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La importancia de las raíces en las rosas.

Evidentemente las raíces  servirán al rosal para su anclaje al suelo y para sostenerse verticalmente. Pero para entender verdaderamente la importancia que en el saludable desarrollo de los rosales tienen las raíces, solo tenemos que pensar que  salvo el dióxido de carbono, oxígeno y energía solar, todo el resto del conjunto de sustancias que precisa el rosal para vivir y que se encuentran en el suelo deberán ser absorbidas por las raíces que de su sistema radicular se extienden bajo la tierra buscando agua y nutrientes.
Pero además, de esta función como "captadoras" de humedad y nutrientes, también son órganos de almacenaje de reservas y serán utilizadas por el rosal para transportarlas hasta el cuello de la raíz (unión de raíz  y tallo) y desde ahí hasta el tallo estos elementos que capturan las raíces.
Lo primero que brota de una semilla al germinar es la radícula. Ésta será el origen de la futura raíz que pronto comenzará a tener pelitos absorbentes y se ramificará dando lugar a raíces secundarias a la par que la planta va creciendo.



Fotografía cedida generosamente por Hoober Boo del blog 'Piece of Eden'
Puede decirse que en general se dan dos tipos de sistemas radiculares:
En las plantas de sistema radicular alorrizo esta raíz que se forma a partir de la radícula  crece en grosor y profundidad y se vuelve dominante formando un centro del que salen otras raíces laterales y se denomina raíz principal (Axonomorfa o pivotante).
Es el caso del precioso Cercis siliquastrum (Árbol del amor) o del Quercus robur (Roble)
Por el contrario, en las plantas de sistema radicular fibroso (u homorrizo), la raíz principal pronto se pudre o da origen a otras raíces secundarias entre las que no puede distinguirse en grosor y forma.




Unas imágenes en las que podamos ver la morfología de las raíces nos vendrá bien para comprender mejor como crecen y se desarrollan nuestras rosas.
El sistema radicular tiene dos tipos de raíces: 
La mayor parte de las raíces están formadas por corteza, sobretodo tejido parenquimático. Si nos fijamos en las raíces de nuestros rosales vemos que la mayoría son raíces leñosas y que se parecen bastante a las ramas lignificadas del rosal.
La función principal de estas raíces leñosas es, además del sostén del rosal, servir de conexión entre la infinidad de pequeñas y finas raíces. Estas raíces se ramifican dando lugar a raíces secundarias o laterales y en éstas, a su vez, en sus extremos se formarán las raíces más finas.
Estas raíces más finas solo están cubiertas por la epidermis radicular o rizodermis y de ellas brotan los pelos radicales.
Si seccionamos una raíz horizontalmente podemos ver que su interior está formado por una serie de anillos concéntricos. Son los haces vasculares del xilema y el floema.
Imagen de http://es.slideshare.net/
Las raíces tienen dos partes, una es el ápice o zona de crecimiento de la misma situada en su extremo, es muy corto, apenas unos centímetros y que permite por ello crecer oponiéndose a la resistencia que ejerce el suelo. Este extremo está protegido por una especie de caperuza llamada caliptra (o cofia) que ayuda a la raíz a penetrar en la tierra.
La otra parte es la zona pilífera. Se trata de la zona más joven de la raíz y está provista de pelos radicales. Esta zona de la raíz es muy corta también.
Los pelos radicales (también llamados pelos absorbentes) aumentan la superficie que la raíz tiene para absorber nutrientes y agua del suelo. Apenas viven unos días, no tardan en secarse y desprenderse y son sustituídos por otros nuevos que se crean próximos al ápice. A través de la fina membrana que los recubre las sustancias disueltas en el suelo pueden penetrar en las raíces y ser transportadas hasta las hojas a través de los haces vasculares que recorren las raíces.ddddd
Teniendo en cuenta esta estructura de las raíces podremos valorar mejor los peligros del trasplante. Se entiende así mejor la necesidad de llevar sumo cuidado cuando trasplantamos un rosal de lugar. Si en esta operación rompemos demasiada cantidad de pelos radicales o dañamos los extremos de las raíces más finas eliminando la fina capa que las cubre (rizodermis) las raíces del rosal perderán su capacidad de absorción al menos por unos días, en tanto no vuelvan a desarrollarse más pelos radicales. Es lo que todos los jardineros hemos comprobado casi cada vez que plantamos o trasplantamos una planta, el conocido shock del trasplante.
De ahí también que sea necesario cuando efectuamos un trasplante o incluso cuando plantamos un rosal por primera vez, efectuar una poda de parte del largo de sus ramas e incluso de sus hojas si está en actividad vegetativa. Con ello las raíces, dañadas en la operación de trasplante, deberán abastecer a una menor masa vegetativa. De lo contrario, un sistema radicular dañado será difícil que pueda seguir abasteciendo a la parte aérea del rosal.
El sistema radicular total de un rosal irá en proporción a la edad o maduración de la planta, de que crezca en sus propias raíces o, si está injertado, de la variedad del patrón usado pero también de las características del suelo dónde se desarrolla.
A pesar de que pueda ser grande, las raíces no leñas, son frágiles de ahí que sea necesario cuando hacemos un trasplante, llevarnos adheridas a estas raíces finas la mayor cantidad posible de suelo. De este modo estaremos preservando los pelos absorbentes que crecen en ellas y garantizando la capacidad del rosal para seguir tomando el agua, minerales y azúcares del nuevo lugar de plantación.
Pero además del trasplante también otros factores pueden dañar el sistema de raíces finas. El uso de ciertos productos químicos en el suelo puede mermar su crecimiento, incluso en el caso de aplicaciones excesivas de abonos disueltos o no, pueden llegar a quemarlas.
También constituyen un daño para ellas ciertas enfermedades y parásitos que crecen en el suelo arenosos y cálidos, como los nematodos. Por supuesto que también causan daños al sistema radicular algunos temibles animalitos con hábitos excavadores como los topillos, etc. que pueden destruir buena parte del sistema radicular de la planta.
Así, además de aplicar técnicas de cultivo adecuadas comprobamos la importancia que para el desarrollo de las raíces tiene el suelo que las rodea. De su riqueza, textura, porosidad, etc, dependerá en buena parte la salud de nuestras rosas.
Lo ideal es que las raíces del rosal crezcan en un medio suelto y desmenuzable, con mucha materia orgánica. Dónde las raicillas prosperen sin dificultad y vayan en aumento. y dónde el agua, el aire y los alimentos puedan penetrar.
Un suelo bien drenado, esponjoso, aireado, favorece el crecimiento de microbios, lombrices y toda una diversidad de formas de vida en él. Por el contrario, las raíces están constreñidas y no se desarrollan en suelos compactos y mal drenados. Será determinante para un buen desarrollo de las raíces que el suelo cuente con un buen equilibrio en agua, nutrientes, aire y una gran diversidad de vida en él.
Está clara la importancia que tiene el cuidado del suelo que rodea las raíces del rosal. Enriquecerlo, airearlo, cuidar de su drenaje, protegerlo de los cambios de temperatura... es velar por la salud del rosal. A este nivel podemos mencionar el uso de distintos compuestos y técnicas para mejorar su textura, riqueza y drenaje entre los que cabe mencionar:
El compost. No hay nada más barato (si es de propia producción) y mejor para nuestro suelo. No deja de ser materiales vegetales en descomposición natural. Ya sabemos que los microorganismos y en general los organismos biológicos presente en los materiales en una compostera o montón transforman la materia inicial en una sustancia húmeda, suelta, de color oscuro parecido al café, granulosa. Recordemos que cuando se aplica al suelo que rodea los rosales no debe desprender olor a ammoníaco o azúfre que delataría que aún no está suficientemente descompuesto ni estar empapado.
Podéis consultar en estos enlaces la elaboración del montón de compost y su mantenimiento volteándolo. Y para quién esté interesado en la  construcción de unas buenas composteras aquí tenéis unos enlaces que os llevarán a los artículos dónde se explica paso a paso el sistema que usamos para construirlas. Desde el diseño, al montaje de las composteras hasta los detalles finales.
Lo podemos utilizar tanto en la composición de la mezcla que rellena los huecos de plantación como constituyendo la capa de mulching.
El Uso de microrrizas. Hablamos hace un tiempo en un artículo sobre qué son las micorrizas y en otro sobre su uso y ventajas del uso de microrrizas a la hora de hacer plantaciones de árboles y arbustos. Aumentan la capacidad de absorción que tiene el rosal por efecto de la "ampliación" de la zona de exploración de las raíces ayudados por al extensión que supone el crecimiento de las hifas de los hongos micorrícicos alrededor de las raíces. Ello conlleva una mayor absorción de agua y nutrientes.
Lo ideal es usar estos hongos en las plantas todavía jóvenes, cuánto menor edad tenga la planta a la que se los apliquemos, mejor y más rápidos serán los resultados. No obstante, en la plantación de rosales a raíz desnuda o en cepellón aunque precisemos mayores cantidades y conlleve más tiempo, también son efectos estos hongos.
Y por último, cabe destacar que en opinión de algunos especialistas la supuesta enfermedad problema del replante del rosal, es decir, los problemas que pudieran derivarse de plantar rosales nuevos en suelos dónde durante mucho tiempo se cultivaron anteriormente otros, puede paliarse si no eliminarse con el uso de estos hongos micorrícicos.
Mencionaremos por último una técnica que venimos aconsejando en muchos artículos: Los acolchados. Podéis ver un artículo relacionado con esta técnica de jardinería también llamada mulch o mulching pinchando en este enlace. 
Su aplicación sobre la superficie del suelo alrededor de los rosales constituye una magnífica capa protectora contra los aumentos de temperatura y heladas, contra la evaporación de agua que supone el viento, enriqueciendo a la larga el suelo con la incorporación de materia orgánica a él al ser transportadas sus partículas mediante las lombrices, a zonas más profundas del suelo al que tienen alcance las raíces de nuestros rosales.
Para los acolchados podemos usar una gran diversidad de materiales, desde hojas a estiércol bien fermentado, humus de lombriz, compost, etc. y aunque se aconseja su presencia durante todo el año, es de especial importancia su renovación del mulching de cara al invierno y antes de que lleguen las altas temperaturas del verano.
Es verdad que las raíces, bonitas, lo que se dice bonitas, no son!! Pero indudablemente las raíces son la parte más importante de los rosales. Las rosas, con su belleza,  indudablemente son capaces de despertar nuestra atención de forma mucho más directa pero no deberíamos olvidarnos que la salud, fortaleza y capacidad de desarrollo y supervivencia se hallan bajo el suelo, en la parte del rosal que no vemos, en las raíces. Pongamos especial ahínco en su cuidado, redundará en la belleza de nuestras rosas!! :)

Acolchado o mulching. Un asunto fundamental para el suelo del jardín

 Hoy he terminado de poner una buena capa de acolchado a una zona de seto que planté hace unas semanas. Me he retrasado en colocarla así que he tenido que volver a eliminar malas hierbas que habían salido desde que planté los arbustos, trabajo que me hubiera ahorrado de colocar el acolchado inmediatamente. Pero en fin, no siempre se pueden hacer las cosas cuando se deben. Verdad?  :)


Repasemos unas breves nociones sobre el acolchado para quién no sepa qué es o no lo haya puesto nunca:
El acolchado o "mulch" o "mulching" (que de todas formas lo he visto escrito), no deja de ser una capa de material orgánico o inorgánico que extendemos alrededor del suelo que rodea las plantas para protegerlo.
Hay dos tipos de acolchado:
  • Puede ser orgánico como paja, acículas de pino, hojas de árboles, restos de césped, estiércol maduro, cortezas de árboles, madera triturada, etc. Cada uno tiene unas características. Algunos proporcionan acidez a la tierra, otros se degradan fácilmente, algunos no impiden las malas hierbas (como el compost o el estiércol)…
  • Pero también podemos utilizar un acolchado con materiales inorgánico: grava, piedras, piedra volcánica, materiales plásticos, etc.

Aunque en general son más beneficiosos los materiales inorgánicos, los inorgánicos tienen también alguna ventaja: Son inalterables y no se han de reponer en contraposición a los inorgánicos que deberemos reponer periódicamente.
De otra parte, un acolchado inorgánico aportará nutrientes y materia orgánica al suelo, cosa que no hará la grava por ejemplo o los plásticos. Además de tener la ventaja de que son fácilmente removibles en el caso de hacer futuras plantaciones en la zona o cambiar el diseño del jardín. Está claro que mover la grava no es un trabajo precisamente fácil.

El momento ideal para aplicarlo es cuando el suelo está húmedo, es decir, a principios de la primavera o principios del verano.
He leído que si se aplican de cara al invierno es preferible hacerlo cuando el suelo está completamente frío para que roedores y otros animalillos aniden en la capa de acolchado ya que es un sitio cálido. No sé hasta qué punto esto es cierto.

A la hora de aplicarlos deberíamos tener en cuenta varios factores:
  • ·        Debe extenderse sobre el suelo bien regado y limpio de malas hierbas. En caso de que alguien decida poner malla geotextil (que debe ser de buena calidad) debe ponerla por debajo de la capa de acolchado. 
  • ·        Si se ha pueesto  la malla anti-hierbas o geotextil colocaremos el sistema de riego por goteo por encima de la malla antes del acolchado.
  • ·        Sobre la malla antihierbas y el sistema de riego extenderemos el acolchado cubriendo ambos.
  • ·        Si es acolchado orgánico la capa deberá ser superior a 5 cm y no más de 10 cm.
  • ·        No extenderemos capas  demasiado gruesas que impidan la circulación del aire.
  • ·        Lo extenderemos de forma uniforme y procuraremos que la capa ocupe una buena superficie alrededor de la planta para cubrir así todo el espacio que bajo tierra ocupan las raíces.
  • ·        Evitaremos acumular acolchado tocando directamente el tronco ya que podría ocasionar podredumbres y favorecer la proliferación de insectos
  • ·        La propia descomposición de los materiales orgánicos ocasiona pérdidas de material  poco a poco y el viento puede mover los materiales que conforman el acolchado fuera de su sitio, de ahí que sea preciso ir controlando el estado del acolchado y sustituirlo cuando sean materiales muy finos como paja cuando sea preciso o incorporar más allá dónde sea preciso.

No obstante lo beneficioso que es el acolchado, en alguna circunstancia puede presentar algún problema:
  • ·        Un uso prolongado en exceso de algunos tipos de acolchado pueden provocar deficiencias de algún micronutrientes dado que el ph del suelo aumenta según el material que utilicemos.
  • ·        Si hay exceso de humedad pueden verse favorecida la aparición de caracoles o babosas
  • ·        Si se aportan materiales que no estén compostados del todo es posible que se provoque alguna deficiencia de nitrógeno.

Frente a estos posibles problemas el acolchado presenta muchas ventajas y no cabe duda de que su uso es aconsejable.
  • ·        Reduce la evaporación del terreno y por tanto la necesidad de riego
  • ·        Evita contrastes de temperatura (protege el suelo tanto de las heladas como de las altas temperaturas en verano) y por tanto las raíces
  • ·        Aporta materia orgánica al suelo al irse descomponiendo  y aportando humus y nutrientes (si es orgánico)
  • ·        Impide o al menos limita la aparición de malas hierbas
  • ·        Ahorran trabajo al no tener que labrar el suelo
  • ·        Ayuda a disimular las tuberías del riego
  • ·        Evita la erosión del suelo por lluvias o vientos
  • ·        Impide la reflexión del calor del suelo a las plantas en pleno verano.
  • ·        Impide el apelmazamiento del suelo facilitando así la penetración dela gua del riego o lluvia
  • ·        Beneficios estéticos
  • ·        Mejora de la estructura del suelo por la descomposición de los propios materiales y porque favorece la actividad de las lombrices.
  •  


No siempre es necesario comprar los materiales de los que se componga nuestro acolchado. En ocasiones podemos obtenerlos de forma gratuita. En concreto a mí me dan sacos de recortes de césped en gran cantidad, la que precise que aún no he usado, pero usaré, en algunas partes del jardín. En las zonas en que he extendido el acolchado formado por hojas han sido las de mis propios árboles.

Pero hoy quería mostraros un material que también he encontrado de forma gratuita y de sorpresa!! Resulta que cerca de mi casa existe un establecimiento dónde venden leña. Los grandes montones de troncos son repuestos según se van vendiendo y cada vez que lo hacen, tiran los restos de cortezas que se desprenden de ellos para limpiar la zona y volver a poner más troncos cortados a la venta. No es un material “limpio” porque va mezclado con trocitos mucho más pequeños de madera y también con tierra.
Me ha costado algo de trabajo pero he obtenido tres "materiales" que utilizaré de distinta forma.
Los tres materiales me sirven!! Es verdad que he tenido que invertir algo de tiempo para aprovecharlos pero teniendo en cuenta que me han salido gratis…tampoco es cosa de protestar demasiado. Me aseguró el dueño del negocio que la madera no estaba tratada en absoluto.

Me fui trayendo en la carretilla de  cuatro en cuatro, sacos de rafia que llené con la pala. 

Luego, ya en casa, separé los trozos más grandes de corteza valiéndome de una caja de plástico de esas en las que se vende la fruta y verdura.

Así ya tenía un primer “material” que aunque quizás algo grande, me ha servido para el acolchado de la zona de seto que decía arriba. Va a ser algo más difícil de colocar que si hubiera estado compuesto por trozos de dimensiones algo más pequeñas sobre todo teniendo en cuenta que son plantaciones recientes y que el cuello de los arbustos es pequeño aún y que no hay mucha altura desde el cepellón hasta las primeras ramas.

Una vez hecha esta primera separación de materiales. Volví a pasar el material restante a través de una criba de trama no demasiado fina.
Como veis han quedado separado en dos materiales, de una parte una tierra bastante negra que seguro es más nutritiva que la de mi jardín y que voy a utilizar mezclándola directamente con la tierra de la zona de plantaciones
y de otra, unos trocitos bastante pequeños que me podrían servir como acolchado de algunas zonas pero que usaré para otra finalidad.


Resulta que estoy plantando algunos rododendros y plantas que precisan en el sustrato dónde crezcan bastante materia orgánica y lo utilizaré en la mezcla que haga para su plantación.
Estos trocitos muy pequeños de madera me permitirán crear un sustrato que permita una buena aireación, con buen drenaje y con nutrientes que se irán incorporando a la tierra según se degraden los trocitos de madera.

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