Mostrando entradas con la etiqueta mimosas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta mimosas. Mostrar todas las entradas

Reflexiones paseando por un jardín cuajado de mimosas

Si había algo de mi jardín que a ella le gustaba eran sus mimosas. Aquí están de nuevo, como cada año. Me gusta pensar que están en flor ahora para ella. Llenando el jardín de amarillo y emanando su aroma delicioso.
Aunque este año retrasadas ya llevan en flor unos días pero no he querido colgar este artículo hasta hoy, viernes y ello porque la concurrencia de su floración y un día como hoy, se me antoja no sorprendente, pero sí curiosa y reconozco que interiormente me gusta esta coincidencia.
Hoy ha sido un día muy especial para mí y seguramente de seguir viva, también lo habría sido para ella.

Día de pleno invierno en el jardín. La luz convierte en encajes la vegetación.

Distinto. Siempre es distinto. Por miles de veces que se recorra, en cada oportunidad la paleta de colores que se vierte sobre él, la vegetación, la temperatura, todo cambia. Hoy, un día de riguroso invierno, el protagonista es el agua. Agua en forma de vapor ascendiendo desde el suelo entibiado por los tímidos rayos de sol que lograban vencer y traspasar la fina neblina; agua líquida goteando sobre el suelo desde los árboles, agua empapando las hojas y madera que cubren las plantaciones. Agua.

Acacia dealbata, en la línea de salida

Hay tantas cosas en las que detenerse a mirar en un jardín… pasamos cada día a su lado, las tenemos rodeándonos pero no siempre nos percatamos de que están ahí. Es el caso de las inflorescencias de las Acacias dealbata (Mimosa), será en marzo cuando un estallido de color en grandes manchas de amarillo limón tiña mi jardín cuando no podré sustraerme a su presencia, pero para que eso llegue, antes, ahora,  estos árboles con los que mantengo una relación amor/odio deben situarse ya en la línea de salida. Se toman su tiempo. Si señor!! Claro!! Como iba a formarse tanta belleza en dos días?

Siento un gran amor por las acacias en marzo, egoístamente, mientras están en flor…
pero ay!! Qué amor tan interesado y tan voluble el mío!! Y es que estos árboles me resultan luego tan fastidiosos. Tan invasivos ellos hacen que me pase la vida arrancando a miles semillas brotadas y cuidando de que no me inunden las plantas cercanas con sus raíces superficiales que van extendiéndolas por todo el jardín.
Quizás porque a partir de terminar la floración solamente miro el suelo que las rodea, quizás por eso no me he percatado de cuándo y cómo se han formado. Pero hoy he alzado la vista y ahí estaban sin desprenderse todavía de sus miles de frutos, el proyecto de los que serán sus flores que cuando abran volverán a parecerme mágicos por lo etéreo y hará que deje de detestarlas porque deberé rendirme ante su hermosura floreciendo al lado del almendro. Y sus ramos llenarán los jarrones de mi casa inundándola de su dulce perfume. Blanco y amarillo. Preciosa combinación. Verdad?


Me pregunto cuánto más se estará produciendo en mi jardín sin yo darme cuenta? Seguramente mucho. Espero permanecer con los ojos (y el corazón) bien abiertos para perderme lo menos posible porque todo lo que ocurre en él…es tan hermoso!!!


Va de raíces...arizónicas, mimosas y demás invasivas...

Las tengo de todo tipo. Me refiero a las raíces. Largas, cortas, estrechas, gruesas...en forma de sol con rayos...de serpiente larga como un día sin pan...en forma de maraña estropajosa, hasta las tengo con forma de monstruo...


Me han traído de cabeza durante todos estos meses  en que estoy preparando algunas zonas de mi jardín para hacer plantaciones.
He ido preparando a conciencia cada espacio,  eliminando piedras y raíces de arbustos muertos hace mucho tiempo y las que los dichosos olmos extienden por todo mi jardín.
Os muestro algunas fotos. Estas de esta entrada no os van a gustar, sin colorido ninguno, colores terrosos y grises… y es que así son ellas, odiosasssssss!! jaja
Me las he encontrado a veces sabiendo que estaban ahí porque asomaban en forma de tocón, pero otras han sido toda una sorpresa (por decir algo) al hacer el hoyo de plantación para algún rosal. Como esta de arizónica que viene desde dónde está el seto del vecino de arizónicas, a bastantes metros de dónde planté un rosal.

Tengo bastantes metros del perímetro de mi jardín bordeado por arizónicas del vecino. Las detesto!! Se meten en mi terreno y usurpan el agua y los alimentos de mis plantas. Este problema debería reglamentarse por los Ayuntamientos. Una se cuentra hasta cierto punto indefensa con este asunto. La gente las planta muchas veces desconociendo el mantenimiento inexcusable que deben darles si no quieren que se conviertan en verdaderos árboles que se desbordn muchos metros más allá del espacio que se les tiene asignado. El problema es que no se desbordan únicamente hacia la tierra del propietario de las arizónicas. El problema para mí es que se desbordan en su parte aérea hacia la parcela del vecino restándole luz y sol y también lo hacen con sus raíces introduciéndose en busca del agua allá dónde pueden. Quizas el primer año no, pero cuando han pasado treinta o cuarenta la red que extieden bajo sus  pies está formada por raíces como mi antebrazo de gruesas. Sacarlas es un trabajo tremendo.
Qué horror ver asomar semejante bestia!! Porque sabes lo que te toca: Pico y pala...y a currar!!

Pero al final, salen...cuando ya tienes los brazos muertos de darle al pico :)

Pero he encontrado "tesoros" de mucho mayor tamaño, como el cepellón de un celindo viejísimo que eliminé.

Podía tener como 80 cm de diámetro. Parece un sol con sus rayitos y todo, verdad? Una monada que costó sacar varios días!!!

También las he tenido aparentemente más "inofensivas"... raíces mucho más delgaditas...He entrecomillado lo de inofensivas porque uno no sabe lo que es limpiar esa especie de cabellera que inunda todo hasta que se pone a limpiar todo un arriate de varios metros llenos de raíces de mimosas!! Son terribles. Unas enlazadas a las otras se extienden por todo el terreno y hace imposible plantar nada a su alrededor. Cuánto me alegro de haberlas retirado antes de comenzar a plantar. No hubiera crecido nada en ese lugar.

No sé ya ni cuántos cubos de estos sacamos llenos de raíces...Temí por un momento quedarme sin sustrato. De hecho una vez retiradas piedras y raíces mermó bastante su nivel.

Incluso encontramos un tocón de una mimosa que debió cortarse en su día y quedó tapada por la tierra. Toda una linda sorpresa!! Aquí está fuera el monstruo... talla XXL

Ya digo, el surtido que he tenido ha sido amplio. Retamas y jaras creciendo a sus anchas durante años. Tenían raíces tremendas que ha sido preciso sacar del terreno y ha costado lo suyo!!

Pero las peores no son las grandes. No. Esas requieren un trabajo de un buen rato con el pico pero al final salen. 
Las peores son las que se extienden desde los dos olmos que tengo en el jardín. Detectan el agua y se dirigen allí dónde está. Se extienden como serpientes por toda la superficie a poca profundidad. Fijáos los surcos que dejan en mi jardín una vez extraídas!! Lo recorren casi en su totalidad. Aparecen a metros y metros de distancia de los olmos!!!

Aflorando de vez en cuando de ellas brotes de hojas que si no se eliminan pronto se convierten en pequeños olmos que a su vez invadirán la zona cercana con sus raíces.

Es curioso como brotan sus hojas allí dónde encuentran humedad. Tengo unas terrazas bordeadas por piedras en una zona central del jardín, allí hace un tiempo hice provisionalmente los huecos para plantar algunos arbustos pero como no me decidía dejé de momento los contenedores con las plantas dentro de ellos, sin plantar. Claro he ido regando estos contenedores dentro de los agujeros…y he observado como brotan estas hojitas de las raíces y que antes no estaban.

Planté hace unos meses un rosal y a pesar de estar en buen sustrato y plantado de manera correcta y con el riego adecuado no prosperaba. Estaba como pasmado. Escarbando en el sustrato a su alrededor descubrí la razón. Del grosor de mi muñeca uno de los olmos había conducido hasta la zona del rosal una raíz cuyo extremos estaba lleno de filamentos mediante los cuales, imagino que se servía para tomar el agua del sustrato.
Bolsas y bolsas de poda llenas de raíces cada vez que me he puesto a limpiar. Qué liberación librarse de ellas.

He dejado el plato fuerte para el final. Yo sé quién, hace años, se le ocurrió plantar una secuoya en mi jardín. Sí, sí. Digo bien, una Secuoya. A quién se le ocurre en un jardín que siendo grande no es un parque natural!! Afortunadamente este verano a pasado a mejor vida.. No quiero imaginar en qué sombra total hubiera inundado mi jardín al transcurrir del tiempo.


Lo cortamos en verano pero no nos animábamos a eliminar el tocón. Estaba claro que teníamos que hacerlo si queríamos aprovechar la zona para plantar un arbusto. Así que el otro día nos pusimos manos a la obra. Pico alrededor del tocón. Y ahondar más alrededor. Esperábamos raíces hacia abajo, pero no, no las había. Una vez extraído el "cuerpo" de la raíz debajo.



En su lugar he plantado una SPIRAEA Nipponica Snowmound. Mucho mejor que el anterior inquilino de la zona. Verdad!!

Tutorial: Pomazón, cojinete, guantelino, cojín o almohadilla de dorador. Cómo hacerlo paso a paso

Son muchos los nombres por los que se conoce (guantelino, cojinete, cojín de dorador...) aunque pomazón y almohadilla de dorador son los más...