamos los extremos de las raíces más finas eliminando la fina capa que las cubre (rizodermis) las raíces del rosal perderán su capacidad de absorción al menos por unos días, en tanto no vuelvan a desarrollarse más pelos radicales. Es lo que todos los jardineros hemos comprobado casi cada vez que plantamos o trasplantamos una planta, el conocido shock del trasplante.
De ahí también que sea necesario cuando efectuamos un trasplante o incluso cuando plantamos un rosal por primera vez, efectuar una poda de parte del largo de sus ramas e incluso de sus hojas si está en actividad vegetativa. Con ello las raíces, dañadas en la operación de trasplante, deberán abastecer a una menor masa vegetativa. De lo contrario, un sistema radicular dañado será difícil que pueda seguir abasteciendo a la parte aérea del rosal.
El sistema radicular total de un rosal irá en proporción a la edad o maduración de la planta, de que crezca en sus propias raíces o, si está injertado, de la variedad del patrón usado pero también de las características del suelo dónde se desarrolla.
A pesar de que pueda ser grande, las raíces no leñas, son frágiles de ahí que sea necesario cuando hacemos un trasplante, llevarnos adheridas a estas raíces finas la mayor cantidad posible de suelo. De este modo estaremos preservando los pelos absorbentes que crecen en ellas y garantizando la capacidad del rosal para seguir tomando el agua, minerales y azúcares del nuevo lugar de plantación.
Pero además del trasplante también otros factores pueden dañar el sistema de raíces finas. El uso de ciertos productos químicos en el suelo puede mermar su crecimiento, incluso en el caso de aplicaciones excesivas de abonos disueltos o no, pueden llegar a quemarlas.
También constituyen un daño para ellas ciertas enfermedades y parásitos que crecen en el suelo arenosos y cálidos, como los nematodos. Por supuesto que también causan daños al sistema radicular algunos temibles animalitos con hábitos excavadores como los topillos, etc. que pueden destruir buena parte del sistema radicular de la planta.
Así, además de aplicar técnicas de cultivo adecuadas comprobamos la importancia que para el desarrollo de las raíces tiene el suelo que las rodea. De su riqueza, textura, porosidad, etc, dependerá en buena parte la salud de nuestras rosas.
Lo ideal es que las raíces del rosal crezcan en un medio suelto y desmenuzable, con mucha materia orgánica. Dónde las raicillas prosperen sin dificultad y vayan en aumento. y dónde el agua, el aire y los alimentos puedan penetrar.
Un suelo bien drenado, esponjoso, aireado, favorece el crecimiento de microbios, lombrices y toda una diversidad de formas de vida en él. Por el contrario, las raíces están constreñidas y no se desarrollan en suelos compactos y mal drenados. Será determinante para un buen desarrollo de las raíces que el suelo cuente con un buen equilibrio en agua, nutrientes, aire y una gran diversidad de vida en él.
Está clara la importancia que tiene el cuidado del suelo que rodea las raíces del rosal. Enriquecerlo, airearlo, cuidar de su drenaje, protegerlo de los cambios de temperatura... es velar por la salud del rosal. A este nivel podemos mencionar el uso de distintos compuestos y técnicas para mejorar su textura, riqueza y drenaje entre los que cabe mencionar:
El compost. No hay nada más barato (si es de propia producción) y mejor para nuestro suelo. No deja de ser materiales vegetales en descomposición natural. Ya sabemos que los microorganismos y en general los organismos biológicos presente en los materiales en una compostera o montón transforman la materia inicial en una sustancia húmeda, suelta, de color oscuro parecido al café, granulosa. Recordemos que cuando se aplica al suelo que rodea los rosales no debe desprender olor a ammoníaco o azúfre que delataría que aún no está suficientemente descompuesto ni estar empapado.
Podéis consultar en estos enlaces la elaboración del montón de compost y su mantenimiento volteándolo. Y para quién esté interesado en la  construcción de unas buenas composteras aquí tenéis unos enlaces que os llevarán a los artículos dónde se explica paso a paso el sistema que usamos para construirlas. Desde el diseño, al montaje de las composteras hasta los detalles finales.
Lo podemos utilizar tanto en la composición de la mezcla que rellena los huecos de plantación como constituyendo la capa de mulching.
El Uso de microrrizas. Hablamos hace un tiempo en un artículo sobre qué son las micorrizas y en otro sobre su uso y ventajas del uso de microrrizas a la hora de hacer plantaciones de árboles y arbustos. Aumentan la capacidad de absorción que tiene el rosal por efecto de la "ampliación" de la zona de exploración de las raíces ayudados por al extensión que supone el crecimiento de las hifas de los hongos micorrícicos alrededor de las raíces. Ello conlleva una mayor absorción de agua y nutrientes.
Lo ideal es usar estos hongos en las plantas todavía jóvenes, cuánto menor edad tenga la planta a la que se los apliquemos, mejor y más rápidos serán los resultados. No obstante, en la plantación de rosales a raíz desnuda o en cepellón aunque precisemos mayores cantidades y conlleve más tiempo, también son efectos estos hongos.
Y por último, cabe destacar que en opinión de algunos especialistas la supuesta enfermedad problema del replante del rosal, es decir, los problemas que pudieran derivarse de plantar rosales nuevos en suelos dónde durante mucho tiempo se cultivaron anteriormente otros, puede paliarse si no eliminarse con el uso de estos hongos micorrícicos.
Mencionaremos por último una técnica que venimos aconsejando en muchos artículos: Los acolchados. Podéis ver un artículo relacionado con esta técnica de jardinería también llamada mulch o mulching pinchando en este enlace. 
Su aplicación sobre la superficie del suelo alrededor de los rosales constituye una magnífica capa protectora contra los aumentos de temperatura y heladas, contra la evaporación de agua que supone el viento, enriqueciendo a la larga el suelo con la incorporación de materia orgánica a él al ser transportadas sus partículas mediante las lombrices, a zonas más profundas del suelo al que tienen alcance las raíces de nuestros rosales.
Para los acolchados podemos usar una gran diversidad de materiales, desde hojas a estiércol bien fermentado, humus de lombriz, compost, etc. y aunque se aconseja su presencia durante todo el año, es de especial importancia su renovación del mulching de cara al invierno y antes de que lleguen las altas temperaturas del verano.
Es verdad que las raíces, bonitas, lo que se dice bonitas, no son!! Pero indudablemente las raíces son la parte más importante de los rosales. Las rosas, con su belleza,  indudablemente son capaces de despertar nuestra atención de forma mucho más directa pero no deberíamos olvidarnos que la salud, fortaleza y capacidad de desarrollo y supervivencia se hallan bajo el suelo, en la parte del rosal que no vemos, en las raíces. Pongamos especial ahínco en su cuidado, redundará en la belleza de nuestras rosas!! :)

Árboles frutales.Consideraciones para seleccionar las especies y variedades más adecuadas para nuestro jardín

Desde el primer día que comencé a diseñar mi jardín pensé  en introducir en el huerto algún árbol frutal. Cuando planifiqué el huerto lo hice con la idea de que no fuera una zona perfectamente acotada si no que los límites entre el huerto y el jardín quedaran un tanto difusos. Me gustaba la idea de que en él creciera algún rosal y otros arbustos y a la vez, que hubiera algún frutal más allá de la zona que era propiamente huerto.
Imagen de Wikipedia
Como he comentado alguna vez en mi jardín había al menos tres árboles que estaba decidida a eliminar pero que el tamaño de los mismos hacía que se tuviera que buscar el momento adecuado para estos trabajos tan costosos. 
La temporada pasada podría ya haber plantado algún frutal pero preferí eliminar ates estos árboles que menciono para planificar en detalle este tema y durante estos meses leer e informarme sobre estos asuntos de frutales sobre los que reconozco no tenía hasta ahora los más mínimos rudimentos que me dieran algo de seguridad a la hora de elegir las especies de frutales que sería conveniente cultivar en él y las variedades concretas más adecuadas.
La semana pasada por fin los eliminé. Reconozco que cierta pena me ha dado pero las cosas como son, eran árboles constantemente enfermos, mal podados o mejor, jamás podados, de modo que estaban abigarrados y ello impedía una correcta ventilación y en concreto el albaricoquero, además de estos problemas tenía otro que tarde o temprano les llega a todos: la edad. Este último año no dio ni un solo albaricoque sano, las hojas ya brotaban enfermas y presentaba graves problemas de gomosis.



El clima. Evidentemente este es el factor más determinante a la hora de poder cultivar o no un frutal en nuestro jardín. Al igual que ver un arbusto cultivado en muchos jardines cercanos al nuestro es el mejor indicador de que es una zona propicia para su cultivo, ver ciertas especies o variedades de frutales también nos dará buenas pistas sobre qué frutales son los más convenientes.
No obstante tampoco es obligatorio ceñirse a los cultivos que veamos, simplemente conviene informarse bien sobre las necesidades de las especies que no veamos en las proximidades de nuestro jardín.
Que el jardín tenga un clima en el que se produzcan frecuentemente heladas en invierno impide el cultivo al aire libre de ciertos frutales como los cítricos y que requerirían de protección invernal para que pudieran seguir viviendo. 
Estoy decidida a tener un limonero. Me entusiasma la idea de tener uno de los que llaman "luneros". Soy bastante cocinera y poder echar mano de los propios limones de mi huerto a la hora de cocinar es una idea que me encanta. Así que tendré que estar dispuesta a cultivarlo en contenedor de manera que sea posible su traslado al garaje durante los meses invernales si quiero que sobreviva.
De todos modos no conviene plantar frutales que no aguanten las temperaturas invernales de nuestro jardín si éste es muy frío.
Si las bajas temperaturas son una desventaja para el cultivo de ciertos frutales, el frío del que gozamos en jardines ubicados como el mío en el interior de la Península, nos da ventajas a la hora del cultivo de otros. Muchas especies precisan para fructificar que durante el invierno haga frío para que sus yemas puedan llegar a madurar. 
Cada frutal precisa un tiempo de permanencia a 7º centígrados (o menos) durante el tiempo que está en parada vegetativa. Es lo que se llama "horas de frío".
Expliquemos un poco este concepto. Cuando llega el otoño, los días se acortan y las temperaturas bajan, estos dos factores provoca que los frutales caducifolios pierden sus hojas y entren en lo que llamamos "parada vegetativa". A partir de ese momento digamos que es como si el frutal fuera "acumulando" horas de frío durante el invierno.  Cada especie está programada genéticamente para que una vez ha acumulado la cantidad de horas de frío que precisa vuelva a entrar en actividad. Este proceso de llama "vernalización". El número de horas de frío que cada frutal precisa para que sus yemas florales se abran es variable según la especie y la variedad. 
Así, cualquier cambio en el tiempo puede afectar la fructificación de la siguiente temporada. Por ejemplo, los años en que el frío se retrasa, también se retrasa la brotación puesto que el frutal tiene menos tiempo para llegar a acumular las horas de frío que precisa para salir de letargo.
Lo mismo ocurre cuando disfrutamos de inviernos inusualmente poco fríos que provocan el retraso en la entrada en parada vegetativa y provocando que el frutal emplee en este tiempo que permanece en actividad vegetativa una energía que luego no tendrá para la floración y cuajado de los frutos.
Entendemos pues que si cultivamos un frutal en una zona con un clima que no permite que el árbol esté por debajo de 7º el tiempo que precisa se producirá un retraso en el momento en que las yemas broten incluso se puede producir la caída de las yemas vegetativa. Al retrasarse el momento en que la savia vuelve a funcionar en el árbol se produce también un retraso en la floración y prolongándose ésta más allá de lo aconsejable. En estos casos la floración será menos abundante.
El árbol ha gastado demasiados nutrientes en el tiempo de permanencia en actividad antes de entrar en reposo y algunos frutos que llegan a cuajar caen prematuramente por falta precisamente de la energía y nutrientes precisos para que crezcan.
Vemos así cuan importante es que el clima de nuestro jardín proporcione las horas de frío que el frutal que queremos cultivar precisa. Los datos de las horas de frío que se producen en la zona geográfica dónde se ubica nuestro jardín se pueden encontrar en las estaciones meteorológicas y en general no es un dato difícil de obtener consultando páginas web especializadas.  
Para dar una idea aproximada podemos ver en la siguiente imagen las necesidades de horas de frío de algunas de las especies más comunes en nuestros huertos.

Imagen del Departamento de Agricultura y Alimentación de Aragón
Dentro del clima, otro datos que deberíamos considerar es en qué momento se produce la floración del frutal y el comienzo del cuajado de los frutos  y que estos dos momentos no coincidan con las heladas de nuestro clima es algo que debemos tener muy en cuenta a la hora de hacer la elección si no queremos que si esto ocurre no haya producción de  fruta esa temporada ya que las flores caen al suelo cuando hiela en plena floración.
Las heladas tardías hicieron que le año pasado no pudiera recoger prácticamente almendras. Se abrieron poquísimas flores y las que se abrían duraban un suspiro en el árbol.
Si estas heladas tardías se producen con cierta frecuencia en nuestro jardín deberíamos elegir en la media de lo posible especies y variedades de floración algo tardía para evitar los daños.
Los frutales en general precisan estar a pleno sol para fructificar bien. La orientación del sitio de cultivo es por ello muy importante a la hora de decidir si ese espacio es o  no adecuado para nuestro frutal. Un árbol que crece en sombra no crecerá ni sano ni producirá las cosechas que esperamos.
Al igual que decíamos en los aspectos a tener en cuenta a la hora de elegir un árbol en general para el jardín, pasa igual con los frutales, que proyectan sombra. Si vamos a ubicarlo en el huerto deberíamos tener presente esta sombra que proyectará con el tiempo sobre el resto de cultivos del huerto. Si precisan de mucho sol esta sombra les afectará negativamente,.
Las características del suelo de nuestro jardín dónde se han de desarrollar las raíces debe ser apto para el frutal elegido. No todos tienen las mismas necesidades. Algunos requieren de suelos más o menos alcalinos, otros son más delicados en cuanto al encharcamiento en sus raíces, los hay que no crecen bien en suelos arcillosos o demasiado húmedos...por ello asegurarnos de proporcionar el suelo adecuado o de elegir la especie o variedad que se adapta al suelo de nuestro jardín nos evitará problemas en el cultivo del frutal.
El tamaño de las raíces de algunos frutales son bastante poderosas y no debemos olvidar que los cultivos próximos podrían verse afectados por el agua que del sustrato circundante tomará el frutal para su propio consumo en detrimento de los demás cultivos pudiendo por ello constituirse en una poderosa competencia en sus necesidades nutricionales e hídricas.
El tamaño que el árbol adulto alcazará tampoco será un aspecto que olvidemos. Sepamos que la inmensa mayoría de frutales que cultivamos están injertados en un portainjertos. Según de qué tipo sea éste el frutal adquirirá un tamaño u otro. Del portainjertos depende por tanto el vigor que tenga el frutal en buena medida. 
Si no disponemos del suficiente espacio para cultivar un frutal determinado, será mejor elegir otra especie u otra variedad o plantearse cultivar el frutal injertado en patrones enanizantes que impiden que el frutal llegue a desarrollar su parte aérea con unas dimensiones muy inferiores a los normales de la especie.
Si esta es nuestra opción es imprescindible asegurarnos que el frutal adquirido está injertado en portainjertos como M9 u otro semejante. Para tener garantías lo mejor es que hagamos nuestras compras en viveros de confianza llevado por profesionales especializados que nos aconsejarán con seriedad y garantía.

Imagen de Univiveros
En definitiva, decidirnos por un frutal u otro o por unas determinadas variedades son asuntos de importancia. Ni es fácil ni es barato cambiar de ubicación el frutal una vez plantado o cambiarlo por otra variedad al ver que nos hemos equivocado. Son muchos los factores a tener en cuenta a la hora de elegir una u otra variedad por eso, lo mejor es consultar siempre con amigos que entiendan del tema, con vecinos que tengan en su huerto las variedades que elegimos, meternos en foros especializados dónde siempre encontraremos gente altruista y generosa que nos ofrecerán su inestimable ayuda y evitarán que nos equivoquemos.
Terminamos con un último aspecto pero que es de los más importantes: La polinización.
Algunos frutales pueden fructificar sin tener otro frutal de la misma especie cerca. Son los llamados autofértiles o autocompatibles y a los que les basta su propio polen para llegar a obtener frutos. Pueden crecer en solitario. Pero muchas de las variedades de frutales caducifolios precisan lo que se llama un "polinizador", es decir, un individuo de distinta variedad para que, con su polen, sus flores puedan ser polinizadas y finalmente fructificar ya que el propio polen no es compatible para sus flores y el árbol no llega a fructificar.
Sepamos que de lo contrario, si ponemos un frutal autoincompatible cerca del cual no crece otro que sea compatible no llegaremos a cosechar fruta alguna porque sus flores no podrán ser polinizadas y por tanto no se llegará a formar el fruto.
Trataremos en siguientes artículos el tema de los frutales autofértiles y de los que precisan polinizador con algo más de detalle.
Y una vez hecha la elección llega el momento de adquirir los frutales. Dónde? . 
Debo decir que me ha resultado absolutamente imposible encontrar los frutales que me estoy planteando en los viveros dedicados a jardinería que son los que normalmente frecuento. Los frutales que he encontrado en ellos carecían de un etiquetado que permitiera conocer ni patrones en los que estaban injertados, ni si tenían certificados fitosanitarios y en algunos casos ni siquiera especificaba la variedad.
La oferta que he encontrado ha sido tan desoladora que cansada ya de preguntar y de hacer visitas a un montón de ellos finalmente he tenido que dirigirme a viveros especializados en la venta a raíz des nuda de frutales aconsejada por miembros de foros especializados y que son grandes conocedores de la materia. Agradezco desde aquí a J.L. Nadal su gran ayuda en este sentido. 
En ellos he encontrado el personal que me ha asesorado con seriedad y amabilidad y para mi tranquilidad he comprobado la gran oferta que tenían para cubrir necesidad que yo pudiera tener en este sentido. Desde portainjertos de distinto tipo, a arbolitos de un año sin ramificar y  a los que se puede formar con la cruz suficientemente alta como para pasar por debajo de ellos. Deseo plantar un cerezo que se haya bastante grande cerca del pozo pero si las ramas salen desde demasiado abajo cortarían un poco la entrada al camino del huerto. Por razones prácticas y estéticas preciso que este cerezo tenga la cruz alta así que la solución estará en que yo misma lo forme mediante la poda. No me vale uno de los normales con la cruz a 1/120 cm. Claro, ello me llevará más tiempo porque tendré que partir de un frutal de un año solamente, sin ramificar y que no tenga el ápice cortado para que pueda seguir creciendo en altura.
 
Igualmente he encontrado el tipo de manzano que preciso para cultivar sobre espaldera en el lateral de la rampa del coche. Me han informado que al hacer el pedido puedo elegir incluso el patrón en el que deseo que estén injertados estos manzanos. Me falta decidir si es mejor un M9 u otro.

Imagen de Wikipedia
Reconozco que hasta que he logrado dar con este tipo de vivero ya me estaba angustiando un poco al no encontrar nada de lo que buscaba. Así que ya veis, lo ideal es dirigirse a viveros especializados en los que encontraremos el material adaptado a nuestras necesidades. Al menos esa es mi experiencia.

Rosal GOLDEN CELEBRATION, parece que comienza a salvarse...

Durante la primera semana de marzo desplanté del suelo de mi antiguo jardín un rosal precioso, GOLDEN CELEBRATION. Un rosal que florece en un amarillo dorado muy hermoso y de un aroma delicioso. Estaba ya bastante crecido y, aún sabiendo que debiera haberlo podado más, me dio pena, así que dejé ramas más largas de lo que debiera.
Se hizo del modo y en el momento inadecuados pero fue inevitable. Lo sacamos de la tierra cuando ya estaba brotado y además no logramos extraerlo con suficiente cepellón para no dañar en exceso las raicillas, en realidad prácticamente salió a raíz desnuda así que las probabilidades de supervivencia no eran demasiadas.
Una vez había brotado no debiéramos haberlo sacado de tierra, tendríamos que haber esperado al invierno en que la actividad vegetativa está parada pero eso no era posible, o lo sacábamos entonces o las posibilidades de hacerlo el siguiente invierno eran remotas así que había que arriesgarse.
El segundo error como digo fue no cortarlo más. Las pocas raíces eran claramente insuficientes para mantener en actividad tanto tallo como dejé. 
A pesar de que aquella misma tarde que lo sacamos de tierra lo metí inmediatamente en agua al llegar a casa para que se hidratara algo y así permaneció hasta el día siguiente en que lo planté, no tardaron en pasar apenas unos días cuando los primeros síntomas de que la cosa iba mal comenzaron a manifestarse. A pesar de los riegos constantes, los brotes comenzaron a decaer y a languidecer al cabo de una semana.
El tiempo que tardó el rosal en perder la poca energía que conservaba en sus pocas raíces y dejó de haber alimento y posibilidad de llevar agua a los brotes incipientes que tenía antes de ser trasplantado, no pasó de una semana. Poco a poco el rosal iba perdiendo sus hojas o tornándose tan secas que yo misma las iba retirando. 
Hasta que quedó sin hoja alguna.
Varios tallos fueron muriendo y los fui eliminando con la podadora. A mediados de abril este era el aspecto que presentaba: sin una hoja y sin actividad aparente alguna. Muerto no estaba pero brotar tampoco brotaba. Me fijaba en las yemas y no veía signo de actividad alguna en ellas. La verdad es que creí que probablemente acabaría por morir. Cada día arrodillaba en el suelo y lo miraba de cerca con una preocupación creciente.
Pero a primeros de mayo, sin poderlo asegurar, tuve la impresión de que algo en el aspecto de alguna de sus yemas había cambiado.
Mi naturaleza hace que siempre cuestione si las impresiones que tengo son reales o producto de mi deseo así que con interés creciente las observé durante los días siguientes...y sí, no era solo mi deseo, era una realidad, una de las yemas comenzó a tomar un color claramente rojizo... signo inequívoco de que comenzaba a tener actividad. 
Hasta bien pasada la mitad de junio  no empezaron a romper algunas yemas y a brotar de ellas las primeras hojitas.
El trasplante con la actividad vegetativa ya iniciada y con tan pocas raíces ha supuesto un gran stress para él y se ha tomado su tiempo para recuperarse de él pero está demostrando ser un gran campeón en cuanto a resistencia. A ver si nada se tuerce y seguimos con la misma línea.
Así está ahora (estas últimas fotografías son del 30 del mes pasado)...llenito de brotes nuevos...que me colman de alegría.
Ahora vuelvo a tener esperanzas de que este precioso rosal tenga bastantes probabilidades de salvarse.
Deseo intensamente que sea así y poder volver a disfrutar de sus deliciosas rosas.
Lo cierto es que he podido comprobar que los rosales son plantas más duras de lo que uno pudiera pensar, aguantan bastante "maltrato" y situaciones bastante adversas. Quizás el siguiente año de un trasplante no permite a un rosal una floración digna de tirar cohetes pero que se salve ya es un éxito suficiente para mí. Me conformo con que durante este verano/otoño vuelva a echar raíces y a generar ramas que la temporada que viene se cubran de capullos.
Estoy segura que, de salvarse definitivamente, se encontrará más a gusto que en su antigua ubicación dónde recibía sol en exceso. Allí las rosas apenas duraba bonita un par de días tras los cuales la excesiva insolación que recibían las hacía languidecer. Es un rosal para una fachada orientada al este u oeste pero no al sur, al menos en el clima de la Sierra de Madrid. En este jardín está plantado al lado de un lilo que le quitará sol del mediodía y junto a otro rosal no menos hermoso aunque de un estilo totalmente distinto: Sally Holmes, un precioso rosal de pétalos blancos y corazón amarillo, de rosa muy sencilla (Cinco o seis pétalos) cuyo color y sencillez contrastarán con la soberbia belleza de Golden Celebration
Los ingredientes: fortaleza del rosal, cuidado en la hidratación y mucha paciencia de mi parte para esperar algún síntoma alentador.


Con el jardín a cuestas..

Esta mañana mi marido no comenzó con buen pie. Ha intentado sacar con cepellón el rosal Goldeln Celebration, pero no ha sido posible. No había espacio para manipular y ha salido prácticamente a raíz desnuda. Qué se le va a hacer!!.
Estos años había crecido bastante. Tenía algunas ramas de más de dos metros y medios. Ayer por la tarde lo podé pero creo que, en la esperanza de que saliera de la tierra como los anteriores, no corté lo suficiente. He dejado ramas demasiado largas para las raíces que hemos logrado extraer.
Casi se ha quedado todo el cepellón en tierra, eso sí, han salio unas raíces bien hermosas pero las raicillas han quedado afectadas así que esta próxima temporada me olvidaré de disfrutar de sus deliciosas y olorosas rosas hasta que el pobre se recupere del trasplante...la verdad, estoy preocupada.
Ya veremos si sobrevive. Se intentará. De momento lo he dejado esta noche que sé que no va a helar en un cubo con agua para que se hidrate bien. no teníamos tiempo de cavar un buen hoyo y plantarlo así que tendrá que esperar a mañana.

El siguiente ha costado lo suyo. Pero estamos contentos. No podía dejármela en el jardín, era el regalo que mi marido me hizo en 2011 por nuestro aniversario así que teníamos que intentarlo!! Y lo hemos logrado. Tras mucho esfuerzo hemos logrado sacar de su lugar de plantación la Lagerstroemia indica que teníamos en el pequeño jardín y es que es un arbolito tan, tan hermoso!! No podíamos dejárnoslo en la otra casa, así que igual que estas semanas de atrás hemos ido desplantando los rosales, con el Árbol de Júpiter hemos hecho igual. Con la pala recta hemos ido perforando el perímetro de su cepellón...Pero esta labor ha costado bastante más. Lleva plantados tres años en nuestro jardín así que ya tenía bastantes raíces. Lo hemos metido en un contenedor grandecito y... para el Jardín de la Alegría!! :)

Igual pasaba con un precioso Ceanothus arboreus "Trewithen Blue". Lo compré la temporada pasada y eran tan pequeño que pocas flores vi pero llegué a tener la suerte de deleitarme con su precioso azul... y un aroma dulce y suave. También tenía que llevármelo!! Ay, si es que no me dejaría nada...
Este arbolito/arbusto ha costado menos sacarlo. Por fin está en su casa, en una maceta a la espera de que me decida dónde plantarlo. Quizás vaya a la zona que yo llamo la rosaleda, formado mediante sucesivas podas en forma de arbolito...o quizás lo ponga asado a una celosía sobre la fachada oeste de la casa acompañado de otra trepadora, puede que una clemátide. No sé. No estoy decidida.
Bueno, poco a poco nos vamos llevando las plantas del pequeño jardín al Jardín de la Alegría. Esperemos que estén tan cómodas como en su lugar de origen.

Comienzo a trasplantar los rosales antes de que termine el invierno

Mañana iremos a pasar el fin de semana al nuevo jardín y he querido aprovechar para llevarme allí algunos de los rosales que tengo plantados en el jardín actual, el pequeñito. Así podré plantarlos el sábado en El Jardín de la Alegría.
Me tengo que llevar en total cinco rosales. Uno de ellos, Rose de Rescht,  lo tengo plantado en un buen macetón así que este no representa problema alguno. Los otros son un Mme. Isaac Pereire, un Sally Holmes, un Lady of Megginch y un Perennial blue. Todos ellos los planté el invierno pasado en mi jardín de modo que son jovencitos. Era de prever que no tendrían grandes raíces y como la parte aérea tampoco se ha desarrollado de modo exagerado ya que ha sido solo una temporada de cultivo en mi jardín, no debía ser un trabajo demasiado complicado la extracción de ellos.
Nunca había trasplantado un rosal así que he comenzado el trabajo con cierta precaución. Mi amigo Santiago Mendoza ya lleva días asesorándome de cómo afrontar con detalle la labor así que con sus buenos consejos de siempre nos hemos puesto manos a la obra sin muchos miedos. Es lo que tiene contar con la ayuda de los amigos jardineros que con paciencia y generosidad te informan detalladamente de procesos que no has afrontado antes. Esta tarde me he acordado muchas veces de él mientras hacíamos el trabajo y ha sido tanta la tranquilidad que me ha dado el contar con sus consejos que desde aquí quiero agradecérsela profundamente. Gracias, Santiago. Es usted una verdadera joya!!!
También quiero agradecer a Pilar Bueno su gran apoyo y su asesoramiento en muchos problemas que me veo obligada a afrontar en mi nuevo jardín. Lleva tiempo ofreciéndome su ayuda generosamente y aguantando mis mil preguntas. jajjaa
Hemos comenzado por el Mme. Isaac Pereire. Un rosal que planté a raíz desnuda el invierno pasado y que ha desarrollado ya durante su primera temporada en mi jardín unas cuantas ramas largas sobre las que la temporada que viene debería de florecer. 
Me daba pena cortar estas ramas antes de comenzar. Era como perder cualquier posibilidad de verlo en flor esta primavera. Lo lógico hubiera sido podarlo bastante teniendo en cuenta que parte de las raíces que ahora tenía iban a cortarse y que el conjunto de ellas no podría "sostener" la actividad de toda su parte aérea. Pero no lo he hecho en la esperanza de poder sacar el cepellón prácticamente intacto.
Estos días de atrás podé un poco estos rosales que tenía pensado desenterrar hoy. Le corté las puntas para favorecer el rebrote de las ramas pero no practiqué una poda severa. Dónde tengo pensado plantar este rosal quiero guiarlo como un trepador así que me interesa tener creada la estructura de ramas largas lo antes posible.
Quizás hubiera sido lo ortodoxo y a pesar de que haberlo podado bastante hubiera facilitado las cosas en algo a la hora de extraerlo, ya digo, no lo he hecho y he dejado para luego la decisión de podarlo más. Al fin y al cabo he pensado que una vez extraído de la tierra siempre estaba a tiempo de podar más severamente. Y si me salía bien la "jugada" no me habría cargado el crecimiento de las ramas del año anterior que son sobre las que tiene posibilidad de florecer esta próxima temporada, con lo que esta primavera probablemente tenga alguna rosa. Eso quiero pensar o lo mismo es solo mi deseo pero como la esperanza es lo último que se pierde..
Bueno, como decía he probado a ver qué tal salía el primer rosal que teníamos que quitar de tierra..
Lo primero que hice ayer fue regar bien en profundidad la tierra alrededor del rosal para que hoy fuera más fácil sacar el cepellón lo más entero posible. Antes de empezar he vuelto a regar.
He desfoliado el rosal para reducir la deshidratación

Con bridas de plástico he atado las ramas lo más juntas posibles para facilitar la labor.
Nos hemos servido de dos palas planas. Con la punta hemos ido formando un círculo alrededor del cepellón, ahondando la pala todo lo que hemos podido para que cortara el cepellón lo más profundo posible. Este círculo lo hemos hecho lo mas alejado posible para cortar la menor cantidad de raíces que hemos podido. 
Como se ve en estas fotografías hemos ido clavando la pala todo alrededor, formando un círculo.
Haciendo palanca con las dos palas hemos comprobado que el cepellón entero se movía y que no ofrecía resistencia alguna, lo que quería decir que ya casi no estaba sujeto al suelo.
Con las palas hemos ido ahondando más y más de manera que las íbamos metiendo bajo el cepellón del rosal.
Mientras mi marido sujetaba con las dos palas el cepellón para que no se abriera y la tierra no se despegara de las raíces yo, con mis propias manos, he comprobado metiéndolas por debajo del cepellón que no había raíz ninguna que uniera el rosal con la tierra. Al tacto he notado que había una raíz gruesa que se ahondaba en la tierra y la he cortado con una podadora.
Y por fin nos hemos asegurado de que el cepellón entero estaba totalmente suelto. Hemos usado la pala de punta (que es más ancha que la recta) a modo de "cuchara" por debajo del cepellón para sujetarlo por abajo, manteniendo la pala recta en uno de sus lados para que la tierra que rodeaba las raíces no se deshiciera y no se dañara el sistema radicular de la planta. 

Como el suelo estaba bien mojado, la tierra que formaba el cepellón se ha mantenido compacta en todo momento y ya solo hemos tenido que mover el rosal con su cepellón del arriate dónde estaba plantado hasta un plástico grueso doble que teníamos preparado
Y aquí está el Mme. Isaac Pereira ya extraído del lugar dónde se ha cultivado este último año. Como puede verse al ser el rosal jovencito y al estar la tierra en un estado estupendo para que no se deshiciera el cepellón hemos logrado sacarlo prácticamente intacto.

De hecho si se observa el hueco que ha dejado el rosal no vemos demasiadas raíces. Es decir, que no hemos cortado demasiado de las raíces gruesas que son las que anclan al suelo la planta y guardan en su interior las reservas que permitirán vivir al rosal hasta que brote de nuevo.

Podemos ver aquí las raicillas finas (Que son las que absorben el agua y las sales minerales del suelo y que son necesarias para que el rosal produzca su alimento) y las gruesas (Que son el soporte de la planta, es decir, su anclaje y fijación al suelo y que aún siendo importantes no lo son tanto como las finas a la hora de trasplantar y que el rosal sufra lo menos posible). Las raíces finas me importaba más que no se vieran afectadas, que se conservara la mayor cantidad posible de ellas porque en la medida en que esto fuera así será más fácil que le rosal se recupere del trasplante, que al fin y al cabo siempre trastorna a la planta un poco. Al no haber eliminado casi ninguna raicilla fina el rosal tendrá la posibilidad de comenzar enseguida a nutrirse y a volver a la actividad vegetativa sin demasiada merma y por tanto con casi normalidad.



Sin perder un segundo hemos envuelto el cepellón en el propio plástico anudando sus extremos para cubrirlo bien. 
El rosal Mme. Isaac Pereire conservaba la etiqueta del vivero de David Austin pero otros de los rosales que hemos desplantado esta tarde no la conservaban así que provisionalmente, con lo primero que tenía a mano (una bolsa de plástico de las que se usan en los archivadores y una brida de plástico para atarla al rosal) he confeccionado unas etiquetas con el nombre de la variedad escrito con rotulador indeleble (para que aunque se riegue no se diluya la tinta) para que luego, al plantarlos no hubiera problemas de confusión. 
Para asegurarme aún más de que hubiera la menor deshidratación posible hemos metido el rosal envuelto en plástico negro dentro de una bolsa de plástico también de las de basura, normales.

En estas condiciones creo que los rosales pueden permanecer perfectamente hasta el sábado que se planten. La tierra estaba totalmente hidratada y aún hace frío así que no tendrán falta de agua.
De haber tardado más en poder plantarlos hubiera sido necesario envolverlo mejor pero en mi caso creo que esta forma hay suficiente.
De otra parte si hubiera visto que el cepellón se deshacía al moverlo hubiera envuelto con cuerda la bolsa que lo envolvía para mantenerlo compacto pero tampoco ha sido necesario. El cepellón como dije antes, ha salido totalmente entero, como un flan...
Estoy muy, muy contenta de cómo se han extraído de la tierra los rosales. Creo que van a sufrir lo mínimo porque ni sus raíces gruesas ni las finas han sido prácticamente afectadas de manera que espero que no tarden mucho en recuperarse en su lugar de destino. 
Al final me he decidido a no podarlos más. Pienso que con el recorte que les he practicado antes de comenzar a extraerlos hay un equilibrio entre su parte aérea y el cepellón con raíces que he sacado.
Me ilusiona pensar que en breve puedan darme alguna rosa tan hermosa como las que me dieron el año pasado.
Mme. Isaac Pereire

Lady of Megginch

Sally Holmes

Perennial Blue

Rose de Rescht

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